lunes, 20 de febrero de 2023

EL JESÚS PESIMISTA

 


 

En El anticristo Federico Nietzsche oponía la esplendidez de la Biblia en muchos de sus texto por oposición a la pobreza de los Evangelios; tanto es así que, según él, había que ponerse unos guantes para manejarlos, dado la repugnancia que le daba. Lo que el filósofo alemán no decía es que el contexto histórico de esos Evangelios no era el mismo que el de los escritos bíblicos a los que se refería. La turbulencia de los tiempos contemporáneos de Jesús nada tienen que ver con las épocas de esplendor de algunos reinados de Israel. ¿En qué se parecen los gobiernos de David y Salomón con el de los hijos de Herodes y la presencia de Roma en el corazón de la misma capital de Judea? En nada. La predicación de Jesús estuvo enmarañada entre las guerrillas zelotes de los nacionalistas judíos y las represalias inmisericordes de las legiones de Augusto en una tierra áspera cuyo dominio no se explica, como no sea que aquel trozo geográfico era un punto de mira estratégico contra los partos.

Hemos de imaginarnos la situación social de entonces en aquellas tierras: hambrunas, epidemias por la falta de higiene, las huellas sangrientas de los enfrentamientos de los nacionalistas contra los invasores con su escalofriante despliegue de crucifixiones y las discordias entre los mismos hebreos por la sumisión al poder imperial de la clase alta y el odio de las clases humildes a semejante cobardía diplomática. ¿Qué se podía sembrar en aquella tierra revuelta y pisoteada por el destino de aquel pueblo que llevaba siglos luchando po su libertad, primero contra los egipcios, luego contra los persas y ahora contra los poderes del Lacio, muerto ya Marco Antonio, que puso en el trono a Herodes el Grande?

Repitamos lo del contexto geográfico e histórico del escenario en que nos situamos: Jesús baja de la zelotista Galilea a la aparentemente cordial Jerusalén a sabiendas de que el ambiente social es poco poroso a sus enseñanzas.Tiene también entre los bastidores de los sitios por donde camina a la policía romana, alerta siempre a cualquier frase que se salga del consabido discurso religioso y pueda sonar a rebelión contra Roma.

Sin embargo, es probable que esos vigilantes no oigan las palabras más profundas y dolorosas de quien sabe que todo está perdido y que la tirada de dados del destino cae negativamente sobre el mantel púrpura que presta el color peculiar al triunfo de las águilas de las siete colinas.

Jesús no puede evitar sentimientos, por lo menos de contrariedad, frente al precioso objetivo de su misión, que es el Templo, como nos dice Mateo: 23, 37-39:  “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los mensajeros que Dios te envía! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus pollitos bajo las alas, pero no quisiste!”.

Lamentaciones como ésas podemos seguir citando, pero hay una que es determinante en Mateo 26: 38: “Mi alma está triste hasta la muerte”.  

En Marcos 14: 27 Jesús predice que todos lo abandonarían en sus peores momentos:

Todos me van a abandonar, porque así lo dicen las Escrituras: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas”.

En cuanto al futuro de Israel Jesús no se calla su profecía con ciertos tintes apocalípticos. Véase este ejemplo de Lucas 23:30: “Porque he aquí, que vienen días en que dirán: Dichosas las estériles y los vientres que nunca concibieron y los senos que nunca criaron. Entonces dirán a los montes: Caed sobre nosotros, y a los collados: Ocultadnos”. Tenemos otro ejemplo, esta vez extraído del Evangelio de los egipcios: «Y María-Salomé preguntó al Señor: "Maestro, ¿cuándo acabará el reino de la Muerte?" Y Jesús respondió: "Cuando vosotras, mujeres, no concibáis más hijos...”. Opinión lógica en una época en que las guerras, la miseria y la muerte acechaban  a la Palestina aplastada por las cáligas romanas. Continuamos con el muy canónico Marcos en el versículo 13: 1-23: "Saliendo Jesús del templo, le dijo uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras, y qué edificios. Jesús, respondiendo, le dijo: ¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra, que no sea derribada”.

Recnozcamos que las predicciones de Jesús con respecto a su amado pueblo son trágicas, pero lo peor es que son también verdaderas. En el año 70, como treinta y cinco años después de su muerte, las legiones de Tito, el hijo del ya emperador Vespasiano, destruyen el Templo y parte de Jerusalén, además de matar a miles de judíos que combaten por su independencia. En 132-136, con Adriano en el poder y, a pesar del talante pacífico de este emperador que renunció en parte a las conquistas de Trajano, estalla la rebelión de Simón Bar Kojba y Adriano se ve obligado a arrasar la Ciudad Santa y fundar sobre ella otra ciudad llamada Aelia Capitolina.

Las profecías de Jesús se cumplieron y Judea desapareció como nación para ser condenada a la diáspora y expatriarse ya en calidad de esclava, ya en huida desesperada por los países limítrofes, hasta volver de nuevo a ella en 1948, tras la fundación del nuevo estado de Israel. 

La tristeza de Jesús está ampliamente justificada y su pesimismo sobre su predicación y el futuro de su pueblo es razonablemente admitido porque como dice Lucas en 22: 23 es la hora de las tinieblas. Pero en esos años, un poco alejado de su visión catastrofista del mundo que le rodeaba, crecía un joven llamado Saúl, al que conoceremos después como Pablo y que fue quien recogió la semilla de su mensaje para llevarlo y sembrarlo en el alma popular de la misma Roma que había borrado del mapa del mundo conocido a ese pueblo minúsculo y batallador por la libertad de su gente.

Del libro Literatura de la Pasión (2011) 

y de Crespón de primavera, que aparecerá en marzo de 2023 

 

 

miércoles, 15 de febrero de 2023

HISTORIAS DE GENTE DE A PIE

 






SAN FERNANDO, 29 ENERO, 2017

Por ARTURO RIVERA. DIARIO DE CÁDIZ

Fue la pasión por la literatura la que llevó a Juan Mena a cursar sus estudios universitarios de Filología Hispánica por la UNED (Primera promoción) mientras trabajaba en la biblioteca de la calle Gravina, allá por la década de los 70. Luego, prácticamente todo vino de corrido: profesor -por supuesto, de lengua y literatura- en el Wenceslao Benítez, en un instituto de La Línea, en el IES Isla de León... También la Academia de San Romualdo, la tertulia literaria Río Arillo... Y libros, poemarios, relatos que iban cosechando premios y que iba publicando sin tregua.

Mena es, probablemente, uno de los autores isleños que más ha publicado. Y a punto de cumplir los 74 años no se cansa. No concibe la vida sin literatura, sin el acto de la escritura. El próximo martes, a las 19.30 horas, presentará en el Centro de Congresos -dentro de las actividades programadas por la Academia de San Romualdo para este curso- su último trabajo: Historias de gente de a pie, un conjunto de 27 relatos publicados por una editorial isleña con la que también trabaja en un poemario homenaje a Al Ándalus que verá la luz antes de verano.

La obra reúne relatos breves, de corte realista y lenguaje sencillo que han ido tomando forma a lo largo del quehacer literario de Mena para agruparse ahora en esta nueva publicación. Varios de estos textos han sido de hecho premiados en distintos certámenes y concursos literarios. Hay, sin embargo, cierto denominador común que une a la mayoría de estos relatos en los que predomina ante todo el protagonismo de la mujer y en los que la temática podría decirse perfectamente que es la vida, el destino y la condición humana.

"La mayoría de los relatos tratan de mujeres que sufren, que son maltratadas por la vida y sufren las consecuencias", explica el autor. "Hemos de considerar el maltrato, no solamente físico, sino también moral, incluso procediendo ese maltrato moral del destino de cada una o cada uno de nosotros. Cada relato quiere ser, de manera más o menos velada, el perfil de un carácter", expone.

Hay también otros relatos protagonizados por hombres -por hombres que también sufren- e incluso por niños que Mena utliza para narrar la pérdida de la inocencia. Y todo con un telón de fondo de tono algo costumbrista que tiene a La Isla como telón de fondo. "En realidad, no pretendo relatos costumbristas -explica su autor- sino textos en los que predomine cierta sensibilidad universal, es decir, que ese concepto que se trata se amplíe en vivencias que pueden pasar a todo el mundo, que podrían ocurrir en cualquier parte".

El veterano escritor -cuya obra será presentada este martes por José Carlos Fernández Moreno- se esfuerza también en su obra en buscar un lenguaje sencillo, en hacer que sus textos sean asequibles para el gran público, tanto en la temática como en el lenguaje.

sábado, 4 de febrero de 2023

IDEAS SOBRE LA NOVELA


EL JESÚS DE LA GNOSIS

 


Cuando se habla de la multitud de evangelios antes de los canónicos, tendríamos que aludir también, además de los apócrifos, a los evangelios gnósticos que pulularon por el ámbito de la koiné griega. Gnosis, como sabemos, significa ´conocimiento secreto´.

Es cierto que que ese Jesús en nada se parece al otro, al hebreo, que está enraizado en el subsuelo de su tradición bíblica con los profetas como humus de esa tierra ancestral sobre la que se asienta toda una concepción religiosa.

Del Jesús de la gnosis, muy en concreto de los evangelios más conocidos y estudiados como el Evangelio de los egipcios, el Evangelio de Tomás, y el Evangelio de Felipe, por poner una síntesis elocuente de todos ellos hallados en Nag Hammadi, alto Egipto, en la segunda mitad del siglo XX, hemos de obviar la oración y la confianza en un Dios que nos protege. Incluso en los escritos de los gnósticos más próximos a la fe, como son los valentinianos, seguidores del obispo Valentín, por oposición a los gnósticos ofitas, los más alejados tal vez de la noción de un buen demiurgo, se puede rastrear una opción de credibilidad en el Dios de lo que fue futura ortodoxia. No entramos en el docetismo para no complicar el articulo.

Frases como éstas son bien definitorias de las posiciones de estos creyentes atípicos: “Si ayunáis, atraeréis el pecado sobre vosotros. Si rezáis, seréis condenados, si dais limosnas haréis daño a vuestros espíritus “(Evangelio de Tomás, 14). Otro ejemplo lo tenemos en “Quien haya llegado a conocer el mundo, ha descubierto un cadáver” (Evangelio de Tomás 56). También tenemos otra frase inquietante que entraña la reencarnación, como ésta: “Vigilad y rogad para que no nazcáis en la carne, sino para que podáis dejar las amargas ataduras de esta vida”.(Evangelio de Tomás 9,5). Como se ve, estas sugerencias, si las tomamos como reflexiones previas a la búsqueda de lo absoluto, no se parecen en nada a las posiciones de una fe que monta guiardia defendiendo los dogmas que se elaboraron después en el Concilio de Nicea, en 325, una fecha en la que los buscadores dentro de ellos mismos (recuérdese que San Agustín, el mayor padre de la Iglesia occidental, decía que habia que buscar dentro de uno mismo la verdad trascendente: “No salgas fuera; en el interior del hombre habita la verdad”), habían desaparecido, sin duda alguna huyendo de las persecuciones de los creyentes a ras de formulaciones dogmáticas.

Ya es un tópico decir que los gnósticos fueron perseguidos y esos escritos enterrados en la ocultación, pero descubiertos siglos después, tal vez de manera fortuita pero cuyo descubrimiento zarandea y turba a quienes los lee. Hoy, que los valores religiosos y humanísticos están despedazados en el suelo de la Historia,

la gente de buena voluntad necesita por imperativo de honestidad de espíritu, replantearse la significación del mensaje de Jesús. Así pues, tanto futuro ortodoxos como indagadores ocultos podrían esgrimir en esta batalla sin fin la frase del Evangelio de San Jua, I, 5: ”La luz luce en las tinieblas, pero las tinieblas no la acogieron”. Épocas de gran altura  espiritual en cuyo campo de batalla por el dominio de la cultura guerrean  mentes privilegiasdas de diferentes banderías pero unas y otras de alto signo espiritual. ¿Qué dirían esos grandes hombres del materialismo de baja frecuencia hedonista en que se apoltrona el mundo de hoy?


 PLEYADES, revista de letras y artes de la TERTULIA RÍO ARILLO, número 20

De CRESPÓN DE PRIMAVERA O LITERATURA DE LA PASIÓN

de próxima aparición