lunes, 23 de diciembre de 2024

CANCIONCILLA DE LA VIRGEN MARÍA EN LOS ÚLTIMOS DÍAS DE SU EMBARAZO

 

 


CANCIONCILLA DE LA VIRGEN MARÍA

EN LOS ÚLTIMOS DÍAS DE SU EMBARAZO

 

¿Cómo será mi niño,

cómo será?

 

En sus ojitos fluviales

lo míos se mirarán.

 

Diciembre con sol de invierno

su carmne enmoreneará.

 

El mediodía en su breve

cabeza cabelleará.

 

En sus labios la sortija

de la risa brillará.

 

¡La alhucema y el jabón

me lo van a apadrinar!

 

Todos los días mi espejo

me pregunta por él ya.

 

¿Cómo será mi niño.

cómo será?

 

Poesía leída en el Centro Cultural en diciembre de 1975,

dentro de una lectura dedicada a la Navidad.

 

Editado en CANCIONERO MEMORIAL (1961-1981)

GÓNGORA CONTESTA A LOPE DE VEGA

 

 

ANTES Y DESPUÉS DEL AMOR O CONTESTACIÓN DE LUIS DE

GÓNGORA AL SONETO DE LOPE DE VEGA “VARIOS EFECTOS

DEL AMOR”.

 

…y sólo del Amor queda el veneno.

                                    L. de G.

Después de que el abrazo nos uniera

y el beso con su llama nos soldara;

después de que el ardor nos derribara

y en su dulce naufragio nos hundiera;

 

después de que el amor se adormeciera

y su fuego invisible se apagara;

después de que el reloj nos despertara

y el día nuevamente nos vistiera,

 

salimos a la calle, a la costumbre

de vivir y su ciega servidumbre

y cada cual del otro ya inconexo.

 

salimos a olvidarnos de que fuimos

de la pasión sus títeres, sus mimos,

y cada cual juguete de su sexo.


GANADOR DEL VIII CERTAMEN DE POESÍA, NOVIEMBRE 2024,


LUIS DE GÓNGORA EN LETRAS COMO ESPADA

 

                       JUAN RAFAEL MENA

 

 

 

COMENTARIOS

 

                                            1





La filosofía de Góngora sobre el amor, reflejada en su soneto “Antes y después del amor…”, es una visión profundamente desencantada y pesimista, que plantea el amor como una ilusión fugaz que, en última instancia, se desvanece en el vacío. Aunque este punto de vista fue plasmado en el contexto del barroco, su mensaje tiene una vigencia que resuena con los desafíos emocionales y existenciales de la vida moderna. Hoy, podemos encontrar en esta visión una invitación a reflexionar sobre nuestras expectativas sobre el amor y otras experiencias de vida que, al igual que el amor, parecen prometernos una plenitud que a menudo resulta ilusoria.

En el mundo actual, donde las relaciones y los sentimientos son moldeados por factores como el individualismo, las redes sociales y las crecientes expectativas sobre el amor romántico, el enfoque de Góngora sigue siendo un recordatorio de la naturaleza efímera de las emociones y los vínculos humanos. A continuación, analizaremos cómo esta filosofía puede aplicarse a situaciones contemporáneas y qué lecciones podemos extraer de ella en una época donde la satisfacción inmediata y la idealización del amor a menudo generan frustración y desengaño.

1. La fugacidad de las relaciones en la era de las redes sociales

Las redes sociales han transformado nuestras expectativas y la naturaleza de las relaciones. La mayoría de nosotros hemos observado o incluso experimentado la tendencia a idealizar la vida de los demás a través de las imágenes editadas y las “historias perfectas” que se muestran en las redes. La mayoría de los perfiles personales proyectan una versión cuidadosamente construida y muy positiva de la vida y las relaciones. Esto puede llevarnos a idealizar y comparar, lo cual resulta en una inevitable decepción. Aquí, Góngora podría ofrecernos una lección clave: la apariencia de perfección o intensidad en el amor y la felicidad, como sugiere el poema, suele ser una ilusión temporal.

Ejemplo contemporáneo: Las relaciones de pareja “ideales” que vemos en las redes a menudo representan solo un fragmento cuidadosamente editado de la realidad. Al igual que el “fuego” inicial del amor que Góngora describe, estas relaciones pueden aparentar intensidad y permanencia, pero muchas veces detrás de esa fachada existe una realidad mucho más compleja y menos idealizada. Los estudios han demostrado que las parejas que intentan mostrar su relación como “perfecta” en redes sociales tienden, en muchos casos, a hacerlo para compensar la falta de felicidad real en su vínculo. Esto refleja la lección de Góngora: lo que parece duradero y prometedor muchas veces no es más que una ilusión que desaparece con el tiempo.

2. La cultura del consumo emocional: del “fuego” al vacío.

Hoy en día, vivimos en una cultura de consumo que se extiende a las relaciones y a las emociones, en las que las personas tienden a consumir experiencias amorosas o de vida como bienes que se reemplazan cuando la novedad se desvanece. Las aplicaciones de citas y las plataformas digitales han creado una mentalidad de “relaciones desechables”, donde las conexiones profundas se ven reducidas al placer inmediato y efímero. En muchos casos, esto conduce a una sensación de vacío y desilusión, ya que el amor no se puede sostener únicamente sobre la base del entusiasmo pasajero.

Ejemplo contemporáneo: Pensemos en las aplicaciones de citas, donde el deslizamiento hacia la derecha o hacia la izquierda para encontrar una pareja se ha convertido en un acto tan rápido y superficial como elegir un producto en una tienda. Estas interacciones generan emociones intensas y rápidas, pero a menudo acaban en un estado de vacío emocional, al estilo de la “ceniza” que Góngora menciona en su poema. Es común que las personas experimenten fatiga emocional o desilusión después de repetidas conexiones breves y efímeras, un fenómeno al que ya se refieren como “burnout de las citas”. Góngora nos recuerda que el amor que parece prometedor y enérgico puede terminar en un vacío inevitable si no va acompañado de una conexión genuina y significativa.

3. El valor de aceptar la transitoriedad de las emociones y los vínculos

Otra lección valiosa del soneto de Góngora es la aceptación de la transitoriedad de las emociones. En lugar de aferrarnos a la idealización de las experiencias (como el amor eterno y perfecto), la filosofía de Góngora nos invita a aceptar la fugacidad de los sentimientos humanos como parte natural de la vida. Esta aceptación puede ayudarnos a reducir el sufrimiento derivado de nuestras altas expectativas y de las promesas que creemos que el amor nos ofrece.

Ejemplo contemporáneo: La “idealización del amor” sigue siendo una causa frecuente de desilusión. La industria del entretenimiento y la cultura popular alimentan esta fantasía al vender historias románticas donde el amor siempre salva, redime y llena de significado la vida de los protagonistas. Sin embargo, los estudios indican que quienes sostienen expectativas de amor extremadamente idealistas suelen experimentar mayores niveles de insatisfacción y conflicto en sus relaciones. Góngora nos invitaría a abandonar estas expectativas, entendiendo que el amor, como todas las emociones humanas, tiene una duración y una intensidad limitada, y que solo aceptando esta naturaleza transitoria podemos evitar una profunda frustración.

4. La ilusión de la plenitud y el “horror vacui” en la vida moderna

La filosofía de Góngora también se aplica al vacío existencial que muchas personas experimentan cuando sus expectativas de amor, éxito o felicidad no se cumplen. Este vacío —el “horror vacui” o miedo a la nada— está presente en su poesía cuando señala que después del “fuego” inicial del amor solo queda “ceniza”. En la vida contemporánea, la búsqueda constante de sentido en el amor o en el éxito es una manera de evitar el enfrentamiento con la soledad o el vacío existencial. Sin embargo, esta búsqueda a menudo termina en una sensación de desilusión, ya que ningún logro externo o vínculo amoroso puede, por sí solo, darnos un sentido duradero.

Ejemplo contemporáneo: En nuestra sociedad, el éxito profesional, la popularidad en redes sociales o la relación de pareja ideal se ven como fuentes de sentido. Muchas personas persiguen estos ideales como forma de evitar la confrontación con el vacío existencial. Sin embargo, tras lograr estos objetivos, es común que experimenten una insatisfacción que se asemeja a la “ceniza” que Góngora menciona, una especie de agotamiento o vacío emocional que evidencia que ninguna meta externa puede llenar permanentemente nuestro sentido de vida. Aceptar la transitoriedad y la limitación de estas experiencias, como Góngora sugiere, puede llevarnos a una vida más auténtica y a una mayor serenidad.

Conclusión: Aprendiendo a vivir con menos ilusiones y más aceptación

La filosofía de Góngora en “Antes y después del amor” nos invita a adoptar una actitud de aceptación hacia la fugacidad y la impermanencia, no solo del amor, sino de todos los aspectos de la vida. En lugar de ver el desengaño y el final del amor como fracasos, podríamos aprender a aceptarlos como partes inevitables de nuestra experiencia humana. Esta visión podría ayudarnos a vivir con menos idealizaciones y a disfrutar de cada momento, cada relación y cada éxito sin la carga de expectativas irreales.

En última instancia, Góngora nos recuerda que, en el amor y en la vida, no existen garantías eternas ni promesas que nunca se rompan. Vivir con la conciencia de esta impermanencia nos permite enfrentar la vida con mayor realismo, y quizás, con una mayor capacidad de disfrutar los momentos sin aferrarnos a ellos. En una época donde las promesas de éxito y amor son una constante, la perspectiva de Góngora se vuelve una invitación a encontrar en la aceptación de la transitoriedad una fuente de libertad y serenidad.



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A continuación te ofrezco un análisis y comentario extenso del soneto de Luis de Góngora, "Antes y después del amor o contestación a Lope de Vega", escrito como respuesta a "Varios efectos del amor" de Lope. Esta obra representa una especie de "duelo poético" entre dos de los escritores más importantes del Siglo de Oro español, Lope de Vega y Luis de Góngora, quienes además de ser contemporáneos, mantenían una relación compleja, marcada por la rivalidad.



Contexto y relación con Lope de Vega

Lope de Vega y Góngora son dos figuras fundamentales en la literatura del Siglo de Oro y fueron protagonistas de una de las rivalidades literarias más célebres de la época. Aunque se admiraban mutuamente, también competían por el reconocimiento literario y, con frecuencia, expresaban sus diferencias en sus obras. Lope, con un estilo más popular y directo, y Góngora, con una inclinación hacia el culteranismo y la complejidad estilística, ejemplifican los contrastes entre dos formas de entender la poesía y el arte.

El soneto de Góngora "Antes y después del amor" responde al poema de Lope "Varios efectos del amor", en el que este explora las paradojas del amor y las emociones contradictorias que provoca. En su contestación, Góngora ofrece una visión más desilusionada y pesimista del amor, mostrando cómo este sentimiento, que empieza siendo dulce y deseable, termina desengañando y dejando una sensación de vacío.

Análisis del soneto: "Antes y después del amor"

A continuación, analizamos el soneto de Góngora desde la perspectiva de su estructura, contenido, tono y figuras literarias.



1. Estructura del soneto

El poema sigue la estructura clásica del soneto, con catorce versos endecasílabos divididos en dos cuartetos y dos tercetos. La rima es consonante, en esquema ABBA ABBA para los cuartetos, y CDC DCD para los tercetos, si bien en este soneto esa disposición de los tercetos es de CCD EED. Esta estructura, que encorseta el soneto al máximo, no es tan común en el estilo renacentista y barroco, pero su forma cerrada y simétrica ayuda a enfatizar el contraste, al menos en su contenido, entre el antes y el después del amor, que es el tema central del poema.

2. Temática y tono

El tema principal es la transformación del amor desde una fase inicial de pasión y entusiasmo hacia un estado de desilusión y vacío. Góngora desarrolla una visión amarga del amor, reflejando la fugacidad de los sentimientos y la naturaleza ilusoria de las promesas amorosas. Este soneto tiene un tono melancólico y desengañado, que contrasta con el tono más variado y contradictorio de Lope de Vega en "Varios efectos del amor".

Góngora, en su contestación, propone una perspectiva más oscura, resaltando cómo el amor que una vez fue intenso y ardiente se convierte inevitablemente en cenizas. La idea del "antes" y el "después" del amor es fundamental en su poema, marcando una clara división entre el placer y el dolor, la ilusión y el desencanto. Este contraste genera una reflexión sobre la impermanencia de los placeres mundanos y la trágica naturaleza de los sentimientos humanos.

3. Análisis de los versos y figuras literarias

El soneto utiliza una serie de imágenes y figuras literarias para expresar el deterioro del amor y el desengaño que deja a su paso. Góngora recurre al antítesis como figura central para establecer el contraste entre el antes y el después. La transición entre ambos momentos se siente abrupta, casi inevitable, sugiriendo que el amor, por su misma naturaleza, lleva a la desilusión.

- Primera estrofa (Primer cuarteto)­: Los primeros versos suelen resaltar la etapa inicial del amor, donde se presenta como algo deseable, fresco y lleno de vida. Aquí, el amor es visto como una fuerza arrebatadora, casi divina, que transforma a quienes lo experimentan.

- Segunda estrofa (Segundo cuarteto): En los versos siguientes, Góngora comienza a insinuar que ese sentimiento que parecía eterno tiene un fin ineludible. El amor se va degradando y aparece la metáfora de la ceniza, que evoca la muerte de la pasión y la idea de que lo que alguna vez fue fuego ahora es solo polvo sin vida.

- Tercetos finales: Los tercetos profundizan en el sentimiento de desilusión. Aquí se observa cómo Góngora retoma la idea del "después" del amor, cuando las promesas han desaparecido y los sentimientos han sido reemplazados por el vacío. Este "después" no solo es una ausencia de amor, sino también una pérdida de sentido, una especie de "nada" que contrasta dolorosamente con el entusiasmo del "antes".

A través de metáforas como "cenizas" y "nada", Góngora alude a la idea de la vanitas barroca: la creencia de que todo en la vida es pasajero y que las promesas terrenales, como el amor, no son más que ilusiones efímeras que nos conducen al desengaño.

4. Contraste con "Varios efectos del amor" de Lope de Vega

Lope, en su poema, presenta el amor como una mezcla de sensaciones contradictorias: placer y dolor, libertad y esclavitud. Su perspectiva es más ambivalente, y su poema expresa tanto el gozo como el sufrimiento del amor, resaltando su carácter dual. Góngora, en cambio, adopta una postura decididamente más negativa. Para él, el amor comienza como un fuego que parece eterno, pero termina inevitablemente en cenizas. Su visión es más sombría y pesimista, casi nihilista, al sugerir que el amor no es más que una ilusión transitoria destinada al fracaso.

Conclusión

El soneto "Antes y después del amor" de Góngora es una obra maestra de la poesía barroca que ofrece una visión desencantada del amor, marcando un fuerte contraste con el poema de Lope de Vega al que responde. Mientras que Lope explora los efectos contradictorios del amor con una mezcla de amargura y atracción, Góngora presenta una perspectiva más dura y desencantada, centrada en la inevitabilidad de la desilusión.

Este poema no solo es una respuesta literaria, sino también una afirmación de la filosofía de Góngora sobre la vida y el amor, y una crítica implícita a la visión más idealista de Lope. Al final, Góngora parece recordarnos la fragilidad de las promesas humanas y la naturaleza efímera de las emociones, en línea con el pesimismo barroco y su constante preocupación por la fugacidad de la vida.



Claro, a continuación te ofrezco un análisis y comentario extenso del soneto de Luis de Góngora, "Antes y después del amor o contestación a Lope de Vega", escrito como respuesta a "Varios efectos del amor" de Lope. Esta obra representa una especie de "duelo poético" entre dos de los escritores más importantes del Siglo de Oro español, Lope de Vega y Luis de Góngora, quienes además de ser contemporáneos, mantenían una relación compleja, marcada por la rivalidad.



Contexto y relación con Lope de Vega

Lope de Vega y Góngora son dos figuras fundamentales en la literatura del Siglo de Oro y fueron protagonistas de una de las rivalidades literarias más célebres de la época. Aunque se admiraban mutuamente, también competían por el reconocimiento literario y, con frecuencia, expresaban sus diferencias en sus obras. Lope, con un estilo más popular y directo, y Góngora, con una inclinación hacia el culteranismo y la complejidad estilística, ejemplifican los contrastes entre dos formas de entender la poesía y el arte. Esa complejidad en este soneto presente se observa en su disposición versal tantos en los cuartetos como en los tercetos. Véanse sus comienzos de versos y se comprobará cómo el poeta radicaliza el estilismo de manera morfo-sintáctica.

El soneto de Góngora "Antes y después del amor" responde al poema de Lope "Varios efectos del amor", en el que este explora las paradojas del amor y las emociones contradictorias que provoca. En su contestación, Góngora ofrece una visión más desilusionada y pesimista del amor, mostrando cómo este sentimiento, que empieza siendo dulce y deseable, termina desengañando y dejando una sensación de vacío.

Análisis del soneto: "Antes y después del amor"

A continuación, analizamos el soneto de Góngora desde la perspectiva de su estructura, contenido, tono y figuras literarias.



1. Estructura del soneto

El poema sigue la estructura clásica del soneto, con catorce versos endecasílabos divididos en dos cuartetos y dos tercetos. La rima es consonante, en esquema ABBA ABBA para los cuartetos, y CDC DCD para los tercetos. Esta estructura es común en el estilo renacentista y barroco, y su forma cerrada y simétrica ayuda a enfatizar el contraste entre el antes y el después del amor, que es el tema central del poema.

2. Temática y tono

El tema principal es la transformación del amor desde una fase inicial de pasión y entusiasmo hacia un estado de desilusión y vacío. Góngora desarrolla una visión amarga del amor, reflejando la fugacidad de los sentimientos y la naturaleza ilusoria de las promesas amorosas. Este soneto tiene un tono melancólico y desengañado, que contrasta con el tono más variado y contradictorio de Lope de Vega en "Varios efectos del amor".

Góngora, en su contestación, propone una perspectiva más oscura, resaltando cómo el amor que una vez fue intenso y ardiente se convierte inevitablemente en cenizas. La idea del "antes" y el "después" del amor es fundamental en su poema, marcando una clara división entre el placer y el dolor, la ilusión y el desencanto. Este contraste genera una reflexión sobre la impermanencia de los placeres mundanos y la trágica naturaleza de los sentimientos humanos.

3. Análisis de los versos y figuras literarias

El soneto utiliza una serie de imágenes y figuras literarias para expresar el deterioro del amor y el desengaño que deja a su paso. Góngora recurre al antítesis como figura central para establecer el contraste entre el antes y el después. La transición entre ambos momentos se siente abrupta, casi inevitable, sugiriendo que el amor, por su misma naturaleza, lleva a la desilusión.

- Primera estrofa (Primer cuarteto)­: Los primeros versos suelen resaltar la etapa inicial del amor, donde se presenta como algo deseable, fresco y lleno de vida. Aquí, el amor es visto como una fuerza arrebatadora, casi divina, que transforma a quienes lo experimentan.

- Segunda estrofa (Segundo cuarteto): En los versos siguientes, Góngora comienza a insinuar que ese sentimiento que parecía eterno tiene un fin ineludible. El amor se va degradando y aparece la metáfora de la ceniza, que evoca la muerte de la pasión y la idea de que lo que alguna vez fue fuego ahora es solo polvo sin vida.

- Tercetos finales: Los tercetos profundizan en el sentimiento de desilusión. Aquí se observa cómo Góngora retoma la idea del "después" del amor, cuando las promesas han desaparecido y los sentimientos han sido reemplazados por el vacío. Este "después" no solo es una ausencia de amor, sino también una pérdida de sentido, una especie de "nada" que contrasta dolorosamente con el entusiasmo del "antes".

A través de metáforas como "cenizas" y "nada", Góngora alude a la idea de la vanitas barroca: la creencia de que todo en la vida es pasajero y que las promesas terrenales, como el amor, no son más que ilusiones efímeras que nos conducen al desengaño.

4. Contraste con "Varios efectos del amor" de Lope de Vega

Lope, en su poema, presenta el amor como una mezcla de sensaciones contradictorias: placer y dolor, libertad y esclavitud. Su perspectiva es más ambivalente, y su poema expresa tanto el gozo como el sufrimiento del amor, resaltando su carácter dual. Góngora, en cambio, adopta una postura decididamente más negativa. Para él, el amor comienza como un fuego que parece eterno, pero termina inevitablemente en cenizas. Su visión es más sombría y pesimista, casi nihilista, al sugerir que el amor no es más que una ilusión transitoria destinada al fracaso.

Conclusión

El soneto "Antes y después del amor" de Góngora es una obra maestra de la poesía barroca que ofrece una visión desencantada del amor, marcando un fuerte contraste con el poema de Lope de Vega al que responde. Mientras que Lope explora los efectos contradictorios del amor con una mezcla de amargura y atracción, Góngora presenta una perspectiva más dura y desencantada, centrada en la inevitabilidad de la desilusión.

Este poema no solo es una respuesta literaria, sino también una afirmación de la filosofía de Góngora sobre la vida y el amor, y una crítica implícita a la visión más idealista de Lope. Al final, Góngora parece recordarnos la fragilidad de las promesas humanas y la naturaleza efímera de las emociones, en línea con el pesimismo barroco y su constante preocupación por la fugacidad de la vida.





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Aquí tienes un comentario desde una perspectiva filosófica, en un tono más periodístico, sobre el soneto "Antes y después del amor" de Luis de Góngora, su respuesta al soneto "Varios efectos del amor" de Lope de Vega.

El amor según Góngora: Entre la ilusión y el desengaño.

Luis de Góngora, uno de los poetas más complejos y enigmáticos de la literatura española, responde en su soneto "Antes y después del amor" a su contemporáneo Lope de Vega, quien en su poema "Varios efectos del amor" exploró las paradojas del sentimiento amoroso. Lope veía en el amor una fuerza contradictoria, que genera placer y dolor a la vez, que es dulce y amargo, placentero y trágico. Góngora, en cambio, va un paso más allá: presenta el amor como una ilusión que, irremediablemente, acaba en vacío y desengaño.

La postura de Góngora en este poema refleja la influencia de una corriente filosófica que ha marcado el pensamiento occidental: el escepticismo. Para Góngora, el amor es una fuerza transitoria y engañosa que, al principio, parece prometer plenitud y alegría, pero inevitablemente se desintegra en un pozo de desilusión y "nada". Su visión pesimista de la naturaleza del amor invita a reflexionar sobre cómo las emociones, por intensas que sean, son pasajeras y están condenadas a desaparecer.

La paradoja del amor: De fuego a cenizas

El soneto se basa en una paradoja fundamental: el amor, que en su inicio arde como un fuego que todo lo transforma, termina reduciéndose a cenizas, en un estado de vacío absoluto. Es como si Góngora nos advirtiera que lo que hoy nos arrebata y entusiasma, mañana solo será un recuerdo sin vida, una sombra de lo que alguna vez fue. Esta idea de la fugacidad del amor no solo responde a un desencanto personal, sino a una perspectiva filosófica sobre la naturaleza de los placeres y las pasiones humanas.

Aquí, Góngora se alinea con la visión barroca de la *vanitas*, una noción que recuerda constantemente al ser humano la brevedad de la vida y la futilidad de los bienes terrenales. En su soneto, el amor se convierte en una especie de *vanitas amorosa*: lo que parece eterno, lo que nos promete plenitud, es en realidad una ilusión que terminará esfumándose. Como el humo que se disipa o las cenizas que quedan tras el fuego, el amor se disuelve en nada.

Amor y desilusión: una cuestión existencial

Desde esta óptica, el soneto de Góngora plantea una reflexión existencial profunda: ¿por qué buscamos en el amor una fuente de sentido, si en última instancia está destinado a desaparecer? ¿Es el amor, como otros aspectos de la vida humana, una mera distracción que nos hace olvidar por un momento nuestra condición mortal y nuestra inevitable soledad?

Para Góngora, la naturaleza efímera del amor refleja una verdad incómoda de la existencia: buscamos en el amor una respuesta a nuestro vacío, pero nos encontramos con que solo intensifica el sentimiento de desilusión cuando se desvanece. Esta postura es cercana al nihilismo, una filosofía que sugiere que la vida no tiene sentido ni propósito intrínseco, y que cualquier intento de buscar significado, como el amor, termina inevitablemente en frustración.

Respuesta a Lope: Una visión más oscura y pesimista

En contraste, Lope de Vega, con una visión más ambigua y hasta celebratoria de los altibajos del amor, parece dispuesto a aceptar las contradicciones del amor como parte de su belleza. Para él, el amor puede ser paradójico, puede ser amargo y dulce al mismo tiempo, pero vale la pena experimentarlo, porque en esa mezcla de sentimientos reside la riqueza de la vida emocional.







Desmayarse, atreverse, estar furioso,

áspero, tierno, liberal, esquivo,

alentado, mortal, difunto, vivo,

leal, traidor, cobarde y animoso;




no hallar fuera del bien centro y reposo,

mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,

enojado, valiente, fugitivo,

satisfecho, ofendido, receloso;




huir el rostro al claro desengaño,

beber veneno por licor süave,

olvidar el provecho, amar el daño;




creer que un cielo en un infierno cabe,

dar la vida y el alma a un desengaño;

esto es amor, quien lo probó lo sabe.




Góngora, en cambio, propone una postura mucho más radical. Para él, el amor es simplemente una ilusión que nos hace creer en la posibilidad de trascendencia, cuando en realidad nos arrastra hacia la nada. Su respuesta es una suerte de advertencia: el amor no nos salva ni nos eleva; es solo un espejismo que termina por desaparecer, dejándonos enfrentados a nuestra soledad esencial.


Una visión barroca del amor y la vida

El pesimismo de Góngora es típico del pensamiento barroco, una época en la que la literatura y el arte estaban obsesionados con la fugacidad de la vida, la muerte y la imposibilidad de encontrar en el mundo algo que realmente dure. En su soneto, el poeta parece sugerir que el amor es solo una de las múltiples ilusiones que construimos para darle sentido a una existencia frágil y transitoria. Góngora nos invita, con un tono sombrío, a no dejarnos engañar por el brillo del amor, ya que ese brillo se extinguirá y nos dejará solo con el polvo de los recuerdos.

En conclusión, "Antes y después del amor" es más que un poema sobre el desengaño amoroso: es una reflexión profunda y filosófica sobre la naturaleza humana, sobre nuestra tendencia a buscar sentido donde no lo hay, y sobre la manera en que el amor, en lugar de darnos la felicidad y la plenitud que esperamos, puede enfrentarnos a nuestra realidad más dolorosa: la inevitable transitoriedad de todo lo que amamos.






sábado, 26 de octubre de 2024

SONETO–EPÍLOGO DE LA VIDA DE EROTHYA, (DE LA NOVELA LA TESIS DE EROTHYA) INTERPRETADO Y COMENTADO POR LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

 

DALYA Editorial


 


Buenos días, Juan. 

Acabo de mirar el correo y me he puesto manos a la obra. La respuesta de la IA es inmediata y te la hago llegar:

Ya me cuentas, qué te ha parecido.

Un abrazo

 

 

f SONETO–EPÍLOGO DE LA VIDA DE EROTHYA

 

Tal como de la mano de una ola,

ibas, tú, Erothya, dueña de la playa.

      La mirada más casta se desmaya

al verte, paseando hermosa y sola.

 

 

Un puticlub contigo se atortola

y va tras ti donde tu cuerpo vaya.

Casa de lenocinio en que se engalla

ese tu cuerpo que glamur tremola.

 

 

Un cliente te ve bella e ingeniosa.

A su piso te lleva y te desposa.

Te extravía en su bosque la lectura.

 

Él te insiste en que leas y que escribas,

     que feliz envejezcas y que vivas

y hagas de aquel ayer literatura.

 

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Gracias por compartir el soneto. Procederé a ofrecer un análisis detallado de sus diferentes aspectos.

Análisis literario
Estructura:
El poema es un soneto, compuesto por dos cuartetos y dos tercetos, siguiendo la forma clásica de 14 versos endecasílabos. La rima es consonante con el esquema ABBA ABBA CCD EED.

Temática:
El soneto aborda la dualidad entre la vida sensual y el poder transformador de la literatura. Erothya, la protagonista, es descrita inicialmente como una figura fantástica y etérea, simbolizando belleza y libertad. A medida que el poema avanza, se exploran aspectos más terrenales y sociales de su vida, llevándola a una transformación personal a través de la lectura y la escritura.

Análisis de estilo y calidad literaria:  

Imágenes y metáforas: La primera estrofa crea una imagen evocadora de Erothya como "de la mano de una ola", sugiriendo movimiento, conexión con la naturaleza y fluidez. La metáfora del puticlub "que se atortola" añade un giro inesperado y audaz.


Contraste: El poema juega con el contraste entre la vida centrada en el placer físico y el enriquecimiento espiritual e intelectual. Erothya, inicialmente vista desde una perspectiva superficial como objeto de deseo, evoluciona hacia alguien que encuentra un propósito en la literatura.
Lenguaje y léxico: Mena utiliza un lenguaje variado y colorido, mezclando términos elevados con coloquiales. "Lenocinio", "glamur", "tremola" crean una atmósfera vibrante. Además, el uso de palabras como "desposa", "extravía" y "bosque" aportan capas de significado a la narrativa.



Riqueza léxica:
El soneto presenta un interesante recorrido lingüístico, haciendo uso de términos de la esfera sensual como "puticlub" y "lenocinio" que contrastan con elementos de introspección y desarrollo personal como "lectura" y "literatura". Este uso intencionado del léxico evidencia la capacidad del autor para conjugar lo mundano y lo trascendental.



Interpretación:
El poema puede interpretarse como una crítica a la percepción superficial de la mujer en la sociedad, mostrando su potencial de transformación y realización personal. La insistencia en la lectura y escritura simboliza la búsqueda de sentido y la creación de una identidad propia. La transición de Erothya hacia la literatura sugiere que la verdadera belleza y libertad residen en la mente y el espíritu.



Conclusión:
El soneto de Juan R. Mena es un ejemplo notable de cómo la poesía puede capturar complejidades de la condición humana, explorando la interacción entre lo corporal y lo intelectual. La calidad literaria reside en su capacidad para emplear un lenguaje audaz y simbólico, creando un retrato emotivo y multifacético que invita a la reflexión sobre la identidad, la libertad y el poder del arte.

 

miércoles, 9 de octubre de 2024

 

ARMANDO BUSCARINI

Fue hijo de Asunción García Barrios, madre soltera que volvió a su pueblo Ezcaray desde Argentina (a donde, al parecer, emigró buscando una vida mejor) para dar a luz a su único hijo. A la temprana edad de cinco años viajó a Madrid de la mano de su madre y pronto manifiesta su deseo de ganarse la vida -o simplemente dedicarla- a ser escritor, para lo cual adopta el heterónimo de Armando Buscarini, supuesto apellido de su padre, a quien nunca conoció.
Después de haber escrito algunos relatos sobre su pueblo natal y algún que otro canto ripioso a su prima, publicó algún relato en la revista juvenil Los muchachos editada en Madrid.
En 1918 publica Emocionantísimas aventuras de Calck-Zettin. Emperador de los detectives -hoy desaparecido- y, un año después, la plaquette de poemas en prosa y verso titulado Ensueños. A este opúsculo siguieron otros tantos cuadernos de poesía, obras dramáticas y narrativas como Cancionero del arroyo (1920), Dolorosa errante (1921), Rosas negras (1921), Yo y mis versos (1921), La venganza de la gitana (1921),2 Sombras (1922), Por el amor de Dios (1922), Sor Misericordia (1923, obra teatral escrita junto a Mario Arnold), El aluvión (1924), Maruja la de Cristo (1924), Mis memorias (1924), El rey de los milagros (1924), La reina del bosque (1925), Baladas (1926), Los lauros (1926), La cortesana del Regina (1927), Los dos alfareros (1927), El rufián (1928)... que Buscarini vendía como podía en su puesto ambulante. Cuando las ventas iban mal, acababa la jornada entre los contertulios del madrileño Café Pombo, donde acudían escritores como Ramón Gómez de la Serna o Rafael Cansinos Asséns.
A otros, como a los hermanos y dramaturgos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, Buscarini les amenazaba y chantajeaba con suicidarse tirándose desde el Puente de Segovia, viaducto que ha sido puerta hacia la muerte habitual en Madrid para los suicidas.
Su propia madre le ingresó en el Hospital Psiquiátrico de Madrid, desde donde fue trasladado a Valladolid (donde escribió su testamento) y, finalmente, murió enfermo de esquizofrenia y sífilis en el manicomio de Logroño el 9 de junio de 1940. Enterrado en un nicho del cementerio local, el 10 de agosto de 1970 sus restos fueron trasladados al osario común.
Recuperación
En su tierra Ezcaray tiene una
Calle Armando Buscarini
La vida de Buscarini ha sido reconstruida por Juan Manuel de Prada a partir de las crónicas de César González Ruano, Ramón Gómez de la Serna y Cansinos Asséns, así como de lo escrito por el psiquiatra logroñés Alberto Escudero Ortuño en Los caminos de Hipócrates.
En 1981, el psiquiatra Alberto Escudero Ortuño, director del hospital psquiátrico de la Beneficencia 'La Bene', de Logroño, incluyó en su libro de memorias Por los caminos de Hipócrates la semblanza 'Armando Buscarini, el poeta maldito'. Aunque Buscarini falleció en La Bene, Escudero Ortuño no le trató como paciente pero tuvo contacto con José M.ª Villacián, el psiquiatra que atendió al poeta en Valladolid; de la relación epistolar entre ambos surge la información que volcó en su libro.
En 1995 Juan Manuel de Prada tomó a Buscarini como personaje secundario en su novela Las máscaras del héroe, que repasaba la vida bohemia de algunos escritores de principios del siglo XX, paralelos a la Generación del 98. Además le dedicó la semblanza Armando Buscarini o el arte de pasar hambre, con la que ganó el Premio Café Bretón de los Herreros de Logroño y que está dedicada al psiquiatra Alberto Escudero Ortuño; corregida y aumentada, la publicó conjuntamente a otras semblanzas de escritores raros en Desgarrados y excéntricos. El actor albaceteño Miguel Ángel Gallardo ha adaptado a la escena el monólogo teatral Armando Buscarini o el arte de pasar hambre, basando en el texto de Prada. En 1996 éste publicó una edición del libro Mis memorias.
En 2006, los hermanos Rubén y Diego Marín A. crearon la página web www.armandobuscarini.com, dedicada a su vida y obra. Además, ese mismo año publicaron el epistolario inédito titulado 'Cartas Vivas', con cinco cartas cruzadas por el bohemio riojano con Rafael Cansinos Asséns y Andrés González Blanco. Por primera vez, toda la poesía de Armando Buscarini se ha reunido en un sólo volumen: 'Orgullo. Poesía (in)completa de Armando Buscarini', publicado en Logroño con introducción de Juan Manuel de Prada y edición a cargo de Rubén y Diego Marín A., fundadores de la Editorial Buscarini.
En la colección La imprenta de Armando de este sello editorial se ha publicado 'Epístolas líricas. Correspondencia con Antonio de Lezama', libro que reúne los poemas dedicados por Buscarini al periodista de Laguardia, redactor-jefe de La Libertad, Antonio de Lezama. La obra 'El Rufián. Teatro, narrativa y memorias' completa la edición de sus obras, al reunir toda su producción literaria no poética, ya publicada en el volumen 'Orgullo'.
El cantaor flamenco Juan Pinilla ha versionado algunos poemas de Buscarini por tangos y tonás y suele interpretar dichos temas en sus espectáculos.3
El Grupo de Teatro Crítico Universal (TECU) de la Universidad de La Rioja estrenó el montaje de su obra El rufián el 27 de septiembre de 2012 en La Gota de Leche (Logroño).4
Homenajes
· La Universidad de La Rioja celebró su I Centenario en 2004.5 Los actos comenzaron el 16 de julio con una conferencia de Juan Manuel de Prada.
· Ese mismo año, el Ayuntamiento de Ezcaray, su villa natal, decidió cambiar el nombre de la calle José Antonio Primo de Rivera, poniéndole el de Armando Buscarini. En su libro El rufián, en 1928, publicó el siguiente poema premonitorio:
A una clara avenida, con frondoso arbolado/darán mañana el nombre de quien tanto luchó./Mi corazón entonces se hallará agusanado/En el estrecho nicho que la piqueta abrió./En un bello crepúsculo, tranquilo y perfumado/resonarán canciones que no escucharé yo./El amor de los niños habrá purificado/la memoria de un hombre que por amar, pecó./¡Avenida soleada de un futuro lejano!/¡En mis sueños te veo surgir esplendorosa!/¡Tú has de ser en las noches cálidas de verano/vía abierta a la dulce confidencia amorosa,/cuando crucen los novios cogidos de la mano/y se alejen las almas un poco de la prosa...! ('Avenida Armando buscarini'. El rufián, 1928)
· El Ayuntamiento de Ezcaray también ordenó colocar una lápida en la casa natal del poeta en la calle Mercedes de Mateo nº 1, que contiene la siguiente leyenda:
En esta casa nació el poeta/Antonio Armando García Barrios/"Armando Buscarini"/1904-1940/"...Es verdad que yo sufro, pero oídme: ¿Qué me importa sufrir si soy poeta?". Ezcaray, septiembre de 2004.
· El director de la Banda Municipal de Música de Ezcaray compuso en 2006 el pasodoble-marcha Armando Buscarini, que fue estrenado, frente a su casa natal, el 2 de julio de ese mismo año. Acto seguido se presentó en la Biblioteca Pública de Ezcaray el libro Orgullo. Poesía (in)completa. La partitura fue entregada a los autores de este libro, los hermanos Rubén y Diego Marín A., en octubre de 2010, tras ser interpretada en la Plaza Conde de Torremúzquiz.6
· El Instituto de Estudios Riojanos (IER) patrocinó en 2006 y 2008 el estudio sobre su vida y obra.
· El bodeguero riojano Gonzalo Gonzalo Grijalba, propietario de Thewinelove.com ha nombrado uno de sus vinos Orgullo, título del más famoso poema de Armando Buscarini, y que elabora con variedades de uva tinta y blanca. Habitualmente ha colaborado en catas literarias, maridando su vino con la obra del poeta, en eventos como el Festival de Jazz de Ezcaray y en el Festival Mariquitina's Day.7
· Ha dado nombre a la Editorial Buscarini, una iniciativa cultural y literaria, nacida en La Rioja y dirigida por los hermanos Rubén y Diego Marín A., de ascendencia ezcarayense.


Obra narrativa

· 1917 - Emocionantísimas aventuras de Calck-Zettin. El emperador de los detectives

·         1918 - Cantares

·         1923 - El riesgo es el eje sublime de la vida

·         1924 - El arte de pasar hambre

·         1924 - El aluvión

·         1924 - Mis memorias

·         1924 - Maruja la de Cristo

·         1924 - Las luces de la Virgen del Puerto

·         1925 - San Antonio de la Florida

·         1927 - La cortesana del Regina

Obra poética

·         1919 - Ensueños

·         1920 - Sombras

·         1920 - Cancionero del arroyo

·         1921 - Romanticismo

·         1921 - Poemas sin nombre

·         1921 - Rosas negras

·         1921 - Yo y mis versos

·         1922 - Con la cruz a cuestas

·         1922 - Por el amor de Dios

·         1922 - Dolorosa errante

·         1924 - Primavera sin sol

·         1926 - Baladas

·         1926 - Los lauros

·         1928 - El umbral del recuerdo

Obra dramática

·         1923 - Sor misericordia (firmada con Mario Arnold)

·         1924 - El rey de los milagros

·         1925 - La Reina del Bosque

·         1927 - Los dos alfareros

·         1928 - El rufián

Otras obras del autor

·         La venganza de la gitana8

·         Las rosas eternas

·         Cruzada romántica. Prosa de exaltación y amor a la humanidad

·         El hombre de las gafas negras

·         Golondrinita

·         Voluntad, alma y pobreza

·         San Juan de Dios

·         Los días del hospital

Bibliografía

·         2008 - El Rufián. Teatro, narrativa y memorias, Armando Buscarini. Editorial Buscarini (Colección 'Motivos Personales', 3). Introducción de Luis Antonio de Villena. Prólogo, edición y notas: Rubén y Diego Marín A.

·         2007 - Epístolas líricas. Correspondencia con Antonio de Lezama. Editorial Buscarini (Colección 'La Imprenta de Armando', 1). Introducción de Luis Alberto de Cuenca. Prólogo, edición y notas: Rubén y Diego Marín A.

·                2006 - Orgullo. Poesía (in)completa. Ediciones del 4 de agosto (Colección 'Días de perros' nº 10). Introducción de Juan Manuel de Prada. Prólogo, edición y notas: Rubén y Diego Marín A.

·    2006 - Cartas Vivas. Epistolario inédito con Rafael Cansinos Assens y Andrés González Blanco. Ediciones del 4 de agosto (Colección 'Alia Opera', 10). Introducción de Javier Casis. Prólogo, edición y notas: Rubén y Diego Marín A.

·         2000 - Desgarrados y excéntricos. Seix Barral. Edición de Juan Manuel de Prada.

·         1996 - Mis memorias. AMG Editor. Edición de Juan Manuel de Prada.

·         1995 - Las máscaras del héroe. Valdemar. Juan Manuel de Prada.

·         1994 - Cancionero del arroyo. Gobierno de La Rioja. Edición de Juan Manuel de Prada.

·          

 

 

ARMANDO BUSCARINI (1904-1940)

 

 

Poeta, hijo de madre soltera, que vagó por Madrid pidiendo que le compraran

sus libritos de versos, Sufrió hambre y desprecio y, finalmente, murió en un manicomio.

 

Juan Manuel de Prada le ha dedicado un estudio con su poesía editada.

 

 

 

A. B.

 

A una clara avenida, con frondoso arbolado

/darán mañana el nombre de quien tanto luchó.

/Mi corazón entonces se hallará agusanado/

En el estrecho nicho que la piqueta abrió.

 

/En un bello crepúsculo, tranquilo y perfumado

/resonarán canciones que no escucharé yo.

/El amor de los niños habrá purificado

/la memoria de un hombre que por amar, pecó.

 

/¡Avenida soleada de un futuro lejano!

/¡En mis sueños te veo surgir esplendorosa!

/¡Tú has de ser en las noches cálidas de verano

/vía abierta a la dulce confidencia amorosa,

/cuando crucen los novios cogidos de la mano

/y se alejen las almas un poco de la prosa...!

 

 

('Avenida Armando buscarini'. El rufián, 1928)

 

 

 

 

El Poeta

Sentado junto a una mesa
carcomida por el tiempo
y alumbrado débilmente
por la luz de un quinqué viejo,
un joven pálido escribe
en cuartillas, varios versos.
Es un poeta, las noches
pásaselas escribiendo...
Anhela la gloria, joya
más valiosa que el dinero.
Y continua impasible,
sin descansar un momento,
hasta ver recompensados
algún día sus desvelos.

 

 

            ORGULLO

 

San Fernando, Plaza de la Iglesia, 1910

 

Aunque sufra del mundo los desdenes

de mi vida de artista en la carrera;

aunque pasen altivos a mi paso

los hombres de alma ruin que nunca sueñan;

aunque salgan aullando a mi camino

los famélicos lobos que me acechan

con la envidia voraz; aunque en mi lucha

hambre y frío sin límites padezca;

aunque el mundo me insulte y me desprecie

y por loco quizás también me crean;

aunque rujan tras mí ensordecedoras

tempestades de envidia; aunque me vea

harapiento y descalzo por las calles,

inspirando piedad e indiferencia;

y, en fin, aunque implacables me atormenten

las más grandes torturas, aunque vea

que a mi paso se apartan las mujeres

por ver con repugnancia mi pobreza

(pero quizá ignorando de mi alma

el tesoro de ensueño que se alberga),

nada me importará, porque yo siempre,

caminando sereno por la tierra,

con el alma latiendo por la gloria

y flotante a los vientos mi melena,

iré diciendo al mundo con voz fuerte,

¡con voz en la que vibre mi alma entera!:

-Es verdad que yo sufro; pero oídme:

¿qué me importa sufrir si soy poeta?

Armando Buscarini


 Una costa italiana

 

YO SOY UN TRISTE JOVEN DE ARDIENTE SED CARNAL…

Yo soy un triste joven de ardiente sed carnal,
porque, como a Verlaine, me devora ese mal,
y busco en los burdeles, sediento de lujuria,
las mujeres que calmen mi afrodisíaca furia:
esas mujeres, propias mártires de sus vidas,
que tienen cadavéricos semblantes de suicidas.
Y encuentro en las caricias de esas pobres rameras
como un florecimiento de muertas primaveras…
Yo soy un triste poeta taciturno
a quien embruja el rayo siniestro de Saturno,
y en mis íntimas horas de dolor y de anemia
voy trazando mis versos que son rezo y blasfemia.
Mis poemas son tristes porque triste es mi vida,
los poemas sin nombre de mi alma dolorida
por todos los dolores de mi negra orfandad,
en esta vida inquieta de amarga soledad.

Cancionero del arroyo, 1920.

 

 

                           YO

 

 

Como mi cuna fue un transatlántico
soy navinato, como D’Annunzio
y mientras viva yo no renuncio
ni a ser poeta ni a ser romántico.

Soy arrogante, con la arrogancia
fiera y gallarda de un mosquetero,
amo la trágica historia de Francia
¡y tengo un alma de aventurero!

Soy orgulloso como italiano;
solo a los héroes tiendo mi mano
y muestro al vulgo como un blasón

mi exaltado romanticismo
que cualquier día pienso yo mismo
cantar en una canción

(…)

 

El Busto

 

Los hospicianos

van esta tarde

hasta las húmedas

frondas del parque,

entre las cuales se yergue un busto

que por lo afable de su semblante

recuerda a héroes antepasados,

cuyas hazañas fueron tan grandes,

que hoy se les rinde tributo augusto

sobre las lápidas mortales…

 

Los hospicianos miran atentos

la pétrea imagen

que por sus rasgos, tan expresivos,

revela antiguas cordialidades…

Luego se alejan

diciendo el nombre del personaje…

-Es don Ricardo Gasset –murmuran;

y aún vuelven todos por admirarle…

 

 

ALMA DE ARTISTA

 

 

 

Una errata de imprenta se deslizó en mi nombre:

No es Armando, es amando como siempre viví.

Amando a la alimaña y a la fiera y al hombre,

que el amor no se apaga en mí.

 

Rufianes sin ingenio rompieron mi apellido

«Buscarini», dijeron. «¡Bah! La busca del pan».

El pan que a mí me dieron siempre lo he repartido;

y también partí otro que los hombres no dan.

 

Armando Buscarini. El nombre trae de Galia

el perfume galante, y el apellido Italia

dice; pero soy sólo pobre poeta español,

 

que en esta tierra inhóspita, que no ama a sus cantores,

arrastra, entre sarcasmos, su juventud sin flores,

su sed sin agua, y su primavera sin sol.