LÍRICA
AMOROSA
Si nos
tenemos que poner al día en lo concerniente a la poesía amorosa desde los
albores de nuestras civilizaciones mediterráneas, hemos de mencionar antes que
nada a Salomón, con su famoso Cantar de
los cantares, traducido por fray Luis de León, como recordaremos.
En Grecia,
tenemos a los grandes líricos amorosos, específicamente tales Alceo y Safo. Anacreonte canta también
el amor en ocasiones.
En Roma
tenemos a Horacio, creador del famoso Carpe diem. Ovidio. También otros poetas
como Catulo, Propercio, Tibulo, con tintes de tonos elegíacos, o sea que
entremeten versos con ciertas lamentaciones en torno al amor.
Aquí sería
interesante citar los famosos tópicos latinos para expresar situaciones
amorosas. Por ejemplo: FUROR AMORIS (El amor apasionado, IGNIS AMORIS (El fuego del
amor), MILITIA SPECIES AMOR EST (El amor es un tipo de lucha). Hay más, pero estos son los más conocidos.
Hemos de citar otro tópico muy importante
como el del poeta de Burdeos en lengua latina Ausonio del siglo IV, como es el Collige, virgo, rosas, que repetirá nuestro Garcilaso de la Vega, así como Pierre Ronsard en Francia.
No se nos puede olvidar el amor
trovadoresco, citando en sus modalidades el famoso “Amor de lejos” del poeta
provenzal Jaufré Rudel, también el trovar ric de Arnaut Daniel, así como otros poetas: Bertran de Born, Marcabrú, Beatriz de Día...
Ciñéndonos a la literatura española, hemos
de citar, dentro de las obras donde se canta el amor, el Libro de Buen Amor aunque, como en La celestina, acaban mal
porque son, en la época en que se escriben es una transgresión llamada “el loco amor mundano”.
Ya en el Renacimiento citaremos al antes
mencionado Garcilaso, y a San Juan de la
Cruz, con su amor a lo divino, así como algún soneto
petrarquista de Fray Luis de León. También al sevillano Fernando de Herrera. En
el siglo XVII, por supuesto que a los tres grandes de la lírica como son
Góngora, Lope de vega y Quevedo.
Se ha de llegar al romanticismo con
Espronceda como poeta apasionado y dolorido en su Canto a Teresa, además de algunos sonetos sueltos. Luego Bécquer, Rosalía de Castro, Manuel del Palacio, Manuel Paso y Cano; más
adelante Manuel y Antonio Machado y Juan Ramón
Jiménez. Ya en la generación del 27, Salinas, Lorca, Gerardo Diego, Vicente
Aleixandre y un poco más adelante Miguel Hernández. Y dejémoslo aquí.
No se ha
aludido a los poetas andalusíes, tanto varones como mujeres en la Córdoba omeya, en la Sevilla almohade y en la Granada nazarí.
Quien quiera, puede acudir hoy a interné y
consultar a estos poetas. Téngase en cuenta que he dado los nombres de los más
representativos, pero hay muchos más que escribieron poemas líricos con sello
amoroso.
DOS EJEMPLOS DE POESÍA AMOROSA DE ÉPOCAS
MUY DISTANTES
Soneto XXIII
(Tema: Carpe diem)
En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazón y lo refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre;
marchitará la rosa el viento helado.
Todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.
Garcilaso de la Vega (1501-1536)
AMOR OCULTO
(Tema:
“Amor de lejos” de Jaufré Rudel)
Ya de mi
amor la confesión sincera
oyeron tus calladas celosías,
y fue testigo de las ansias mías
la luna, de los tristes compañera.
oyeron tus calladas celosías,
y fue testigo de las ansias mías
la luna, de los tristes compañera.
Tu nombre dice el ave placentera
a quien visito yo todos los días,
y alegran mis soñadas alegrías
el valle, el monte, la comarca entera.
Sólo tú mi secreto no conoces,
por más que el alma con latido ardiente,
sin yo quererlo, te lo diga a voces;
y acaso
has de ignorarlo eternamente,
como las ondas de la mar veloces
la ofrenda ignoran que les da la fuente.
como las ondas de la mar veloces
la ofrenda ignoran que les da la fuente.
Manuel del Palacio (1932-1906)
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