CRESPÓN DE PRIMAVERA (2023)
SINOPSIS
Se ha especulado acerca de esa experiencia del que sufre mucho en el deambular de su vida. Es cierto que también se ha considerado como un estado de resignación conducente al sosiego de espíritu que facilita la cercanía de Dios, si se recuerdan aquellas palabra de Jesús en Lucas, 6, 20-26, que constituye el famoso Sermón de la montaña. Un discurso de puro conformismo puede parecer. Sin embargo, hay que poner los pies en aquella Palestina y considerar la pobreza, que es miseria en muchos casos, como una circunstancia imposible de redimir en un medio social en que la impotencia ata las manos de quienes desean cambiar las cosas que están bajo control de los imperativos políticos dominantes.
Lo cierto de todo esto es que Jesús está cerca de quien sufre y se siente vinculado a esa masa de campesinos y clase obrera de distintas profesiones que esperan de él un cambio radical en las estructuras sobre las que se asienta el pueblo trabajador.
Dejemos a un lado los milagros y otros hechos maravillosos como eventos excepcionales. Su realismo con respecto a seguir la voluntad de Dios está patente en Mateo 19:21 cuando le dice a un joven rico que si quiere ser perfecto venda cuando tiene y se lo dé a los pobres. Se supone que eso le libra de preocupaciones materiales. En ningún momento Jesús está de parte de los poderosos. Ni siquiera, cuando oye hablar de que Herodes Antipas lo tiene entre ceja y ceja como al Bautista, él suaviza su arenga haciéndola conformista y conciliadora. Más bien lo tilda de raposa expresándonos con ello que su predicación está llena de riesgos y en ningún momento es un paseo por un camino de rosas. (Lucas, 13, 1-5). Con ello muestra una valentía insólita. En el evangelio gnóstico de Tomás, que se considera lleno de símbolos difíciles a veces de interpretar, en el párrafo 27, Jesús invita a desprenderse del mundo si se quiere estar libre para elevarse sobre las cosas que inducen a la servidumbre, con el fin de ser dueños de sus propias contingencias.
Parece que esto es un lenguaje para iniciados más que para los que anhelan una transformación de las condiciones en su vida del día a día, una meditación que parece ser más mística que pragmática, pero puede sugerir con ello una liberación de las miserias que en aquellos tiempos sin seguridad social ni recursos médicos, además de la férrea vigilancia del invasor romano, se imponía como una fatalidad sobre los oprimidos judíos.
Finalmente, tendríamos que citar aquellos versículos de Mateo 25, 35-36. “Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, estuve enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme…”. Una prédica que hubieran hecho suya muchos que han ido de libertadores de las clases de uncidas al yugo del infortunio dentro de nuestra heterogénea sociedad.
Miércoles de
Ceniza: campanadas
de la
Iglesia Mayor, graves premisas
de la
Cuaresma, que ensordecen risas
del
Carnaval, aún frescas y exultadas.
Póstulas por
el centro y barrïadas.
Las
carteles. Las túnicas. Las prisas
dentro del
almacén con las precisas
urgencias de
las horas ya contadas.
Boletines.
Conciertos y Quinarios.
Besapiés.
Besamanos. Incensarios
prodigando
el incienso en la función.
El Pregón.
Sones de El Respiradero*,
y un
soterrado rezo cofradiero
pidiendo que
no caiga un chaparrón.
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