Sinopsis de ROZA TU NOMBRE MI MEMORIA
Un
catedrático de filosofía transcurre su vida
en un instituto de la misma ciudad a la que se ha mudado desde otra
ciudad vecina, después de sufrir en ella un desengaño amoroso. Al poco tiempo de
iniciado el curso académico, se entera de que la mujer a la que pretendía ha
fallecido. Él se siente un poco culpable y su obsesión gira en torno a su
recuerdo, independientemente de que haya una compañera del instituto que está
enamorada de él con pocas esperanzas de que el catedrático le haga cara a sus
insinuaciones y, por lo contrario y contra su voluntad, empieza a prendarse de
una joven profesora que está casada y con hijos.
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ANTECEDENTES DE ESTA NOVELA
Roza tu nombre mi memoria es la tercera entrega de las cinco que componen la serie
“Cántigo Llano o cómo aprende a cantar un mirlo blanco”. Están precedidas de Vete a Madrid y El amor tras los visillos, ambas editadas ya por Editorial Dalya,
como la presente.
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IDEAS
PERSONALES SOBRE LA NOVELA
A
MODO DE RESPUESTAS A UNA ENTREVISTA
Una
novela es una historia que se cuenta fuera de la ficción poética, aunque no
esté exenta de un cierto grado de imaginación en lo que se refiere al
planteamiento del contenido y en cuanto a situación y personajes.
Una
novela puede presentarse como una recreación lírica del autor, pero no por ello
ha de estar carente de tema.
La
técnica estilística tampoco ha de ejercer un protagonismo que eclipse el asunto
como sustancia humana del texto. Ni inmovilismo extático ni acción vertiginosa.
A
partir de este compromiso con la realidad cada autor reviste a sus criaturas y
el entorno de ellas con el estilo que le parece adecuado a los fines de la
novela. Riqueza y brillantez no están reñidas con la sequedad y el desnudismo.
Dependen
esos procedimientos del carácter y el contexto. Todos ellos se pueden dar cita
en una novela y su ensamblaje pondrá a prueba la habilidad de un narrador.
El
realismo, más o menos objetivo, como dogma, o sea: la verosimilitud, ha de
presidir el texto, sin que se le vea al autor que quiere
meter, a modo de contrabando, poesía, filosofía, ciencia o
periodismo, sexo y frivolidades en esa novela. La novela ha de ser fiel a
sus comienzos como novela moderna: reflejar los comportamientos humanos fuera
de los clisés heroicos de la épica del Renacimiento; es decir: la novela
moderna es el descubrimiento del pueblo y el protagonismo de la calle.
Lo
más valioso es dibujar los caracteres de los personajes, la coherencia de
individuos y nivel cultural, intenciones del autor de retratar una época, un
ambiente, una familia, un personaje en especial.
A
través de todo esto, el autor ha de revelar lo que él piensa de la realidad y
la condición humana en todo su complejo y versátil muestrario.
Es
la democracia en la literatura. Es el otro polo del planeta del hombre, es
decir: lo real por oposición a lo idealizado.
La
novela surge con el auge de una nueva clase social: la burguesía, una clase que
nada tiene que ver con la aristocracia, esa clase social inspiradora de la
épica, ni tampoco tiene nada que ver con
el clero, fuente del sentimiento religioso.
De
ahí que su motivación sea la de expresar cómo es la forma de pensar y sentir
esa nueva clase de gentes que nada tienen que ver con las exquisiteces de un
estrato social superior y que, por lo contrario, se ha de ganar la vida por sus
propias manos en lucha contra las dificultades que entraña un oficio de
mercader, de tejedor, de agricultor, de zapatero, de albañil, de cochero, de
administrativo, de criado de unos señores, de soldado raso y tal vez mercenario…Oficios,
recuérdese, denostados por la clase aristocrática. En fin, un trasunto de las
vivencias humanas a nivel de las necesidades básicas de lo que significa vivir
en un orbe amenazado por los imprevistos de las circunstancias.
Una
novela ha de tener una columna vertebral como tema central y las costillas son
elementos que complementan su cuerpo narrativo.
En
cuanto al estilo, el registro es de suma importancia: ahí se ve el dominio de
la escritura que tiene el autor, en la que no deben faltar las metáforas, las
comparaciones y la sinestesia, cuando sean oportunas; también, y con más
presencia, la ironía, la antítesis, la paradoja, el humor…, por poner algunas
figuras retóricas, que no son las únicas tampoco.
En
la novela moderna los simbolismos hacen acto de presencia. Por ejemplo; la
magdalena del desayuno de Proust o el bicho raro en
la metamorfosis de Kafka.
Hay
que huir del lenguaje plano que aburre al lector por
lo que tiene de previsto y manido.
Una observación imprescindible está en el papel que juega el narrador. Se ha de evitar que el narrador piense por los protagonistas. Ha de tener un límite en su intervención y actuar solamente como una especie de presentador de situaciones y protagonistas, un carpintero del escenario donde se mueven los protagonistas.
SOPORTES BÁSICOS DE LA
NOVELA
Los caracteres
El narrador. Su limitación
El monólogo interior
El registro
La situación y el contexto
1–Los caracteres de los personajes.
O sea, expresar la condición de cada uno con sus vicios y valores.
2–La separación de personaje y narrador de
tal manera que quien narra no piense por quien protagoniza una acción.
Son ellos las que ha de
pensar por medio del monólogo interior las intimidades de sus pensamientos. Sin
que sea un tratado de psicología, una novela es un trasunto de la vida humana y
el novelista un notario de lo que acontece en su entorno, pasando ese mensaje
por la alquimia de sus recursos verbales para hacerlo atractivo a los
lectores. Cada personaje habla según su cultura.
Que sea el narrador un simple
presentador de los personajes dentro de un determinado escenario.
3–El monólogo interior acerca de
lo que siente y no declara el protagonista y que nunca debe ser dicho por el
narrador.
4–El registro de cada uno según
su cultura. En el caso de una exhibición de lenguaje literario subido de
metáforas y otras figuras, el autor ha de crear un personaje que justifique ese
nivel de expresión.
Con ese título del
artículo, recuerdo a Ortega y Gasset, a cuya obra, Ideas sobre la novela, debo
tanto sobre este tema.
5. La situación y
el contexto de la obra.
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