sábado, 11 de abril de 2015

ARTÍCULOS LITERARIOS: LA BÚSQUEDA DE LA GENIALIDAD (III)


        




Tramo de la calle Real, San Fernando, Cádiz.Foto del Archivo de Alfonso Estudillo


    Cada verso ha de ser nuevo en su lectura; ha de sorprender y no ser reconocido por el lector como un verso convencional, aunque intente justificarse con su “mensaje”. Todo lo que no sea eso es poesía del pasado, es poesía lastrada estilísticamente hablando, repetitiva y deudora de su ayer, con adjetivaciones y construcciones sintácticas estereotipadas.

   Tampoco, como no sea como una tentativa lúdica, hay que recurrir a la poesía presuntamente innovadora que nos quiere convencer con imágenes irracionales y una búsqueda de expresiones de cuño surrealista con ínfulas de escritura automática.

    No se ha de olvidar que la poesía es, ante todo, creación más que comunicación de ideología o los sentimientos de un poeta. (Consúltese a Vossler, a Spitzer, la poética de Valle-Inclán…)

    Esa creación es novedad en la expresión semántico-estilística. Las secuencias gramaticales no pueden ser las mismas que escribieron los venerados maestros del pasado, so pena de repetirlos, a pesar de una insólita distribución de los versos en el poema.  Admiramos a los que nos inspiraron en nuestros años de aprendizaje y volvemos a ellos para releerlos como un homenaje, pero es seguro que ellos nos exigirían que hiciésemos algo nuevo.

    En resumen: poesía es igual a creación expresiva y no solamente a comunicación de un contenido, que sería predominio del contenido sobre el significante, el qué más que el cómo, el decir más que el imaginar.

    Hemos de huir de la poesía que nos quiere decir algo, a pesar de su hondura y poder de convicción a base de sintagmas redichos. Es una poesía que corre el riesgo del lastre que se entusiasma con lo que dice como si descubriera el Mediterráneo de las ideas. Contar, contar, ¿qué le va importar a la gente lo que yo sienta o piense? La gente quiere deleitarse con un texto que la sorprenda, le motive la imaginación y la saque por unos momentos de la realidad común.

   Echemos una ojeada al pasado y tengamos en cuenta los recursos que nos ofrece la historia de la Estilística.


La sinestesia (Simbolismo)
La metáfora nueva (Futurismo, Ultraísmo)
La ruptura con la sintaxis convencional (Dadaísmo)
La expresión que nos vincule con lo imaginario onírico (Creacionismo, Surrealismo)

    Todo lo que no sea eso, es pasado, aunque sea pasado inmediato y escrito tanto por remotos como por próximos grandes poetas.


   Según Shklovski, eso es poesía, que no literatura; la expresión contenidista hay que dejarla para la narrativa y el teatro, que se dirigen a un público más amplio y espera el qué y no el cómo, sin que ello excluya mínimos rasgos de creatividad en sus textos. La poesía va asociada indisolublemente a la imagen, al color, a la fantasía creadora y motivadora. Recuérdese a Simónides de Ceos: “La pintura es poesía silenciosa, y la poesía es pintar con el regalo de la palabra", citado por Plutarco, al que se atribuye, a veces, la frase así: “La pintura es poesía silenciosa, la poesía es pintura que habla”. Muchos siglos después, el ruso Alexander Pobtenia escribió :“No hay arte y, en particular, no hay poesía, sin imagen”. Claro, una imagen original, una metáfora nueva y no estereotipada por el uso de la tradición literaria o la incapacidad de crear metáforas de nuevo cuño, evitando caer en la llamada metáfora visionaria o irracional, en la que  puede campear a su gusto la arbitrariedad. Esto deviene de la libertad vanguardista. Es, pues, uno de los pecados de las vanguardias, por decirlo así.



Este artículo, como todos los que figuran en este blog, pueden leerse también en la web Arena y Cal. También han sido editados en varios cuadernos de artículos literarios.








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