martes, 17 de junio de 2025

ELEGÍA DE LOS NIÑOS DE POSGUERRA

 

 




ESQINA DELGORDO, HOY DESAPARECIDA


                                                    

 


ELEGÍA DE LOS NIÑOS DE POSGUERRA 

En la alameda, estábamos los del barrio, una feria de alocados juegos, los paseos de los noviazgos ya despuntando idilios y aquellos niños, huérfanos algunos, hijos del patio donde la pobreza tomaba asiento y sesteaba, deudores esos niños del pan con la manteca y el remiendo, de chocolate en onza repartidos por las señoritas de la Falange a la hora de la doctrina a modo de catequesis, por la tarde, los jueves en la iglesia; como racimos esos niños colgando de las ventanas en la vieja plaza en espera a que el lego abra el zaguán. En el colegio, otros niños que no eran los del barrio, rezo vespertino del rosario y su apéndice de letanías a ña Santísima Virgen, sábado epilogal de las clases, ora pro nobis; lejano en las horas el Cara al sol, brazo en alto saludando a la mañana , el chapón de la tinta goteando y el miedo agazapado en el pupitre, el papel secante como un fugaz alivio de aquella letra gótica despachurrada y las grecas a la margen izquierda del cuaderno como rizos de flores delirantes; la paciencia quebrada del maestro, que mostraba su férula temible para calmar a aquella grey confusa en su algarabía; las oraciones antes de abrir la Enciclopedia Bruño, cultura elemental presidida por el crucifijo al que lo escoltan de un lado José Antonio, a otro el Caudillo, proa de aquella España con ínfulas imperiales, Grande y Libre en ondeo de bandera, el mapamundi y la lección cantada por los alumnos y maestro: «España limita al norte con el mar Cantábrico...», los partes nacionales de la radio en los rumores de la sobremesa, los pantalones bombachos de algunos alumnos; luego, el espejo diario, guillotina con cuchilla acanalada de la barba incipiente, la colonia quemándonos con picotazos la piel adolescente, afeitado bienoliente y cómplice del abordaje para el amor, susurros de piropos, el tupé y el pick-up cuando en los patios el guateque, los bailes encendían sus delirios y los serios asedios a las chicas rogándoles poder acompañarlas, las colas de los cines los domingos, aquel No-Do, los trailers, los anuncios en una España todavía mirándose resignada en su espejo blanco y negro.

Aprendían los niños sus oficios y luego la llamada de “Todo por la patria”, la novia en serio, al brazo ya cogida, después de la entrevista con el padre («Dígame cuáles son sus pensamientos con mi hija y cuál es su profesión…»), última fase de un austero rito ya en los umbrales de la casapuerta, enredados en besos y achuchones.

Han pasado los años y los niños que aquí jugaban, nunca más han vuelto. Se hicieron hombres y algunos emigraron al extranjero a que el trabajo los mantuviera vivos y con proyectos en la vida.

Cada uno se adentró en el laberinto de sus circunstancias. ¿Se acordarán de esta alameda algunos y se recrearán en la memoria como en un álbum de sus emociones?

No lo sabemos. Pero ahora mismo una tarde cualquiera, como aquellas —buganvillas cayendo en cataratas por las arcadas, nidos de noviazgos, miniaturas de sol entre las frondas— que les dieron su sol y sus espacios de juego en el verdor de la floresta, esta tarde de ahora va pasando sola, sin niños y sin algazaras.

Los hijos, en su feudo de acomodos, desparraman el ocio por la casa tal vez rehenes del móvil o amarrados al blando banco de los los ordenadores. 

Alguien que lleva ya a cuesta sus años viene aquí, a la alameda de su infancia y evoca en el silencio, hasta que cierra el portafolio de su ayer antes que vaya a humedecerlo la melancolía. El tiempo es un negrero con su fusta golpeando en la espalda de los años, obligando a remar hacia delante las vidas que de vez en cuando envían una mirada al pasado como una paloma mensajera que trae en su pico una hoja de esa lfor inmarchitable que se llama nostalgia.

Del libro  EL ARPA A LA INTEMPERIE (2009)

ANÁLISIS DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Análisis temático de "Elegía por los niños de posguerra":

Este texto lírico y nostálgico aborda múltiples temas entrelazados por la memoria y el paso del tiempo. El tema central es la infancia durante la posguerra española, especialmente la de los niños marcados por la pobreza, la doctrina franquista y una educación autoritaria. A través de una mirada evocadora, el autor retrata la pérdida de la inocencia, la represión ideológica, y la evolución hacia una madurez resignada o emigrante. La evocación de la alameda simboliza el lugar común de la infancia, contrastado con el presente silencioso y tecnológico de las nuevas generaciones. Finalmente, aparece el tema del tiempo como fuerza implacable, que transforma, aleja y aísla, dejando solo la nostalgia como refugio emocional.

Sinopsis en ocho líneas:
 
"Elegía por los niños de posguerra" evoca con lirismo la infancia de quienes crecieron en la España franquista. A través de una alameda como escenario simbólico, se describe una niñez pobre pero vital, marcada por el hambre, la doctrina católica y los juegos. Con el paso del tiempo, esos niños emigran, maduran o desaparecen, mientras el presente se vacía de risas. La memoria contrasta el ayer lleno de vida con un ahora tecnológico y distante. En ese contraste, la nostalgia se convierte en el único lazo con un pasado ya perdido.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

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