RAFAEL DUARTE
DE DIARIO DE CÁDIZ 13 Julio, 2022
La alcaldesa de
San Fernando ha tenido a bien, por mor de unas obras, trasladar de nuevo parte
de la feria del Carmen al parque Almirante Laulhé. A los que la vivimos allí
nos trae nostalgia viva de juventud o niñez. El viejo parque transitado otra
vez con su alumbrado festivo, casetas y altavoces.
En el atrio del
Ayuntamiento se coronaba a la Reina, hoy salinera, y se celebraban los pregones
de exaltación al evento. Los llamados Juegos Florales, que, ahora que no existe
ni el premio de poesía Ciudad de San Fernando, ni el premio Luis Berenguer, ni
el Salón de Pintura, ni el de fotografía, al menos, para entrar en calor,
pudieran celebrarse unos juegos florales que devolvieran cierta poesía al viejo
consistorio con los sentidos apagados desde los tiempos del cuplé.
Ahí le dejo la
idea. Los juegos florales eran en los años setenta un aliciente para los
escritores y participantes. Los pregoneros José González Barba, Emilio de la
Cruz, director de nuestro Diario de Cádiz, José Cervera Pery, Paco Montero
Galvache…ah, la lírica memoria del olvido de donde vuelven las palabras.
El salón de
pintura se inauguraba en la Casa de la Cultura de la calle Gravina, y entre sus
jurados destacaban el admirado escultor Don Antonio Bey Olvera, (Caridad y
Perdón), y el genial pintor, José Martínez Pepiño que dio color personal a los
cielos isleños, y entre sus ganadores, varios años, Ángel Torres Aleu, Carmen
Laffon, Ventura Camino, Eduardo Martínez Güela…Con el tiempo se dividió en
Salón de Primavera y Salón de Otoño, y el jurado compraba las obras más
destacadas que iban al Museo Municipal, que ahora no existe.
En la Salle
Real se instalaba la exposición de las fotos premiadas en el Salón Nacional de
Fotografía que convocaba AFI, premio Cañaílla de Oro, dirigido por Antonio
Vázquez Acevedo. Vemos que la cultura de entonces estaba muy soldada a la feria
o velada del Carmen y de la Sal.
El poeta Juan
Rafael Mena y quien esto escribe, de pie, tras las palmeras de la plaza del Rey,
ya despalmerada y descabalgada, asistimos al pregón de Pepe González Barba y al
fallo y entrega de la flor natural al poeta premiado aquel año, José María
Pagador Otero, y nos gustó a ambos el poema que con un tema tan tópico, se
saliera del tópico, que curioso que aún hoy no lo es.
La sal le llega al hombre por la boca/ hermana
mineral de dentaduras/ arañazo de todas las gargantas…
Claro, y hubo
un finalista de tronío, el gaditanísimo poeta Miguel Martínez del Cerro, que
falleció antes del fallo y no pudo conocer la distinción a su poema: Sal de la
sal de los esteros…
Después
ascendíamos por el costado de Anfra hacia la feria. Donde estaba la Caseta
Municipal y donde cantaron las figuras emergentes Cecilia, Basilio, Juan Pardo,
Rocío Jurado, Camilo Sesto o Camarón.
Mirador de San
Fernando, con Fernando Miranda y Enrique Montiel, así como el Boletín de la
Sociedad de Fomento y Defensa, Isla, acogían las noticias de su desarrollo, así
como de la procesión de la Patrona, la marinera o la terrestre que salía del
convento.
Todo eso me
viene a la memoria cuando hablan del parque y de la feria. Ya sin tiro pichón
en el Inesperado ni peleas de Gallos. Pero sí con toros. David Galván décimo
aniversario de su alternativa.
Esta estrofa de
Francisco Montes Aguilera, fundador de la Academia de San Romualdo, cierre el
recuerdo: Te he visto virgen del Carmen/ en la frescura del
mar/ en momento alucinante/ de mi torpe navegar… Estas
ferias...
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