domingo, 22 de julio de 2018

LA HERMENÉUTICA DE LA METÁFORA: DE ORTEGA A RICOEUR


        Artículo tomado en parte de Internet y reelaborado 
por el autor de este blog


 
El lenguaje poético destruye la referencia espontánea del lenguaje ordinario, y en virtud de la distancia que toma con respecto a la realidad natural (mediante una suspensión de referencia o “epojé”, dicho en términos fenomenológicos), abre nuevas dimensiones de la realidad. Se anula una referencia descriptiva en beneficio de una referencia metafórica.
 El arte, también para Ricoeur, no es únicamente sentimiento. Mejor dicho, hay que entender por sentimiento algo muy distinto a lo que entendemos habitualmente: es una manera específica de encontrarse en el mundo, de orientarse en él, de comprenderlo e interpretarlo.
           Lo propio, según Ortega, del arte no es “narrarnos
           las cosas, sino   presentárnoslas como ejecutándose”
           (OC, VI, 256).

        Por eso, gracias al trabajo de la imaginación, la metáfora nos desliga de la experiencia cotidiana, pues se trata de es ficción y conlleva una “suspensión” o ruptura de la realidad que vivimos de manera ordinaria. El lenguaje poético ofrece modos de ser, sentir, y pensar que la visión común oblitera y olvida. El arte busca lo insólito, lo que rompe la costumbre, por eso es incómodo. La poesía no es, ni puede ser, una ocupación habitual (OC, VI, 249).

         Antecedente:
       Dar cuerpo a la esencia secreta de las cosas, no el copiar 
su apariencia.

                                ARISTÓTELES

En consecuencia, como norma:

 Cada verso, una metáfora o una sinestesia, con toque onírico y con predominio de la esticomitia, con un quiebro sintáctico a veces. Es una exigencia de la función poética.  Lo demás, puede llevarnos al lastre. No importa: hay poemas bien escritos que incluyen lastres y son maravillosos. Cada uno/a puede escribir loue quiera pero sin que se falte a la dignidad literria.






    



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