LA OBRA DE JULIÁN
BLASCO MOYANO
Nacido en Villanueva del
Duque, en la provincia de Córdoba, en 1930, pasó la mayor parte de su vida en la Isla de San Fernando, donde
trabajó en la Marina
como impresor,profesión que conllevó con su quehacer literario expresado en
artículos de colaboración en el Semanario Mirador de San Fernando y después en
el diario San Fernando Información y en Diario de Cádiz, además de lo que
realmente fue en él una vocación hacia la narrativa manifestada en sus cuentos
y de cuyos premios hacemos la siguiente lista, seguro que incompleta, pero
fehaciente de su amor a la labor de las letras creadoras y méritos alcanzados
por esa dedicación:
Premio Puente Zuazo 1974
Hucha de Plata 1975
Finalista en el Premio Serem 1975
Dos veces primer Premio de narraciones
Martel Viniegra
Primer Premio Alfajoa de Oro de
narraciones 1976
Camelia de plata de Poesía 1975 y
1976
Segundo Premio por un ensayo sobre
“Lecturas del Quijote”, de la
Real Academia de Córdoba
En 1979 ingresó en la Real Academia de San
Romualdo de San Fernando, de la que fue su secretario general. Pronunció
conferencias y pregones. Pero lo más importante en el apartado de difusor de la
escritura literaria está en la creación de la revista “Erythia”, Tertulias
Literarias —de las que se publicaron seis números y en cuyas páginas están
recogidos trabajos en prosa y verso de poetas y prosistas isleños y de fuera de
La Isla—, así
como una Selección de separatas en forma de cuadernos monográficos, de los que
se editaron siete.
En una de estas separatas
está editado el cuento que fue Hucha de Plata 1974. Su título es: “Ese cielo
que te fueron robando lentamente”.
Entremos en el estilo
narrativo de Julián Blasco. Su admiración por El Quijote nos da una idea de por
dónde va su manera de contar: una aparente sencillez que emplea el lenguaje con
un cálculo adecuado a los motivos que inspiran los textos. En ningún momento de
su decurso narrativo el autor abarroca su descripción o la recarga de adjetivos
innecesarios. Su realismo, como el de Cervantes, su modelo, son “habas
contadas” del lenguaje, digámoslo coloquialmente. Esa contención le da un corte
preciso al cuerpo narrativo que lo hace respetable.
“Hoy, abuelo, tu camino se ensombrece
con tu ausencia. La higuera ha enmudecido de frutos y no quiere que su
sombra se alargue en el barbecho, refrescándolo, ni que el higo dulce alimente
al pájaro que se posa en sus ramas, cansado de volar. NI el pozo permite
que el agua rebose su brocal, ni que el poleo crezca recortado y aromático a su
borde, vestigio de una vida generosa, de una época, donde tu imagen llenaba el
valle y tu ausencia envidiaba al mismo sol”.
Fragmento de “Ese cielo que te fueron
robando lentamente”, Premio Hucha de Plata 1974 y “Las razones de Lázaro el
hebreo”.
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