PLAYA DE LA VICTORIA (CÁDIZ)
EL HABITANTE DEL VERANO
Multiplicado estoy como la arena
De Queda la tierra (1978)
Molino de mareas del Río Arillo. San Fernando (Cádiz) (Tomada de internet)
Multiplicado estoy como la arena
en
esparcidas ascuas estivales,
ardo
en cada mirar incandescente
de
las pupilas cálidas de julio;
habito
cabelleras, brazos, senos,
gestos
y corazones de muchachas,
converso
con los jóvenes, me agita
el
dinamismo de sus alborotos;
cual
desasida espora entre la espuma
beso
el metal radiante de la orilla;
soy
eco de las risas de los niños,
desbarato
sus juegos, los rehago
con
la paciencia intemporal del ocio;
pueblo
la holgada madurez del padre,
la
apacibilidad de las esposas,
disfruto
en cada breve refrigerio,
flameo
en el plumaje de la siesta,
con
la lengua marítima del aire
narro
insólitas fábulas marinas;
doy
cadencia al fragor del oleaje,
ordeno
su exaltada pedrería,
atempero
su fiebre llameante
y
suavizo los peplos de las brisas;
asomado
a los ebrios ventanales
de
mis sentidos el sosiego ríe
y
en mí atezada piel ha establecido
su
inviolable palacio la inocencia.
Me
voy por las terrazas, me extravío
por
el bosque caliente de las voces,
la
maleza de las fisonomías
o por
el laberinto de ruidos
y
músicas febriles destrenzadas.
Vibro
radial. En mi latencia asumo
esta
innúmera acción. La vid del día
está
enverada en mi naturaleza.
Cumplido
estoy. La tierra se embriaga
con
las uvas moradas del ocaso.
De Queda la tierra (1978)
Molino de mareas del Río Arillo. San Fernando (Cádiz) (Tomada de internet)
De Fiebre de verano (1980)
EL
MAR PONE UN ANILLO DE MÚSICA A TU CUERPO
(ANDANTE
SEGURO)
El mar pone un anillo de música a tu cuerpo.
¿Sabes?
Eres la estatua del día en miniatura.
Tiene tu cuerpo el brillo del comienzo del mundo
porque
te hicieron ánfora para la primavera.
Te miro y mis mejores palabras enmudecen
y
hasta me faltan ojos que descifren tu cuerpo.
Te hace un coro de olas el mar y te moldea,
venus
carnal, con manos viriles de salitre.
Te
quiere desposar y te alhaja de espumas,
pero
eres mía ahora, y él, tan grande y sinfónico,
que me llena de orgullo y le dejo que en broma
ciña
con un anillo de música tu cuerpo.
De Fiebre de verano (1980)
Salinas de San Fernando -Cádiz-
(Tomada de internet)
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