domingo, 22 de julio de 2018

PRÓXIMO A SU MUERTE, EL POETA MIGUEL HERNÁNDEZ RECUERDA FRAGMENTOS DE SU VIDA




¿Por qué huir de Sevilla a Portugal*
y no ir a Tudenca con Cossío*?
Oh recuerdo, no vengas, no retornes
con tus dedos de espinos a estrecharme
las sienes que gotean pensamientos
en los que llora el niño que se fuera
antes que yo para desgracia mía,
aunque Manuel Miguel me da consuelo
en brazos de su madre, que lo mece
con sabor a cebollas esa nana;
pero este niño crecerá tocando
el muro de mi ausencia y mi vacío.


Yo amaba la república, creía
en ella como labra el hortelano
la huerta a la que mima como un sueño…
(“Después de haber cavado este barbecho,
me tomaré un descanso por la grama…”)*


Pero la huerta queda lejos, como
olvido es la república diezmada
como lo son también Pablo y Vicente,
que me querían, que me contagiaron
de la fe en el poder de la palabra…
(“Alrededor de ti y el vino, Pablo,
todo es chicharra loca de frotarse,
de darse a la canción y a los solsticios…”)*
que traje, juvenil, desde los huertos
y la panadería: oh qué tertulia
con los Fenoll y aquel Ramón Sijé,
a quien quise hasta el tuétano del verso,
con Poveda, Molina, Carmen Conde…
¿Y el canónigo Almarcha? Debo tanto
a aquel cura, que ahora me emociono
recordando en la isla en que me puso,
Robinson entre libros y estupores
de clásicos con voces redivivas…
(“ Un claro caballero de rocío,
un pastor, un guerrero de relente,
eterno es bajo el Tajo…”*)

 
                            Se me enredan
en los ojos sedientos de lecturas
de Miró sus cerezas, sus paisajes,
que eran los que mis ojos contemplaban
antes de que mi Madrid me sedujese.
Luego la guerra como un rudo río
desgarrando riberas, mi entusiasmo
a lomos del poema por los frentes…
(“Moriré como, el pájaro: cantando,
penetrado de pluma y entereza…”)*


Pero aquel manantial de mis impulsos
de pronto amordazó su valentía
y terremoto se volvió en mi dentro
al caer Federico como un árbol
cercenado por rayos malhechores…
(“Muere un poeta y la creación se siente
herida y moribunda en las entrañas…”)*

El Quinto Regimiento de Milicias
Populares. Mi amor a la cultura
y a una España, por fin, regenerada
fue mi guerra, mi frente, mi fusil…
(“Va conmigo tu pueblo que es el mío,
cercado por la fiebre fraticida
de la guerra que ejercen los tiranos,
abrasadora España, amor, bravura…”)*
                                

La guerra enmudeció, mas no la herida
abierta y goteante de rencores.
Confié en Orihuela, y a la sombra
de sus palmeras, lenguas clandestinas,
mojadas en saliva vengadora,
me denunciaron y ellas me pusieron
en los pies torpes alas de la huida.
Fui dejando en las cárceles —Sevilla,
Madrid, Palencia, Ocaña— los jirones
jóvenes de mi vida maniatada,
en condena al cruel peregrinaje
de la humedad, del frío y el ruido
sentenciador y sordo de las rejas
y este reformatorio en el que muero…
(“No podrá con la pena mi persona,
rodeada de penas y de cardos,
¡cuánto penar para morirse uno!”)*

Me quedas tú, tan sólo, Josefina,
en esta hora última en que me aprieta
la fiebre su tenaza de delirio,
mas antes de que siga, te recuerdo
aquellas cartas que nos anudaban
en gozosos y cálidos renglones…

(“ Aunque bajo la tierra,
mi amante cuerpo esté,
escríbeme a la tierra,
que yo te escribiré.”)*


 De Lámparas votivas (200         


  NOTAS:

 *En Rosal de la Frontera Miguel es capturado por la policía de Salazar,  que lo entrega a la policía franquista.
*José María de Cossío, escritor que tomó como secretario a Miguel.
*Soneto de El rayo que no cesa.

*Oda entre sangre y vino a Pablo Neruda.
*Égloga dedicada a Garcilaso.
*Poema “Moriré como el pájaro: cantando…” de Viento del pueblo.
*Elegía primera, de Viento del pueblo.
*Poema “España en ausencia”, no recogido en libro.
*Soneto de El rayo que no cesa.
*Poema “A mi adorada Josefina”, en Poemas no incluidos en libro.








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