jueves, 1 de agosto de 2019

EROTHYA


                   








EDITORIAL DALYA, San Fernando (Cádiz), 2019


CRÍTICA LITERARIA: 

EROTHYA O SONETOS DEL AMOR POR DENTRO

                  de Juan Rafael Mena 

Después de una larga e intensa trayectoria poética, Juan Rafael Mena nos sorprende con este libro, Erothya, que rompe con todo lo que había publicado hasta ahora. El poemario hay que situarlo en ese deseo de progreso y evolución que caracteriza la obra de su autor. En este caso, vuelve al soneto, que domina con maestría, pero aborda un nuevo tema, el de la poesía erótica. Es un viaje a través de los grandes temas del erotismo, unas veces utiliza referencias populares, como cuando hablar de los cuernos y el deseo carnal, o la esposa insatisfecha que busca un consuelo fuera de la cama matrimonial, y otras se adentra en una poesía culta, cercana a lo mítico. Lo picaresco, propio de nuestro Siglo de Oro, y la burla simpática conviven con el tono moralizante y la reflexión sosegada, propia del hombre sabio y discreto que es su autor. El abordar un tema que se presta al escándalo, algún malintencionado puede verlo así, no quiere decir que el poeta recurra a lo soez o pornográfico, todo lo contrario, toca los grandes temas del erotismo, pero lo hace siempre con sumo tacto, casi con liviandad, con respeto pero también con gracia y hermosura. Sugiere más que muestra, susurra más que pregona. Los poemas abordan estos temas desde la sutilidad, desde un desenfreno muy frenado. 

El lector no encontrará en el libro nada que suenen a vulgar. Sí se puede ver un cierto desafío, ya lo es el atreverse a escribir sobre estos temas, pero es que la literatura y el arte deben tener un componente que provoque, que remueva las conciencias, que, en definitiva, nos haga reflexionar. Juan Rafael Mena lo consigue con este libro.
Los poemas que componen Erothya, son 75 sonetos, destacan por la búsqueda de un vocabulario novedoso, solo así se consigue que los temas que trata suenen a actualidad, y esto sin dejar a un lado esas fuentes clásicas de la que parte el autor. Desde luego, no se trata de un libro de sonetos eróticos para complacencia del público sino, como señala el propio autor en la sinopsis de la obra, hay un análisis de almas atormentadas por experiencias íntimas no confesables, a las que se les da un tratamiento literario dentro de un contexto de estoicismo hispánico que se inicia en la Baja Edad Media. Pretende que este libro sea un espejo en el que podamos observar nuestras apetencias y debilidades, para que podamos reflexionar y ver la material de la que está hecha el alma, así como nuestros sueños y deseos.

Desde luego, leer el libro es una gozada. Ingenio, atrevimiento, descaro, comedimiento, parsimonia, pasión, genialidad, sensualidad, intuición… Lo banal y lo profundo, lo instintivo y lo meditado, lo etéreo y lo consistente… Todo esto y mucho más encontraremos entre las páginas de Erothya, un libro que ha nacido para desvelarnos nuestras debilidades y hacernos pensar, un libro que expone el drama de aquellos que viven su sexualidad en la clandestinidad, por salirse de lo que algunos bienpensantes consideran convencional. Una de las características de la poesía de Juan es que es fruto, esencialmente, de su intelecto y del estudio. En este caso observo algo más, por entre estos versos, vamos a ver a Juan, lo que la vida le ha enseñado, lo que le ha prohibido, lo que él ha imaginado. Sin duda estamos ante un gran libro, en él encontraremos expuestos esos deseos recónditos que todos, da igual que seamos hombres o mujeres, hemos sentido alguna vez.
 Como conclusión, solo que resta decir que el libro rebosa sabiduría por los cuatro costados, aunque sería más apropiado decir por todos sus versos. Nuestro querido poeta es, sin dudarlo, una persona con un enorme bagaje cultural; pero no solo atesora conocimientos, la grandeza de Juan es que atesora sabiduría, algo muy distinto, consiste en un saber  estar y decir, en un saber callar, en unas reflexiones profundas, producto de las lecturas, pero también de sus vivencias. Y hablar aquí de vivencias es hablar, sobre todo, de vivencias imaginativas, de lo que muchas veces vemos y oímos y de las conclusiones a las que llegamos. Y todo esto lo vuelca Juan en Eritheya, que se convierte en un muestrario de las pasiones humanas, y de todo lo que nos roba el sueño.  Consigue así el autor convertir este bello libro de sonetos en una lección de vida, en una lección de conocimientos que se pueden aplicar a nuestra propia vida. Seguro que las personas que lo lean van a aprender mucho de la condición humana con su lectura.

Ramón Luque Sánchez, profesor y poeta


             

     HABLILLA 820

                              Erothya



        Se trata del poemario que Juan Rafael Mena acaba de publicar, un título que rompe con todo lo que hasta ahora habíamos leído con su autoría. Los intentos y caricias con el erotismo los percibimos en el año dos mil dos con el titulado Vigilia de fuego, sin embargo es ahora cuando ha considerado dar luz a lo que este estilo puede mostrar a través de la composición más clásica, el soneto, catorce versos que cuentan un momento, una historia completa y cerrada desde el alumbramiento hasta el incendio, como argumentan los críticos que tratan este tema. Con la transcendencia y la confianza de la palabra,Juan Mena regala al lector este ramo de poemas eróticos capaces de emocionar, logrando la siempre difícil mística a través del lenguaje que roza la metáfora al describir las experiencias del amor -sincero, cruel, comprado, frustrado- sin perder de vista del pudor. Con elegancia versifica lo oculto y lo lícito, lo natural y lo raro, lo irónico y lo serio, lo cómico y lo dramático, lo plural y lo singular como una forma de trabajar a la que nos tiene acostumbrados. Sin embargo Erothya es un salto, una transgresión comedida en la que tiene muy en cuenta al lector. Da la impresión de estar ante un autor que se ha desdoblado como si fuera un personaje, que se ha multiplicado para expresar con hondura los momentos líricos que siente. Somos testigos, por tanto, de un matiz nuevo en esta voz isleña que nos ha sorprendido gratamente, anudando al artista con el artífice de la palabra. Con imágenes y figuras poéticas crea una atmósfera cómplice y silente por la que se pasea este personaje desdoblado en aquellos versificados que un día vio, que conoció por casualidad o relacionó por referencia en las charlas de barrio. Sin tener que mirar dentro, sin apenas forzar la memoria, los rescata convirtiéndolos en un punto de melancolía, una pausa de catorce versos, un silencio por el que vuela la crítica social. Es la mística, lo callado, lo que se muestra por medio de lo que se dice o se columbra. 

        Decía su amigo y también poeta Manuel Pérez-Casáux que cualquier texto de Juan Mena es ineludiblemente reconocible, una afirmación enfocada y a partir  de ese desdoblamiento que anotábamos, reconocible quizás por la labor de orfebrería con el lenguaje, sin embargo el velo parnasiano que ondeaba en algunas de sus primeras composiciones, hace mucho que se encuentra doblado y guardado.

        Erothya es un poemario que desnuda el amor mostrando el valor, la belleza y el dolor que provoca este sentimiento intenso y vital para los mortales. Enhorabuena, Juan.

Adelaida Bordés Benítez, 13 de mayo de 2019
       
       

ÍNDICE
            PEDIGRÍ DE EROTYA
INSTINTO ENCADENADO
¿SE PUEDE VIVIR SIN HIPOCRESÍA?
AMOR AVENTURERO EN UNA ESQUINA
REMEMORACIÓN DEL MITO DE VENUS…
LA FUERZA ENCEGUECEDORA DE LA PASIÓN
DEL INSTINTO AL ESPÍRITU
TRABAJADORA DEL AMOR CON MALA SUERTE
MATRIMONIO SALVADO POR IMPOTENCIA MASCULINA
TODO POR LOS HIJOS
JOVENCITA INSINUANTE
UNA AVENTURA DE DON JUAN, SOLTERÓN
AMOR EPIDÉRMICO, AMOR FUGAZ
CUANDO EL AFECTO Y EL AMOR NO SE ENTIENDEN
LIBERTAD QUE AMA O DESEA CORAZONES…
LA PRUDENCIA DE DON JUAN
DESASTRE A DÚO
SOLTERÓN DE BUEN VER QUE PUDO SER UN DON JUAN
LIBERTAD QUE AMA Y SE CALLA SUS DESEOS
HEROÍSMO DE DON JUAN
LUNA DE MIEL DE DON JUAN
DESVENTAJAS DE SER BELLÍSIMA
CUANDO EL AMOR ES DESASOSIEGO
INFIDELIDAD MENTAL
DE AJETREOS DIURNOS LA NOCHE SE DESNUDA…
PARA UN CAMINANTE QUE BUSCA POSADA…
VIOLACIÓN CONTINUA EN LA MEMORIA
RENUNCIA DE DON JUAN
UNA DESDICHA DE ALCOBA…
“LA SOLEDAD DE DOS EN COMPAÑÍA”.
PERSECUCIÓN Y SORPRESA
UN DRAMA DE TAN ÍNTIMO COMO OCULTO
TRAS EL VELO DE LA NORMALIDAD
SALIRSE DEL ARMARIO O SINCERIDAD TARDÍA
HAMBRIENTO DE PAN VENCIDO POR EL SEXO
ESPOSA INSATISFECHA
DE PASIÓN A TERNURA
BURLA TRAS EL ENGAÑO
LA SOLEDAD NOCTURNA DE LA VEJEZ DE DON JUAN,,,
“HERMOSO SER PARA LLORAR NACIDO”.
UNA HISTORIA DE AMOR IMPOSIBLE
BELLEZA QUE QUERÍA SER MÁS QUE CANTADA
LA VEJEZ DE DON DUAN
¿FIDELIDAD POR AMOR O POR HONOR?
DRAMA DOLOROSO DE ESPOSA QUE NO QUIERE SER INFIEL
EL PODER DEL SEXO Y EL DINERO
DERECHOS DE AMAR A SU ESPOSA PERDIDOS
CONDUCTA BIPOLAR
SOLTERÓN PRECAVIDO
CALIPIGIA
AMOR INSATISFECHO
CÓMPLICE ALMOHADA
REMADOR SIN BARCA
MUJER SOLA MIRÁNDOSE AL ESPEJO
¿SEXO DÉBIL?
CASADA EN TRANCE DE SER INFIEL
UNA ALEGRÍA IGNORANTE DE ALCOBA
AMOR Y COMPROMISO
MISA CON CURA GUAPO
PEQUEÑA ARCA DE SECRETOS…
CITA EN UNA PLAYA SOLITARIA
BARCA DE MADUREZ
EBRIO DE AMOR DE ACERA A ACERA
TRISTE PERO VALIENTE SINCERIDAD
EXPLOSIÓN DE LIBERTAD DRAMÁTICA
OVIDIO ACONSEJA
DOBLE CARA DEL AMOR
DON JUAN SE CONSUELA EN LA VEJEZ
CUANDO EL SEXO ES OBSESIVO E INSENSATO
ALMA DE MUJER Y CABEZA DE HOMBRE
RÉPLICA DESESPERADA A LOS FALSOS VALORES HUMANOS
EL VIEJO Y LA JOVEN
PREJUICIOS EDUCACIONALES
FIESTA DE ULTRATUMBA
¿CUERDAS O DESQUICIADAS RAZONES DE EROTHYA?








SINOPSIS DE EROTHYA

Los presentes 75 sonetos constituyen un cuadro de las tendencias sexuales y amatorias de la condición humana puesta al desnudo.

A pesar de que el libro se inscribe en un contexto bajomedieval con la presencia soslayada de la muerte y la desconfianza ante el “loco amor mundano”, no por ello está exento de una visión  moderadamente positiva de la vida y una actitud ponderadora de las constantes morales que han de regir,  como es lógico, la sociedad, aunque los personajes expresen con toda libertad sus pasiones secretas.

No es un libro para celebrar el amor ni tampoco para condenarlo sino para prestarle la voz a las pasiones amordazadas que suben a la calle desde los sótanos de la conciencia, dando, para  tal realismo, un giro a la poesía social  con registros coloquiales incluidos, lejos ahora del verso liberado de lastre y propugnador de la función poética, que mantiene en los dos últimos poemarios editados: Poesía, filón de la palabra (Fanes) y Del esplendente mar, del perseguido amor (Dalya).



    PRÓLOGO



Después de leer La Celestina, dijo Cervantes aquella frase célebre que aparece en todos los manuales de Literatura: “Libro divino a mi entender si encubriera más lo humano”. Que haya poetas que no han leído esta opinión cervantina y se lancen a escribir poemas eróticos sin tener en cuenta la ayuda inestimable de la metáfora y la discreción, asombra a más de un lector cuando se encara con un texto que no presenta los debidos revestimientos verbales.

El autor de los sonetos eróticos aparecidos en este poemario ha tenido en cuenta la frase de nuestro archinarrador y ha procurado no molestar a lectoras y lectores que los aborden por curiosidad. Que la elegancia excuse lo que de otra manera sería vituperable. Con el  tropo más recurrente y alabado de la preceptiva como cómplice, cual es la metáfora y su ayudante el símil, ha incluido entre otros sonetos los ya mencionados pensando que forman parte de la vida humana —sin duda, demasiado humana, parafraseando a Federico Nietzsche—, pero no condescendiendo con la tentación de la grosería, sino introduciendo en sus versos un sentido por encima incluso de la misma materia amorosa lasciva, como puede ser la intención del Arcipreste de Hita cuando dice “desecharán e aborrecerán las maneras e maestrías malas del loco amor, que faze perder las almas”. (Prólogo). Como se dice en la literatura de exiemplos, el autor toma fábulas, esta vez del tema profano de los amores sucesivos y vertiginosos, que pueden ser reales, y las recubre de ficción literaria para que sirvan más que de demostración a un objetivo moralizante, al deleite de poetizar una materia de suyo, en parte, escabrosa, a pesar de la solución medieval a las incidencias aquí expuestas, trasuntos de la vida humana en la ficción de varios amores que no condescienden con la misoginia de El Corbacho.
Es un afán de hacer arte en los temas que otros y otras explayan una estridencia en su bajo vuelo verbal a ras de la torpeza locutiva. Con estas palabras como claves, el lector puede pisar los umbrales del libro no sólo sin temor, sino más bien con la confianza de que encontrará, apenas pise su dintel, más arte que pasión sexual por esos arrabales ya sean tangibles, ya sean imaginarios. Y es que un poeta tiene forzosamente que acordarse de aquella frase de Terencio: “Nada humano me es ajeno”, así como también las advertencias romanas: “Castigat ridendo mores” y “Ridentem dicere verum quis prohibet”. El derrotero de este poemario, al que el autor sitúa en la trayectoria medieval  por la que circulan el Libro de Buen Amor y luego La Celestina, quiere ser,  como diría Stendhal, “un espejo que ponemos en el camino”.
                                                        EL   AUTOR

DOS SONETOS DE  

         EROTHYA O SONETOS DEL AMOR DESNUDO

6. MATRIMONIO SALVADO POR IMPOTENCIA

MASCULINA

 

 

 

Caídos ya los senos, jubilados

de aquel amamantar y de caricias,

ella envidia a las jóvenes, delicias

para maridos tan enamorados;

 

maridos como el suyo, acostumbrados

a sofocar a ocultas sus ardicias

con chicas que en amor dan sus primicias,

colmenas de maridos desalmados.


Pero, para su bien, no se equivoca

y en la certeza de esa paz evoca

la última vez con ella, que fue mal.

 

Ella ya sabe que él no es el de antes,

el que renuncia ahora a esos instantes

en que es su cruz la disfunción sexual.

 

 9. ¿DELICTA CARNIS?

 

 

  El dios que afina máquinas sexuales

y redondea muslo y tafanario;

 

dios soez que se goza en lo ordinario,

 

instigador de crápulas carnales;

 

 

dios padrino de gruesos bacanales

 

que ciega con su instinto mercenario;

 

dios que con turbio guiño libertario

 

hace de unos amantes animales;


 

 

  dios que va y viene por el predio ardiente

de la carne, su hogar condescendiente,

 

la toma sólo para su placer,

 

 

porque cuando el amor es sentimiento

 

o es carne de hospital y sufrimiento,

 

huye sin ayudarle a padecer.

 

 

 


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