lunes, 20 de febrero de 2023

EL JESÚS PESIMISTA

 


 

En El anticristo Federico Nietzsche oponía la esplendidez de la Biblia en muchos de sus texto por oposición a la pobreza de los Evangelios; tanto es así que, según él, había que ponerse unos guantes para manejarlos, dado la repugnancia que le daba. Lo que el filósofo alemán no decía es que el contexto histórico de esos Evangelios no era el mismo que el de los escritos bíblicos a los que se refería. La turbulencia de los tiempos contemporáneos de Jesús nada tienen que ver con las épocas de esplendor de algunos reinados de Israel. ¿En qué se parecen los gobiernos de David y Salomón con el de los hijos de Herodes y la presencia de Roma en el corazón de la misma capital de Judea? En nada. La predicación de Jesús estuvo enmarañada entre las guerrillas zelotes de los nacionalistas judíos y las represalias inmisericordes de las legiones de Augusto en una tierra áspera cuyo dominio no se explica, como no sea que aquel trozo geográfico era un punto de mira estratégico contra los partos.

Hemos de imaginarnos la situación social de entonces en aquellas tierras: hambrunas, epidemias por la falta de higiene, las huellas sangrientas de los enfrentamientos de los nacionalistas contra los invasores con su escalofriante despliegue de crucifixiones y las discordias entre los mismos hebreos por la sumisión al poder imperial de la clase alta y el odio de las clases humildes a semejante cobardía diplomática. ¿Qué se podía sembrar en aquella tierra revuelta y pisoteada por el destino de aquel pueblo que llevaba siglos luchando po su libertad, primero contra los egipcios, luego contra los persas y ahora contra los poderes del Lacio, muerto ya Marco Antonio, que puso en el trono a Herodes el Grande?

Repitamos lo del contexto geográfico e histórico del escenario en que nos situamos: Jesús baja de la zelotista Galilea a la aparentemente cordial Jerusalén a sabiendas de que el ambiente social es poco poroso a sus enseñanzas.Tiene también entre los bastidores de los sitios por donde camina a la policía romana, alerta siempre a cualquier frase que se salga del consabido discurso religioso y pueda sonar a rebelión contra Roma.

Sin embargo, es probable que esos vigilantes no oigan las palabras más profundas y dolorosas de quien sabe que todo está perdido y que la tirada de dados del destino cae negativamente sobre el mantel púrpura que presta el color peculiar al triunfo de las águilas de las siete colinas.

Jesús no puede evitar sentimientos, por lo menos de contrariedad, frente al precioso objetivo de su misión, que es el Templo, como nos dice Mateo: 23, 37-39:  “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los mensajeros que Dios te envía! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus pollitos bajo las alas, pero no quisiste!”.

Lamentaciones como ésas podemos seguir citando, pero hay una que es determinante en Mateo 26: 38: “Mi alma está triste hasta la muerte”.  

En Marcos 14: 27 Jesús predice que todos lo abandonarían en sus peores momentos:

Todos me van a abandonar, porque así lo dicen las Escrituras: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas”.

En cuanto al futuro de Israel Jesús no se calla su profecía con ciertos tintes apocalípticos. Véase este ejemplo de Lucas 23:30: “Porque he aquí, que vienen días en que dirán: Dichosas las estériles y los vientres que nunca concibieron y los senos que nunca criaron. Entonces dirán a los montes: Caed sobre nosotros, y a los collados: Ocultadnos”. Tenemos otro ejemplo, esta vez extraído del Evangelio de los egipcios: «Y María-Salomé preguntó al Señor: "Maestro, ¿cuándo acabará el reino de la Muerte?" Y Jesús respondió: "Cuando vosotras, mujeres, no concibáis más hijos...”. Opinión lógica en una época en que las guerras, la miseria y la muerte acechaban  a la Palestina aplastada por las cáligas romanas. Continuamos con el muy canónico Marcos en el versículo 13: 1-23: "Saliendo Jesús del templo, le dijo uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras, y qué edificios. Jesús, respondiendo, le dijo: ¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra, que no sea derribada”.

Recnozcamos que las predicciones de Jesús con respecto a su amado pueblo son trágicas, pero lo peor es que son también verdaderas. En el año 70, como treinta y cinco años después de su muerte, las legiones de Tito, el hijo del ya emperador Vespasiano, destruyen el Templo y parte de Jerusalén, además de matar a miles de judíos que combaten por su independencia. En 132-136, con Adriano en el poder y, a pesar del talante pacífico de este emperador que renunció en parte a las conquistas de Trajano, estalla la rebelión de Simón Bar Kojba y Adriano se ve obligado a arrasar la Ciudad Santa y fundar sobre ella otra ciudad llamada Aelia Capitolina.

Las profecías de Jesús se cumplieron y Judea desapareció como nación para ser condenada a la diáspora y expatriarse ya en calidad de esclava, ya en huida desesperada por los países limítrofes, hasta volver de nuevo a ella en 1948, tras la fundación del nuevo estado de Israel. 

La tristeza de Jesús está ampliamente justificada y su pesimismo sobre su predicación y el futuro de su pueblo es razonablemente admitido porque como dice Lucas en 22: 23 es la hora de las tinieblas. Pero en esos años, un poco alejado de su visión catastrofista del mundo que le rodeaba, crecía un joven llamado Saúl, al que conoceremos después como Pablo y que fue quien recogió la semilla de su mensaje para llevarlo y sembrarlo en el alma popular de la misma Roma que había borrado del mapa del mundo conocido a ese pueblo minúsculo y batallador por la libertad de su gente.

Del libro Literatura de la Pasión (2011) 

y de Crespón de primavera, que aparecerá en marzo de 2023 

 

 

miércoles, 15 de febrero de 2023

HISTORIAS DE GENTE DE A PIE

 






SAN FERNANDO, 29 ENERO, 2017

Por ARTURO RIVERA. DIARIO DE CÁDIZ

Fue la pasión por la literatura la que llevó a Juan Mena a cursar sus estudios universitarios de Filología Hispánica por la UNED (Primera promoción) mientras trabajaba en la biblioteca de la calle Gravina, allá por la década de los 70. Luego, prácticamente todo vino de corrido: profesor -por supuesto, de lengua y literatura- en el Wenceslao Benítez, en un instituto de La Línea, en el IES Isla de León... También la Academia de San Romualdo, la tertulia literaria Río Arillo... Y libros, poemarios, relatos que iban cosechando premios y que iba publicando sin tregua.

Mena es, probablemente, uno de los autores isleños que más ha publicado. Y a punto de cumplir los 74 años no se cansa. No concibe la vida sin literatura, sin el acto de la escritura. El próximo martes, a las 19.30 horas, presentará en el Centro de Congresos -dentro de las actividades programadas por la Academia de San Romualdo para este curso- su último trabajo: Historias de gente de a pie, un conjunto de 27 relatos publicados por una editorial isleña con la que también trabaja en un poemario homenaje a Al Ándalus que verá la luz antes de verano.

La obra reúne relatos breves, de corte realista y lenguaje sencillo que han ido tomando forma a lo largo del quehacer literario de Mena para agruparse ahora en esta nueva publicación. Varios de estos textos han sido de hecho premiados en distintos certámenes y concursos literarios. Hay, sin embargo, cierto denominador común que une a la mayoría de estos relatos en los que predomina ante todo el protagonismo de la mujer y en los que la temática podría decirse perfectamente que es la vida, el destino y la condición humana.

"La mayoría de los relatos tratan de mujeres que sufren, que son maltratadas por la vida y sufren las consecuencias", explica el autor. "Hemos de considerar el maltrato, no solamente físico, sino también moral, incluso procediendo ese maltrato moral del destino de cada una o cada uno de nosotros. Cada relato quiere ser, de manera más o menos velada, el perfil de un carácter", expone.

Hay también otros relatos protagonizados por hombres -por hombres que también sufren- e incluso por niños que Mena utliza para narrar la pérdida de la inocencia. Y todo con un telón de fondo de tono algo costumbrista que tiene a La Isla como telón de fondo. "En realidad, no pretendo relatos costumbristas -explica su autor- sino textos en los que predomine cierta sensibilidad universal, es decir, que ese concepto que se trata se amplíe en vivencias que pueden pasar a todo el mundo, que podrían ocurrir en cualquier parte".

El veterano escritor -cuya obra será presentada este martes por José Carlos Fernández Moreno- se esfuerza también en su obra en buscar un lenguaje sencillo, en hacer que sus textos sean asequibles para el gran público, tanto en la temática como en el lenguaje.

sábado, 4 de febrero de 2023

IDEAS SOBRE LA NOVELA

 
Una novela es una historia que se cuenta fuera de la ficción poética, aunque no esté exenta de un cierto grado de imaginación en lo que se refiere al planteamiento del contenido y en cuanto a situación y personajes.
 
Una novela puede presentarse como una recreación lírica del autor, pero no por ello ha de estar carente de tema.
 
La técnica estilista tampoco ha de ejercer un protagonismo que eclipse el asunto que dé sustancia humana al texto. Ni inmovilismo extático ni acción vertiginosa.
 
A partir de este compromiso con la realidad cada autor reviste a sus criaturas y el entorno de ellas con el estilo que le parece adecuado a los fines de la novela. Riqueza y brillantez no están reñidas con la sequedad y el desnudismo.
 
Dependen esos procedimientos del carácter y el contexto. Todos ellos se pueden dar cita en una novela y su ensamblaje podrá a prueba la habilidad de un narrador.
 
El realismo como dogma, o sea: la verosimilitud, ha de presidir el texto, sin  que se le vea al autor que quiere meter,  a modo de contrabando, poesía, filosofía, ciencia o periodismo, sexo y frivolidades en esa novela. 
 
Lo más valioso es dibujar los caracteres de los personajes, la coherencia de individuos y nivel cultural, intenciones del autor de retratar una época, un ambiente, una familia, un personaje en especial.
 
A través de todo esto, el autor ha de revelar lo que él piensa de la realidad y la condición humana en todo su complejo y versátil muestrario.
 
Es la democracia en la literatura. Es el otro polo del planeta del hombre, es decir: lo real por oposición a lo idealizado.
 
La novela surge con el auge de una nueva clase social: la burguesía, una clase que nada tiene que ver con la aristocracia, inspiradora de la épica ni con el clero, fuente del sentimiento religioso.
 
De ahí que su motivación sea la de expresar cómo es la forma de pensar y sentir esa nueva clase de gentes que nada tienen que ver con las exquisiteces de un estrato social superior y que, por lo contrario, se ha de ganar la vida por sus propias manos en lucha contra las dificultades que entraña un oficio de mercader, de tejedor, de agricultor, de zapatero, de constructor, de cochero, de administrativo, de criado de unos señores, de médico, de soldado raso y tal vez mercenario… Oficos, recuérdese, denostados por la clase aristocrática. En fin, un trasunto de las vivencias humanas a nivel de las necesidades básicas de lo que significa vivir en un orbe amenazado por los imprevistos de las circunstancias.
 
Una novela ha de tener una columna vertebral como tema central y las costillas son elementos que complementan su cuerpo narrativo.
 
En cuanto al estilo, el registro es de suma importancia: ahí se ve el dominio de la escritura que tiene el autor, en la que no deben faltar las metáforas, las comparaciones y la sinestesia, cuando sean oportunas; también, y con más presencia, la ironía, la antítesis, la paradoja, el humor…, por poner algunas figuras retóricas, que no son las únicas tampoco.
 
En la novela moderna los simbolismos hacen acto de presencia. Por ejemplo; la magdalena del desayuno de Proust o el bicho raro en la metamorfosis de Kafka.
 
Hay que huir del lenguaje plano que aburre al lector por lo que tiene de previsto y manido.
       Una observación imprescindible está en el papel que juega el narrador. Se ha de evitar que el narrador piense por los protagonistas. Ha de tener un límite en su intervención y actuar solamente como una especie de presentador de situaciones y protagonistas.
 
 
ELEMENTOS BÁSICOS DE LA NOVELA
 
1–Los caracteres de los personajes. O sea, expresar la condición de cada uno con sus vicios y defectos.
 
 2–La separación de personaje y narrador de tal manera que quien narra no piense por quien protagoniza una acción.
Son ellos las que ha de pensar por medio del monólogo interior las intimidades de sus pensamientos. Sin que sea un tratado de psicología, una novela es un trasunto de la vida humana y el novelista un notario de lo que acontece en su entorno, pasando ese mensaje por la alquimia de sus recursos verbales para hacerlo atractivo a los lectores. Cada personaje habla según su cultura.
Que sea el narrador un simple presentador de los pesonajes dentro de un determinado escenario.
 
3–El monólogo interior acerca de lo que siente y no dice el protagonista y que nunca debe ser dicho por el narrador.
 
4–El registro de cada uno según su cultura. En el caso de una exhibión de lenguaje literario subido de metáforas y otras figuras, el autor ha de crear un personaje que justifique ese nivel de expresión.
Con ese título del ariículo, recuerdo a Ortega y Gasset, a cuya obra con ese mismo epígrafe, debo tanto sobre este tema.


         PLEYADES, revista de letras y artes de la TERTULIA RÍO ARILLO, número 20

 

 

EL JESÚS DE LA GNOSIS

 


Cuando se habla de la multitud de evangelios antes de los canónicos, tendríamos que aludir también, además de los apócrifos, a los evangelios gnósticos que pulularon por el ámbito de la koiné griega. Gnosis, como sabemos, significa ´conocimiento secreto´.

Es cierto que que ese Jesús en nada se parece al otro, al hebreo, que está enraizado en el subsuelo de su tradición bíblica con los profetas como humus de esa tierra ancestral sobre la que se asienta toda una concepción religiosa.

Del Jesús de la gnosis, muy en concreto de los evangelios más conocidos y estudiados como el Evangelio de los egipcios, el Evangelio de Tomás, y el Evangelio de Felipe, por poner una síntesis elocuente de todos ellos hallados en Nag Hammadi, alto Egipto, en la segunda mitad del siglo XX, hemos de obviar la oración y la confianza en un Dios que nos protege. Incluso en los escritos de los gnósticos más próximos a la fe, como son los valentinianos, seguidores del obispo Valentín, por oposición a los gnósticos ofitas, los más alejados tal vez de la noción de un buen demiurgo, se puede rastrear una opción de credibilidad en el Dios de lo que fue futura ortodoxia. No entramos en el docetismo para no complicar el articulo.

Frases como éstas son bien definitorias de las posiciones de estos creyentes atípicos: “Si ayunáis, atraeréis el pecado sobre vosotros. Si rezáis, seréis condenados, si dais limosnas haréis daño a vuestros espíritus “(Evangelio de Tomás, 14). Otro ejemplo lo tenemos en “Quien haya llegado a conocer el mundo, ha descubierto un cadáver” (Evangelio de Tomás 56). También tenemos otra frase inquietante que entraña la reencarnación, como ésta: “Vigilad y rogad para que no nazcáis en la carne, sino para que podáis dejar las amargas ataduras de esta vida”.(Evangelio de Tomás 9,5). Como se ve, estas sugerencias, si las tomamos como reflexiones previas a la búsqueda de lo absoluto, no se parecen en nada a las posiciones de una fe que monta guiardia defendiendo los dogmas que se elaboraron después en el Concilio de Nicea, en 325, una fecha en la que los buscadores dentro de ellos mismos (recuérdese que San Agustín, el mayor padre de la Iglesia occidental, decía que habia que buscar dentro de uno mismo la verdad trascendente: “No salgas fuera; en el interior del hombre habita la verdad”), habían desaparecido, sin duda alguna huyendo de las persecuciones de los creyentes a ras de formulaciones dogmáticas.

Ya es un tópico decir que los gnósticos fueron perseguidos y esos escritos enterrados en la ocultación, pero descubiertos siglos después, tal vez de manera fortuita pero cuyo descubrimiento zarandea y turba a quienes los lee. Hoy, que los valores religiosos y humanísticos están despedazados en el suelo de la Historia,

la gente de buena voluntad necesita por imperativo de honestidad de espíritu, replantearse la significación del mensaje de Jesús. Así pues, tanto futuro ortodoxos como indagadores ocultos podrían esgrimir en esta batalla sin fin la frase del Evangelio de San Jua, I, 5: ”La luz luce en las tinieblas, pero las tinieblas no la acogieron”. Épocas de gran altura  espiritual en cuyo campo de batalla por el dominio de la cultura guerrean  mentes privilegiasdas de diferentes banderías pero unas y otras de alto signo espiritual. ¿Qué dirían esos grandes hombres del materialismo de baja frecuencia hedonista en que se apoltrona el mundo de hoy?


 PLEYADES, revista de letras y artes de la TERTULIA RÍO ARILLO, número 20

De CRESPÓN DE PRIMAVERA O LITERATURA DE LA PASIÓN

de próxima aparición

 


 

viernes, 3 de febrero de 2023

IDEAS SOBRE LA NOVELA

Una novela es una historia que se cuenta fuera de la ficción poética, aunque 

no esté exenta de un cierto grado de imaginación en lo que se refiere al planteamiento del contenido y en cuanto a situación y personajes.

 

Una novela puede presentarse como una recreación lírica del autor, pero no por ello ha de estar carente de tema.

 
Novela pastoril
novela de caballería
novela lírica,
novela picaresca,
novela policiaca,
novela autobiográfica,
novela costumbrista
novela histórica
novela del oeste
novela romántica
novela de ciencia-ficción
 
La técnica estilista tampoco ha de ejercer un protagonismo que eclipse el asunto el cual dé sustancia humana al texto.

Ni inmovilismo extático ni acción vertiginosa.
 
A partir de este compromiso con la realidad cada autor reviste a sus criaturas y el entorno de ellas con el estilo que le parece adecuado a los fines que persigue la novela.

 
Riqueza y brillantez no están reñidas con la sequedad y el desnudismo.
 
Dependen esos procedimientos del carácter y el contexto. Todos ellos se pueden dar cita en una novela y su ensamblaje pondrá a prueba la habilidad de un narrador.

 
El realismo como dogma, o sea: la verosimilitud, ha de presidir el texto, sin  que se le vea al autor que quiere meter, a modo de contrabando,


poesía,
filosofía,
ciencia
periodismo,
sexo
y frivolidades en esa novela.  

 
La tesis de Erothya es un conjunto de XV capítulos en los que 

la protagonista recuerda aspectos de su vida en la miseria y 

la prostitución y en su monólogo interior lucha contra la cosmovisión trascendente y religiosa que tiene su marido, pero finge aceptarlo por amor a él y agradecimiento por haberla sacado del prostíbulo. Su oposición mental es su tesis, tesis que quedará sin escribir, aunque ella tiene deseos de escribirla e incluso parece que pergeña algunos párrafos, si bien considera que el lenguaje poético la lleva demasiado lejos en el empleo de la metáfora.

 
 
CARACTERES

 
Lo más valioso es dibujar en la novela son los caracteres de los personajes, la coherencia de individuos y nivel cultural, intenciones

el autor de retratar

una época,
un ambiente,
una familia,
un personaje en especial.
 
A través de todo esto, el autor ha de revelar lo que él piensa 

de la realidad y la condición humana en todo su complejo

 y versátil muestrario. Mientras que la poesía es subjetiva, 

la novela es objetiva. La poesía idealiza y la novela “realiza”.
Es la democracia en la literatura. Es el otro polo del planeta 

del hombre, es decir: lo real por oposición a lo idealizado.
 
La novela surge con el auge de una nueva clase social: la burguesía, 

una clase que nada tiene que ver con la aristocracia, inspiradora 

de la épica ni con el clero, fuente del sentimiento religioso y la mística.
 
 De ahí que su motivación sea la de expresar cómo es la forma de 

pensar y sentir esa nueva clase de gentes que nada tienen

que ver con las exquisiteces de un estrato social superior y que, por lo contrario, se ha de ganar la vida por sus propias manos en lucha contra las dificultades que entraña un oficio


de mercader,

de tejedor,
de agricultor,
de zapatero,
de constructor,
de cochero,
de administrativo,
de criado de unos señores,
de médico,
de soldado raso y tal vez mercenario…
 
Oficios, recuérdese, denostados por la clase aristocrática.
 
En fin, un trasunto de las vivencias humanas a nivel de las necesidades 

básicas de lo que significa vivir en un orbe amenazado por los imprevistos

 de las circunstancias.
 
 Tomando una comparación del cuerpo humano, una novela ha de tener una columna vertebral como tema central y las costillas son elementos que complementan su cuerpo narrativo.

 
En La tesis de Erothya los caracteres de los personajes: Erothya, su marido y la gente que los visita, están definidos de manera que se procura la mayor coherencia. Cada uno dice lo que es, aunque Erothya, como se dijo antes, calla por prudencia y amor a su marido lo que ella piensa de la vida: ateísmo frente a fe y el  carpe diem frente a la mesura de su esposo, así como una visión pesimista de la condición humana.


 
 ESTILO

 
En cuanto al estilo, el registro es de suma importancia: ahí se ve el dominio de la escritura que tiene el autor, en la que no deben faltar las metáforas, las comparaciones y la sinestesia, cuando sean oportunas; también, y con más presencia, la ironía, la antítesis, la paradoja, el humor…, por poner algunas figuras retóricas, que no son las únicas tampoco.  Habría que huir del lenguaje plano que aburre al lector por lo que tiene de previsto y manido, si los personajes requieren ese registro.

 
Sin embargo, en cuanto a la carpintería narrativa, hay oraciones gramaticales que parecen plagios de otras que carecen de originalidad, si bien este plagio es inconsciente y, además, inevitable en algunos casos por lo que tienen de elemental en la descripción y en la misma narración.
 
En la novela La tesis de Erothya, Erothya detesta la literatura poco autoexigente que se expresa sin brillantez. Ella invoca la metáfora, después de leer un libro que la anima a ello, y cree que lo que se escribe sin originalidad es un plagio inconsciente de estructuras gramaticales de lo leído  por el autor en otros libros .
 
El autor de esta novela ha procurado que la protagonista, Erothya, esté facultada, más por su entusiasmo que por su preparación, para hablar como habla.



 
SIMBOLISMOS


Se llama simbolismo a un tema recurrente en un autor y que ello lo caracteriza convirtiéndose en un dato con valor universal.
 En la novela moderna los simbolismos hacen acto de presencia. Por ejemplo; la magdalena del desayuno de Proust como reviviscencia del pasado, el bicho raro en la metamorfosis de Kafka como el papel de lo absurdo en nuesta vida; también el Ulises de Jame Joyce como la complejidad en que se nos convierte la vida moderna, el psicoanálisis de Freud como valor del subconsciente y el inconsciente en la conducta.
 
 En La tesis de Erothya no hay un simbolismo recurrente como no sea hacer un viaje por la costa de la isla de Venus o visitar la isla de Afrodita, ambas para significar el sexo.
 
 
OMNISCIENCIA 

 
Una observación imprescindible está en el papel que juega el narrador. Se ha de evitar que el narrador piense por los protagonistas. Ha de tener un límite en su intervención y actuar solamente como una especie de presentador de situaciones y protagonistas. Él cuida el montaje del escenario donde tiene su contexto lo que se narra.
 En La tesis de Erothya puede haber unos trazos de onmisciencia pero muy, muy pocos. El autor ha procurado que los sentimientos y las ideas de los protagonistas sean pensadas y expresadas por ellos mismos. Creo que es este elemento de la novela el más difícil de mantener como puro. La independencia del narrador es un tema peliagudo. De ahí que algunos autores opten por la narración en primera persona. Así evitan ese roce de personaje y narrador.
 
ELEMENTOS BÁSICOS DE LA NOVELA
 
1–Los caracteres de los personajes.
O sea, expresar la condición de cada uno con sus vicios y defectos. De ello se deduce el registro y cómo en él se refleja la condición humana y la capacidad de su expresión verbal. Recuérdese el  lenguaje de los nobles  y el de los criados en el teatro del Siglo de Oro: El galán, la dama y los criados. El habla y el comportamiento de la nobleza y el habla y el comportamiento de los plebeyos.
Por otra parte, la novela no selecciona, como hace la poesía, las vivencias del individuo, sino que es un todo de lo que acontece en la vida humana, incluida  la vulgaridad. Es el famoso espejo que se pasea a lo largo del camino, que se atribuye al novelista Stendhal. El camino que es la vida toda. Mientras que el poema es un recorte dentro de la página, la novela es la página entera.
 
Personajes: Teoría de Vladimir Propp
-protagonista
-antagonista
-personajes secundarios
-personajes terciarios
-personajes planos frente a personajes de relieve.
 
 2–La separación de personaje y narrador de tal manera que quien narra no piense por quien protagoniza una acción.
Son ellos las que han de pensar por medio del monólogo interior las intimidades de sus pensamientos. Sin que sea un tratado de psicología, una novela es un trasunto de la vida humana y el novelista un notario de lo que acontece en su entorno, pasando ese mensaje por la alquimia de sus recursos verbales para hacerlo atractivo a los lectores. Cada personaje habla según su cultura.

 
Que sea el narrador un simple presentador de los personajes dentro de un determinado escenario. Labor difícil la del narrador, que no se ha de confundir con el protagonista.
He aquí unos cuantos narradores de la novela española del siglo XIX en las que el narrador es en muchos momentos omnisciente.:
Fernán Caballero
Larra
Juan Valera
Pedro Antonio de Alarcón
Luis Coloma
José María de Pereda
Manuel Fernández Caballero
Palacio Valdés
Blasco Ibáñez
 
Ya en La regenta de Clarín se aprecia el monólogo interior.
 
3–El monólogo interior acerca de lo que siente y no dice el protagonista y que nunca debe ser dicho por el narrador.
 
 
¿Qué es  monólogo interior?
 
El monólogo interior es una técnica literaria con la que se reproduce en primera persona los pensamientos de un personaje, tal como brotarían de su conciencia.
 
A finales del siglo XIX, Édouard Dujardin publica Les lauriers sont coupés (Los laureles están cortados), obra con la que para muchos nace la técnica del monólogo interior, la cual se convertiría en una de las bases de la literatura modernista.
Efectivamente, el monólogo interior nació a fines del siglo XIX, fue utilizado por primera vez por Édourd Dujardin en  los laureles del jardín están cortados (1887) y encontró su auge en la primera mitad del siglo XX, con obras tales como el Ulises de Joyce (1922).

 
Dicen las buenas lenguas que fue James Joyce quien inventó esta técnica, pero no es del todo cierto. Lo que sí es innegable es que el Ulises, libro impopular donde los haya en su tiempo para muchos, popularizó entre los escritores el monólogo interior.
En el flujo de la conciencia puede ocurrir que haya un fluir del  pensamiento con incoherencias, asociaciones libres, palabras y frases sin sentido aparente.
 
En España tenemos La regenta y dentro de ella monólogos interiores de Ana Ozores. El escritor y crítico Luis Fonafoux decía que era un plagio de Madame Bovary de Gustavo Flaubert.
En la novela española contemporánea tenemos como ejemplo clásico ya a Martín Santos en Tiempo de silencio con el monólogo interior de Pedro.
 
4–El registro de cada uno según su cultura. En el caso de una exhibición de lenguaje literario subido de metáforas y otras figuras, el autor ha de crear un personaje que justifique ese nivel de expresión.
Haciendo un resumen se podría decir que en la teoría de la novela, a mi parecer, hay dos elementos imprescindibles:
uno es el carácter o caracteres de los protagonistas en los que el realismo (ya se ha dicho que la novela es un compromiso con la realidad) se impone: es la épica de la calle por oposición a la épica cortesana.
El otro requisito imprescindible es el del papel del narrador. El narrador ha de conducir los hechos de la novela, montar su teatro narrativo y nunca pensar por los protagonistas, que han de dar a conocer su idiosincrasia por medio del monólogo interior, además de sus parlamentos.  

 
 
CINCO CONDICIONES DE LA NOVELA  CON REFERENCIAS HISTÓRICAS:
-TEMA VEROSÍMIL, que no incluye:

 
La novela pastoril
La novela de caballería
y la novela lírica, 

 
Y sí:
La novela picaresca,
La novela policiaca,
La novela autobiográfica,
La novela costumbrista
La novela histórica
La novela del oeste
La novela romántica
La novela de ciencia-ficción
 

 
-PROTAGONISTAS CON CARACTERES DEFINIDOS. De los caracteres se deduce el registro del protagonista.
 
 
-CONTEXTO REAL DENTRO DE LA INVENCIÓN. La novela es un compromiso con la realidad fuera del contexto imaginario, sin dejar de ser ficción.
 
-REGISTRO ADECUADO A LA CULTURA O INTELIGENCIA DE LOS PROTAGONISTAS. Ese requisito también entra dentro del realismo, es decir: la realidad como punto de partida y de llegada de una historia, frente a la historia deseada, la historia real. Por eso poesía y novela son dos hermanas que no se llevan bien pero están condenadas a vivir en la misma habitación.

 

 
La poesía mira hacia arriba, a su cielo imaginario, y la novela mira hacia el acontecer del día a dia de la gente.
El contexto de la poesía está en la subjetividad, a veces onírica del poeta, y el contexto de la novela está en la experiencia humana del hombre comprometido con su entorno.
 
 
CONCLUSIÓN.-

 
La novela es un reflejo de la realidad en la que se muestra la condición humana.
Es el realismo frente al idealismo, el hombre que trabaja para ganarse la vida frente al noble que gusta de que un cantor ensalce su  rango heroico o aristocrático.
En esta novela Erothya representa la experiencia a ras de las necesidades más básicas de la vida, su pesimismo ante la condición humana y su anhelo de superación desde las frustraciones de juventud, frente a la cosmovisión intelectual y espiritualista de su marido  así como su ensimismamiento cultural alejado de las vulgaridades  cotidianas.