EL SURREALISMO
(Textos, en parte tomados de Internet,
en parte estudios propios)
Breton
publicó el Manifiesto surrealista en París en el año 1924 y se convirtió, acto
seguido, en el líder del grupo. El surrealismo surgió del movimiento
llamado dadá, que reflejaba tanto en arte como en literatura la
protesta nihilista contra todos los aspectos de la cultura
occidental. Como el dadaísmo, el surrealismo enfatizaba el papel
del inconsciente en la actividad creadora, pero lo utilizaba de una manera
mucha más ordenada y seria.
POEMA REPRESENTATIVO DEL
SURREALISMO POÉTICO ESPAÑOL:
Se
querían
Sufrían por la luz, labios azules en la
madrugada,
labios saliendo de la noche dura,
labios partidos, sangre, ¿sangre
dónde?
Se querían en un lecho navío, mitad noche,
mitad luz.
Se querían como las flores
a las espinas hondas,
a esa amorosa gema del
amarillo nuevo,
cuando los rostros giran
melancólicamente,
giralunas que brillan recibiendo aquel
beso.
Se querían de noche, cuando los perros
hondos
laten bajo la tierra y los valles se
estiran
como lomos arcaicos que se sienten
repasados:
caricia, seda, mano, luna que llega y
toca.
Se querían de amor entre la madrugada,
entre las duras piedras cerradas de la
noche,
duras como los cuerpos helados por las
horas,
duras como los besos de diente a diente
solo.
Se querían de día, playa que va
creciendo,
ondas que por los pies acarician los
muslos,
cuerpos que se levantan de la tierra y
flotando…
Se querían de día, sobre el mar,
bajo el cielo.
Mediodía perfecto, se querían tan
íntimos,
mar altísimo y joven, intimidad extensa,
soledad de lo vivo, horizontes remotos
ligados como cuerpos en soledad
cantando.
Amando. Se querían como la luna lúcida,
como ese mar redondo que se aplica a ese
rostro,
dulce eclipse de agua, mejilla
oscurecida,
donde los peces rojos van y vienen sin
música.
Día, noche, ponientes, madrugadas,
espacios,
ondas nuevas, antiguas, fugitivas,
perpetuas,
mar o tierra, navío, lecho, pluma,
cristal,
metal, música, labio, silencio, vegetal,
mundo, quietud, su forma. Se querían,
Sabedlo.
VICENTE
ALEIXANDRE: La destrucción o el amor
Teniendo en cuenta el surrealismo, se ha de evitar poesía con deudas al
pasado debido a sus lastres en la construcción de sintagmas sin novedad
expresiva, amparándose en la necesidad de decir, de contar, de apoyarse en el
significado más.
El surrealismo se caracterizó por
interpretación de la realidad desde el sueño, el inconsciente, la magia y la
irracionalidad, conjunción de imágenes dispares (reales o irreales), tanto en
el tiempo como en el espacio.
Los objetos y formas sin su significación tradicional (principio de la
desorientación"), así pues, el observador queda desorientado.
Creación de imágenes equívocas de manera que una misma cosa puede ser
interpretada de varias maneras (principio de la "discordancia”).
Da importancia a lo paradójico, lo
absurdo, la caducidad, la destrucción y también a lo misterioso sin
vinculación religiosa.
Además de lo onírico, representación de
toda clase de simbologías, especialmente eróticas y sexuales. Todo aquello
estaba en contra de la moral, la tradición y la cultura burguesa.
Los términos
surrealismo y surrealista proceden de Apollinaire, quien los acuñó en 1917. En
el programa de mano que escribió para el musical Parade (mayo de 1917) afirma
que sus autores han conseguido
una alianza entre la pintura y la danza,
entre las artes plásticas y las miméticas,
Ello fue el heraldo de un arte más amplio
aún por venir. (...) Esta nueva alianza (...) ha dado lugar, en Parade a una especie de surrealismo, que
considero el punto de partida para toda una serie de manifestaciones del
Espíritu Nuevo que se está haciendo sentir hoy y que sin duda atraerá a
nuestras mejores mentes. Podemos esperar que provoque cambios profundos en
nuestras artes y costumbres a través de la alegría universal, pues es
sencillamente natural, después de todo, que éstas lleven el mismo paso que el
progreso científico e industrial.
MIS REGISTROS POÉTICOS. EL SURREALISMO
El poema surrealista es la creación más
difícil y al mismo tiempo la más fácil. Difícil porque conlleva un ejercicio literario
donde se funden onirismo y automatismo sin que parezca que son fingidos. Fácil
porque lleva a la tentación del disparate, del azar de asociaciones verbales a
la aventura: cuanto más irracional, más atrayente, por lo visto, pero
aparentemente, pues no resiste una segunda lectura.
Si nos tenemos al primer
acuñamiento de “surrealismo”, hemos de remontarnos a Apollinaire. Oigámoslo:
”Una alianza entre la pintura y la danza, entre las artes plásticas y las
miméticas (...) ha dado lugar (...) a una especie de surrealismo”.
Como se ve,
Apollinaire habla de una fusión de las artes, como una especie de sinestesia
entre dos técnicas artísticas. El nombre de surrealismo (de sûr y realisme,
es decir, sobre la realidad) implica un espíritu nuevo que sobrevuela por
encima de la tradición y los feudos académicos definitorios de los textos
redichos.
Para entender este fenómeno
tal como lo conocemos hoy, hemos de avanzar hasta Bréton y su
teoría, sin olvidar la aparición del dadaísmo, con su teoría nihilista de
arrasar todo lo que se pensaba hasta entonces como arte. (El dadaísmo destruía
el edificio del arte, pero no construía otro nuevo, sino que dejaba las ruinas
como la última acción artística del hombre.) Si se anulaba la realidad y la
racionalidad, había que recurrir a lo contrario, e indagar en lo irracional y
su congénere el sueño. De ahí que lo onírico entre en juego como un factor
decisivo, pero, ser fiel a la sueño, se ha de aceptar el automatismo de la
escritura que narra lo que revela el sueño.
Así, pues, el surrealismo, lejos de
estar sobre la realidad, se hundía en la raíces de esa realidad cuando el poeta
descendía al subconsciente y desde él enviaba al papel una fusión de elementos
—imágenes y símbolos— que había que desentrañar como un mensaje poco menos que
críptico por lo que tiene de revelador de lo esencial humano todavía en estado
embrionario.
Pero, tanto lo onírico
como la escritura automática, se prestaban a un falseamiento del texto.
El autor de estas líneas no va a imitar
a aquellos poetas que representaron ese movimiento literario, y para huir de
cualquier caída en lo disparatado y/o amanerado, pactará con la realidad, pero
metamorfoseándola por medio del lenguaje, que la disloca con la ayuda de la
gran estrella retórica de todas las vanguardias: la metáfora, desde el
futurismo al ultraísmo.
Una poesía moderna ha cuidar de no
parecerse a la del pasado. Tiene que parecer nueva en su lectura, como dice el
ruso Shklovski. La capacidad del poeta para innovar en la secuencia verbal; es
decir, en la combinación de los elementos gramaticales ha de ser exquisita, de
ahí la originalidad. Sólo la sinestesia y la metáfora son capaces de presentar
una secuencia de palabras cuya lectura arrebate. Lo demás es poesía disparatada
que en el significante (entendiendo por significante un conjunto de fonemas que
admite combinaciones que superan la función convencional, incluido el juego,
como la llamada jitanjáfora.
¿Quién es el padre del surrealismo, y por qué se dice
que es surrealista?
ORIGEN DEL TÉRMINO
Los términos surrealismo y surrealista proceden de Apollinaire, quien los acuñó
en 1917. En el programa de mano que escribió para el musical Parade (mayo de
1917) afirma que sus autores han conseguido una alianza entre la pintura y la
danza, entre las artes plásticas y las miméticas, que es el heraldo de un arte
más amplio aún por venir. (...) Esta nueva alianza (...) ha dado lugar, en
Parade a una especie de surrealismo, que considero el punto de partida para
toda una serie de manifestaciones del Espíritu Nuevo que se está haciendo
sentir hoy y que sin duda atraerá a nuestras mejores mentes. Podemos esperar
que provoque cambios profundos en nuestras artes y costumbres a través de la
alegría universal, pues es sencillamente natural, después de todo, que éstas
lleven el mismo paso que el progreso científico e industrial.
La palabra surrealista aparece en el subtítulo de Las tetas de Tiresias
(drama surrealista), en junio de 1917, para referirse a la reproducción
creativa de un objeto, que lo transforma y enriquece. Como escribe Apollinaire
en el prefacio al drama,
Cuando el hombre quiso imitar la acción de andar, creó la rueda, que no se
parece a una pierna. Del mismo modo ha creado, inconscientemente, el
surrealismo... Después de todo, el escenario no se parece a la vida que
representa más que una rueda a una pierna.
PRIMEROS PASOS
Históricamente, el surrealismo surge como una respuesta dialéctica a la
destrucción estéril preconizada por los dadaístas. En 1922 Breton y Picabia,
que habían participado intensamente en la agitación Dadá, se desmarcan de su
líder, Tzara, decepcionados de unos actos de provocación que con el tiempo han
ido volviéndose previsibles y mecánicos. El rechazo sin matices de Tzara a todo
el arte anterior a las vanguardias va a dejar paso a una recuperación crítica
de lo que hubo de mágico y rebelde en él, reivindicando a autores como Sade,
Lautréamont y Rimbaud. Breton definirá el nuevo movimiento como "la cola
prensil del romanticismo".
Desde el principio, el surrealismo se singulariza entre los ismos vanguardistas
por el valor que otorga a lo irracional e inconsciente como elementos
esenciales del arte. El órgano portavoz del movimiento fue la revista
Litterature, fundada en 1919 y dirigida por un grupo de poetas (Breton,
Soupault, Aragon y Eluard). En homenaje a Apollinaire, estos poetas adoptaron
la palabra surrealismo para definir un método de escritura simultánea con el
que estaban experimentando:
...Surrealismo: Puro automatismo psíquico, por medio del cual se intenta
expresar, verbalmente o por escrito, o de cualquier otro modo, el proceso real
del pensamiento. El dictado del pensamiento, libre de cualquier control de la
razón, independiente de preocupaciones morales o estéticas...
Tal fue la definición del término dada por los propios Breton y Soupault en el
primer Manifiesto Surrealista fechado en 1924. Surgió por tanto como un
movimiento poético, en el que pintura y escultura se conciben como
consecuencias plásticas de la poesía.
Durante sus prácticas como médico, Breton había estudiado y puesto en práctica
las teorías de Freud sobre el inconsciente. De ellas extrae algo diferente a
una terapia: una nueva propuesta ética y estética.
En El surrealismo y la pintura, de 1928, Breton expone la psicología
surrealista: el inconsciente es la región del intelecto donde el ser humano no
objetiviza la realidad sino que forma un todo con ella. El arte, en esa esfera,
no es representación sino comunicación vital directa del individuo con el todo.
Esa conexión se expresa de forma privilegiada en las casualidades
significativas (azar objetivo), en las que el deseo del individuo y el devenir
ajeno a él convergen imprevisiblemente, y en el sueño, donde los elementos más
disímiles se revelan unidos por relaciones secretas. El surrealismo propone
trasladar esas imágenes a la esfera del arte por medio de un ejercicio mental
libre, sin la intromisión censora de la conciencia. De ahí que elija como
método el automatismo, recogiendo en buena medida el testigo de las prácticas
mediumnímicas espiritistas, aunque cambiando radicalmente su interpretación: lo
que habla a través del médium no son los espíritus, sino el Inconsciente.
Durante unas sesiones febriles de automatismo, Breton y Soupault escriben Los
Campos Magnéticos, primera muestra de las posibilidades de la escritura
automática, que publican en 1921.
El surrealismo al servicio de la revolución
A partir de 1925, a raíz del estallido de la guerra de Marruecos, el
surrealismo se politiza; se producen entonces los primeros contactos con los
comunistas, que culminarían en 1925 con la adhesión al Partido Comunista por
parte de Breton.
Entre 1925 y 1930 aparece un nuevo periódico titulado El Surrealismo, al
servicio de la Revolución, en cuyo primer número Louis Aragón,
Buñuel, Dalí, Paul Éluard, Max Ernst, Yves Tanguy y Tristan Tzara, entre otros,
se declaran partidarios de Breton. Por su parte Jean Arp y Miró, aunque no
compartían la decisión política tomada por Breton, continuaban participando con
interés en las exposiciones surrealistas. Poco después se incorporaron Magritte
(1930), Masson (1931), Giacometti y Brauner en 1933 y también Matta (que conoce
a Breton en 1937 por mediación de Dalí) y Lam; el movimiento se hizo
internacional apareciendo grupos surrealistas en los Estados Unidos, Dinamarca,
Londres, Checoslovaquia y Japón. Desde este momento, se abrirá una disputa, a
menudo agria, entre aquellos surrealistas que conciben el surrealismo como un
movimiento puramente artístico, rechazando la supeditación al comunismo, y los
que acompañan a Breton en su giro a la izquierda.
En 1929 Breton publica el Segundo Manifiesto Surrealista, en el que condena
entre otros intelectuales a los artistas Masson y Francis Picabia. En 1936
expulsa a Dalí por sus tendencias fascistas y a Paul Eluard. En 1938 Breton
firma en México junto con León Trotski y Diego Rivera el Manifiesto por un Arte
Revolucionario Independiente.
Técnicas surrealistas
El surrealismo tomó del dadaísmo algunas técnicas de fotografía y
cinematografía así como la fabricación de objetos. Extendieron el principio del
collage (el "objeto encontrado") al ensamblaje de objetos
incongruentes, como en los poemas visibles de Max Ernst. Este último inventó el
frottage (dibujos compuestos por el roce de superficies rugosas contra el papel
o el lienzo) y lo aplicó en grandes obras como Historia Natural, pintada en
París en 1926.
Otra de las nuevas actividades creadas por el surrealismo fue la llamada
cadáver exquisito, en la cual varios artistas dibujaban las distintas partes de
una figura o de un texto sin ver lo que el anterior había hecho pasándose el
papel doblado. Las criaturas resultantes pudieron servir de inspiración a Miró.
En el terreno literario, el surrealismo supuso una gran revolución en el
lenguaje y la aportación de nuevas técnicas sexuales. Como no asumía tradición
cultural alguna, ni desde el punto de vista temático ni formal, prescindió de
la métrica y creó el tipo de expresión poética denominado como versículo: un
verso de extensión indefinida sin rima que se sostiene únicamente por la
cohesión interna de su ritmo. Igualmente, como no se asumía la temática
consagrada, se fue a buscar en las fuentes de la represión psicológica (sueños,
sexualidad) y social, con lo que la lírica se rehumanizó después de que los
ismos intelectualizados de las Vanguardias la deshumanizaran, a excepción del
Expresionismo. Para ello utilizaron los recursos de la transcripción de sueños,
la escritura automática y engendraron procedimientos metafóricos nuevos como la
imagen visionaria. El lenguaje se renovó también desde el punto de vista del
léxico dando cabida a campos semánticos nuevos y la retórica se enriqueció con
nuevos procedimientos expresivos.
La pintura surrealista
Masson adoptó enseguida las técnicas del automatismo, hacia 1923-1924, poco
después de conocer a Breton. Hacia 1929 las abandonó para volver a un estilo
cubista. Por su parte Dalí utilizaba más la fijación de imágenes tomadas de los
sueños, según Breton, "...abusando de ellas y poniendo en peligro la
credibilidad del surrealismo..."; inventó lo que él mismo llamó método
paranoico-crítico, una mezcla entre la técnica de observación de Leonardo da
Vinci por medio de la cual observando una pared se podía ver como surgían
formas y técnicas de frottage; fruto de esta técnica son las obras en las que
se ven dos imágenes en un sola configuración. Óscar Domínguez inventó la
decalcomanía (aplicar gouache negro sobre un papel el cual se coloca encima de
otra hoja sobre la que se ejerce una ligera presión, luego se despegan antes de
que se sequen).
Miró fue para Breton el más surrealista de todos, por su automatismo psíquico
puro. Su surrealismo se desenvuelve entre las primeras obras donde explora sus
sueños y fantasías infantiles (El Campo labrado), las obras donde el
automatismo es predominante (Nacimiento del mundo) y las obras en que
desarrolla su lenguaje de signos y formas biomorfas (Personaje lanzando una
piedra). Arp combina las técnicas de automatismo y las oníricas en la misma
obra desarrollando una iconografía de formas orgánicas que se ha dado en llamar
escultura biomórfica, en la que se trata de representar lo orgánico como
principio formativo de la realidad.
René Magritte dotó al surrealismo de una carga conceptual basada en el juego de
imágenes ambiguas y su significado denotado a través de palabras poniendo en
cuestión la relación entre un objeto pintado y el real. Paul Delvaux carga a
sus obras de un espeso erotismo basado en su carácter de extrañamiento en los
espacios de Giorgio de Chirico.
El surrealismo penetró la actividad de muchos artistas europeos y americanos en
distintas épocas. Pablo Picasso se alió con el movimiento surrealista en 1925;
Breton declaraba este acercamiento de Picasso calificándolo de
"...surrealista dentro del cubismo..."
Se consideran surrealistas las obras del período Dinard (1928-1930), en que
Picasso combina lo monstruoso y lo sublime en la composición de figuras medio
máquinas medio monstruos de aspecto gigantesco y a veces terrorífico. Esta
monumentalidad surrealista de Picasso puede ponerse en paralelo con la de Henry
Moore. Otros movimientos pictóricos nacieron del surrealismo, o lo prefiguran,
como por ejemplo el Art brut.
Apogeo y decadencia del surrealismo
En 1938 tuvo lugar en París la Exposición Internacional del
Surrealismo que marcó el apogeo de este movimiento antes de la guerra.
Participaron entre otros, Marcel Duchamp, Arp, Dalí, Ernst, Masson, Man Ray,
Óscar Domínguez y Meret Oppenheim. La exposición ofreció al público sobre todo
una excelente muestra de lo que el surrealismo había producido en la
fabricación de objetos.
Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, los surrealistas se
dispersan, algunos de ellos (Breton, Ernst, Masson) abandonan París y se
trasladan a los Estados Unidos, donde siembran el germen para los futuros
movimientos americanos de posguerra (expresionismo abstracto y Arte Pop).
EL SURREALISMO EN LA PINTURA HISPÁNICA
En España el surrealismo aparece en torno a los años veinte no en su vertiente
puramente vanguardista sino mezclado con acentos simbolistas y de la pintura
popular. Además de Joan Miró y Salvador Dalí, el surrealismo español lo
componen Maruja Mallo, Gregorio Prieto, José Moreno Villa y Benjamín Palencia,
además de los neocubistas que se pasan al surrealismo (Alberto Sánchez y Ángel
Ferrant). Hubo un importante núcleo surrealista en las Islas Canarias, agrupado
en torno a la Gaceta de Arte de Eduardo Westerdahl, con pintores como
Óscar Domínguez o el propio Westerdahl y un grupo de poetas que invitaron a
André Bretón a venir en 1935; allí compuso este el poema Le chateau etoilé y
otras obras....
En Latinoamérica se consideran surrealistas, además de los ya citados Matta y
Lom, a Remedios Varo y Leonora Carrington.
EL SURREALISMO EN LA LITERATURA HISPÁNICA
El surrealismo fue seguido con interés por los intelectuales españoles de los
años 30. Existía el predecente de Ramón Gómez de la Serna, quien utilizaba
algunas fórmulas vinculables al surrealismo, como la greguería. El primero en
adoptar sus métodos fue José María Hinojosa, autor de La flor de Californía
(1928), libro pionero de prosas narrativas y oníricas.
Varios poetas de la generación del 27 se interesaron por las posibilidades
expresivas del surrealismo. Su huella es evidente en libros como en la sección
tercera de Sobre los ángeles y en Sermones y moradas de Rafael Alberti; en
Poeta en Nueva York de Federico García Lorca y Los placeres prohibidos de Luis
Cernuda. Vicente Aleixandre se definió a sí mismo como "un poeta
superrealista", aunque matizando que su poesía no era en modo alguno
producto directo de la escritura automática. Miguel Hernández sufrió una
efímera etapa surrealista y durante la posguerra la imprenta surrealista se
percibe en los poetas del Postismo y en Juan Eduardo Cirlot, y en la actualidad
existe un cierto postsurrealismo en la obra de algunos poetas como Blanca
Andreu.
En las islas Canarias la afición por el surrealismo llevó a la formación en los
años 30 de la Facción Surrealista de Tenerife, un grupo de
entusiastas, al modo del creado en Francia alrededor de André Breton. Sus
componentes (Agustín Espinosa, Domingo López Torres, Pedro García Cabrera,
Óscar Domínguez, Eduardo Westerdahl y Domingo Pérez Minik) expusieron sus
creaciones y puntos de vista en los treinta y ocho números de la revista Gaceta
de Arte.
Aunque no se le pueda considerar un surrealista estricto, el poeta y pensador
Juan Larrea vivió de primera mano la eclosión del movimiento en París y
reflexionó más tarde sobre su valor y trascendencia en obras como Surrealismo
entre viejo y nuevo mundo (1944). En la actualidad existe una corriente de
neosurrealismo en la poesía de Blanca Andreu.
En Hispanoamérica el surrealismo contó con la adhesión entusiasta de poetas
como el chileno Braulio Arenas y los peruanos César Moro y Emilio Adolfo
Westphalen, además de influir decisivamente en la obra de figuras mayores como
Pablo Neruda, Gonzalo Rojas y César Vallejo. En Argentina, pese al desdén de
Jorge Luis Borges, el surrealismo sedujo aún al joven Julio Cortázar y produjo
un fruto tardío en la obra de Alejandra Pizarnik. Se ha señalado también su
influencia en otros autores de producción más reciente, como el músico
Alejandro de Michele. El poeta y pensador mexicano Octavio Paz ocupa un lugar
particular en la historia del movimiento: amigo personal de Breton, dedicó al
surrealismo varios ensayos esclarecedores.
Está bien documentada la respuestas.
Aunque creo que un exponente muy importante del surrealismo lo es Jean Paul
Sartre.
Diríamos que es el francés André
Breton, pero junto a él estuvieron muchos grandes.
El surrealismo explora lo más allá o lo que queda por debajo del realismo, el
misterio. En realidad, ellos decían que eran los poetas de lo maravilloso. En
otro sentido que el de Freud, se sumergían en lo precioso o terrible de los
sueños también, decían que el sueño era "un arte poética individual"
y que "la poesía debe ser hecha por todos". También, que la poesía
era el encuentro de un paraguas con una máquina de coser sobre una mesa de
disección!!!
El órgano portavoz del movimiento
fue la revista Litterature, fundada en 1919 y dirigida por un grupo de poetas
(Breton, Soupault, Aragón y Eluard). En homenaje a Apollinaire, estos poetas
adoptaron la palabra surrealismo para definir un método de escritura simultánea
con el que estaban experimentando:
...Surrealismo: Puro automatismo psíquico, por medio del cual se intenta
expresar, verbalmente o por escrito, o de cualquier otro modo, el proceso real
del pensamiento. El dictado del pensamiento, libre de cualquier control de la
razón, independiente de preocupaciones morales o estéticas...
Tal fue la definición del término dada por los propios Breton y Soupault en el
primer Manifiesto Surrealista fechado en 1924. Surgió por tanto como un
movimiento poético, en el que pintura y escultura se conciben como
consecuencias plásticas de la poesía.
Es André Breton, es surrealista
porque explora el inconsciente.
Surrealismo es el movimiento artístico
y literario fundado por el poeta y crítico francés André Breton.
Breton publicó el Manifiesto surrealista en París en el año 1924 y se
convirtió, acto seguido, en el líder del grupo.
El surrealismo surgió del movimiento llamado Dadá, que reflejaba tanto en arte
como en literatura la protesta nihilista contra todos los aspectos de la
cultura occidental.
Como el dadaísmo, el surrealismo enfatizaba el papel del inconsciente en la
actividad creadora, pero lo utilizaba de una manera mucha más ordenada y seria.
En pintura y escultura, el surrealismo es una de las principales tendencias del
siglo **.
Reivindica, como sus antecesores en las artes plásticas, a pintores como el
italiano Paolo Uccello, el poeta y artista británico William Blake y al francés
Odilon Redon.
En el siglo XX también son admiradas, y a veces expuestas como surrealistas,
ciertas obras de Giorgio de Chirico, del ruso Marc Chagall, del suizo Paul Klee
y de los franceses Marcel Duchamp y Francis Picabia, así como del español Pablo
Picasso, aunque ninguno de ellos formó parte del grupo.
A partir del año 1924 el alemán Max Ernst, el francés Jean Arp así como el
pintor y fotógrafo estadounidense Man Ray se incluyen entre sus miembros. Se
unieron por un corto periodo de tiempo el francés André Masson y el español
Joan Miró. Ambos pintores fueron miembros del grupo surrealista pero, demasiado
individualistas para someterse a los dictados de André Breton, se desligaron
del mismo en 1925. Más tarde, se incorporó el pintor franco-estadounidense Yves
Tanguy, así como el belga René Magritte y el suizo Alberto Giacometti. El
pintor catalán Salvador Dalí se asoció en 1930, pero después sería relegado por
la mayoría de los artistas surrealistas, acusado de estar más interesado en la
comercialización de su arte que en las ideas del movimiento.
A pesar de ello, durante cierto tiempo fue el artista más renombrado del grupo.
Su personal obra constituye una de las muestras más representativas del
surrealismo.
La pintura surrealista es muy variada en contenidos y técnicas. Dalí, por
ejemplo, transcribe sus sueños de una manera más o menos fotográfica,
inspirándose en la primera etapa de la pintura de De Chirico. Las esculturas de
Arp son grandes, lisas y de forma abstracta. Por otra parte, Miró, miembro formal
del grupo durante una corta etapa, representó formas fantásticas que incluían
adaptaciones de dibujos infantiles. El pintor ruso-estadounidense Pavel
Tchelichew pintó cuadros y también creó numerosas escenas para ballets. En la
década de 1940, coincidiendo con el exilio en México de artistas españoles
influidos por el surrealismo, así como la visita de Bretón, que recorrió el
país acompañado de Diego Rivera y del político soviético Trotski, el movimiento
se extendió de forma relativa y limitada entre círculos intelectuales mexicanos
(véase Remedios Varo).
La rama surrealista estadounidense está formada por el grupo conocido como Los
Realistas Mágicos, bajo el liderazgo del pintor Paul Cadmus. El escultor Joseph
Cornell comenzó como surrealista, pero más tarde persiguió una forma de
expresarse más individual. Una colección representativa de la obra gráfica de
los surrealistas se encuentra en el Museo de Arte Moderno de Nueva York .
Definición clave:
El surrealismo es un movimiento que
intenta sobrepasar lo real impulsando con automatismo psíquico lo imaginario y
lo irracional.
MARCO LITERARIO A MODO DE SÍNTESIS
Literatura fin de siglo XIX-XX (desde 1870)
Las vanguardias:
Simbolismo francés,
hermetismo mallarmeano,
futurismo,
expresionismo,
cubismo literario,
dadaísmo,
creacionismo,
ultraísmo,
surrealismo)
La edad de Plata (hasta 1936)
RESULTADO DEL APRENDIZAJE
-Poemas tradicionales puestos al día
-Poemas
vanguardistas; caligramas, poemas surrealistas
-sonetos
insólitos: sonetos no tradicionales
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