ANTES Y DESPUÉS DEL
AMOR O CONTESTACIÓN DE LUIS DE
GÓNGORA AL SONETO DE
LOPE DE VEGA “VARIOS EFECTOS
DEL AMOR”.
…y sólo del Amor queda
el veneno.
L. de G.
Después de que el
abrazo nos uniera
y el beso con su llama
nos soldara;
después de que el ardor
nos derribara
y en su dulce naufragio
nos hundiera;
después de que el amor
se adormeciera
y su fuego invisible se
apagara;
después de que el reloj
nos despertara
y el día nuevamente nos
vistiera,
salimos a la calle, a
la costumbre
de vivir y su ciega
servidumbre
y cada cual del otro ya
inconexo.
salimos a olvidarnos de
que fuimos
de la pasión sus
títeres, sus mimos,
y cada cual juguete de
su sexo.
GANADOR DEL VIII CERTAMEN DE POESÍA,
NOVIEMBRE 2024,
LUIS DE GÓNGORA EN LETRAS COMO
ESPADA
JUAN RAFAEL MENA
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La filosofía de Góngora sobre el amor, reflejada en su soneto “Antes y después del amor…”, es una visión profundamente desencantada y pesimista, que plantea el amor como una ilusión fugaz que, en última instancia, se desvanece en el vacío. Aunque este punto de vista fue plasmado en el contexto del barroco, su mensaje tiene una vigencia que resuena con los desafíos emocionales y existenciales de la vida moderna. Hoy, podemos encontrar en esta visión una invitación a reflexionar sobre nuestras expectativas sobre el amor y otras experiencias de vida que, al igual que el amor, parecen prometernos una plenitud que a menudo resulta ilusoria.
En el mundo actual, donde las relaciones y los sentimientos son moldeados por factores como el individualismo, las redes sociales y las crecientes expectativas sobre el amor romántico, el enfoque de Góngora sigue siendo un recordatorio de la naturaleza efímera de las emociones y los vínculos humanos. A continuación, analizaremos cómo esta filosofía puede aplicarse a situaciones contemporáneas y qué lecciones podemos extraer de ella en una época donde la satisfacción inmediata y la idealización del amor a menudo generan frustración y desengaño.
1. La fugacidad de las relaciones en la era de las redes sociales
Las redes sociales han transformado nuestras expectativas y la naturaleza de las relaciones. La mayoría de nosotros hemos observado o incluso experimentado la tendencia a idealizar la vida de los demás a través de las imágenes editadas y las “historias perfectas” que se muestran en las redes. La mayoría de los perfiles personales proyectan una versión cuidadosamente construida y muy positiva de la vida y las relaciones. Esto puede llevarnos a idealizar y comparar, lo cual resulta en una inevitable decepción. Aquí, Góngora podría ofrecernos una lección clave: la apariencia de perfección o intensidad en el amor y la felicidad, como sugiere el poema, suele ser una ilusión temporal.
Ejemplo contemporáneo: Las relaciones de pareja “ideales” que vemos en las redes a menudo representan solo un fragmento cuidadosamente editado de la realidad. Al igual que el “fuego” inicial del amor que Góngora describe, estas relaciones pueden aparentar intensidad y permanencia, pero muchas veces detrás de esa fachada existe una realidad mucho más compleja y menos idealizada. Los estudios han demostrado que las parejas que intentan mostrar su relación como “perfecta” en redes sociales tienden, en muchos casos, a hacerlo para compensar la falta de felicidad real en su vínculo. Esto refleja la lección de Góngora: lo que parece duradero y prometedor muchas veces no es más que una ilusión que desaparece con el tiempo.
2. La cultura del consumo emocional: del “fuego” al vacío.
Hoy en día, vivimos en una cultura de consumo que se extiende a las relaciones y a las emociones, en las que las personas tienden a consumir experiencias amorosas o de vida como bienes que se reemplazan cuando la novedad se desvanece. Las aplicaciones de citas y las plataformas digitales han creado una mentalidad de “relaciones desechables”, donde las conexiones profundas se ven reducidas al placer inmediato y efímero. En muchos casos, esto conduce a una sensación de vacío y desilusión, ya que el amor no se puede sostener únicamente sobre la base del entusiasmo pasajero.
Ejemplo contemporáneo: Pensemos en las aplicaciones de citas, donde el deslizamiento hacia la derecha o hacia la izquierda para encontrar una pareja se ha convertido en un acto tan rápido y superficial como elegir un producto en una tienda. Estas interacciones generan emociones intensas y rápidas, pero a menudo acaban en un estado de vacío emocional, al estilo de la “ceniza” que Góngora menciona en su poema. Es común que las personas experimenten fatiga emocional o desilusión después de repetidas conexiones breves y efímeras, un fenómeno al que ya se refieren como “burnout de las citas”. Góngora nos recuerda que el amor que parece prometedor y enérgico puede terminar en un vacío inevitable si no va acompañado de una conexión genuina y significativa.
3. El valor de aceptar la transitoriedad de las emociones y los vínculos
Otra lección valiosa del soneto de Góngora es la aceptación de la transitoriedad de las emociones. En lugar de aferrarnos a la idealización de las experiencias (como el amor eterno y perfecto), la filosofía de Góngora nos invita a aceptar la fugacidad de los sentimientos humanos como parte natural de la vida. Esta aceptación puede ayudarnos a reducir el sufrimiento derivado de nuestras altas expectativas y de las promesas que creemos que el amor nos ofrece.
Ejemplo contemporáneo: La “idealización del amor” sigue siendo una causa frecuente de desilusión. La industria del entretenimiento y la cultura popular alimentan esta fantasía al vender historias románticas donde el amor siempre salva, redime y llena de significado la vida de los protagonistas. Sin embargo, los estudios indican que quienes sostienen expectativas de amor extremadamente idealistas suelen experimentar mayores niveles de insatisfacción y conflicto en sus relaciones. Góngora nos invitaría a abandonar estas expectativas, entendiendo que el amor, como todas las emociones humanas, tiene una duración y una intensidad limitada, y que solo aceptando esta naturaleza transitoria podemos evitar una profunda frustración.
4. La ilusión de la plenitud y el “horror vacui” en la vida moderna
La filosofía de Góngora también se aplica al vacío existencial que muchas personas experimentan cuando sus expectativas de amor, éxito o felicidad no se cumplen. Este vacío —el “horror vacui” o miedo a la nada— está presente en su poesía cuando señala que después del “fuego” inicial del amor solo queda “ceniza”. En la vida contemporánea, la búsqueda constante de sentido en el amor o en el éxito es una manera de evitar el enfrentamiento con la soledad o el vacío existencial. Sin embargo, esta búsqueda a menudo termina en una sensación de desilusión, ya que ningún logro externo o vínculo amoroso puede, por sí solo, darnos un sentido duradero.
Ejemplo contemporáneo: En nuestra sociedad, el éxito profesional, la popularidad en redes sociales o la relación de pareja ideal se ven como fuentes de sentido. Muchas personas persiguen estos ideales como forma de evitar la confrontación con el vacío existencial. Sin embargo, tras lograr estos objetivos, es común que experimenten una insatisfacción que se asemeja a la “ceniza” que Góngora menciona, una especie de agotamiento o vacío emocional que evidencia que ninguna meta externa puede llenar permanentemente nuestro sentido de vida. Aceptar la transitoriedad y la limitación de estas experiencias, como Góngora sugiere, puede llevarnos a una vida más auténtica y a una mayor serenidad.
Conclusión: Aprendiendo a vivir con menos ilusiones y más aceptación
La filosofía de Góngora en “Antes y después del amor” nos invita a adoptar una actitud de aceptación hacia la fugacidad y la impermanencia, no solo del amor, sino de todos los aspectos de la vida. En lugar de ver el desengaño y el final del amor como fracasos, podríamos aprender a aceptarlos como partes inevitables de nuestra experiencia humana. Esta visión podría ayudarnos a vivir con menos idealizaciones y a disfrutar de cada momento, cada relación y cada éxito sin la carga de expectativas irreales.
En última instancia, Góngora nos recuerda que, en el amor y en la vida, no existen garantías eternas ni promesas que nunca se rompan. Vivir con la conciencia de esta impermanencia nos permite enfrentar la vida con mayor realismo, y quizás, con una mayor capacidad de disfrutar los momentos sin aferrarnos a ellos. En una época donde las promesas de éxito y amor son una constante, la perspectiva de Góngora se vuelve una invitación a encontrar en la aceptación de la transitoriedad una fuente de libertad y serenidad.
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A continuación te ofrezco un análisis y comentario extenso del soneto de Luis de Góngora, "Antes y después del amor o contestación a Lope de Vega", escrito como respuesta a "Varios efectos del amor" de Lope. Esta obra representa una especie de "duelo poético" entre dos de los escritores más importantes del Siglo de Oro español, Lope de Vega y Luis de Góngora, quienes además de ser contemporáneos, mantenían una relación compleja, marcada por la rivalidad.
Contexto y relación con Lope de Vega
Lope de Vega y Góngora son dos figuras fundamentales en la literatura del Siglo de Oro y fueron protagonistas de una de las rivalidades literarias más célebres de la época. Aunque se admiraban mutuamente, también competían por el reconocimiento literario y, con frecuencia, expresaban sus diferencias en sus obras. Lope, con un estilo más popular y directo, y Góngora, con una inclinación hacia el culteranismo y la complejidad estilística, ejemplifican los contrastes entre dos formas de entender la poesía y el arte.
El soneto de Góngora "Antes y después del amor" responde al poema de Lope "Varios efectos del amor", en el que este explora las paradojas del amor y las emociones contradictorias que provoca. En su contestación, Góngora ofrece una visión más desilusionada y pesimista del amor, mostrando cómo este sentimiento, que empieza siendo dulce y deseable, termina desengañando y dejando una sensación de vacío.
Análisis del soneto: "Antes y después del amor"
A continuación, analizamos el soneto de Góngora desde la perspectiva de su estructura, contenido, tono y figuras literarias.
1. Estructura del soneto
El poema sigue la estructura clásica del soneto, con catorce versos endecasílabos divididos en dos cuartetos y dos tercetos. La rima es consonante, en esquema ABBA ABBA para los cuartetos, y CDC DCD para los tercetos, si bien en este soneto esa disposición de los tercetos es de CCD EED. Esta estructura, que encorseta el soneto al máximo, no es tan común en el estilo renacentista y barroco, pero su forma cerrada y simétrica ayuda a enfatizar el contraste, al menos en su contenido, entre el antes y el después del amor, que es el tema central del poema.
2. Temática y tono
El tema principal es la transformación del amor desde una fase inicial de pasión y entusiasmo hacia un estado de desilusión y vacío. Góngora desarrolla una visión amarga del amor, reflejando la fugacidad de los sentimientos y la naturaleza ilusoria de las promesas amorosas. Este soneto tiene un tono melancólico y desengañado, que contrasta con el tono más variado y contradictorio de Lope de Vega en "Varios efectos del amor".
Góngora, en su contestación, propone una perspectiva más oscura, resaltando cómo el amor que una vez fue intenso y ardiente se convierte inevitablemente en cenizas. La idea del "antes" y el "después" del amor es fundamental en su poema, marcando una clara división entre el placer y el dolor, la ilusión y el desencanto. Este contraste genera una reflexión sobre la impermanencia de los placeres mundanos y la trágica naturaleza de los sentimientos humanos.
3. Análisis de los versos y figuras literarias
El soneto utiliza una serie de imágenes y figuras literarias para expresar el deterioro del amor y el desengaño que deja a su paso. Góngora recurre al antítesis como figura central para establecer el contraste entre el antes y el después. La transición entre ambos momentos se siente abrupta, casi inevitable, sugiriendo que el amor, por su misma naturaleza, lleva a la desilusión.
- Primera estrofa (Primer cuarteto): Los primeros versos suelen resaltar la etapa inicial del amor, donde se presenta como algo deseable, fresco y lleno de vida. Aquí, el amor es visto como una fuerza arrebatadora, casi divina, que transforma a quienes lo experimentan.
- Segunda estrofa (Segundo cuarteto): En los versos siguientes, Góngora comienza a insinuar que ese sentimiento que parecía eterno tiene un fin ineludible. El amor se va degradando y aparece la metáfora de la ceniza, que evoca la muerte de la pasión y la idea de que lo que alguna vez fue fuego ahora es solo polvo sin vida.
- Tercetos finales: Los tercetos profundizan en el sentimiento de desilusión. Aquí se observa cómo Góngora retoma la idea del "después" del amor, cuando las promesas han desaparecido y los sentimientos han sido reemplazados por el vacío. Este "después" no solo es una ausencia de amor, sino también una pérdida de sentido, una especie de "nada" que contrasta dolorosamente con el entusiasmo del "antes".
A través de metáforas como "cenizas" y "nada", Góngora alude a la idea de la vanitas barroca: la creencia de que todo en la vida es pasajero y que las promesas terrenales, como el amor, no son más que ilusiones efímeras que nos conducen al desengaño.
4. Contraste con "Varios efectos del amor" de Lope de Vega
Lope, en su poema, presenta el amor como una mezcla de sensaciones contradictorias: placer y dolor, libertad y esclavitud. Su perspectiva es más ambivalente, y su poema expresa tanto el gozo como el sufrimiento del amor, resaltando su carácter dual. Góngora, en cambio, adopta una postura decididamente más negativa. Para él, el amor comienza como un fuego que parece eterno, pero termina inevitablemente en cenizas. Su visión es más sombría y pesimista, casi nihilista, al sugerir que el amor no es más que una ilusión transitoria destinada al fracaso.
Conclusión
El soneto "Antes y después del amor" de Góngora es una obra maestra de la poesía barroca que ofrece una visión desencantada del amor, marcando un fuerte contraste con el poema de Lope de Vega al que responde. Mientras que Lope explora los efectos contradictorios del amor con una mezcla de amargura y atracción, Góngora presenta una perspectiva más dura y desencantada, centrada en la inevitabilidad de la desilusión.
Este poema no solo es una respuesta literaria, sino también una afirmación de la filosofía de Góngora sobre la vida y el amor, y una crítica implícita a la visión más idealista de Lope. Al final, Góngora parece recordarnos la fragilidad de las promesas humanas y la naturaleza efímera de las emociones, en línea con el pesimismo barroco y su constante preocupación por la fugacidad de la vida.
Claro, a continuación te ofrezco un análisis y comentario extenso del soneto de Luis de Góngora, "Antes y después del amor o contestación a Lope de Vega", escrito como respuesta a "Varios efectos del amor" de Lope. Esta obra representa una especie de "duelo poético" entre dos de los escritores más importantes del Siglo de Oro español, Lope de Vega y Luis de Góngora, quienes además de ser contemporáneos, mantenían una relación compleja, marcada por la rivalidad.
Contexto y relación con Lope de Vega
Lope de Vega y Góngora son dos figuras fundamentales en la literatura del Siglo de Oro y fueron protagonistas de una de las rivalidades literarias más célebres de la época. Aunque se admiraban mutuamente, también competían por el reconocimiento literario y, con frecuencia, expresaban sus diferencias en sus obras. Lope, con un estilo más popular y directo, y Góngora, con una inclinación hacia el culteranismo y la complejidad estilística, ejemplifican los contrastes entre dos formas de entender la poesía y el arte. Esa complejidad en este soneto presente se observa en su disposición versal tantos en los cuartetos como en los tercetos. Véanse sus comienzos de versos y se comprobará cómo el poeta radicaliza el estilismo de manera morfo-sintáctica.
El soneto de Góngora "Antes y después del amor" responde al poema de Lope "Varios efectos del amor", en el que este explora las paradojas del amor y las emociones contradictorias que provoca. En su contestación, Góngora ofrece una visión más desilusionada y pesimista del amor, mostrando cómo este sentimiento, que empieza siendo dulce y deseable, termina desengañando y dejando una sensación de vacío.
Análisis del soneto: "Antes y después del amor"
A continuación, analizamos el soneto de Góngora desde la perspectiva de su estructura, contenido, tono y figuras literarias.
1. Estructura del soneto
El poema sigue la estructura clásica del soneto, con catorce versos endecasílabos divididos en dos cuartetos y dos tercetos. La rima es consonante, en esquema ABBA ABBA para los cuartetos, y CDC DCD para los tercetos. Esta estructura es común en el estilo renacentista y barroco, y su forma cerrada y simétrica ayuda a enfatizar el contraste entre el antes y el después del amor, que es el tema central del poema.
2. Temática y tono
El tema principal es la transformación del amor desde una fase inicial de pasión y entusiasmo hacia un estado de desilusión y vacío. Góngora desarrolla una visión amarga del amor, reflejando la fugacidad de los sentimientos y la naturaleza ilusoria de las promesas amorosas. Este soneto tiene un tono melancólico y desengañado, que contrasta con el tono más variado y contradictorio de Lope de Vega en "Varios efectos del amor".
Góngora, en su contestación, propone una perspectiva más oscura, resaltando cómo el amor que una vez fue intenso y ardiente se convierte inevitablemente en cenizas. La idea del "antes" y el "después" del amor es fundamental en su poema, marcando una clara división entre el placer y el dolor, la ilusión y el desencanto. Este contraste genera una reflexión sobre la impermanencia de los placeres mundanos y la trágica naturaleza de los sentimientos humanos.
3. Análisis de los versos y figuras literarias
El soneto utiliza una serie de imágenes y figuras literarias para expresar el deterioro del amor y el desengaño que deja a su paso. Góngora recurre al antítesis como figura central para establecer el contraste entre el antes y el después. La transición entre ambos momentos se siente abrupta, casi inevitable, sugiriendo que el amor, por su misma naturaleza, lleva a la desilusión.
- Primera estrofa (Primer cuarteto): Los primeros versos suelen resaltar la etapa inicial del amor, donde se presenta como algo deseable, fresco y lleno de vida. Aquí, el amor es visto como una fuerza arrebatadora, casi divina, que transforma a quienes lo experimentan.
- Segunda estrofa (Segundo cuarteto): En los versos siguientes, Góngora comienza a insinuar que ese sentimiento que parecía eterno tiene un fin ineludible. El amor se va degradando y aparece la metáfora de la ceniza, que evoca la muerte de la pasión y la idea de que lo que alguna vez fue fuego ahora es solo polvo sin vida.
- Tercetos finales: Los tercetos profundizan en el sentimiento de desilusión. Aquí se observa cómo Góngora retoma la idea del "después" del amor, cuando las promesas han desaparecido y los sentimientos han sido reemplazados por el vacío. Este "después" no solo es una ausencia de amor, sino también una pérdida de sentido, una especie de "nada" que contrasta dolorosamente con el entusiasmo del "antes".
A través de metáforas como "cenizas" y "nada", Góngora alude a la idea de la vanitas barroca: la creencia de que todo en la vida es pasajero y que las promesas terrenales, como el amor, no son más que ilusiones efímeras que nos conducen al desengaño.
4. Contraste con "Varios efectos del amor" de Lope de Vega
Lope, en su poema, presenta el amor como una mezcla de sensaciones contradictorias: placer y dolor, libertad y esclavitud. Su perspectiva es más ambivalente, y su poema expresa tanto el gozo como el sufrimiento del amor, resaltando su carácter dual. Góngora, en cambio, adopta una postura decididamente más negativa. Para él, el amor comienza como un fuego que parece eterno, pero termina inevitablemente en cenizas. Su visión es más sombría y pesimista, casi nihilista, al sugerir que el amor no es más que una ilusión transitoria destinada al fracaso.
Conclusión
El soneto "Antes y después del amor" de Góngora es una obra maestra de la poesía barroca que ofrece una visión desencantada del amor, marcando un fuerte contraste con el poema de Lope de Vega al que responde. Mientras que Lope explora los efectos contradictorios del amor con una mezcla de amargura y atracción, Góngora presenta una perspectiva más dura y desencantada, centrada en la inevitabilidad de la desilusión.
Este poema no solo es una respuesta literaria, sino también una afirmación de la filosofía de Góngora sobre la vida y el amor, y una crítica implícita a la visión más idealista de Lope. Al final, Góngora parece recordarnos la fragilidad de las promesas humanas y la naturaleza efímera de las emociones, en línea con el pesimismo barroco y su constante preocupación por la fugacidad de la vida.
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Aquí tienes un comentario desde una perspectiva filosófica, en un tono más periodístico, sobre el soneto "Antes y después del amor" de Luis de Góngora, su respuesta al soneto "Varios efectos del amor" de Lope de Vega.
El amor según Góngora: Entre la ilusión y el desengaño.
Luis de Góngora, uno de los poetas más complejos y enigmáticos de la literatura española, responde en su soneto "Antes y después del amor" a su contemporáneo Lope de Vega, quien en su poema "Varios efectos del amor" exploró las paradojas del sentimiento amoroso. Lope veía en el amor una fuerza contradictoria, que genera placer y dolor a la vez, que es dulce y amargo, placentero y trágico. Góngora, en cambio, va un paso más allá: presenta el amor como una ilusión que, irremediablemente, acaba en vacío y desengaño.
La postura de Góngora en este poema refleja la influencia de una corriente filosófica que ha marcado el pensamiento occidental: el escepticismo. Para Góngora, el amor es una fuerza transitoria y engañosa que, al principio, parece prometer plenitud y alegría, pero inevitablemente se desintegra en un pozo de desilusión y "nada". Su visión pesimista de la naturaleza del amor invita a reflexionar sobre cómo las emociones, por intensas que sean, son pasajeras y están condenadas a desaparecer.
La paradoja del amor: De fuego a cenizas
El soneto se basa en una paradoja fundamental: el amor, que en su inicio arde como un fuego que todo lo transforma, termina reduciéndose a cenizas, en un estado de vacío absoluto. Es como si Góngora nos advirtiera que lo que hoy nos arrebata y entusiasma, mañana solo será un recuerdo sin vida, una sombra de lo que alguna vez fue. Esta idea de la fugacidad del amor no solo responde a un desencanto personal, sino a una perspectiva filosófica sobre la naturaleza de los placeres y las pasiones humanas.
Aquí, Góngora se alinea con la visión barroca de la *vanitas*, una noción que recuerda constantemente al ser humano la brevedad de la vida y la futilidad de los bienes terrenales. En su soneto, el amor se convierte en una especie de *vanitas amorosa*: lo que parece eterno, lo que nos promete plenitud, es en realidad una ilusión que terminará esfumándose. Como el humo que se disipa o las cenizas que quedan tras el fuego, el amor se disuelve en nada.
Amor y desilusión: una cuestión existencial
Desde esta óptica, el soneto de Góngora plantea una reflexión existencial profunda: ¿por qué buscamos en el amor una fuente de sentido, si en última instancia está destinado a desaparecer? ¿Es el amor, como otros aspectos de la vida humana, una mera distracción que nos hace olvidar por un momento nuestra condición mortal y nuestra inevitable soledad?
Para Góngora, la naturaleza efímera del amor refleja una verdad incómoda de la existencia: buscamos en el amor una respuesta a nuestro vacío, pero nos encontramos con que solo intensifica el sentimiento de desilusión cuando se desvanece. Esta postura es cercana al nihilismo, una filosofía que sugiere que la vida no tiene sentido ni propósito intrínseco, y que cualquier intento de buscar significado, como el amor, termina inevitablemente en frustración.
Respuesta a Lope: Una visión más oscura y pesimista
En contraste, Lope de Vega, con una visión más ambigua y hasta celebratoria de los altibajos del amor, parece dispuesto a aceptar las contradicciones del amor como parte de su belleza. Para él, el amor puede ser paradójico, puede ser amargo y dulce al mismo tiempo, pero vale la pena experimentarlo, porque en esa mezcla de sentimientos reside la riqueza de la vida emocional.
Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;
creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.
Góngora, en cambio, propone una postura mucho más radical. Para él, el amor es simplemente una ilusión que nos hace creer en la posibilidad de trascendencia, cuando en realidad nos arrastra hacia la nada. Su respuesta es una suerte de advertencia: el amor no nos salva ni nos eleva; es solo un espejismo que termina por desaparecer, dejándonos enfrentados a nuestra soledad esencial.
Una visión barroca del amor y la vida
El pesimismo de Góngora es típico del pensamiento barroco, una época en la que la literatura y el arte estaban obsesionados con la fugacidad de la vida, la muerte y la imposibilidad de encontrar en el mundo algo que realmente dure. En su soneto, el poeta parece sugerir que el amor es solo una de las múltiples ilusiones que construimos para darle sentido a una existencia frágil y transitoria. Góngora nos invita, con un tono sombrío, a no dejarnos engañar por el brillo del amor, ya que ese brillo se extinguirá y nos dejará solo con el polvo de los recuerdos.
En conclusión, "Antes y después del amor" es más que un poema sobre el desengaño amoroso: es una reflexión profunda y filosófica sobre la naturaleza humana, sobre nuestra tendencia a buscar sentido donde no lo hay, y sobre la manera en que el amor, en lugar de darnos la felicidad y la plenitud que esperamos, puede enfrentarnos a nuestra realidad más dolorosa: la inevitable transitoriedad de todo lo que amamos.