¿Por qué una poesía con nuevos
hallazgos semánticos y desautomatizada de lastres oxidados?
-Porque esa poesía no emociona y
suele abusar del significado sin esfuerzo por remozar el discurso poético
dejándose llevar por construcciones ya lexicalizadas.
¿Cómo se consigue esos nuevos
hallazgos que den una nueva fisonomía poética al texto?
-La poesía ha de ser una pintura parlante, como decía Plutarco
ayudándose de:
La metáfora —futuristas,
ultraístas—,
la sinestesia —el
simbolismo—,
el onirismo y el quiebro sintáctico—Surrealismo—,
sugerir más que explicar, o sea, rodeos —Mallarmé—
y la
poesía igual a creación —Wilde—
ayudan a una recreación del
texto poético, dejando atrás los lastres sociales o líricos de la poesía
tradicional, que confiaba toda su valoración al significado —divagaciones, descripciones, sondeos introspectivos,
exaltaciones eróticas o amorosas, seudofilosofía, denuncia o autosatisfacción
burguesa con regularidad sintáctica de funcionario, etc.— sin pensar
en la crisis que ése ha sufrido en el mundo contemporáneo—Montale—.
-¿Por qué el poeta ha de salvar
estos escollos de frases hechas, escritura lineal convencional y actitudes
poéticas obsoletas?
-Porque la madurez del hombre
contemporáneo le lleva a nuevas búsquedas dentro del laberinto de su
conciencia
—“Hay otros mundos pero están en
éste”—Eluard—, y ello le abre a nuevas indagaciones acerca de los fenómenos de
su conocimiento, teniendo en cuenta que un cambio psíquico determina un cambio
en el estilo —Spitzer.
En cuanto al tema, ¿cómo
olvidar la frase del poeta parnasiano Leconte
de Lisle?
“Sólo
hay poesía en el deseo de lo imposible y en el dolor de lo irreparable”.
Veamos
este texto poético
UN
CUERPO DESHABITADO
Desocupas
tu cuerpo de consumo
dejándolo al olvido de un andén
de los muchos silencios de la vida,
tú, que hiciste un mercado de tus ojos,
feria con los racimos de tus senos,
del pubis la diana de apetitos
y de tu cama, yunta de trabajo,
un breve paraíso de alquiler.
Llevabas como un terco
palimpsesto
el recuerdo sangrándote de infancia
violada en un rincón de turbulencia
por manos como garfios endulzados
bajo un señuelo, fronda del engaño.
Asumiste con férula de sino
el pasado tal como una divisa
en el cuello mortal de tu memoria,
y enarbolaste a un viento de infortunio
la sonrisa con miel profesional
y palabras marcadas por el uso
con disimulo de un hedor de penas,
el abrazo de elástica costumbre,
la exhibición artera de un tesoro
que iba expoliando el azadón del tiempo,
modesta fonda de aire provinciano
para viajeros de pasión con prisa,
peregrinos por rutas de su hastío,
tratantes de manidas circunstancias,
sedientos de algún ocio pasajero
que abrevan en tus aguas de miseria
un sorbo de volátiles respiros
que escupen luego, ahítos de desidia
(menos yo, que dejé sobre tu tedio,
además del billete, unas palabras
que te dieron calor por un instante,
que tú quisiste retener con ruegos
en el mudo pretil de tu mirada).
El humo del tabaco fue aureola
a tu heroísmo de engarzar clientes,
y la copa, el fervor del incensario,
mientras pensabas en tu hijo, puente
para salvar los ríos del suicidio,
heroína en desvanes de epopeya,
mártir de un santoral sin bendiciones.
carne para el festejo de un momento
desahuciada de un techo de ilusiones...
Hoy, que no vives en tu cuerpo y yerras
por cielos de una ausencia indiferente,
dejas la huella de un revés que sólo
se entiende entre los pliegues no estudiados
todavía de Vidas ejemplares.
Premio Certamen Juan Ortiz del Barco (2009)
Boletín del Círculo de Artes y Oficios
¿Para
qué la metáfora?
-Enriquece —y amplía el texto— el verso con colorido
al comparar haciéndolo más inteligible el concepto al lector. Elemento real: tu
cama:
-yunta
de trabajo
-paraíso de
alquiler
-diana
de apetitos
-mercado
tus ojos
-diana
de apetitos
¿Para qué la
sinestesia?
-Une
lo sensorial y lo abstracto, dándole color a la idea:
-hedor de pena
-dejé sobre tu tedio
-el recuerdo
sangrándote de infancia
violada
en un rincón de turbulencia
-unas
palabras que te dieron calor
Otros textos
EMOCIÓN PARA
GLOSA INTERMINABLE
Mano mayor
que el mundo, risa que ahuyenta el miedo,
cumbre de
un regocijo, desnudez envidiable,
fortín
contra desgracias, aljibe en el estío,
dicha que
pisa el mundo con la inocencia al aire,
puerta con
aldabón para los desahuciados,
hallazgo
indescifrable, fulgor contra la duda,
llave en
la oscuridad, caminar sobre el agua,
manos de
una cosecha, gárgola de la risa,
magma de
sangre y voz, ternura a flor de boca,
levadura
de afanes, yunque de sinsabores,
brasa que
no se apaga, alfar de nuestra carne,
fragua de
la existencia, estuche de la especie,
imán entre
las sombras que atrae a los vencidos:
amor,
donde la
madre alienta pabilos de desvelo,
donde la
joven hila y entreteje sus nupcias,
donde el
amante trepa sus muros de utopía,
donde el
gozo quisiera atornillar su instante,
donde el
hijo es afluente que acaudala a la estirpe,
donde el
sexo se olvida de sus manos de garfio,
donde los
sufrimientos hallan brisa de alivio,
donde el
odio depone su armadura ya rota,
donde a
ras del escombro la maldad se avergüenza,
donde el
poema ensarta sus dones de palabras,
donde la
soledad se encuentra en cada espejo,
donde el
misterio acuna su esperanza tan frágil,
donde la
muerte enciende su dintel de infinito:
amor...
POETAS ANDALUCES (2005)
ATENEO DE SEVILLA
BELLEZA MALHERIDA EN LA MEMORIA
Te llevaste a la espalda un carcaj
de recuerdos,
dardos que a la diana sentimental arrojas
con trofeos de mudos suspiros desvelados.
Iba de polizón tu tierra en la maleta
callando como un siervo sus carencias tullidas,
desierta la liturgia del trabajo
sobre un altar de espera disecada,
vacías las promesas de un maná para el sur.
Socavón se te ha hecho la distancia, agujero
en que caben las noches oliendo a remembranzas,
madrugadas que yerran por silencios insomnes,
y el corazón desmonta su tinglado emigrante
del agradecimiento al regazo anfitrión,
desvistiéndose de sus circunstancias
para quedar desnudo como un otoño airado.
Entonces, tantas piedras de glorioso apellido.
las vides, los olivos y la sal, camaradas
de un tapiz recortable, se te echan al cuello
de la añoranza, y lloras, andaluz en tu isla
de exiliado converso a otro cielo, a otra lengua
en que a diario oficias tu costumbre de ausente,
en que a diario sueñas removiendo el desván
de tu adentro, en que guardas tus ayeres más vivos,
sin poderte quitar el grillete que llevas,
preso de la hermosura que indefensa dejaste
reo de la belleza que llora en la memoria.
ATENEO DE SEVILLA: Fiesta Literaria de la Belleza
Andaluza (2007)
POETAS ANDALUCES (2005)
“Y
YO ME IRÉ...”
¡Qué triste es amarlo todo
sin saber lo que se ama!
J. R. J.
“Y yo me iré...”, viajero por filos de confines,
pasada
la aduana de todos los adioses
después de haberle dado portazo a la existencia
ahijado del ciprés, padre de mi ceniza
vecino de una nada custodiada por mármoles,
viandante de las sombras, esfinge de silencio,
tanteando la aldaba de todos las incógnitas...
Os dejaré en
herencia recuerdos inconsútiles,
paréntesis de fechas mi último retrato,
ecos en la memoria que se van diluyendo,
congelados ayeres, cicatrices de olvidos,
presencia de una ausencia que se irá desgastando.
Almena en guardia insomne yo, en tanto, del misterio,
abriré la bitácora de mis figuraciones,
avante en la marea de todo lo ignorado,
timón rumbo a una aurora, brújula la esperanza;
iré desmemoriándome de nidos de ternura,
jirones las historias de lo que amé sin tregua,
pasto de la neblina los rostros donde echaba
igual que en alcancía de cariño mis besos...
“Y yo me iré...” Por ello, mis manos son dos haces
de trigo que entretejo aún hoy con las vuestras;
trigo para que estallen los silos de ilusiones,
corazón candeal con que comer los miedos.
Homenaje a
la velada en honor a JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
ATENEO DE
SEVILLA (2009)
Revista Arena y Cal, número 223
ENTORNO
HOSPITALARIO DE LA ABUELA
Refugio a
donde viene la prisa a sosegarse,
regazo de ternura que todo lo comprende,
espejo confidente, llave de soluciones,
quinqué de los desvelos es la abuela y alumbra,
a los que se arraciman en torno a su sosiego
con su sencillo oráculo de advertencias usadas.
Cuando se queda a solas como una luna insomne
tras su ensimismamiento enmarañada toda,
en su remanso teje los rezos por los suyos
con el gato a sus pies, que aprende la molicie
de su quietud de pueblo perdido entre los siglos.
Fortín de resistencia de infortunios voraces
que no puede asaltar del todo la tristeza.
Plumón de la familia, cobija los fracasos
mordidos por las lágrimas, y remienda ilusiones
de los que le rodean como ramas a un tronco
con corteza de savia alimentando sueños
con olor a resina de ejemplos amorosos,
con vigilias que laten por temor de su gente,
cofa de observaciones que a todo se anticipa
y calma las quejumbres de tullidas carencias
desmenuzando a migas su pensión tan enjuta.
A fuer de doble madre, todos la han hecho ya
ovillo de los años y madeja de anécdotas,
rueca donde devana sus manidas manías,
anacrónica agenda con desgastadas señas
y desembocadura de las preocupaciones.
Su rostro es palimpsesto en el que si se rasca,
podemos entrever ajadas escrituras,
signos, rayas a modo de feas cicatrices
de historias a la que pone mordaza de sonrisas
como minimizando escozores del día,
como quitando púas a las contrariedades,
como untando su miel de concordia en las riñas.
La evocación le trae, sin querer, esos restos
de otras épocas muertas que en su calor reviven:
nombres, caras del barrio que se difuminaron
con el borrón de luto que les puso la muerte
y que dejó un adiós flotando en su memoria.
Es ángel tutelar de la casa y, a veces,
suma con sus dos manos un esfuerzo a la briega
acordándose entonces de viejos delantales.
Rito de lentitud con su pausa de bueyes
que rotura los surcos del trabajo doméstico
es su ayuda, la brújula de navegar la casa.
Desván de lo pasado, se mete en él a veces
y mantiene encendida la vela del recuerdo
por todos sus difuntos en altar de suspiros;
se ausenta de sus gestos como si devanara
hilazas de un ayer, un idioma empolvado
que tan sólo ella entiende y no traduce a nadie,
arcón de lo vivido de herrumbrosas nostalgias.
Se irá la abuela un día dejando un socavón
de ausencia en ese hogar del que fue su guardiana
de las viejas usanzas, ropero de costumbres,
sayal apolillado de las generaciones
con que se viste el tiempo en su rincón de sombras.
De SIEMPRE
POESÍA (2015)
ABEJAS DEL BESO
El beso en la celdilla de tus labios
hacia ti el corazón vasto oleaje
un ¿te acuerdas de aquel jirón del día
prendido para siempre en la memoria?
endulza miel con guiños tus susurros
me tiemblan estos años más que nunca
beso sortija de querencia prieta
tela de este coloquio hilo tu risa
¿no fue ayer tanta cruz el imposible
para llegar a ti vida empinada
cuesta arriba tu no qué escala a prueba?
pero el sueño aprendiéndose su muro
ascenso al beso imán de la ternura
no podía abrochar aquel idilio
son espigas mellizas nuestras manos
den calor a unas arras jubilosas
ensartadas las vidas pebetero
la boca donde quemo mi delirio.
SALOBRE
DESPEDIDA
Servil estela al barco rúbrica de la popa
crencha del cabrilleo garabato de espuma
mi corazón se va remolque tu recuerdo
el barco que te lleva rumbo la indiferencia
cremallera de agua la travesía en fuga
todo el mar es tu cómplice todo el adiós las brisas
la plëamar el bíceps músculo de oleajes
yo subido a la duna desencanto empinándose
pañuelo mi mirada la distancia la estira
regazo es esta playa para dormir la pena
acunada congoja por vaivén de escancana
se desguaza una historia en dársena de luto
se desnuda un idilio de pétalos de besos
se cae la emoción como un vaina seca
ni el plenilunio erige un palacio en la luna
las rocas ya no tienen cabelleras de algas
los sargazos raíces de la mar se amotinan
la tristeza prepara sus mansiones de otoño
las borrascas rellenan de tormentas sus ubres
la costa ya es palestra de riñas de aguaceros
los vientos se colocan su armadura estridente
huesos del litoral rompientes farallones
cruzan lanzas de vidrio las bélicas marolas
rey de esta soledad corona tu abandono
mi heráldica no luce nada más que tu ausencia
mi reino ha derribado los lindes de sus sueños
un maretazo astilla su loza en los cantiles
plañidera la ola traduciendo orfandades
vacío que me legas puente la lejanía
clamor de estos mis ojos donde reina habitabas
un telar de suspiros donde días hilábamos
encintando mañanas de más horas de asueto.
Revista Arena y Cal, número 243
Revista Azahar 5 diciembvre 2016
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