ARMANDO BUSCARINI (1904-1940)
(o modelo de una
poesía retrospectiva)
Poeta, hijo de madre
soltera, que vagó por Madrid pidiendo que le compraran sus libritos de versos,
Sufrió hambre y desprecio y, finalmente, murió en un manicomio.
Juan Manuel de Prada
le ha dedicado un estudio con su poesía editada.
A una clara avenida,
con frondoso arbolado
/darán mañana el
nombre de quien tanto luchó.
/Mi corazón entonces
se hallará agusanado/
En el estrecho nicho
que la piqueta abrió.
/En un bello
crepúsculo, tranquilo y perfumado
/resonarán canciones
que no escucharé yo.
/El amor de los
niños habrá purificado
/la memoria de un
hombre que por amar, pecó.
/¡Avenida soleada de
un futuro lejano!
/¡En mis sueños te
veo surgir esplendorosa!
/¡Tú has de ser en
las noches cálidas de verano
/vía abierta a la
dulce confidencia amorosa,
/cuando crucen los
novios cogidos de la mano
/y se alejen las
almas un poco de la prosa...!
('Avenida Armando
buscarini'. El rufián, 1928)
El Poeta
Sentado junto a una mesa
carcomida por el tiempo
y alumbrado débilmente
por la luz de un quinqué viejo,
un joven pálido escribe
en cuartillas, varios versos.
Es un poeta, las noches
pásaselas escribiendo...
Anhela la gloria, joya
más valiosa que el dinero.
Y continua impasible,
sin descansar un momento,
hasta ver recompensados
algún día sus desvelos.
Sentado junto a una mesa
carcomida por el tiempo
y alumbrado débilmente
por la luz de un quinqué viejo,
un joven pálido escribe
en cuartillas, varios versos.
Es un poeta, las noches
pásaselas escribiendo...
Anhela la gloria, joya
más valiosa que el dinero.
Y continua impasible,
sin descansar un momento,
hasta ver recompensados
algún día sus desvelos.
ORGULLO
Aunque
sufra del mundo los desdenes
de
mi vida de artista en la carrera;
aunque
pasen altivos a mi paso
los
hombres de alma ruin que nunca sueñan;
aunque
salgan aullando a mi camino
los
famélicos lobos que me acechan
con
la envidia voraz; aunque en mi lucha
hambre
y frío sin límites padezca;
aunque
el mundo me insulte y me desprecie
y
por loco quizás también me crean;
aunque
rujan tras mí ensordecedoras
tempestades
de envidia; aunque me vea
harapiento
y descalzo por las calles,
inspirando
piedad e indiferencia;
y,
en fin, aunque implacables me atormenten
las
más grandes torturas, aunque vea
que
a mi paso se apartan las mujeres
por
ver con repugnancia mi pobreza
(pero
quizá ignorando de mi alma
el
tesoro de ensueño que se alberga),
nada
me importará, porque yo siempre,
caminando
sereno por la tierra,
con
el alma latiendo por la gloria
y
flotante a los vientos mi melena,
iré
diciendo al mundo con voz fuerte,
¡con
voz en la que vibre mi alma entera!:
-Es
verdad que yo sufro; pero oídme:
¿qué
me importa sufrir si soy poeta?
YO
SOY UN TRISTE JOVEN DE ARDIENTE SED CARNAL…
Yo soy un triste joven de
ardiente sed carnal,
porque, como a Verlaine, me devora ese mal,
y busco en los burdeles, sediento de lujuria,
las mujeres que calmen mi afrodisíaca furia:
esas mujeres, propias mártires de sus vidas,
que tienen cadavéricos semblantes de suicidas.
Y encuentro en las caricias de esas pobres rameras
como un florecimiento de muertas primaveras…
Yo soy un triste poeta taciturno
a quien embruja el rayo siniestro de Saturno,
y en mis íntimas horas de dolor y de anemia
voy trazando mis versos que son rezo y blasfemia.
Mis poemas son tristes porque triste es mi vida,
los poemas sin nombre de mi alma dolorida
por todos los dolores de mi negra orfandad,
en esta vida inquieta de amarga soledad.
porque, como a Verlaine, me devora ese mal,
y busco en los burdeles, sediento de lujuria,
las mujeres que calmen mi afrodisíaca furia:
esas mujeres, propias mártires de sus vidas,
que tienen cadavéricos semblantes de suicidas.
Y encuentro en las caricias de esas pobres rameras
como un florecimiento de muertas primaveras…
Yo soy un triste poeta taciturno
a quien embruja el rayo siniestro de Saturno,
y en mis íntimas horas de dolor y de anemia
voy trazando mis versos que son rezo y blasfemia.
Mis poemas son tristes porque triste es mi vida,
los poemas sin nombre de mi alma dolorida
por todos los dolores de mi negra orfandad,
en esta vida inquieta de amarga soledad.
Cancionero del
arroyo, 1920.
YO
Como mi cuna fue un transatlántico
soy navinato, como D’Annunzio
y mientras viva yo no renuncio
ni a ser poeta ni a ser romántico.
Soy arrogante, con la arrogancia
fiera y gallarda de un mosquetero,
amo la trágica historia de Francia
¡y tengo un alma de aventurero!
soy navinato, como D’Annunzio
y mientras viva yo no renuncio
ni a ser poeta ni a ser romántico.
Soy arrogante, con la arrogancia
fiera y gallarda de un mosquetero,
amo la trágica historia de Francia
¡y tengo un alma de aventurero!
Soy orgulloso como italiano;
solo a los héroes tiendo mi mano
y muestro al vulgo como un blasón
solo a los héroes tiendo mi mano
y muestro al vulgo como un blasón
mi exaltado romanticismo
que cualquier día pienso yo mismo
cantar en una canción
que cualquier día pienso yo mismo
cantar en una canción
(…)
El
Busto
Los
hospicianos
van
esta tarde
hasta
las húmedas
frondas
del parque,
entre
las cuales se yergue un busto
que
por lo afable de su semblante
recuerda
a héroes antepasados,
cuyas
hazañas fueron tan grandes,
que
hoy se les rinde tributo augusto
sobre
las lápidas mortales…
Los
hospicianos miran atentos
la
pétrea imagen
que
por sus rasgos, tan expresivos,
revela
antiguas cordialidades…
Luego
se alejan
diciendo
el nombre del personaje…
-Es
don Ricardo Gasset –murmuran;
y
aún vuelven todos por admirarle…
ALMA
DE ARTISTA
Una
errata de imprenta se deslizó en mi nombre:
No
es Armando, es amando como siempre viví.
Amando
a la alimaña y a la fiera y al hombre,
que
el amor no se apaga en mí.
Rufianes
sin ingenio rompieron mi apellido
«Buscarini»,
dijeron. «¡Bah! La busca del pan».
El
pan que a mí me dieron siempre lo he repartido;
y
también partí otro que los hombres no dan.
Armando
Buscarini. El nombre trae de Galia
el
perfume galante, y el apellido Italia
dice;
pero soy sólo pobre poeta español,
que
en esta tierra inhóspita, que no ama a sus cantores,
arrastra,
entre sarcasmos, su juventud sin flores,
su
sed sin agua, y su primavera sin sol.
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