viernes, 30 de junio de 2023

POESÍA, FILÓN DE LA PALABRA

 


                                                                   Editorial FANES

Para Valle-Inclán no hay diferencia esencial entre "verso y prosa. Todo buen escritor, como todo verdadero poeta, sabrá encontrar número, ritmo, cuantidad para su estilo. Por eso los grandes poetas eliminan los vocablos vacíos, las apoyaturas, las partículas inexpresivas, y se demoran en las nobles palabras, llenas, plásticas y dilatadas”. Para el poeta de las Sonatas, la poesía está, verso o prosa, en el lenguaje, y el lenguaje halla en la poesía su mejor expresión; de ahí que la poesía sea el filón del que sale la palabra para escritura del escritor y uso del hablante.

Pero vayamos a las exigencias del estilo. Advirtamos que antes de que El arte como artificio del estilista ruso se conociera en Occidente, ya poetas como Vallejo (el de Poemas humanos, sobre todo), García Lorca, Neruda y Miguel Hernández “desfiguraron” el texto a favor del “extrañamiento”.

El Ultraísmo proponía en su primera cláusula que el arte literario se redujese a la metáfora como único recurso retórico, tachando adjetivos inútiles, frases medianeras y nexos. (Ya Aristóteles, autor del primer Arte poética de Occidente, decía que la metáfora era lo que diferenciaba al verdadero poeta.)

También recomendaba el uso de la tipografía versal a gusto del poeta, lejos del encorsetamiento clásico, además de otras normas. En lo que se refiere a la metáfora, es cierto que hay un antecedente del Ultraísmo en el Futurismo, además de los teóricos rusos del siglo XIX, como Potebnia y Knechenik, como la cláusula de que el lenguaje pretenderá la supresión de adjetivos y adverbios para dar un mayor dinamismo y rapidez verbal, hasta la "destrucción de la sintaxis", dejando las palabras en libertad, como quiso el Futurismo, en expresión luego de Apollinaire. Eso es lo que intento poner en claro aquí.

Si todo está dicho, como dice Goethe, hay que remozar el lenguaje y sorprender al lector, como dijo Vivaldi, refiriéndose a la música, por supuesto. Es decir, una poesía no se puede justificar por la comunicación ni el sentimiento sino por el avance que haya conseguido con su grado de expresividad. Y esa expresividad tiene el deber —y el placer indecible— de sensorializar los conceptos, de pintar como ya dijeron Simónides de Queos, Plutarco y Leonardo da Vinci (“La pintura es poesía muda y la poesía pintura parlante”).

Cada verso ha de estar desfigurado con respecto a la lógica, propio de la poesía convencional que no se exige y sestea en sus carriles redichos.

La poesía es un registro sugerente y no definidor. Da a entender, no explica, como dijo Mallarmé.

La poesía se deja entrever como si fuera la revelación de una sensibilidad avanzada, mágica, sorprendente, una síntesis de filosofía de la vida y arte expresivo para captar la atención del lector.

"Así como los árboles mudan la hoja al morir el año ...así también perecen con el tiempo las palabras antiguas..." VII (Horacio: Ad Pisones).

 

 

RESUMEN DE LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO POESÍA, FILÓN DE LA PALABRA (Editorial Fanes, 2017 ) EN RADIO LA ISLA DE SAN FERNANDO (CÁDIZ)

Los motivos que me llevaron a componer este libro fueron los siguientes: Necesidad de ubicar los tramos de mi trayectoria poética inducido por unos criterios generacionales.

Me pregunto: ¿Existen las generaciones dentro de la historia literaria?

Respuesta: Lo demuestran las diferencias de temas y usos del lenguaje poético.

Poesía, por tanto, de tres generaciones:
—La de la posguerra: Poesía social
—La de los años cincuenta-sesenta: Realismo crítico
—La de los años 70: Poesía de los Novísimos, que yo llamaría también Poesía de la Transición.

Pero, además de esta razón de diferenciarse unos poetas y escritores de otros, hay otra razón que sobreviene cuando la madurez del lenguaje ha alcanzado una cota significativa en su diferenciación y la poesía quiere ir más allá de la comunicación, propósito éste que obsesionaba tanto a los poetas de la llamada poesía social como a la poesía crítica del realismo ya maduro de los años sesenta. Podría haber surgido entonces un anhelo irresistible de renovar la potencia creadora de la lengua, pero no fue así, y el cambio de generación, es decir: la del paso de los poetas del realismo crítico a los llamados poetas Novísimos, no fue más allá del cambio de temática. Hemos de advertir que el nombre de Novísimos viene del título que dio José María Castellet a su libro editado en 1970 y titulado: Nueve novísimos poetas españoles, libro en el que recogía poemas de jóvenes poetas desmarcados de la poesía social y del realismo vigente. No se ha de olvidar que estos poetas nacidos en los años cuarenta fueron los que renovaron los temas de la poesía española y tal vez a causa de ello dieron al lenguaje poético una bocanada de frescura, aunque tampoco he de callar que a mí me parece una poesía falta de espontaneidad que no tuvo en cuenta aquella definición del poeta francés Leconte de Lisle, que para mí es oro de ley, y que dice: “Sólo hay poesía en el deseo de lo imposible y en el dolor de lo irreparable”.

Esto era el comienzo de una nueva manera de entender la función poética, una especie de puente hacia el tramo que quiero alcanzar. Sin embargo, lo mismo que señalo el significativo valor literario de estos poetas, también he de decir que ninguno de ellos tuvo una intuición suficiente al menos, de una expresividad llamativa del discurso entramado por el verso superando la obsesión o la imposición del tema como motivo predominante del poema.

Cuando yo leí El Arte como artificio del estilista ya mencionado, me di cuenta que en España, incluyendo a Neruda aquí, hubo poetas que ya de forma inconsciente hicieron un esfuerzo para desligar el lenguaje poético de las deudas con el pasado; quiero decir que ensayaron sin previa didáctica y sin ningún influjo nacional o extranjero, una manera de presentar la poesía como una potencia creadora de nuevas impresiones para el lector. Juan Ramón Jiménez en su obra, ya de la época que él definiría como verdadera o suficiente, La estación total, García Lorca en Poeta en Nueva York, Vicente Aleixandre en La destrucción o el amor, muy en concreto en su poema “Se querían”, y Miguel Hernández en casi toda su obra después de Perito en lunas, muy clásica todavía, hicieron realidad la postulación del formalista ruso, sin ellos saberlo.

Y a esta conclusión es a la que quería yo llegar cuando, un día, la sensibilidad del uso de la lengua literaria se encuentra con la teoría formalista del estilista ruso Vixtor Shklovski. ¿Qué postula este estilista nacido en 1893 y fallecido en 1984?

Nos dice que en arte hemos de desvincularnos de las frases desgastadas, de la deuda con el pasado literario y, por lo contrario, innovar de manera que lo que se escribe parezca nuevo, y así los objetos o lugares descritos aparezcan como si no hubiesen sido vistos antes. Digámoslo con una metáfora coloquial: Hay que reverdecer las palabras. Hay que dotar de lozanía a las expresiones conducentes a emocionar al lector. Quiere decir que la poesía debe sorprender más que contar —ya todo está dicho, si no recordemos aquello de que “Nada hay nuevo bajo el sol”, como dice el Eclesiastés— y más que convencer debe tocar la fibra de la imaginación del lector, sacarlo de una realidad gris y hacer que imagine otros mundos, como dijo el poeta francés Paul Eluard: “Hay otros mundos pero están en éste”. Por ello, ésta es, pues, la conclusión a la que deseaba llegar, es decir: La consolidación de la función poética en el lenguaje como valor primordial del poema. Y es también una lucha contra el factor lastre como lo llamara el catedrático estudioso de nuestra Literatura Guillermo Díaz-Plaja.

Con todo mi respeto a la poesía que han escrito hasta ahora los poetas más significativos del pasado y el presente, he de insistir en que la creación está por encima de la comunicación; que no basta con expresar sentimientos sino que lo que se exponga ante el lector esté desvinculado de textos ya manidos; o sea, que escribir poesía no sea un ejercicio para el que se dispone de frases redichas ya desprovistas de originalidad capaz de sorprender al que lee. La valoración recae, por tanto, en la facultad que tiene el poeta de maravillarnos, más que de confesarnos un ideal o un sentimiento, y más que de su fidelidad a un lenguaje heredado, nos fascine su habilidad para crear imágenes que traduzcan pensamientos abstractos, que son tan desafortunados en el poema. Hay que acordarse de la frase de Picasso: “Yo hago lo imposible porque lo posible lo hace cualquiera”. Y, por si fuera poco, oigamos lo que dice Marcel Proust, el famoso novelista de En busca del tiempo perdido: “Sólo la metáfora puede dar una suerte de eternidad al estilo”.

Y acabo mi intervención con lo siguiente: Considerando el problema a niveles de poesía más o menos oficializada por la crítica profesional y los criterios selectivos de las mejores antologías, la técnica del realismo en el menester poético con sus frases hechas o poco autoexigentes, tendrá que tomar conciencia de que el imperativo de la creatividad se irá imponiendo hasta diferenciar la poesía que no emociona ya, de la que nos cautiva por una maravillosa estrategia de estilo.


(Extracto de la presentación del libro en Radio La Isla, en una entrevista llevada a cabo por el profesor y poeta Ramón Luque Sánchez)

 

 

jueves, 29 de junio de 2023

ORIENTACIÓN PARA ADQUIRIR LIBROS DEL AUTOR



 



                                                      Librería Bozano (Calle Rosario)

 TODAS LAS OBRAS  QUE SE CITAN EN ESTE BLOG EDITADAS POR

 ARTES GRÁFICAS  FRANCIA 2, 

 ASÍ COMO LAS PUBLICADAS POR 

EDITORIAL  DALYA,

 ESTÁN DE VENTA EN LA LIBRERÍA BOZANO DE SAN FERNANDO -CÁDIZ-, 

CALLE ROSARIO 3,  CUYO TELÉFONO ES  956 891419


EDITORIAL DALYA:

Novelas:

Vete a Madrid

El amor tras los visillos

Roza tu nombre mi memoria

La tesis de Erothya


Relatos:

Historias de gente de a pie

La memoria desandada

Poesía:

Del esplendente mar, del perseguido amor

Encrucijada de sonetos

Haikus por mar y tierra

Erothya o sonetos del amor por dentro

 

PUNTO ROJO:

 

Testigo de la vida, el amor y la muerte

 

ARTES GRÁFICAS FRANCIA 2

Friso de frases o fragmentos de una filosofía lírica

Prosas crepusculares

Verbo no siervo o árbol de las metáforas

La mar que me diste

Cauces ocultos o los sonetos de don Juan

Hegesias o los sonetos trágicos

Prosas sensitivas

Calas donde medita el mar

Palabra o eslabón de pensamientos

Palabra: comunicación y arte

Roca y oleajes

Cádiz: verso y agua

Jardín de mariposas y abejorros

Crespón de primavera

Palabras en minoría



                                   Interior de la Librería Bozano (Calle Rosario)



miércoles, 21 de junio de 2023

LA TESIS DE EROTHYA, novela (2023)

 





 




 Portada de LA TESIS DE EROTHYA
238 PÁGS.
EDITORIAL DALYA
      
Ya editada


SINOPSIS LA TESIS DE EROTHYA

 

Erothya, prostituta bella e inteligente, enamora a un profesor de filosofía que visita la casa de lenocinio. Él se la lleva a su piso y la desposa.

Curiosa infatigable del fluir del día a día y entusiasta de la lectura, además del ahondamiento en las reflexiones vitales, escribe semblanzas de sus experiencias, a instancias de su esposo. Aspectos que incluyen una visión de la vida distinta a la de él y que ella silencia por amor y gratitud a ese amor que cambió su vida.

Convencido el autor de que la función literaria ha de adecuar sus recursos según el personaje y el momento, esta novela pretende ir más allá de la mera comunicación.

Así pues, este texto narrativo cierra la trilogía compuesta, además, por Erothya o sonetos al desnudo (ya editado) y Erothya o los sonetos de una vida (inédito aún), recogidos, finalmente, los tres libros con el título Erothya o mujer al pie de un pararrayos.

                      SONETO-EPÍLOGO DE LA VIDA DE EROTHYA

 

 

Tal como de la mano de una ola,

ibas, tú, Erothya, dueña de la playa.
La mirada más casta se desmaya
al verte, paseando hermosa y sola.

 

Un puticlub contigo se atortola
y va tras ti donde tu cuerpo vaya.
Casa de lenocinio en que se engalla
ese tu cuerpo que glamur tremola.

 

Un cliente te ve bella e ingeniosa.
A su piso te lleva y te desposa.
Te extravía en su bosque la lectura.

Él te insiste que leas y que escribas,
que feliz envejezcas y que vivas
y hagas de aquel ayer literatura


                      .ÍNDICE

 

                                                  Prólogo a una memoria siamesa

I. Ida y vuelta del pasado

II. Un placer no interruptus

III. La búsqueda en el laberinto de sí misma

IV. ¿Anatema o compasión de la ignorancia?

V. Una obra de caridad a medias

VI. Una visita esperada

VII. Un ramo de arrepentimiento

VIII. Playa sin sexo

IX. Otra visita, esta vez inesperada

X. Monedero de ayer, monedero de hoy

XI. Consuelo para Consolación

XII. Un trámite para cruzar la frontera del más allá.

                       XIII. Un poeta agradecido   

X                    XIV. Una teoría para tranquilizar el alma

                       XV. La tesis de Erothya

                       Soneto-Epílogo de la vida de Erothya

 

 



domingo, 18 de junio de 2023

OBSERVACIONES SOBRE EL SURREALISMO

 

EL SURREALISMO 

(Textos, en parte tomados de Internet,

en parte estudios propios)

 

 

                                                           

 Breton publicó el Manifiesto surrealista en París en el año 1924 y se convirtió, acto seguido, en el líder del grupo. El surrealismo surgió del movimiento llamado dadá, que reflejaba tanto en arte como en literatura la protesta nihilista contra todos los aspectos de la cultura occidental. Como el dadaísmo, el surrealismo enfatizaba el papel del inconsciente en la actividad creadora, pero lo utilizaba de una manera mucha más ordenada y seria.

 

POEMA REPRESENTATIVO DEL SURREALISMO POÉTICO ESPAÑOL:

Se querían

 

Sufrían por la luz, labios azules en la madrugada,

labios saliendo de la noche dura,

labios partidos, sangre, ¿sangre dónde?

Se querían en un lecho navío, mitad noche, mitad luz.

Se querían como las flores a las espinas hondas,

a esa amorosa gema del amarillo nuevo,

cuando los rostros giran melancólicamente,

giralunas que brillan recibiendo aquel beso.

Se querían de noche, cuando los perros hondos

laten bajo la tierra y los valles se estiran

como lomos arcaicos que se sienten repasados:

caricia, seda, mano, luna que llega y toca.

Se querían de amor entre la madrugada,

entre las duras piedras cerradas de la noche,

duras como los cuerpos helados por las horas,

duras como los besos de diente a diente solo.

Se querían de día, playa que va creciendo,

ondas que por los pies acarician los muslos,

cuerpos que se levantan de la tierra y flotando…

Se querían de día, sobre el mar, bajo el cielo.

Mediodía perfecto, se querían tan íntimos,

mar altísimo y joven, intimidad extensa,

soledad de lo vivo, horizontes remotos

ligados como cuerpos en soledad cantando.

Amando. Se querían como la luna lúcida,

como ese mar redondo que se aplica a ese rostro,

dulce eclipse de agua, mejilla oscurecida,

donde los peces rojos van y vienen sin música.

Día, noche, ponientes, madrugadas, espacios,

ondas nuevas, antiguas, fugitivas, perpetuas,

mar o tierra, navío, lecho, pluma, cristal,

metal, música, labio, silencio, vegetal,

mundo, quietud, su forma. Se querían, Sabedlo.

      

 VICENTE ALEIXANDRE: La destrucción o el amor 

                                     

         

 

Teniendo en cuenta el surrealismo, se ha de evitar poesía con deudas al pasado debido a sus lastres en la construcción de sintagmas sin novedad expresiva, amparándose en la necesidad de decir, de contar, de apoyarse en el significado más.

 

 El surrealismo se caracterizó por interpretación de la realidad desde el sueño, el inconsciente, la magia y la irracionalidad, conjunción de imágenes dispares (reales o irreales), tanto en el tiempo como en el espacio.

 Los objetos y formas sin su significación tradicional (principio de la desorientación"), así pues, el observador queda desorientado.

Creación de imágenes equívocas de manera que una misma cosa puede ser interpretada de varias maneras (principio de la "discordancia”).

 

Da importancia a lo paradójico, lo absurdo, la caducidad, la destrucción  y también a lo misterioso sin vinculación religiosa.

 

Además de lo onírico, representación de toda clase de simbologías, especialmente eróticas y sexuales. Todo aquello estaba en contra de la moral, la tradición y la cultura burguesa.

 

Los términos surrealismo y surrealista proceden de Apollinaire, quien los acuñó en 1917. En el programa de mano que escribió para el musical Parade (mayo de 1917) afirma que sus autores han conseguido

 

una alianza entre la pintura y la danza,

entre las artes plásticas y las miméticas,

 

 

Ello fue el heraldo de un arte más amplio aún por venir. (...) Esta nueva alianza (...) ha dado lugar, en Parade a una especie de surrealismo, que considero el punto de partida para toda una serie de manifestaciones del Espíritu Nuevo que se está haciendo sentir hoy y que sin duda atraerá a nuestras mejores mentes. Podemos esperar que provoque cambios profundos en nuestras artes y costumbres a través de la alegría universal, pues es sencillamente natural, después de todo, que éstas lleven el mismo paso que el progreso científico e industrial.

 

MIS REGISTROS POÉTICOS. EL SURREALISMO

 

El poema surrealista es la creación más difícil y al mismo tiempo la más fácil. Difícil porque conlleva un ejercicio literario donde se funden onirismo y automatismo sin que parezca que son fingidos. Fácil porque lleva a la tentación del disparate, del azar de asociaciones verbales a la aventura: cuanto más irracional, más atrayente, por lo visto, pero aparentemente, pues no resiste una segunda lectura.

 

 Si nos tenemos al primer acuñamiento de “surrealismo”, hemos de remontarnos a Apollinaire. Oigámoslo: ”Una alianza entre la pintura y la danza, entre las artes plásticas y las miméticas (...) ha dado lugar (...) a una especie de surrealismo”.

 

   Como se ve, Apollinaire habla de una fusión de las artes, como una especie de sinestesia entre dos técnicas artísticas. El nombre de surrealismo (de sûr y realisme, es decir, sobre la realidad) implica un espíritu nuevo que sobrevuela por encima de la tradición y los feudos académicos definitorios de los textos redichos.

 

  Para entender este fenómeno tal  como lo conocemos hoy, hemos de avanzar hasta Bréton y su teoría, sin olvidar la aparición del dadaísmo, con su teoría nihilista de arrasar todo lo que se pensaba hasta entonces como arte. (El dadaísmo destruía el edificio del arte, pero no construía otro nuevo, sino que dejaba las ruinas como la última acción artística del hombre.) Si se anulaba la realidad y la racionalidad, había que recurrir a lo contrario, e indagar en lo irracional y su congénere el sueño. De ahí que lo onírico entre en juego como un factor decisivo, pero, ser fiel a la sueño, se ha de aceptar el automatismo de la escritura que narra lo que revela el sueño.

 

Así, pues, el surrealismo, lejos de estar sobre la realidad, se hundía en la raíces de esa realidad cuando el poeta descendía al subconsciente y desde él enviaba al papel una fusión de elementos —imágenes y símbolos— que había que desentrañar como un mensaje poco menos que críptico por lo que tiene de revelador de lo esencial humano todavía en estado embrionario.

 

   Pero, tanto lo onírico como la escritura automática, se prestaban a un falseamiento del texto.

 

El autor de estas líneas no va a imitar a aquellos poetas que representaron ese movimiento literario, y para huir de cualquier caída en lo disparatado y/o amanerado, pactará con la realidad, pero metamorfoseándola por medio del lenguaje, que la disloca con la ayuda de la gran estrella retórica de todas las vanguardias: la metáfora, desde el futurismo al ultraísmo.

 

 

Una poesía moderna ha cuidar de no parecerse a la del pasado. Tiene que parecer nueva en su lectura, como dice el ruso Shklovski. La capacidad del poeta para innovar en la secuencia verbal; es decir, en la combinación de los elementos gramaticales ha de ser exquisita, de ahí la originalidad. Sólo la sinestesia y la metáfora son capaces de presentar una secuencia de palabras cuya lectura arrebate. Lo demás es poesía disparatada que en el significante (entendiendo por significante un conjunto de fonemas que admite combinaciones que superan la función convencional, incluido el juego, como la llamada jitanjáfora.

 

 

¿Quién es el padre del surrealismo, y por qué se dice que es surrealista?

ORIGEN DEL TÉRMINO


Los términos surrealismo y surrealista proceden de Apollinaire, quien los acuñó en 1917. En el programa de mano que escribió para el musical Parade (mayo de 1917) afirma que sus autores han conseguido una alianza entre la pintura y la danza, entre las artes plásticas y las miméticas, que es el heraldo de un arte más amplio aún por venir. (...) Esta nueva alianza (...) ha dado lugar, en Parade a una especie de surrealismo, que considero el punto de partida para toda una serie de manifestaciones del Espíritu Nuevo que se está haciendo sentir hoy y que sin duda atraerá a nuestras mejores mentes. Podemos esperar que provoque cambios profundos en nuestras artes y costumbres a través de la alegría universal, pues es sencillamente natural, después de todo, que éstas lleven el mismo paso que el progreso científico e industrial.

 


La palabra surrealista aparece en el subtítulo de Las tetas de Tiresias (drama surrealista), en junio de 1917, para referirse a la reproducción creativa de un objeto, que lo transforma y enriquece. Como escribe Apollinaire en el prefacio al drama,

Cuando el hombre quiso imitar la acción de andar, creó la rueda, que no se parece a una pierna. Del mismo modo ha creado, inconscientemente, el surrealismo... Después de todo, el escenario no se parece a la vida que representa más que una rueda a una pierna.



PRIMEROS PASOS


Históricamente, el surrealismo surge como una respuesta dialéctica a la destrucción estéril preconizada por los dadaístas. En 1922 Breton y Picabia, que habían participado intensamente en la agitación Dadá, se desmarcan de su líder, Tzara, decepcionados de unos actos de provocación que con el tiempo han ido volviéndose previsibles y mecánicos. El rechazo sin matices de Tzara a todo el arte anterior a las vanguardias va a dejar paso a una recuperación crítica de lo que hubo de mágico y rebelde en él, reivindicando a autores como Sade, Lautréamont y Rimbaud. Breton definirá el nuevo movimiento como "la cola prensil del romanticismo".

Desde el principio, el surrealismo se singulariza entre los ismos vanguardistas por el valor que otorga a lo irracional e inconsciente como elementos esenciales del arte. El órgano portavoz del movimiento fue la revista Litterature, fundada en 1919 y dirigida por un grupo de poetas (Breton, Soupault, Aragon y Eluard). En homenaje a Apollinaire, estos poetas adoptaron la palabra surrealismo para definir un método de escritura simultánea con el que estaban experimentando:

...Surrealismo: Puro automatismo psíquico, por medio del cual se intenta expresar, verbalmente o por escrito, o de cualquier otro modo, el proceso real del pensamiento. El dictado del pensamiento, libre de cualquier control de la razón, independiente de preocupaciones morales o estéticas...


Tal fue la definición del término dada por los propios Breton y Soupault en el primer Manifiesto Surrealista fechado en 1924. Surgió por tanto como un movimiento poético, en el que pintura y escultura se conciben como consecuencias plásticas de la poesía.



Durante sus prácticas como médico, Breton había estudiado y puesto en práctica las teorías de Freud sobre el inconsciente. De ellas extrae algo diferente a una terapia: una nueva propuesta ética y estética.

En El surrealismo y la pintura, de 1928, Breton expone la psicología surrealista: el inconsciente es la región del intelecto donde el ser humano no objetiviza la realidad sino que forma un todo con ella. El arte, en esa esfera, no es representación sino comunicación vital directa del individuo con el todo. Esa conexión se expresa de forma privilegiada en las casualidades significativas (azar objetivo), en las que el deseo del individuo y el devenir ajeno a él convergen imprevisiblemente, y en el sueño, donde los elementos más disímiles se revelan unidos por relaciones secretas. El surrealismo propone trasladar esas imágenes a la esfera del arte por medio de un ejercicio mental libre, sin la intromisión censora de la conciencia. De ahí que elija como método el automatismo, recogiendo en buena medida el testigo de las prácticas mediumnímicas espiritistas, aunque cambiando radicalmente su interpretación: lo que habla a través del médium no son los espíritus, sino el Inconsciente.



Durante unas sesiones febriles de automatismo, Breton y Soupault escriben Los Campos Magnéticos, primera muestra de las posibilidades de la escritura automática, que publican en 1921.


El surrealismo al servicio de la revolución
A partir de 1925, a raíz del estallido de la guerra de Marruecos, el surrealismo se politiza; se producen entonces los primeros contactos con los comunistas, que culminarían en 1925 con la adhesión al Partido Comunista por parte de Breton.

Entre 1925 y 1930 aparece un nuevo periódico titulado El Surrealismo, al servicio de la Revolución, en cuyo primer número Louis Aragón, Buñuel, Dalí, Paul Éluard, Max Ernst, Yves Tanguy y Tristan Tzara, entre otros, se declaran partidarios de Breton. Por su parte Jean Arp y Miró, aunque no compartían la decisión política tomada por Breton, continuaban participando con interés en las exposiciones surrealistas. Poco después se incorporaron Magritte (1930), Masson (1931), Giacometti y Brauner en 1933 y también Matta (que conoce a Breton en 1937 por mediación de Dalí) y Lam; el movimiento se hizo internacional apareciendo grupos surrealistas en los Estados Unidos, Dinamarca, Londres, Checoslovaquia y Japón. Desde este momento, se abrirá una disputa, a menudo agria, entre aquellos surrealistas que conciben el surrealismo como un movimiento puramente artístico, rechazando la supeditación al comunismo, y los que acompañan a Breton en su giro a la izquierda.





En 1929 Breton publica el Segundo Manifiesto Surrealista, en el que condena entre otros intelectuales a los artistas Masson y Francis Picabia. En 1936 expulsa a Dalí por sus tendencias fascistas y a Paul Eluard. En 1938 Breton firma en México junto con León Trotski y Diego Rivera el Manifiesto por un Arte Revolucionario Independiente.



Técnicas surrealistas


El surrealismo tomó del dadaísmo algunas técnicas de fotografía y cinematografía así como la fabricación de objetos. Extendieron el principio del collage (el "objeto encontrado") al ensamblaje de objetos incongruentes, como en los poemas visibles de Max Ernst. Este último inventó el frottage (dibujos compuestos por el roce de superficies rugosas contra el papel o el lienzo) y lo aplicó en grandes obras como Historia Natural, pintada en París en 1926.

Otra de las nuevas actividades creadas por el surrealismo fue la llamada cadáver exquisito, en la cual varios artistas dibujaban las distintas partes de una figura o de un texto sin ver lo que el anterior había hecho pasándose el papel doblado. Las criaturas resultantes pudieron servir de inspiración a Miró.

En el terreno literario, el surrealismo supuso una gran revolución en el lenguaje y la aportación de nuevas técnicas sexuales. Como no asumía tradición cultural alguna, ni desde el punto de vista temático ni formal, prescindió de la métrica y creó el tipo de expresión poética denominado como versículo: un verso de extensión indefinida sin rima que se sostiene únicamente por la cohesión interna de su ritmo. Igualmente, como no se asumía la temática consagrada, se fue a buscar en las fuentes de la represión psicológica (sueños, sexualidad) y social, con lo que la lírica se rehumanizó después de que los ismos intelectualizados de las Vanguardias la deshumanizaran, a excepción del Expresionismo. Para ello utilizaron los recursos de la transcripción de sueños, la escritura automática y engendraron procedimientos metafóricos nuevos como la imagen visionaria. El lenguaje se renovó también desde el punto de vista del léxico dando cabida a campos semánticos nuevos y la retórica se enriqueció con nuevos procedimientos expresivos.



La pintura surrealista
Masson adoptó enseguida las técnicas del automatismo, hacia 1923-1924, poco después de conocer a Breton. Hacia 1929 las abandonó para volver a un estilo cubista. Por su parte Dalí utilizaba más la fijación de imágenes tomadas de los sueños, según Breton, "...abusando de ellas y poniendo en peligro la credibilidad del surrealismo..."; inventó lo que él mismo llamó método paranoico-crítico, una mezcla entre la técnica de observación de Leonardo da Vinci por medio de la cual observando una pared se podía ver como surgían formas y técnicas de frottage; fruto de esta técnica son las obras en las que se ven dos imágenes en un sola configuración. Óscar Domínguez inventó la decalcomanía (aplicar gouache negro sobre un papel el cual se coloca encima de otra hoja sobre la que se ejerce una ligera presión, luego se despegan antes de que se sequen).

Miró fue para Breton el más surrealista de todos, por su automatismo psíquico puro. Su surrealismo se desenvuelve entre las primeras obras donde explora sus sueños y fantasías infantiles (El Campo labrado), las obras donde el automatismo es predominante (Nacimiento del mundo) y las obras en que desarrolla su lenguaje de signos y formas biomorfas (Personaje lanzando una piedra). Arp combina las técnicas de automatismo y las oníricas en la misma obra desarrollando una iconografía de formas orgánicas que se ha dado en llamar escultura biomórfica, en la que se trata de representar lo orgánico como principio formativo de la realidad.

René Magritte dotó al surrealismo de una carga conceptual basada en el juego de imágenes ambiguas y su significado denotado a través de palabras poniendo en cuestión la relación entre un objeto pintado y el real. Paul Delvaux carga a sus obras de un espeso erotismo basado en su carácter de extrañamiento en los espacios de Giorgio de Chirico.

El surrealismo penetró la actividad de muchos artistas europeos y americanos en distintas épocas. Pablo Picasso se alió con el movimiento surrealista en 1925; Breton declaraba este acercamiento de Picasso calificándolo de "...surrealista dentro del cubismo..."

Se consideran surrealistas las obras del período Dinard (1928-1930), en que Picasso combina lo monstruoso y lo sublime en la composición de figuras medio máquinas medio monstruos de aspecto gigantesco y a veces terrorífico. Esta monumentalidad surrealista de Picasso puede ponerse en paralelo con la de Henry Moore. Otros movimientos pictóricos nacieron del surrealismo, o lo prefiguran, como por ejemplo el Art brut.

Apogeo y decadencia del surrealismo


En 1938 tuvo lugar en París la Exposición Internacional del Surrealismo que marcó el apogeo de este movimiento antes de la guerra. Participaron entre otros, Marcel Duchamp, Arp, Dalí, Ernst, Masson, Man Ray, Óscar Domínguez y Meret Oppenheim. La exposición ofreció al público sobre todo una excelente muestra de lo que el surrealismo había producido en la fabricación de objetos.

Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, los surrealistas se dispersan, algunos de ellos (Breton, Ernst, Masson) abandonan París y se trasladan a los Estados Unidos, donde siembran el germen para los futuros movimientos americanos de posguerra (expresionismo abstracto y Arte Pop).

EL SURREALISMO EN LA PINTURA HISPÁNICA


En España el surrealismo aparece en torno a los años veinte no en su vertiente puramente vanguardista sino mezclado con acentos simbolistas y de la pintura popular. Además de Joan Miró y Salvador Dalí, el surrealismo español lo componen Maruja Mallo, Gregorio Prieto, José Moreno Villa y Benjamín Palencia, además de los neocubistas que se pasan al surrealismo (Alberto Sánchez y Ángel Ferrant). Hubo un importante núcleo surrealista en las Islas Canarias, agrupado en torno a la Gaceta de Arte de Eduardo Westerdahl, con pintores como Óscar Domínguez o el propio Westerdahl y un grupo de poetas que invitaron a André Bretón a venir en 1935; allí compuso este el poema Le chateau etoilé y otras obras....

En Latinoamérica se consideran surrealistas, además de los ya citados Matta y Lom, a Remedios Varo y Leonora Carrington.

EL SURREALISMO EN LA LITERATURA HISPÁNICA


El surrealismo fue seguido con interés por los intelectuales españoles de los años 30. Existía el predecente de Ramón Gómez de la Serna, quien utilizaba algunas fórmulas vinculables al surrealismo, como la greguería. El primero en adoptar sus métodos fue José María Hinojosa, autor de La flor de Californía (1928), libro pionero de prosas narrativas y oníricas.

Varios poetas de la generación del 27 se interesaron por las posibilidades expresivas del surrealismo. Su huella es evidente en libros como en la sección tercera de Sobre los ángeles y en Sermones y moradas de Rafael Alberti; en Poeta en Nueva York de Federico García Lorca y Los placeres prohibidos de Luis Cernuda. Vicente Aleixandre se definió a sí mismo como "un poeta superrealista", aunque matizando que su poesía no era en modo alguno producto directo de la escritura automática. Miguel Hernández sufrió una efímera etapa surrealista y durante la posguerra la imprenta surrealista se percibe en los poetas del Postismo y en Juan Eduardo Cirlot, y en la actualidad existe un cierto postsurrealismo en la obra de algunos poetas como Blanca Andreu.

En las islas Canarias la afición por el surrealismo llevó a la formación en los años 30 de la Facción Surrealista de Tenerife, un grupo de entusiastas, al modo del creado en Francia alrededor de André Breton. Sus componentes (Agustín Espinosa, Domingo López Torres, Pedro García Cabrera, Óscar Domínguez, Eduardo Westerdahl y Domingo Pérez Minik) expusieron sus creaciones y puntos de vista en los treinta y ocho números de la revista Gaceta de Arte.

Aunque no se le pueda considerar un surrealista estricto, el poeta y pensador Juan Larrea vivió de primera mano la eclosión del movimiento en París y reflexionó más tarde sobre su valor y trascendencia en obras como Surrealismo entre viejo y nuevo mundo (1944). En la actualidad existe una corriente de neosurrealismo en la poesía de Blanca Andreu.

En Hispanoamérica el surrealismo contó con la adhesión entusiasta de poetas como el chileno Braulio Arenas y los peruanos César Moro y Emilio Adolfo Westphalen, además de influir decisivamente en la obra de figuras mayores como Pablo Neruda, Gonzalo Rojas y César Vallejo. En Argentina, pese al desdén de Jorge Luis Borges, el surrealismo sedujo aún al joven Julio Cortázar y produjo un fruto tardío en la obra de Alejandra Pizarnik. Se ha señalado también su influencia en otros autores de producción más reciente, como el músico Alejandro de Michele. El poeta y pensador mexicano Octavio Paz ocupa un lugar particular en la historia del movimiento: amigo personal de Breton, dedicó al surrealismo varios ensayos esclarecedores.

 

Está bien documentada la respuestas. Aunque creo que un exponente muy importante del surrealismo lo es Jean Paul Sartre.

Diríamos que es el francés André Breton, pero junto a él estuvieron muchos grandes.
El surrealismo explora lo más allá o lo que queda por debajo del realismo, el misterio. En realidad, ellos decían que eran los poetas de lo maravilloso. En otro sentido que el de Freud, se sumergían en lo precioso o terrible de los sueños también, decían que el sueño era "un arte poética individual" y que "la poesía debe ser hecha por todos". También, que la poesía era el encuentro de un paraguas con una máquina de coser sobre una mesa de disección!!!

El órgano portavoz del movimiento fue la revista Litterature, fundada en 1919 y dirigida por un grupo de poetas (Breton, Soupault, Aragón y Eluard). En homenaje a Apollinaire, estos poetas adoptaron la palabra surrealismo para definir un método de escritura simultánea con el que estaban experimentando:


 


...Surrealismo: Puro automatismo psíquico, por medio del cual se intenta expresar, verbalmente o por escrito, o de cualquier otro modo, el proceso real del pensamiento. El dictado del pensamiento, libre de cualquier control de la razón, independiente de preocupaciones morales o estéticas...

 


Tal fue la definición del término dada por los propios Breton y Soupault en el primer Manifiesto Surrealista fechado en 1924. Surgió por tanto como un movimiento poético, en el que pintura y escultura se conciben como consecuencias plásticas de la poesía.



Es André Breton, es surrealista porque explora el inconsciente.

Surrealismo es el movimiento artístico y literario fundado por el poeta y crítico francés André Breton.

Breton publicó el Manifiesto surrealista en París en el año 1924 y se convirtió, acto seguido, en el líder del grupo.


El surrealismo surgió del movimiento llamado Dadá, que reflejaba tanto en arte como en literatura la protesta nihilista contra todos los aspectos de la cultura occidental.
Como el dadaísmo, el surrealismo enfatizaba el papel del inconsciente en la actividad creadora, pero lo utilizaba de una manera mucha más ordenada y seria.

En pintura y escultura, el surrealismo es una de las principales tendencias del siglo **.
Reivindica, como sus antecesores en las artes plásticas, a pintores como el italiano Paolo Uccello, el poeta y artista británico William Blake y al francés Odilon Redon.


En el siglo XX también son admiradas, y a veces expuestas como surrealistas, ciertas obras de Giorgio de Chirico, del ruso Marc Chagall, del suizo Paul Klee y de los franceses Marcel Duchamp y Francis Picabia, así como del español Pablo Picasso, aunque ninguno de ellos formó parte del grupo.

A partir del año 1924 el alemán Max Ernst, el francés Jean Arp así como el pintor y fotógrafo estadounidense Man Ray se incluyen entre sus miembros. Se unieron por un corto periodo de tiempo el francés André Masson y el español Joan Miró. Ambos pintores fueron miembros del grupo surrealista pero, demasiado individualistas para someterse a los dictados de André Breton, se desligaron del mismo en 1925. Más tarde, se incorporó el pintor franco-estadounidense Yves Tanguy, así como el belga René Magritte y el suizo Alberto Giacometti. El pintor catalán Salvador Dalí se asoció en 1930, pero después sería relegado por la mayoría de los artistas surrealistas, acusado de estar más interesado en la comercialización de su arte que en las ideas del movimiento.


A pesar de ello, durante cierto tiempo fue el artista más renombrado del grupo. Su personal obra constituye una de las muestras más representativas del surrealismo.

La pintura surrealista es muy variada en contenidos y técnicas. Dalí, por ejemplo, transcribe sus sueños de una manera más o menos fotográfica, inspirándose en la primera etapa de la pintura de De Chirico. Las esculturas de Arp son grandes, lisas y de forma abstracta. Por otra parte, Miró, miembro formal del grupo durante una corta etapa, representó formas fantásticas que incluían adaptaciones de dibujos infantiles. El pintor ruso-estadounidense Pavel Tchelichew pintó cuadros y también creó numerosas escenas para ballets. En la década de 1940, coincidiendo con el exilio en México de artistas españoles influidos por el surrealismo, así como la visita de Bretón, que recorrió el país acompañado de Diego Rivera y del político soviético Trotski, el movimiento se extendió de forma relativa y limitada entre círculos intelectuales mexicanos (véase Remedios Varo).

La rama surrealista estadounidense está formada por el grupo conocido como Los Realistas Mágicos, bajo el liderazgo del pintor Paul Cadmus. El escultor Joseph Cornell comenzó como surrealista, pero más tarde persiguió una forma de expresarse más individual. Una colección representativa de la obra gráfica de los surrealistas se encuentra en el Museo de Arte Moderno de Nueva York .

Definición clave:

El surrealismo es un movimiento que intenta sobrepasar lo real impulsando con automatismo psíquico lo imaginario y lo irracional.

 

MARCO LITERARIO A MODO DE SÍNTESIS

 

 

Literatura fin de siglo XIX-XX (desde 1870)

Las vanguardias:

Simbolismo francés,

hermetismo mallarmeano,

futurismo,

expresionismo,

cubismo literario,

dadaísmo,

creacionismo,

ultraísmo,

surrealismo)

 

 

La edad de Plata (hasta 1936)

 

RESULTADO DEL APRENDIZAJE

 

    -Poemas tradicionales puestos al día

          -Poemas vanguardistas; caligramas, poemas surrealistas

          -sonetos insólitos: sonetos no tradicionales