miércoles, 31 de julio de 2019

LITERATURA DE LA ORACIÓN



             



No lo tendría fácil un estudioso que buscara en la Literatura Española todas las citas en las que los versos adoptan actitud de plegaria y como las oraciones cristianas que todos conocemos se pudiesen convertir en rezo ordinario de los devotos, tales como el Credo de San Atanasio, el Padrenuestro de los Evangelios, de donde también la primera parte del Avemaría,  la Salve de Pedro Mesoro, la décima Bendita sea tu pureza del franciscano Antonio Panes, por poner algunos ejemplos.


 Pero haciendo una lectura somera de las obras más conocidas, saltará a nuestra vista la acción de gracias que hace el Mio Cid "¡Grado a Ti, Señor Padre, que estás en lo alto"! Más adelante nos encontramos con este pasaje: "Llegó a Sancta María, luego descavalgaba;/ Fincó los hinojos, de corazón rogava./ La oraçión fecha, luego cavalgava". También insta a doña Jimena a que ruegue a Dios para que pueda volver y casar a sus dos hijas. El Libro de Buen Amor  comienza con una oración a Dios. En las Coplas de Jorge Manrique, su padre don Rodrigo se dirige a Cristo con evidente fervor.


No hace falta afirmar que toda la literatura medieval está entreverada de expresiones que tienen un significado religioso y las alusiones serían interminables. Como no es mi intención espigar detalladamente todas las ocasiones que se ofrezcan como tales, dedico el articulo a aquellos poemas que me parecen más representativos.


 A pesar de que el Renacimiento fue mucho más variado en su temática, hubo escritores que tuvieron presente la tradición cristiana de manera muy profunda como Fray Luis de León, san Juan de la Cruz, santa Teresa, el mismo Fernando de Herrera... Exceptuando a Garcilaso de la Vega, todos los poetas rindieron un pequeño o gran vasallaje de sentimiento al motivo de la fe, que tanto calaba entonces en la España Imperial.


Pero de todos los autores fue Lope de Vega el que rezó con más poemas propios. Son conocidos algunos sonetos suyos como "¿Qué tengo yo que mi amistad procuras,/qué interés se te sigue, Jesús mío...?" También otro que comienza: "Pastor que con tus silbos amorosos/me despertaste del profundo sueño..."


Sin embargo, de toda la poemática religiosa de los dos siglos áureos, tenemos que citar como un ejemplo inigualable el célebre soneto "Oración a Jesús Crucificado", de autor lamentablemente anónimo.  Rafael Morales en su magnífica Antología de Los 100 mejores poetas de la lírica castellana vacila en su atribución a Santa Teresa, a San Francisco Javier, a san Ignacio de Loyola, a fray Pedro de los Reyes, a fray Miguel de Guevara.


El valor literario no está solamente en su comunicación religiosa, sino en la estructura maravillosamente cerrada compuesta por paralelismos y justeza expresiva que hacen de este soneto una joya de la literatura religiosa universal, espécimen de fervor que sintetiza  todo el Barroco hispánico. Pongamos atención a esta estrofa que puede servir de plegaria  a quien la sienta como suya: "No me mueve, mi Dios, para quererte/el cielo que me tienes prometido,/ni me mueve el infierno tan temido/para dejar por eso de ofenderte./ Tú me mueves, mi Dios, muéveme el verte/ clavado en una cruz y escarnecido;/múeveme ver tu cuerpo tan herido;/muévenme tus afrentas y tu muerte./ Muéveme, en fin, tu amor de tal manera,/ que aunque no hubiera cielo, yo te amara,/y aunque no hubiera infierno, te temiera./ No me tienes que dar porque te quiere;/ pues aunque lo que espero no esperara,/lo mismo que te quiero te quisiera". Fíjese bien el lector en el juego te los tiempos verbales y el contenido de sus versos y se dará cuenta de que hay en ellos todo un compendio de fe cristiana.


Y con el ánimo conmovido por la visión del Crucificado de este privilegiado soneto que a tantas generaciones de la cultura hispanoamericana ha servido de oración, estamos preparados para entrar en el próximo artículo en el realismo de la imaginería barroca, en lo referente a su intención catequística por medio de los sentidos y el sentimiento. .


 De Literatura de la Pasión (2011)

TOMADOS DE SAN FERNANDO INFORMACIÓN
Y EDITADOS EN LA CUARESMA DE 2004 Y 2005


No hay comentarios:

Publicar un comentario