Conocí a individuos que leían vorazmente a novelistas y poesía y nunca confesaron que fuesen a escribir un cosita, en el decir del contertulio modesto, consciente de que tenía que formarse anteriormente a meterle mano a la página.
Hoy nos quedamos sorprendidos de cómo hay gente que delante de su pantalla de PC se lanzan a la aventura delirante de escribir lo que se les ocurre. ¿Y por qué no hacerlo?, me replicarán algunos.
Yo no me voy a oponer a que lo hagan, pero sí les advierto que en una tertulia donde hay altibajos de preparación y calidad se ha de asumir la crítica, crítica benevolente y bien intencionada, para que el meritorio de la escritura mejore lo que escribe, suponiéndole un poco de humildad.
Mas, para evitar disgusto, no les diga usted nada sino que está muy bien escrito, aplauda y anime a que siga escribiendo sin conocimiento alguno de la gramática y del estilo, y eso les será gratificante. Lo contrario, aunque se exprese el parecer con tacto y buen sentido, puede sentarles mal y crear enemigos; enemigos que volcarán en las redes sus disconformidad y mal humor, máxime cuando en su casa la familia les ha dicho que lo que escriben es maravilloso.
¡Bendita la tertulia donde los concurrentes tienen una preparación y saben intercambiar sus opiniones, siempre sinceras y alentadoras, sin esquivar las posibilidades de mejorar lo que escribe!
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