PARA LA TUMBA DEL POETA (ESPAÑOL) DESCONOCIDO
Diéronle
muerte y cárcel las Españas.
Quevedo
Lengua de ira fue la tuya,
hermano
en mi lengua gloriosa y
castellana,
que ibas de la ilusión a la
desgana
en un mísero islote
provinciano.
Tus versos se quedaron en
tu mano
aprobada de pena una
mañana.
Te aclamó nada más que la
campaña
del cementerio, y luego fue
el gusano
el único lector de tu
poesía.
No tuviste otro aplauso que
el azote
de la lluvia en la gris
cristalería
del nicho, y, si el olvido
era tu islote,
tu nombre, con el réquiem
de estrambote,
es para todos hoy tu
antología.
De Mis espejos preferidos (1999)
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