domingo, 15 de enero de 2023

UN INTENTO DE TÉCNICA PARA EL POEMA Y EL TEXTO EN PROSA

 


PARA EL VERSO:

-esticomitia

-metáforas deslumbrantes

-tema trágico

-sorpresa en el cierre

 

 

¿LENGUAJE   POÉTICO   VERSUS   LENGUAJE   LITERARIO AL USO?

 

El estilo poético no puede ser literario, entendiendo por esto un lenguaje literario de narración o de poesía lastrada. Ha de ser artístico con artificios que lo presenten como un rodeo, una sugerencia que contiene palabras coloristas con quiebros sintácticos y toques oníricos, que refieran a modo de flashes, intuiciones de otro “mundo” mentalmente superior.

 

Lenguaje poético contra lenguaje literario sin esfuerzo creador en que el poeta  refiere sus ideas o sentimientos con estilo indiferente, más atento al contenido que al hermoseamiento de la palabra, creyendo que lo que dice es interesante. El estilo no es más que un ejercicio de transformación del lenguaje

 

También en el estilo poético lo que se dice es interesante, ya que sus ideas pretenden ser revelaciones de mundos superiores en  los que la protagonista es la inteligencia jugando con los símbolos, pero el poeta ha de crear cuadros de atractivos coloristas; aquí los colores sirven de relaje al pensamiento que piensa por símbolos. Sentidos y conceptos se alían para fascinar. Un mundo superior donde domina la contemplación de lo más bello  que hemos vivido en la tierra y esa vivencia nos prepara, como sombra de una realidad transcendente, para otras desconocidas, más dulces y encantadoras, en las que ya no hay sino paz y ensueño...¿Es el alto astral próximo al devacán, según los teósofos, o al Cielo, según los católicos?

 

 

Tene idea, verba sequuntur, decían los romanos

 

Ejemplos:

 

 El poema De Miguel Hernández “Eterna sombra”.

 

El poema de  V . Aleixandre “Se querían”.


 SONETO DEL AUTOR



                                                         Caronte, dibujo de Gustavo Doré



Estoy frente al Misterio, a sus orillas.

En la playa, Caronte con su barca.

La gente poco a poco en ella embarca.

La muerte pone a todos zancadillas.

 

Lejos la juventud, a cuántas millas.

Ahora la memoria abre su arca.

Sólo me queda ver cerca la Parca.

Los que amo se lleva ella a hurtadillas.

 

Doy a todo el adiós más resignado.

Más de una vez Caronte me ha mirado.

Vuelvo la espalda y amo, hasta me alegro.

 

Me daría también mucho consuelo

mirar, colgar los ojos en el Cielo,

pero, amén de cerrado, está muy negro.


Variantes en los tercetos:


Doy a todo el adiós más resignado.

Más de una vez Caronte me ha mirado.

Vuelvo la espalda para ver la vida.


Mas eso no me da ningún consuelo.

Más bien pongo los ojos en el Cielo

y así anima a mi fe la despedida.  


Ya editado en varios textos

 

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