SONETOS DEL PUENTE ZUAZO
A la memoria de Garmán Caos R.
y Antonio González Muñoz
I: LOS PESCADORES DE BAJURA
Al soplo de los céfiros primeros,
observadores de la aurora sana;
entonando la copla cotidiana
alegremente llegan los barqueros.
Se descubren sus músculos remeros
para zarpar hacia la costa hermana;
brilla en sus ojos la virtuosa gana
y alejan optimistas sus pesqueros.
Mas, a la noche, cuando el manto oscuro
te cubra ilimitado, incompasivo,
¿quién te acompañará, tristes instantes?
Los rumbos atalaya desde el muro,
porque acordando tu recuerdo vivo
¡volverán con nostalgia tus amantes!
II: FANTASÍA PARA UN PUENTE ZUAZO POÉTICO
Quiero verte en la aurora purpurina
cuando tu sol entre corales brilla
y surge de la póntica buhardilla
lanzando espuma tu graciosa ondina.
Entonces labraré tu perla fina
sentado a la frescura de tu orilla
grabándole una breve maravilla
que dejaré en tu nítida salina.
Quiero verte. Después, cuando me vaya,
cuando esté lejos de tu verde playa,
tal vez recuerdes a tu amante hombre;
me llamarás incluso con el viento
al ver la perla que en ti busca asiento,
¡aquella perla en que grabé mi nombre!
III: A LOS HÉROES QUE MURIERON DEFENDIENDO
EL PUENTE ZUAZO CONTRA LOS FRANCESES
En la nocturna soledad silente,
surgidos de las aguas dilatadas
y rasgando las sombras enlutadas
los muertos suben a su largo puente.
Los viejos héroes con el alma ardiente
son éstos, cuyas ansias desbordadas
se exaltan por sus carnes devoradas
con el objeto de adornar el puente.
Para la lenta aurora de colores,
dormidos ya los héroes en su seno,
su memoria han estado preparando,
que luego brilla grávida de honores
con sol formada y de laureles lleno:
¡el insigne blasón de San Fernando!
BOLETÍN”ISLA”, septiembre de 1962
RÍO-MUJER
Eres la claridad del mediodía,
fuente de donde surjo y donde emano.
Mi cauce está en el cuenco de tu mano
y mi curso lo tengoen tu alegría.
Este río que crece en la agonía
de sentirse más hondo y más cercasno
a tu anhelado término montano
que culmina tu esbelta geografía.
Mujer, cómo atravieso la campoña
verde de tu esperanza mañanera
donde con ansia mi aluvión revuelvo.
Para que mi rumor hondo te ciña,
desembocando busco la manera
de ver cómo en tu vida me resuelvo.
BOLETÍN “ISLA”, mayo de 1967
ALUCINACIÓN
Has llamado a mi puerta. Yo presiento
que eres Tú el que llamaste. No podría
ser otro el que supiese que aquí
siento
la inquietud de que alguien llamaría.
Abro la puerta. ¡Si es tan sólo el
viento
lo que se oye!... Me alucinaría
este esperanzador presentimiento
de que alguna visita yo tendría.
Te has ido, pero se que Tú has
llamado.
Deja la entrada de mi alma abierta
por si vuelves me encuentres
preparado.
Tengo tu noble astucia descubierta:
sé que llamaste porque así has probado
si yo estaba velando tras la puerta.
REVISTA "TORRE TAVIRA", octubre de 1967
FELICITACIÓN ONOMÁSTICA A LA VIRGEN DEL CARMEN,
NUESTRA
PATRONA
Destinatario:
el místico Carmelo.
Nombre: María, Madre o la Señora.
Tiempo: Cualquier momento es buena hora,
Población: En espíritu o en el Cielo.
Esta oración que parte desde el suelo
y por su poca fe se me demora,
sabe que ha de llegar cuando la aurora
del día de María rompa el vuelo.
Entonces qué temblor y qué latido
tendrá las Salve en eta boca enana
cuando inicie el fervor su recorrido.
Cierro la carta ya porque cercana
tengo el alba y por tanto me despido:
hasta verte ascendiendo en la mañana.
DIARO DE CÁDIZ, julio de 1969
(El agua)
Cuando trampolineas cadenciosa
por mi mano, cascada a tu venida,
estalla en mi la sed con sacudida
primitiva, ancestral y presurosa.
Con cuánto afán mi lengua se desposa
contigo y con deseo te convida
a estar con ella y evitar la huida
hacia esa sed que te reclama ansiosa.
Eres tú femenina y transparente,
y has venido buscando la manera
de cumplir tu misión calladamente.
Mas no serías agua si no fuera
porque al cruzar mi codicioso puente
tu murmullo en mi tierra se perdiera.
Revista poética Bahía, 1969
Igual que el toro sale al ruedo, vamos
a la arena caliente de la vida.
Vivir es una intensa acometida
y con ella en el loco mundo entramos.
Y nos llueven después los fieros ramos
de banderillas. Sigue la corrida
la furia a la muleta sometida.
Con media espada nos desmoronamos.
Llega luego el arrastre del olvido.
Las mulillas del tiempo nos alejan
al matadero desapercibido.
Igual que al toro, igual, igual nos
dejan
y hasta borran las huellas que
reflejan
nuestro paso sangriento y removido.
SUPLEMENTO DE "TORRE TAVIRA" 1970
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