Salinas de San Fernando (Cádiz)
LA
MENTALIDAD ABIERTA Y ACTUAL DE LUIS DE BAHIAZUL FRENTE A LA CLÁSICA Y RELIGIOSA DE
VIRGILIÁN DEL DOCE.
DIÁLOGOS ENTRE ELLOS EN QUE DISCUTEN AMBAS POSTURAS Y
DEMOSTRANDO SUS POSICIONES CON POEMAS.
A PARTIR DE SU ENCUENTRO, DECIDEN POSICIONARSE CADA
UNO EN UNA LÍNEA POÉTICA, EN OCASIONES IRRECONCILIABLES.
POEMAS DE VIRGILIÁN DEL DOCE (n.1940)
TRES
POEMAS VOLUNTARIAMENTE RETROSPECTIVOS
I
ESTE
VIEJO ROMÁNTICO QUE LLEVO, DE LECTURAS...
Este viejo romántico que llevo, de lecturas
de los años aquellos de instituto y muchacha,
aún conserva los textos de aquel bachillerato,
el olor de las aulas, el vagar por las playas,
novelas rosa tuyas, los discos de boleros,
frasquitos ya vacíos de tu colonia Maja,
los bailes por lo fino de la cafetería
con señoritas de corrección provinciana...
Cuando la vida muestra su garra o su rutina
se vuelve a sus recuerdos que es como isla en calma
y mira los trofeos que le ganó a los días:
el trabajo, el estudio, la amistad, la eficacia.
Cuando palpó el vacío que los años mordientes
en una intransferible soledad le dejaba,
lo llenó con las cosas y los seres queridos,
y armonía y amor le devolvió su casa.
Pero el viejo romántico siempre ha vivido oculto
dentro de su sonrisa vulgar y de sus canas.
Así nadie ha notado que cuando parecía
superficial y frívolo, su corazón lloraba...
¡Pero escribir podría tantos, tantos poemas,
que era mejor dejar quieta y muda la página!
I I
DESAHOGO
Necesito escribir, comunicarte
ensueños, soledades, remembranzas.
Con el paso del tiempo, sólo el Arte
consuela de sequías de esperanzas.
Vivir para el ayer, ya inconmovible
entre nostalgias de fotografías
queridas y viajar al imposible
trayendo al hoy felices idos días.
Momentos que se fueron y dejaron
en nuestra alma anécdotas y gentes
que con la evocación alimentaron
el paso de los años inclementes.
El feliz despertar de los amores,
los paseos, las calles, la alameda,
las horas y sus lentos resplandores,
la ilusión, que en su torre nos hospeda,
y los primeros libros que compramos,
y los versos agraces que escribimos,
y las penas ocultas que olvidamos
y los héroes aquellos que no fuimos.
Pero nos queda ese mejor amigo,
que es la memoria, que nos acompaña,
secretario eficiente y buen amigo
que nos hace olvidar lo que nos daña.
Como un alivio, yo me he permitido
pintarte en esta página el encanto
de convertir en bello lo vivido,
y ocultar en el fondo -artero- el llanto...
I
I I
LOS POETAS VIVIMOS DE LEVES PEQUEÑECES...
Los poetas vivimos de leves pequeñeces
tales como recuerdos, ensueños y poemas.
Elegimos palabras que devuelven con creces
a nuestro corazón el goce de sus temas.
Perdemos ocasiones de vivir más tranquilos
y mimamos ideas profundas, trascendentes
pensando sobre Quién tirará de los hilos
de esta vida, del mundo, del tiempo y de las gentes.
Pero no me arrepiento de este inútil oficio
y cada día más lo amo y necesito.
Él me salva -es mi amigo- de todo maleficio
y sólo por soñar con él me felicito.
El mundo, ciego y frívolo, nos mira con reparo
y no sabe que somos más felices que él,
y que de lo que fuimos quedará, bello y claro,
un retrato emotivo al margen del papel.
Tenemos los poetas más suerte que los divos
que en la televisión presumen de grandeza.
Tenemos los poetas los dones sensitivos
de elevarnos a un cielo donde esté la Belleza.
De Poemas sacados del cuarto trastero (2009)
VIRGILIÁN DEL DOCE
PALABRAS DE LUIS DE BAHÍAZUL (n.1959)
Muchos poetas y críticos están en la idea de que escribir poesía
moderna, actual y rompedora es volverle la espalda a la poesía reglada y
sometida a un esquema métrico. Eso en cuanto a la forma. En cuanto al lenguaje
se opta por el empleo de imágenes que Carlos Bousoño llama metáforas
irracionales; es decir, recursos rondando o incurriendo en lo surrealista
con vecindad en lo absurdo como si ese arsenal de imágenes indiscriminadas
fuese emblema de modernidad. Estos procedimientos condenan a los poemas a no
soportar más de una lectura. Son poemas que quieren insinuar un aire naïf, pero
esta impresión no pasa de un peldaño juvenil y carecen de madurez creadora
dejando al autor en una fase preliminar, aunque en revistas y otros medios de
publicación sean bien acogidos.
Luis de Bahíazul no rechaza las formas clásicas, sino que considera que
la modernidad debe residir en el lenguaje. Para ello hace recordar la frase de
Goethe:
"Lo importante no es hacer cosas nuevas sino hacerlas como si nunca nadie las hubiera hecho antes".
De ahí que el verso libre no es ninguna novedad si con ello se quiere representar una fase envolutiva de la poesía. Sin embargo, se pretende que una distribución arbitraria de los versos den una impresión de hallazgo genial, pero sabemos bien que no es así.
Para Valle-Inclán no hay diferencia esencial “entre verso y prosa. Todo buen escritor, como todo verdadero poeta, sabrá encontrar número, ritmo, cuantidad para su estilo. Por eso los grandes poetas eliminan los vocablos vacíos, las apoyaturas, las partículas inexpresivas, y se demoran en las nobles palabras, llenas, plásticas y dilatadas".
Quiere con ello decir el poeta que lo importante es el lenguaje empleado escríbase con métrica o en prosa. Veamos un poema en que se conserva la métrica sin que ello comporte un lastre de poesía que recuerda otras épocas, o sea, trasnochada:
ORACIÓN NO FÚNEBRE
PARA UN CUERPO DESHABITADO
Desocupas tu cuerpo de consumo
dejándolo al olvido de un andén
de los muchos silencios de la vida,
tú, que hiciste un mercado de tus ojos,
feria con los racimos de tus senos,
del pubis la diana de apetitos
y de tu cama, yunta de trabajo,
un breve paraíso de alquiler.
Llevabas como un terco palimpsesto
el recuerdo sangrándote de infancia
violada en un rincón de turbulencia
por manos como garfios endulzados
bajo un señuelo, fronda del engaño.
Asumiste con férula de sino
el pasado tal como una divisa
en el cuello mortal de tu memoria,
y enarbolaste a un viento de infortunio
la sonrisa con miel profesional
y palabras marcadas por el uso
con disimulo de un hedor de penas,
el abrazo de elástica costumbre,
la exhibición artera de un tesoro
que iba expoliando el azadón del tiempo,
modesta fonda de aire provinciano
para viajeros de pasión con prisa,
peregrinos por rutas de su hastío,
tratantes de manidas circunstancias,
sedientos de algún ocio pasajero
que abrevan en tus aguas de miseria
un sorbo de volátiles respiros
que escupen luego, ahítos de desidia
(menos yo, que dejé sobre tu tedio,
además del billete, unas palabras
que te dieron calor por un instante,
que tú quisiste retener con ruegos
en el mudo pretil de tu mirada).
El humo del tabaco fue aureola
a tu heroísmo de engarzar clientes,
y la copa, el fervor del incensario,
mientras pensabas en tu hijo, puente
para salvar los ríos del suicidio,
heroína en desvanes de epopeya,
mártir de un santoral sin bendiciones.
carne para el festejo de un momento
desahuciada de un techo de ilusiones...
Hoy, que no vives en tu cuerpo y yerras
por cielos de una ausencia indiferente,
dejas la huella de un revés que sólo
se entiende entre los pliegues no estudiados
todavía de Vidas ejemplares.
Premio de Poesía Círculo de Artes y Oficios de San
Fernando
"Juan Ortiz del Barco" 2009, editado en el
cuaderno del Círculo.
Aún así, la poesía en verso libre también tiene su
encanto dado que da una libertad de los ritmos que están encarcelados en la
métrica tradicional .
EN EL SUBTERRÁNEO DE LOS
CIEGOS....
En
el subterráneo de los ciegos, en el hoyo donde gime
desahuciado el enfermo,
entre los tejidos de la carne que punza el garfio
del dolor,
deslizándome
por la lengua de la alegría,
en el mar
cuando se
muda de piel en la playa, desgarrado y bronco;
o en el conmovido corazón de
la música,
ando las
distancias
que hay entre la fe y la
incredulidad, recomponiendo
los hilos
rotos de la maroma de la esperanza,
subido al mástil
de la idea
novísima y combatida,
arrastrando la barca
desfondada de otra idea
retrógrada y
superada
estoy siempre germinando como
la crisálida de un tiempo nuevo,
pariente de la
estrella, tengo alas y soy súbdito
del barro,
pago tributo a
la araña de la codicia
y soy polen generosamente
desprendido de las antenas
de todo cuanto
pide vida,
me acabo con cada moribundo v
vuelvo a nacer con cada niño,
como cruzan los
latigazos el cuerpo de la pobreza,
conozco el miedo,
las máscaras
arrancadas con asco en la intimidad,
no me extraña la estupidez,
sabed que yo
también me vuelvo tonto muchas veces,
yo también
sé tantas cosas
como vosotros, y aún me quedan ganas
de escribir unos versos,
aún conservo la
ingenuidad de repetiros las mismas cosas
que vosotros sabéis.
De Sísifo (1978)
Virgilián del Doce:
La gente que lee poesía no
busca las sensaciones de una sorpresa lingüística, sino que se satisface con lo
que entiende del poema. Un poema amoroso, por ejemplo, debe expresar con
palabras sencillas lo que el poeta siente. La lírica existe y existirá mientras
la gente tenga sentimientos amorosos. Acuérdate de la rima de Bécquer, que
acaba diciendo."¡Mientras exista una mujer hermosa/habrá
poesía!". Lo mismo ocurre con los sentimientos religiosos. No se
puede dirigir uno a lo Trascendente haciendo un juego de palabras. Los lectores
de a pie preferirán la poesía que se parece a la sencillez de una oración.
Luis de Bahíazul:
Pero ello conlleva el peligro
de caer en tópicos. La frase hecha es una tentación que anida en el poeta poco
exigente con sus medios expresivos. No se debe confundir la espontaneidad con
la inspiración, ni la sencillez con la vulgaridad.
DIjo Vicente Huidobro, poeta
chileno creacionista:
"El reinado de la
literatura terminó. El siglo veinte verá nacer el reinado de la poesía en el
verdadero sentido de la palabra, es decir, en el de creación, como la llamaron
los griegos, aunque jamás lograron realizar su definición".
Desengáñate, Virgilián, llegará el día en
que escribir deberá ser crear nuevas expresiones que en nada se parezcan a las
estereotipadas ya.
VIrgilián del Doce:
Si te fijas bien, Luis, lo que dice
Huidobro cae por su propio peso. Los griegos no lograron realizar esa teoría,
lo mismo que actualmente tampoco se conseguirá, aunque tú, en ocasiones logres
darle cierta frescura semántica al verso.
Antonio Machado escribió aquello de la
palabra en el tiempo. Creo que que la palabra en el tiempo es la que refleja
las inquietudes de la época sin que eso supongo buscar efectos oníricos al
significante. Por ejemplo estos poemas que ahora expongo son fácilmente leídos
por lectores que ignoran esas preocupaciones del poeta estilista.
ROMANCE
Esteros, adonde vienen
las aguas como a una escuela
a encasillarse obedientes
en sus aulas tan pequeñas.
La mar sometida entonces,
sin furia de las mareas,
sin las roncas tempestades,
sin buques que la navegan,
sin los marineros muertos,
sin naufragios ni tristezas,
sin la calma del estío
cuando es espejo de
estrellas...
Es la mar a la que el hombre
ha hecho ahora prisionera
y trae peces que sacan
para una feliz despesca.
Es, en fin, la mar sumisa
que pasa por las compuertas
como una niña que acude
al primer día de escuela.
SONETO
El sol inexorable del verano,
que en el Sur tiene su
mansión más clara
y tan resplandeciente, se
declara
verdugo de calor desde
temprano.
Por ello mismo, ese calor es
mano
que al pasar por el agua
quieta, avara
del estero, la seca y la
alquitara
y la convierte en un salado
grano.
Verás, piramidales, los
montones
al lado de incipientes
baranchones,
palas, tractor, espuertas,
salineros.
Oh queridos paisajes
peculiares
que ven con siluetas
familiares
desde los autobuses los
viajeros.
Luis de Bahíazul:
Virgilián, me parecen dos piezas clásicas
correctas, pero hoy el público -el reducidísimo público- que lee poesía,
incluso algunos poetas, están deseosos de nuevas maneras de decir el verso. Es
cierto que lo que tú dices de los disparates versolibreros con añadidos arcabuzazos
de palabras delirantes en los casos que buscan innovación, o bien expresiones
planas y carentes de originalidad de otros llena el escaparate nacional de la
poesía.
También es cierto lo que tú criticas en lo
que se refiere a la metáfora, como figura tradicional y caballo de batalla de
todas las poéticas de todas las épocas. Desde el surrealismo las imágenes han
sido bastardeadas con lo que Carlos Bousoño llamó la "imagen irracional",
tan a la mano de los poetas menos dotados, y que es un signo más de la
decadencia en que estamos. Los vanguardistas, desde los futuristas hasta los
surrealistas, creyeron que descubrían un nuevo continente: el continente del
aventurismo de las imágenes bajo el firmamento atrabiliario del onirismo, un
onirismo que no era, ni puede ser, real, sino ficticio, inventado y procurando
que cuanto más absurdo, estaba más conseguido. En eso no puedo contradecirte.
VIrgilián del Doce:
En cuanto a lo de la imagen irracional te
doy la razón, Luis. Una metáfora en la que la comparación entre lo que es y lo
que se le parece no es correcta, es un timo, un recurso que está al alcance de
cualquier aprendiz de taller literario o de intruso en el palacio de las musas.
Es cierto que los vanguardistas rompieron las cercas del campo poético en unos
tiempos de crisis de valores, pero esos tiempos pasaron y después se han
sucedido generaciones que han retomado el oficio del verso y lo han
desperifollado de clichés decimonónicos. Creo que este soneto que verás es
clásico, sí, pero que no se puede clasificar como soneto lastrado, aunque haya
alguna que otra imagen convencional. Ahora bien, Luis, en lo que los dos
estaremos de acuerdo con toda seguridad es en el lirismo del verso. Hay poemas
magistrales que carecen de veta lírica. Serán poemas perfectos, poemas a la
moda, poemas que pueden gustar a los críticos, pero si están faltos de lirismo
serán con el tiempo poemas muertos y sepultados en una antología de la época.
No se puede ser poeta de verdad, aunque se escriba con estilo más o menos
pasadito, si no se tiene lirismo; el poema quedará en el oído de las
generaciones que vengan después. Lo contrario, poemas escritos por poetas y
poetisas muy premiados y elogiados por los guardianes de la poesía, si carecen
de humanidad, una humanidad expresada en un verso esencial y que llegue a todo
lector y lectora con sensibilidad y una mijita de cultura, pasarán con el
tiempo al desván de los muchos poemas que se mueren de olvido en la penumbra de
las antologías.
Y repito: este soneto será un poco deudor
del pasado pero no queda mal y habla de un ejercicio literario, que falta hoy
en muchos poetas muy bien considerados.
EL TORO DE LIDIA
Enlutado jirón de la tormenta
que brama en las orillas de un capote,
y ya, lasca de ola su derrote,
un candelabro eleva en cornamenta.
Vara de fuego el picador le afrenta
y le saca un fresón por el cogote,
y, si le pone rizos el palote,
le agiganta el fresón y lo revienta.
Malherido, en el aire da arañazos
y empiezan a erigir los muletazos
un pedestal al que da vueltas fiero.
Pero después, sereno, se relaja
noble, y ofrece —la cabeza baja—,
un rosal rojo que le abrió el acero.
"San Fernando Información",
marzo, 1992
y
Erytheia o versos de circunstancias elegidas
(2000)
Luis de Bahíazul:
El lastre es una amenaza que
está siempre rondando la página que se escribe. Muchos poetas de hoy
rehuyen la forma tradicional porque ello les puede comprometer y optan, es cierto,
por el verso libre, que da sensación de modernidad. Pero volvamos al verso que
no quiere dejar de evocar el ayer. Hay que tener mucho cuidado para que el
poema no esté contaminado de versos planos, versos que no llevan frescura en la
relación de los elementos gramaticales; verso con una semántica redicha y sin
sorpresa en su mensaje. He dicho mensaje y digo mal. Un poema no tiene por qué
llevar mensaje, aunque lo pueda sugerir. Sabemos que hay una función
metapoética, pero para ello se necesita estar lejos de la poesía contenidista,
esa poesía que todo lo cifra en el significado sin adecentar el significante.
He aquí un poema en que hay
un equilibrio entre significado y significante.
VIVIR QUE EMPUJA
Eslabones los días cadena de la vida
se arrastra la experiencia a ras de cada
día
los sueños a remolque de la esperanza ciega
te necesito torpe lazarillo tu instinto
sobrevivir pisando peldaños de almanaque
llegar adonde viene el olor de un mañana
qué trabajo levanta el ánimo palestra
la prueba que mordemos los humanos qué alto
este merecimiento de existir nos exige
jornaleros del tiempo albañiles de años
muro nuestra codicia de la supervivencia
cortando tanto musgo de tristeza crecida
cortando las cabezas de la hidra del llanto
oleaje secreto bajo de los cantiles
del corazón el muelle en el que se
desguazan
los barcos que regresan de ayeres en que
fuimos
capitán en cubierta de anhelos naufragados
pero tú tanteadora de lontananzas tú
esperanza no cedas aunque dagas de vientos
rasguen ese velamen que todavía exhibes
vela la carcajada osadía mi mástil
desafío la proa del ardor malherido
sea ariete insistente la voluntad de punta.
De Palabras insumisas (2010)
Aparecido también en la Web Arena y Cal
y en la revista PLéYADE
VIrgilián del Doce:
Como ves, Luis, un
significado tiene que tener. No se puede escribir un poema sin contenido.
Incluso aunque sea una jitanjáfora.
Luis de Bahíazul:
Naturalmente, Virgilián.
LLevas razón y esto mismo dijo el máximo teórico de la escuela rusa del
Formalismo Vixtor Shklovski. Un poema, por muy innovador que sea en su
lenguaje, tiene que pactar con el pasado, pero siempre habrá una "voluntad
de estilo"que salva al poema del infierno de los tópico y del lenguaje
literario ya sin brillo y desgastado por el uso común de poetas nada sensibles
al hálito de la musa de la creatividad, como se ha expuestoen el poema
anterior.
La gran y significativa diferencia entre la poesía vieja y la nueva no es la métrica, no son los temas (que siempre inciden en los mismos motivos), sino la manera de escribir, de emplear el lenguaje, como ya escribió Goethe y recordamos más arriba. Si no hay sorpresa en lo que se lee, no hay emoción y, ¿qué tema nuevo nos va a mostrar quien escribe, si ya todo está dicho?
Dejemos el escribir por escribir a quienes no tiene otra aspiración que ser leído por amigos y amigas en un Facebook. Se me dirá que se premian y se editan libros sin autoexigencia en el lenguaje. Será que quienes lo premian no tienen tampoco idea de lo que significa escribir poesía, después de tantas tendencias trilladas en los dos siglos anteriores.
He aquí otro poema en el que se intenta eliminar poesía lastrada o de "reconocimiento", a favor de una poesía de más frescura en su texto, o de "visión", empleando la terminología del estilista ruso Vixtor Shklovski. El autor procura que no haya verso “plano”, o sea, sin expresividad o, al menos, no lexicalizado por el uso.
“Y YO ME IRÉ...”
¡Qué triste es amarlo todo
sin saber lo que se ama!
J. R. J.
“Y yo me iré...”, viajero por filos de confines,
pasada la aduana de todos los adioses,
después de haberle dado portazo a la existencia,
ahijado del ciprés, padre de mi ceniza,
vecino de una nada custodiada por mármoles,
viandante de las sombras, esfinge de silencio,
tanteando la aldaba de todos las incógnitas...
Os dejaré en herencia recuerdos inconsútiles,
paréntesis de fechas mi último retrato,
ecos en la memoria que se van diluyendo,
congelados ayeres, cicatrices de olvidos,
presencia de una ausencia que se irá desgastando.
Almena en guardia insomne yo, en tanto, del misterio,
abriré la bitácora de mis figuraciones,
avante en la marea de todo lo ignorado,
timón rumbo a una aurora, brújula la esperanza;
iré desmemoriándome de nidos de ternura,
jirones las historias de lo que amé sin tregua,
pasto de la neblina los rostros donde echaba
igual que en alcancía de cariño mis besos...
“Y yo me iré...” Por ello, mis manos son dos haces
de trigo que entretejo aún hoy con las vuestras;
trigo para que estallen los silos de ilusiones,
corazón candeal con que comer los miedos.
Del Libro HOMENAJE A LA VELADA EN HONOR
A JUAN RAMÓN JIMÉNEZ CELEBRADA EN EL ATENEO
DE SEVILLA EN MARZO DE 1912,
EDITADO POR EL ATENEO DE SEVILLA (2009)
Luis de Bahíazul:
Mira, Virgilián, para Shklovski, el extrañamiento nos permite percibir de forma desautomatizada y remozada lo que está automatizado y redicho por el uso, por el hábito inconsciente en el uso de la mayoría de la gente que no siente el lenguaje como suyo, sino como un instrumento de usar y tirar. Sólo el poeta auténtico siente el lenguaje como suyo y lo selecciona aunando en un conjunto de palabras aquellas que le revelan una vivencia íntima tal vez intraducible, pero, de momento, satisfactoria para configurar una emoción poética.
Virgilián del Doce:
Me parece bien que el poeta cuide el lenguaje y lo presente como novedoso en el poema, pero no puedo olvidar aquella frase de Leconte de Lisle:“Sólo hay poesía en el deseo de lo imposible y en el dolor de lo irreparable." Si no hay vida no hay poema, sino una tentativa de alevín que no va más allá de un grupo de palabras con pretensiones.
Luis de Bahíazul:
Los vanguardistas demostraron que se puede hacer poesía con lo sugerente, el trazo onírico, las palabras bellas. que es el significado de caligramas. La libertad apunta a otros significados en embrión y no definidos hasta la exhaustividad como hace la poesía social. No hay poesía sin contenido, como ya explicó Shklovski, pero el lenguaje ha de ser liberado de la influencia "demasiado humana" del contenido. Volvamos a Goethe, que escribió que era el lenguaje lo que cambiaba como ingrediente nuevo; ahora bien, un lengauje sin disparates "rompedores" como signo de falsa genialidad.
Entrada a San Fernando, Cádiz, por el Puente de Zuazo. Años cincuenta
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