El Jardín de
Narciso:
«La creación
de un universo poético original»
En este
breve análisis sobre El Jardín de Narciso parto del
supuesto de que, igual que la finalidad del estudio de la Historia Universal es
la interpretación del presente y la proyección hacia el futuro, la lectura de
las obras de los escritores y de los poetas vale en la medida en que nos
orienta y nos estimula para que prolonguemos las sendas recorridas por ellos.
No se trata, por lo tanto, de imitar sus creaciones sino de tomar impulsos para
continuar sus caminos por unas rutas originales, nuevas y renovadas. La lectura
literaria vale en la medida en nos alimenta y nos reanima para que despleguemos
las alas de las sensaciones, para que afinemos las cuerdas emocionales y para que
orientemos los impulsos de la fantasía y creemos un universo personal e
inédito. Ésta es la lección que nos explica Juan Rafael Mena, poeta y profesor,
aplicando sus conocimientos profesionales en esta obra que nos descubre los
rasgos estéticos y los procedimientos estilísticos que definen la creación
literaria de ayer, de hoy y de mañana.
La línea de salida de este poemario es el dibujo de las ideas de los filósofos
y de los recursos de los poetas de la antigüedad grecolatina –Heráclito,
Demócrito, Platón, Epicuro, Teofrasto, Cicerón, Lucrecio, Virgilio o Marcial y
Juvenal. Son las presencias y las influencias noblemente confesadas por el
autor que, a medida en que ahondamos en su lectura meditada descubrimos las
hondas raíces en las que advertimos planos temáticos profundos que constituyen
amables invitaciones a la reflexión y originales propuestas para el deleite de
los sentidos. Parte de la inmersión en una naturaleza viva y activa que nos
proporcionan sosiego, introspección en el recogimiento y en la soledad. Son
unos cantos que nos descubren la íntima conexión entre los seres naturales y
nos sumergen en un mundo en plenitud de vida, en un incesante cambio de
colores, de sonidos y de olores que dan sentido al transcurso de los días y nos
responsabiliza del cuidado del planeta. Porque la naturaleza –como la vida-
está en constante transformación y se nos manifiesta de manera diferente y
cambiante, que actúa en nuestro ánimo produciendo una mezcla de sensaciones y
de sentimientos diversos que nos impulsan a contemplar la vida con ojos
renovados. Son propuestas para que profundicemos en las teorías y en las
prácticas de las creaciones literarias, y para que enfaticemos las llamadas a
la libertad para lograr una conexión humana y cósmica, y para que nos demos
cuenta de lo pequeño que somos cuando nos aislamos.
En mi opinión, estas invitaciones, que generaron alteraciones en la conciencia
del pasado y en la previsión del porvenir del pensamiento, de las emociones y
de las conductas, son amables llamadas para que los creadores actuales se
decidan efectuar cambios en la conciencia del pasado y en la invención del
futuro. A mi juicio, son también las consecuencias de los progresos
lingüísticos, de las investigaciones psicológicas y de las teorías filosóficas,
y, por supuesto, de las nuevas actitudes ante la vida. Tengamos en cuenta, por
supuesto, que algunas de esas pretensiones de transformación adquieren en la
actualidad nuevos impulsos debido a los lenguajes audiovisuales y, sobre todo,
a las investigaciones neurológicas y a las transformaciones informáticas.
[Juan
Rafael Mena
El Jardín de Narciso
San Fernando,
Tertulia Río Arillo, 2024].
José Antonio Hernández Guerrero, reflexiona,
semanalmente en nuestro “blog”, sobre las Claves del bienestar humano el sentido de la dignidad humana y el nuevo humanismo. Actualmente, nos envía también una reseña semanal
sobre libros de pensamiento cristiano, evangelización, catequesis y teología.
Con la intención, de informar, de manera clara y sencilla, de temas y de
pensamientos actuales, que gustosamente publicamos en nuestro “blog”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario