jueves, 15 de agosto de 2019

REFLEXIÓN SOBRE LA ESCRITURA





Acto de la Ral Academia de San Romualdo de San Fernando-Cádiz-
en el Museo Municipal

(Tema expuesto en una tertulia literaria y editado en la Web ARENA Y CAL))
Lo que se escribe está en razón del destinatario que lo va a leer o escuchar.
No es el mismo escribir un artículo que un relato, ni un ensayo que un libro de poemas.
Tratándose de una creación literaria, y en ella nos centramos, el estilo lo es todo. “El estilo es el hombre”, como decía el francés Buffon. Eso significa que cada uno escribe como es, pero no se puede estar de acuerdo del todo con esta frase. Cada uno debe escribir dependiendo de quien lo lee y qué efecto quiere causar en los lectores.
Escribir con un lenguaje metapoético para quienes creen que la poesía es “todo sentimiento y sencillez”, es perder el tiempo. En una sociedad culturalmente desconcertante como la nuestra, se ha de escribir con estilo descuidado para que llegue a más gente, pues el éxito hoy día se mide por el número de asistentes a un acto cultural, como en los macroconciertos. Todo lo que no huele a gran público  está condenado a la indiferencia.  Pero “siempre nos quedará Paris”, como dice la famosa película, y habrá una reunión de personas que huyen de la bronca masa y de las consignas masificadoras de la televisión en lo que a gusto musicales o artísticos se refiere, además de otros incentivos publicitarios que el negocio agradece con mueca de dinero, para leer una obra, novela, relato, poema, artículo que configuren un ambiente de paz y deleite en lo que llamaban los romanos “Pulchrum est paucorum hominum”, citado por Nietzsche, y que significa: Lo hermoso —o bello— es de pocos. Ya el poeta Horacio, en el siglo I, en la época de la paz de Augusto, escribía también aquello de huir del vulgo profano.

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