Dedico este soneto a mi
cuñada y a sus hijos
Lutgardo y Pilar Laura,
residentes en Madrid
y Castellón, lugares de
trabajo de ambos
repectivamente.
SERVIDUMBRE DEL PAN
LEJANO
A Pilar
Guijarro del Valle
Televisor, teléfono y gata te acompañan.
En tanto, los recuerdos te palpan, te balbucen.
Casi siempre a un zig-zag de emoción se traducen.
Recuerdos de los hijos que ya no te acompañan.
Ausencias emigrantes que a tu nostalgia arañan
y desde la niñez todavía seducen.
Deja que los recuerdos contrarios se entrecrucen
y no importa si ahora tu soledad empañan.
Hoy viüda, tú asilas el ayer y el presente.
A engarzarlos te obliga el vivir evidente.
Tus tareas te quieren distraer, te reclaman.
Que la tristeza nunca tu corazón estríe.
No te ahondes, sacude la cabeza y sonríe.
Anda, coge el teléfono que tus hijos te llaman.
De ALMAS DE ENCRUCIJADAS (2019), editorial
Dalya
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