sábado, 11 de abril de 2015

ARTÍCULOS LITERARIOS: DEL RECONOCIMIENTO A LA VISIÓN



En la tesis de Viktor Sklovski la visión reemplaza al reconocimiento. Entendamos este reconocimiento como una lexicalización de lo que se lee, mientras que la visión es una desautomatización de ese reconocimiento, y que por esa misma novedad denominadora, altera lo establecido en la lectura marcándola con la desviación voluntaria, ayudándose para ello con la metáfora, la sinestesia o cualquier otra figura. La visión es creadora, pero puede llegar a arbitraria dentro de un cierto orden en la percepción. Un sostenimiento de ella hasta extremos irreconocibles lleva a la llamada imagen visionaria.

Veamos ejemplos para comprobar gradualmente este proceso.

1.- Tenemos el reconocimiento del sujeto poético sin complicación en un texto clásico de Leandro Fernández de Moratín.

Esa corona, adorno de mi frente,
esta sonante lira y flautas de oro
y máscaras alegres que algún día
me disteis, sacras musas, de mis manos
trémulas recibir y el canto acabe,
que fuera osado intento repetirlo.

“Elegía a las musas”

Como vemos, el orden lógico-sintáctico es tradicional y en él se inscribe el reconocimiento sin dificultades semánticas.

2.- En este ejemplo de Góngora observaremos que la percepción directa está alterada, al menos en el orden sintáctico, con el protagonismo del hipérbaton:

Estas que me dictó, rimas sonoras,
culta sí aunque bucólica Talía,
oh excelso Conde, en las purpúreas horas
que es rosa la alba y rosicler el día,
ahora que de luz tu Niebla doras,
escucha, al son de la zampoña mía,
si ya los muros no te ven de Huelva
peinar el viento, fatigar la selva.

       “Fábula de Polifemo y Galatea”


En el texto siguiente de Miguel Hernández veamos cómo la realidad percibida no es objetiva, sino que el autor se sirve de la sinestesia y de la antítesis —¿paradoja?— para violar lo que en otros autores es visión todavía al servicio del reconocimiento directo sin injerencia de subjetividad alguna. (No olvidemos que fue el expresionismo el movimiento que proclamó esta opción del artista. El expresionismo es una corriente artística que buscaba la expresión de los sentimientos y las emociones del autor, más que la representación de la realidad objetiva.)

3.- Sangre ligera, redonda granada,
raudo anhelar sin perfil ni penumbra,
fuera la luz en la luz sepultada;
siento que sólo la sombra me alumbra.

Sólo la sombra. Sin astro. Sin cielo.
Seres. Volúmenes. Cuerpos tangibles
dentro del aire que no tiene vuelo,
dentro del árbol de los imposibles.

                        “Eterna sombra”

El reconocimiento deja paso a una interpretación más personal del sujeto poético. La percepción mueve, por así decirlo, la pasividad del reconocimiento y tenemos unas impresiones ligadas a cierta influencia vanguardista. La visión es personal, a la que le imprime cierto dinamismo con el verso endecasílabo acentuado en 3ª, 7ª y 10 ª.


 
4.-
En este poema de Lorca la visión se ha desequilibrado casi del todo a su favor anulando parcialmente el reconocimiento de una semántica lógica.

Asesinado por el cielo,
entre las formas que van hacia la sierpe
y las formas que buscan el cristal,
dejaré crecer mis cabellos.
Con el árbol de muñones que no canta
y el niño con el blanco rostro de huevo.
Con los animalitos de cabeza rota
y el agua harapienta de los pies secos.
Con todo lo que tiene cansancio sordomudo
y mariposa ahogada en el tintero.
Tropezando con mi rostro distinto de cada día.
¡Asesinado por el cielo!

“Vuelta de paseo” (en Poeta en Nueva York)

En este texto hay un triunfo de la visión, en concreto la imagen visionaria, sobre el reconocimiento.


5. Un paso más en la desautomatización y llegamos a la jitanjáfora.

En la jitanjáfora, en su mayor parte, las palabras son inventadas y carecen de significado en sí mismas. Su función poética está determinada por sus valores fónicos. La totalidad del texto puede contribuir a un sentido.

El poeta mexicano Alfonso Reyes fue su creador. De ello da cuenta en su libro La experiencia literaria, editado en 1942.

Sin embargo, parece que hay antecedentes en el poeta cubano Mariano Brull. También en los poetas de las vanguardias, los dadaístas más concretamente. También Miguel Ángel Asturias hizo mención en el uso de la jitanjáfora, especialmente en su obra El señor Presidente.

Podemos definir la jitanjáfora como un texto que recurre a lo fónico y sonoro, aunque las palabras estén inventadas o bien confundidas con las verdaderas.

Veamos dos ejemplos. En el primero todavía el alejamiento de la expresión lógica es menor que la segunda, mucho más alejada e irreconocible.

El diablo liebre,
fiebre,
notiebre,
sepilitiebre,
y su comitiva,
chiva,
estiva,
silipitriva,
cala,
empala,
desala,
traspala,
apuñala
con su lavativa.

Rafael Alberti


Filiflama alabe cundre
ala olalúnea alífera
alveola jitanjáfora
iris salumba salifera.

Olivia oleo olorife
alalai cánfora sandra
miligítara girófara
zunbra ulalindre calandra.

Mariano Brull


Podemos concluir este artículo diciendo que las vanguardias le dan una nueva visión a la palabra, sacándola de la oxidación y el desgaste del uso de muchas generaciones que se han contentado con decir, comunicar vivencias humanas entre lo ideológico y lo sentimental con escaso o nulo esfuerzo artístico. Anteriormente a las vanguardias, ya Goethe había dicho: "Todas las cosas ya han sido dichas; lo que conviene, para el poeta, es repertirlas de otro modo".

Solamente poetas y poetisas que han vivido el drama del lenguaje literario falto de emoción, se han sentido espoleados por la monotonía, hasta recrearlo con toda la lozanía del talento y los recursos que les propicia la estilística al servicio del depósito del sistema.



 Este artículo, como todos los que figuran en este blog, pueden leerse también en la web Arena y Cal. También han sido editados en varios cuadernos de artículos literarios.
 

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