REALISMO Y FANTASÍA EN CIEN SONETOS ME MANDA HACER VIOLANTE
Ramón Luque Sánchez
Entrelíneas Editores, 2024
141 págs. 1ª edición.
Cien
sonetos me manda hacer Violante, como dice su título con
resonancia a Lope de Vega, contiene una variedad temática en esta estrofa
clásica en la que el lector hallará dos cosas: entretenimiento y conocimiento.
El entretenimiento le puede llegar por las andanzas del
autor por la vida. El conocimiento por
la psicología que emana de sus versos más profundos en poemas con amistosas
dedicatorias.
Desde “Vivir es
alegría”:
(Es alegre vivir, salir al mundo
y notar que algún sol te da en la frente,
sentirse otra estrella diferente,
liviana desazón y yo profundo…),
hasta “El último viaje”:
(He preparado el cuerpo, la maleta
con el traje de novio y la camisa
que estrené por robarte una sonrisa,
también llevo el espíritu de asceta…),
pasando antes por el horaciano, luego ausoniano y
garcilaciano “Carpe diem”:
(Disfruta del momento, vive y goza,
trata de ser feliz, forja alianzas,
siembra a tu alrededor paz y bonanza,
que el tiempo no te sea nunca una losa…), hay todo un
muestrario de vivencias que le dan al conjunto un toque de biografía espiritual
del autor.
Pues bien, dada la diversidad temática, hemos de reparar
en sonetos que se unen como costillas a la columna vertebral para formar un cuerpo que encierra un
espíritu sensible y crítico que aletea entre sus versos en todo momento.
Me llaman la atención incidencias cotidianas que pasan
desapercibidas para muchos transeúntes, sobre todo para los que van aprisa por
las aceras y dejan sus miradas en los escaparates u otros atractivos de la
ciudad.
Por ejemplo:
“Has de reconocer que en esta vida”:
(Has de reconocer que en esta vida,
que, juntos ya llevamos, la belleza
ha sido un ideal que con fijeza
hemos buscado ambos. Acogida….).
O bien este otro:
“Aquel vestido rojo me incendiaba”:
(Aquel vestido rojo me incendiaba
con tu cuerpo por dentro dando forma
a pliegues y costuras que eran horma
de un talle de mujer juncal y brava…).
Como un contraste que no nos sorprende y forma parte de
nuestros sentimientos tenemos el soneto
“Llama de fe”:
(Esta llama de fe que arde en mi pecho
es símbolo de amor, también de vida,
es inicio de todo y es partida
en busca de Jesús, que anda maltrecho…).
Otro soneto de tema religioso es el de “Semana Santa”:
(Un perfume a incienso dolorido
acaricia los rezos fervorosos
que escapan del cofrade virtuoso
cuando mira a su Cristo escarnecido…).
Este soneto forma parte de otros de carácter espiritual
y ello lo
indica éste del apóstol de los enfermos.
“A San Juan de Dios”:
(La voz de Juan de Dios, tan sensitiva,
me ronda con sospechas, me provoca,
penetra en mí y sale por mi boca
en un canto de amor que es rogativa…).
En lo que refiere a la pandemia recientemente padecida,
tenemos el siguiente soneto: “De China vino un bicho”:
(De China vino un bicho, muy pequeño,
pero con alma y armas de asesino,
llegó con su maleta el muy ladino
para robarnos la verdad y el sueño…).
“Homenaje a los docentes”:
(En los días del virus, los docentes
reinventaron su forma de enseñar,
hicieron una escuela de su hogar,
imprescindibles fueron y eficientes…).
“Concierto con fuga”:
(Presto avanti que empieza ya el concierto,
allegretto oirás la sinfonía,
sé moderato con tanta armonía
que andante andante aprende el inexperto…).
“Mas cine, por favor”:
(Empezó la película de acción
con un valiente y clásico romano,
clámide al viento, arsénico en la mano
y el bárbaro que exige un buen guión…).
“Civitas litterarum”.
(En aqueste lugar tan literario
poblado de eruditos y poetas,
novelistas, cuentistas y exegetas,
que conforman un circo tabernario…).
Podríamos poner más ejemplos.
Tenemos otros sonetos en los que rinde homenaje a Camarón de La Isla, Francisco
de Quevedo, Antonio Gala, Miguel Hernández, Antonio Machado, Jesús del gram poder,
San Fernando, Cádiz, de nuevo a San Fernando en su fecha
histórica de 1810, Mengíbar… la tertulia, la escuela, la amistad, la
paternidad, el libro, la arroba digital, entre otros menesteres de nuestra
andadura por la vida.
No faltan los sonetos amorosos en los que el autor da de
sí, creo yo, su mejor inspiración como en “El amor que te profeso”, entre
otros, éste:
“Decir a estas alturas que te amo”
A Ernestina Punzano Barneo
Decir a estas alturas que te amo
puede sonar a cursi o a mentira,
y sin embargo siento que respira
mi yo más hondo cuando lo proclamo.
Decirte que eres fe y eres costumbre
y, además, compañera y mi sustento
es arrojar al aire lo que siento
y ahuyentar de mi ser la pesadumbre.
Confieso que eres río y aventura,
eres también rescoldo de osadía
y el lecho donde pierdo la armadura.
Me sigue deslumbrando tu ironía.
Después de tanto tiempo eres albura
y pan y un brindis por la rebeldía.
Como dice el prologuista,
“Concienzudamente estructurado nos lleva por los
derroteros de la vida, su vida, en tanto, de tanto, por
tanto y
con tanto llena, y que nos comparte.
Así se define Ramón en los tercetos de su poema Yo soy yo.
Se trasciende el autor, y como una proyección se ve y se
considera. Se desnuda”.
CONCLUSIÓN
Estos
Cien sonetos me manda hacer Violante es una miscelánea donde la emoción es la
brújula y el timonel la experiencia de la vida del autor. Su registro es realista con un lenguaje que
refleja la cotidianeidad con lo diverso de sus circunstancias. y es que Ramón
Luque ha conseguido un lenguaje propio en el que deliberadamente huye de todo
artificio poético para centrarse en la función comunicativa y emocional del
lenguaje. El recuerdo del Fénix para el título del libro coincide con el estilo
lejano de los recursos que complican la lectura. En este caso de sobriedad Lope
de Vega queda bien servido como una noble evocación del poeta que lo quiere y
lo trae a la actualidad y del que toma el título este poemario donde la
belleza, la cotidianeidad y un sentimiento de admiración y amor quedan
repartidos como testimonio de una mirada de poeta auténtico a cuanto le rodea.
Juan Rafael Mena
LIBR
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