Tarde quieta de otoño
en la ciudad pequeña.
Plazuela recogida
con su alma desierta.
Campanadas pausadas
con recodo de iglesia.
Se va hacia el mar la tarde
en caravana lenta
de rojos y amarillos
que esquivan la tristeza
de los ojos sombríos
de una noche que acecha.
Aquí mis veinte años
la esperaban a ella.
No importa donde esté.
Todo aquí la recuerda.
Si cierro la mirada,
como si aquí estuviera,
todo está como entonces:
La memoria consuela.
SPECULUM. CLUB DE LETRAS, NÚMERO 49
CALAS DONDE MEDITA EL MAR (2022)
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