PRONTUARIO DE NOMBRES DE
PERSONAJES REALES E IMAGINARIOS QUE APARECEN EN LA SERIE DE
ESTAS SEIS NOVELAS.
TAMBIÉN REMITE EL PRONTUARIO A OTROS
TEXTOS NARRATIVOS DEL AUTOR, TAL Y COMO LA TESIS DE EROTHYA, NOVELA
CENTRAL DE LA TRILOGÍA MUJER AL PIE DE UN PARARRAYOS, QUE SE VERÁ
AMPLIADA POR UN FUTURO LIBRO DE RELATOS.
SAGA DE CÁNTIGO LLANO
Don Biblión, profesor de instituto en la
materia de Historia de la Cultura y del Arte. Es seguidor de la filosofía atomista
de Demócrito y Epicuro.
Zenón Salomón, profesor de filosofía de
instituto. Es seguidor de Platón, aunque por la vía de la gnosis valentiniana.
Hombre solitario entre sus clases y su casa alquilada cercana a una vecina de
la que se enamora como un adolescente. Muy cercano a su vivienda, en ocasiones,
visita a su compañero de instituto don Biblión, que vive con Lola, su esposa.
Eutimio Sucre, licenciado en
Filosofía y Letras. Es marxista. en principio, pero acabará admirando la obra
de Jacques Monod El azar y la necesidad. Una vez que conoce a
Cántigo por medio de Cayetano, tendero del barrio, lo cita en su casa para
opinar sobre sus poemas primerizos y prestarle libros, además de darle consejos
sobre las dificultades de la vida literaria en Madrid, meta a la que aspira muy
ilusionado Cántigo.
Ponos. Es hermano de don
Biblión, a quien visita de vez en cuando. Se confiesa socialista convencido. Es
padre de familia numerosa y se ve obligado a echar veladas laborales —horas
extraordinarias— en su trabajo en la factoría naval del Consejo. Sueña con que
el socialismo haga justicia en lo que se refiere al reparto de bienes en el
país, ayudando a los más necesitados.
Cántigo Llano. Joven aspirante a
poeta. Estudia bachillerato por libre y visita al profesor de Historia de la
Cultura y del Arte. Ha sido Eutimio Sucre, que fue discípulo del profesor
atomista en el curso preuniversitario, el que lo ha llevado a casa del profesor
con el fin de que lo anime a no desfallecer en el estudio y proseguir en la
escritura de sus poemas.
Florencio. Hombre
de unos sesenta años, vecino de Cántigo, a cuya tienda suele venir a comprar.
Reprocha con delicadeza al muchacho que haya abandonado el colegio, pero lo
anima a seguir estudiando para que lleve a cabo su vocación literaria.
Padre Mateo de Santa Teresa. Carmelita del convento del Carmen.
Aconseja a Cántigo acerca de una probable vocación religiosa, presentado que ha
sido a él por su amigo Cándido Perplejo, joven que frecuenta la oficina
parroquial del padre Eduardo Molina, y tiene cierto trato amistoso con algunos
frailes más.
Rosario. Joven que pasa
todos los días por la puerta de la vivienda de Cántigo, camino de la Ardila, al
que enamora y a la que él le envía por correos postal algunos de sus primeros
poemas como señal de su entusiasta enamoramiento, además de expresarle
presencialmente, no sin cierta timidez, en la acera de la Plazuela del Carmen,
que desea ser su novio, pero ella rechaza este ofrecimiento, exponiéndole que
ya tiene su prometido.
Cándido Perplejo. Vecino y amigo de
Cántigo. Le mecanografía sus primeros poemas y comparte con él sus creencias
católicas. Se marcha de emigrante a Alemania y viene años después a su tierra
natal, en la que busca al joven poeta en la biblioteca donde éste trabaja.
Antonio González
Muñoz. Profesor
de Literatura de la Academia O´Dogherty. Anima a Cántigo a escribir poesía y
pone a su disposición todo un estante de libros poéticos para gozo y
aprendizaje del joven vate, además de aconsejarle que pruebe otros
procedimientos poéticos actuales menos encorsetados a los ritmos clásicos.
José Sigler Morales. Profesor
particular que vive en la calle San Cristóbal, a cuyas clases acude Cántigo y
quien le regala dos libros de historia de la literatura.
Minervo Atalaya y
Cecilia del Aria. Matrimonio vecino de Cántigo Llano, a quien le
prestan libros de poesía para su formación y entretenimiento. Ellos lo llevarán
a visitar en Gadia a la poeta Pilar Paz Pasamar cuando el joven está a punto de
cumplir los veinte años.
Manuel Zaldívar. Comerciante y tío
de Manolín y Fernando, amigos de la edad de Cántigo, que le presta libros,
—junto con los de sus sobrinos cuando éstos han terminado su bachillerato
elemental— al joven poeta y también lo anima a escribir y a estudiar.
Germán Caos Roldán. Empleado administrativo de la
Constructora y escritor. Redacta y dirige el Boletín de la Sociedad
de Fomento. Es junto con José González Barba y Antonio González
Muñoz un trío de animadores de la cultura local en el Colegio de los Hermanos de
la Salle, en los casinos y en la Biblioteca Lobo del Ayuntamiento. Siguen a la
generación de don Gabriel González Camoyano, poeta y fundador de la escuela
Politécnica, que a su vez sucede como bibliotecario en la biblioteca Lobo a don
Servando Camúñez, médico y poeta. En ese Boletín mensual Germán Caos le publica
a Cántigo sus primeros poemas en 1962
María del Carmen, joven maestra. Ayuda a Cántigo cuando
se entera de su vocación poética y lo prepara para el ingreso de bachillerato.
Pilar Paz Pasamar. Poeta jerezana afincada en Gadia, y a
cuya casa lleva el matrimonio Atalaya-Del Aria, amigo de ella, a Cántigo para
entregarle el joven poemas en espera paciente y anhelante de su consejo.
José Manuel García Gómez, profesor y poeta gaditano al que
visita Cántigo en su casa de la calle Cervantes para dejarle una libreta con
poemas manuscritos con el fin de que los lea y le dé su opinión. En el ámbito
literario de la ciudad José Manuel goza de prestigio en cuanto a sus juicios
sobre el quehacer poético. Además. lleva una página dominical sobre literatura
en el Diario de Gadia.
Carmen, la costurera célibe. Mujer treintañera, vecina del
filósofo Zenón Salomón y de atractiva belleza madura, de la que él se enamora y
a quien visita para encargarle la confección de una chaqueta.
Tía de Carmen. Señora mayor que vive muy cercana
de su sobrina y a la que anima veladamente para que acepte el compromiso
matrimonial que le propone el filósofo.
Victoria Llamas. Profesora de matemáticas y compañera
de instituto de Zenón Salomón. Está enamorada de él, pero al filósofo solamente
le da lástima de esta nada probable relación amorosa, aunque sí la tiene como
buena amiga, incluso de discreta confidente en momentos de apuro para él.
Rafael Barceló Gasset. Alcalde de la Isla del Puente Heroico
cuando Cántigo va a ocupar su empleo en la biblioteca. El alcalde lo lleva a
Gadia para que conozca a doña Ernestina Cazenave, directora provincial de
bibliotecas.
María Dolores Domínguez Pastor. Compañera administrativa de Cántigo en
las tareas de la biblioteca.
José González Barba. Contable del personal civil de
Marina y futuro gerente de la Casa de la Cultura y biblioteca. Comunica a
Cántigo que va a ocupar el cargo de administrativo en esa biblioteca. En las
novelas aparece como Pepe Cicerone.
María del Carmen Pavón. Ayudante de José González Barba en
las tareas de oficina y de montaje de exposiciones artísticas en el Centro
Cultural de la biblioteca.
Lola Bernal Galeano. Empleada
administrativa que sustituye a María Dolores cuando ésta se casa con el
cardiólogo del Hospital de Marina José Manuel Velasco.
Enrique Montaña y Rafael Avante. Jóvenes escritores amigos de
Cántigo con los que se relaciona y amista por medio de libros de literatura y
conversaciones en torno a ella.
Amparo Hortensia. Es colaboradora del semanario Mirador
de San Fernando. Escribe artículos y poemas.También anima a Cántigo a estudiar
una carrera y lo lleva una tarde a la Delegación de la Uned en Gadia, en la
plaza de San Antonio.
Mercurio Baturone. Marido de Amparo Hortensia,
siempre amable y servicial, que conduce, gustoso y hábil en esa conducción, un
Seat 600, al que ella llama Platero.
Carmen Mariana. Señora de más de sesenta años que
ha trabajado en faenas domésticas en casa de Eutimio Sucre cuando él era muy
joven todavía. Es viuda menesterosa y con hija e hijo, ambos con algunos
problemas de salud.
Angustias. Administrativa en una oficina de La
Carraca. Tía de Eutimio y hermana de su madre, Soledad. Se ha de mudar de casa
y pide a su sobrino que se case por la Iglesia Católica con su eterna novia,
como condición si quiere heredar la casa que ella le deje cuando fallezca.
Estrella Lucente. Joven profesora del mismo
instituto que Zenón Salomón. Un día se da cuenta de que está enamorado de ella,
como lo está también Eutimio, profesor en el mismo centro y compañero en el
seminario de Lengua. Estrella, como su compañero de instituto Lazarito del
Carmelo, son miembros de una grupo religioso dentro del catolicismo.
Lazarito del Carmelo. Joven profesor de matemáticas, amigo
de Estrella Lucente, y como ella perteneciente a los Operarios de la Obra
Divina. En principio, parece que su fe ortodoxa colisiona con la idea religiosa
gnóstica de Zenón Salomón, pero ambos acaban siendo buenos amigos.
LA TESIS DE EROTHYA
Erothya, ex prostituta, mujer de cuarenta y
pocos años cuando la conoce Erotósofo en un lupanar, al que lo lleva una
timidez que no le permite declararse a una mujer y proponerle un futuro
matrimonio. Erothya es una mujer guapa, simpática y ocurrente, que demuestra
una imaginación desbordada, además de un evidente anhelo de saber libresco.
Ella lo seduce y él encuentra, además de un alivio a su pusilanimidad, una
compañera con la que remediar su vida de intelectual solitario y alejado de los
combates de la vida.
Novio fugaz que tuvo Erothya. Joven que hacía la milicia y al que
conoció en la playa. Tuvo con ella una fugaz relación amatoria y carnal; unión
de la que quedó embarazada, pero de cuyo embarazo sufrió un aborto.
Consolación. Prima de Erothya, a la que acogió en
su casa, una vez fallecida la madre de Erothya. Como orientación profesional,
la llevó a un café-bar con fondo clandestino de puticlub, en el que ella
ejercía. La lleva a ver si algún cliente con buenos haberes se sentía atraído
por ella y la sacaba de la miseria. Confiesa su experiencia desgraciada de
prostituta ocasional.
Erotósofo. Profesor de
filosofía a pocos años de jubilarse. Es el esposo de Erothya. La anima a
escribir, dado que ella muestra evidentes aptitudes para expresar su denso y
rico mundo interior por medio de una capacidad metafórica asombrosa, según su
marido. Él escribe una extraña tesis entre filosófica y mística con la que
anhela combatir el agnosticismo de la enseñanza oficial, así como protestar
contra la reducción de las Humanidades.
Madama del lupanar El Colmao de los besos, donde
está Erothya como otra meretriz más. Mujer de cuarenta y tantos años, todavía
atractiva y con desenvoltura en sus encantos para retener a los clientes. Rige
la casa de trato con rigor en cuanto a rechazo de tabaco, drogas y
exceso en la bebida, así como celosa en cuanto a cuidados médicos se refiere.
Erothya se percata de que la madama está enamorada de ella, pero lo sobrelleva
con aires de inocencia.
Hermana portera. Joven putilla de El Colmao de
los besos, que se dice paródicamente hermana portera del mismo. Le
lleva a Erothya un ramo de flores de parte de la madama, pero tiene, en
ausencia de su esposa, un roce con Erotósofo, ya que, después de que éste
rechaza su incitación sexual, ella lo califica de homosexual encubierto,
expresión que desconcierta y pone nervioso al filósofo, que la despide con mal
humor.
Don Amador Bolero. Es un don Juan,
ya en su madurez cuando visita a Erothya, a la que conoció, jóvenes ambos
entonces, en la playa y a cuya fascinante seducción ella no sucumbió.
Sentenciado por la medicina, visita a Erothya para despedirse de ella, ya que
la considera una mujer excepcional puesto que no se dejó conquistar por él para
una aventura fugaz.
EDITORIAL
DALYA

No hay comentarios:
Publicar un comentario