sábado, 21 de marzo de 2015

POESÍA: SONETOS DE LA VIDA, DEL AMOR Y DE LA MUERTE


sábado 23 de febrero de 2008

                    

               (Antología: 1981-2007)


                         
Foto de internet                     Archivo   F. Quijano
 
                 San Fernando, principios del siglo XX. Quijano

            
Archivo F. Quijano. San Fernando (Cádiz)

Plaza de la Iglesia, años 30 / La calle Real vista desde la Esquina del Gordo, años 50

Fotos de San Fernando (Cádiz) Archivo fotográfico Quijano



 

 Casa de la Cultura y Biblioteca municipal
 
   Foto de internet


De Cancionero memorial (1981)
De Cruel, amada vida (1986)
De Un resplandor antiguo enciende hoy mi memoria (1987)
De Pasionario isleño (1990)
De Las señas perdidas (1992)
De Cámara oculta (1993)
De Los viejos palimpsestos del olvido (1994)
De Baza perdida (1995)
De Memorial para el viento de levante (1997)
De Los espejos preferidos (1999)
De Erytheia o versos de circunstancias elegidas (2000)
De El río que no vuelve ni se para (2001)
De Muchas moradas (2004)
De Velo rasgado (2001)
De Pero yo os digo... (2007)


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De Cancionero memorial (1981)


LA ETERNA PREGUNTA


Me concentro en silencio y en lo oscuro.
Oigo el latir del corazón, apenas.
Soy un ave con cuerpo por cadenas.
Soy un ala que lucha contra un muro.

Quiero ser sólo pensamiento, y puro,
pero siento la sangre por mis venas:
Quiero olvidar anécdotas y penas,
pero el vivir me agobia con su apuro.

Mi espíritu recorre galerías
de este cuerpo por cuyas travesías
se pierde y nunca sale del enredo.

¿Qué hay detrás de esta carne empecinada,
liberación gozosa o pura nada,
mientras nos punza la esperanza o el miedo?

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De Cruel, amada vida (1986)


JUGUÉ. APOSTÉ MI CORAZÓN AL HOMBRE..

Jugué. Aposté mi corazón al hombre
y a la vida. Me dicen que he perdido.
No estoy de acuerdo, pero, confundido.
Mas no es tampoco para que me asombre.

Lo imaginé, pero no era de hombre
no apostar. Lo tenía presentido
desde el comienzo. Sé que he padecido
una verdad de la que olvido el nombre.

Vuelvo a jugar aunque no tengo nada
que apostar. Ni siquiera un breve aliento,
y hay más de alguna carta señalada.

Vuelvo a apostar contra marea y viento,
vuelvo a perder, vuelvo a otro nuevo intento,
vuelvo a vivir, que es la peor jugada.


DESTINO MÍO, DI DÓNDE TE ESPERO...


Destino mío, di dónde te espero,
cuándo estarás al borde de mi cita,
cuándo huésped serás de mi visita
y dónde está tu seña y tu apeadero.

Destino, ¿por qué rumbo o derrotero
a seguirte tu brújula me incita?
¿Cuándo terminará tu margarita
de deshojar mi suerte de heredero?


Destino mío, ven como un amigo,
acércate y desciende de tu esfera
y reconcíliate una vez conmigo;

que no serías tú si yo no fuera
el que te pide ahora la manera
de que seas mi bien, no mi enemigo.



VIVIR, PENDULEAR ENTRE VAIVENES...


Vivir, pendulear entre vaivenes
de odio y de amor, de fe y desconfianza,
de desesperación y de esperanza,
de reconocimiento y de desdenes.

Vivir, guerra secreta entre las sienes,
vivir, obsequio y bienaventuranza.
Vivir, culminación que no se alcanza,
vivir, tedio larguísimo de edenes.

Ven como quieras, tú, vivir impuesto.
Con las manos colmadas de cerezas
o sangrando los dedos con abrojos.

Que yo he venido al mundo para esto,
aunque ya ni alegrías ni tristezas
puedan mojar las calles de mis ojos.


NO ES VERDAD QUE LA ROSA ES UN ALJIBE...


No es verdad que la rosa es un aljibe
con rojas espirales de frescura.
Ni que es el viento la cabalgadura
del olor que no es visto y se percibe.

No es verdad que la tarde en su declive
es incendio que ahúma la espesura.
Ni que es la noche mina en voladura
donde un filón su yacimiento escribe.

No es verdad, no es verdad que el alba es pira.
Ni que la aurora es bóveda o vidriera.
Ni que el día su red de oro nos tira.

Nada es verdad aunque nos convenciera
la rosa o el viento o el día o lo que fuera,
pues menos mi dolor todo es mentira.


FILÓN, PARPADEANTE, AÉREA MINA...


Filón, parpadeante, aérea mina
de estrellas nautas de una mar oscura,
marea de penumbras en la altura,
orbe en un destellante aguamarina.

Mi soledad contigo se ilumina,
noche gemela, quieta en la espesura
de oscuridad, oh noche en la cordura
de un ayer que es violín en tu neblina.

No quiero que traspases tu frontera.
Quédate, noche, cual lebrel de sombra
en mi regazo de melancolía.

Sé tú mi amada y haz que yo te quiera,
que sólo así en mi paz se desescombra
todo el dolor que es ya mi compañía.


HAY TARDES BAJO CARPAS INVERNALES…


Hay tardes bajo carpas invernales
en las que el viento gime y se doblega
como el trigal en su caer de siega
con signos de cansancios corporales.

En esas tardes grises de arrabales
proletarias y amargas en la brega,
de golpe, nuestra vida se congrega
en las preguntas más fundamentales.

El para qué vivir es como un niño
huérfano de abandono y desaliño
que limosnea tolerancia y pide.

Pero es tanta la pena que nos moja
que logra así que el corazón le acoja
y otra vez, como ayer, la pena olvide...




 PODER INTELIGENTE Y AMOROSO...


[...] en esta sombra, ven con faz serena
a consolar el corazón cuitado.

Fernando de Herrera

Poder inteligente y amoroso
que envuelves la materia y la dominas,
que el futuro presientes o adivinas
y eres ubicuo y todopoderoso.

Poder que animas al menesteroso
y truecas en emporio sus ruinas,
e inundas de venturas y propinas
al ahíto de todo y orgulloso.

Poder que tienes en tus amplias manos
el espacio y el tiempo y el suceso,
la muerte, la fortuna, el no y el sí,
y eres dueño de todos los humanos,
¿no tienes, además de todo eso,
un poco de consuelo para mí?


DENTRO DE ESTE SILENCIO BUSCO ABRIGO...


Dentro de este silencio busco abrigo
y converso con música, pintura,
libros, recuerdos, la emoción segura,
soledad y otras islas que bendigo.

Surge de lo recóndito el amigo,
la más leal y familiar criatura.
Enciende una humareda de ternura
y el más veraz monólogo conmigo.

El arpa de mi propia confidencia
tañe mi yo, y es el más fiel sonido.
Mi sustancia me late poderosa.


Soy la totalidad de mi conciencia
con todo lo ganado y lo sufrido,
y este poema como don y glosa.


NO ES EL REY DE LAS LAMPARAS ASTRALES...


No es el rey de las lámparas astrales
ni es acuario orquestal de la marea,
ni es viento que entre nimbos aletea,
ni fulge en el albor y sus vitrales.

Ni es fruto de las cumbres forestales,
ni en la oleada del jardín verdea,
ni en el perfume alienta o lisonjea,
ni es goce a los deleites sensoriales.

No habita en la materia; le obedece.
Ni la roza siquiera; ella se ofrece
y Él la contempla con benevolencia,

y aunque eres, Mundo, tierra, polvo y nada,
Dios echa por encima una mirada
y brilla y ríe incluso mi existencia.


UN ALERON AZUL ME BASTA A VECES...


Un alerón azul me basta a veces.
Me meto en el calor de su plumaje
y el vuelo vertical de su hospedaje
me da un olvido y su evasión con creces.

Debajo queda el suelo con sus heces
y las tormentas de su vasallaje.
Debajo quedan rastros del ultraje
y el imperio de las estupideces.

Cobíjame tú, albergue itinerante,
isla celeste, mapa imaginario,
anfitrión de los ojos peregrinos.

Te tenga siempre yo fiel y delante,
sensorial paraíso hospitalario,
reposo y paz de todos mis caminos.

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De Un resplandor antiguo enciende hoy mi memoria (1986)


MADONNA BEATRICE

«Un espíritu amante que dormía ...”

(Dante Alighieri: Vita Nuova, Cap. XXXIV)

Más de una vez la he visto y la he tenido
en la confusa imprecisión de un sueño,
y he vuelto a ser su esclavo o ser su dueño,
y otra vez la he ganado o la he perdido.

Entre sombras después la he perseguido
y se ha frustrado en la ansiedad mi empeño,
y si me ha oído lamentar mi ceño,
con su aproximación me ha complacido.

En la fiebre, en la lucha, en la porfía,
en el ir y venir y en el jadeo
del cansancio esa ha sido mi alegría:

que si en la realidad no la poseo,
en la inmortalidad de mi deseo
y en lo breve de un sueño ha sido mía.






 


Foto de internet

De Las señas perdidas (1992)


TEATRO DE LAS CORTES. A SUS PUERTAS...


Teatro de las Cortes. A sus puertas,
al mediodía del domingo iba
con mis tebeos a la expectativa
del trueque: sus demandas, sus ofertas.

El Guerrero y sus señas encubiertas.
El Terremoto, siempre a la deriva.
Hombre de Piedra, sangre persuasiva.
Alcázar y Pedrín, linces alertas.

Después de las secciones infantiles,
en la casa, la radio: los febriles
combates del balón y mis tebeos.

Inocencia, aprendiz de fantasía,
cuando aún la serpiente no ofrecía
la manzana fatal de otros deseos.


SON LAS CUATRO. LA CALLE SE EDULCORA...


Son: las cuatro. La calle se edulcora
callada. Guarda el guardia su silbato.
Del Carmen a las Monjas: un regato
de paz con campanadas de la hora.

De vez en cuando un coche. Oigo ahora
el martillo pegando en el zapato
en el taller de Cañavero en grato
parloteo con hebra burladora.

La radio: de la copla a la novela.
Los de siempre. El café. Tal vez, galbana,
y el chiste de un sarasa picantillo
que culmina esta estampa cotidiana
encendiendo la risa y su secuela.
Y otra vez de la anécdota al martillo...


ME HA LLEGADO EN EL AIRE DE LA INFANCIA...

(Politécnica. Centro Obrero)

Me ha llegado en el aire de la infancia
la escuela y su candor de enciclopedia
con la Historia Sagrada y la tragedia
de Abraham y su fiel perseverancia.

Con poco se alimenta la ignorancia:
escribir y leer, que nos remedia,
con las reglas -son cuatro-, eso que asedia,
y es el hambre y su fiera circunstancia.

Novillos en la Vía, y al regreso,
Jeromo pregonando está en la Esquina
las moras de la Isla; el hombre grueso
de los velones junto a su pollina,
con un sistro anunciándose, y el beso
de junio con sus labios de calina.


EN LOS PRETILES EL VERDÍN HUMEA...


En los pretiles el verdín humea
seco ya por el alto sol orondo.
Se ve el pueblo entre verde, azul y blondo
desde la vieja cal de la azotea.

Los esteros, joyel de la marea.
Las Callejuelas, la almadraba, al fondo.
La Ardila y el Canal, lejano y hondo,
y el silbido del tren que clamorea.

El vértigo se para y se alucina
en la almena: terror de la vecina
que nos grita detrás del tendedero;

y la Calle Real debajo bulle
por la serpiente de alquitrán que huye
en un tranvía que renquea fiero.


AQUEL NIÑO MIRABA LOS CARTELES...


Aquel niño miraba los carteles
de toros con olores de bodega:
Litri, Aparicio, Rafael Ortega,
sobre la redondez de los toneles.

El güichi de Maera: a sus dinteles
aquel niño asombrado, lento, llega
y ve a la gente que discute y juega
para en el vino adormecer sus hieles.

Sacra y altiva, igual que un minarete,
la cabeza de un toro, y los retratos
junto a los matadores de tronío,

ornados de anecdóticos relatos,
y un túmulo ideal de Manolete
que llena su estupor de escalofrío.


CANASTO BAJO EL BRAZO Y LA COLILLA...


Canasto bajo el brazo y la colilla
permanente en la boca, rictus mudo.
Se tiene que meter medio desnudo
en la compuerta, el agua en la rodilla.

Le roba al cieno el pan que lo mancilla
con el sudor, el frío, el estornudo.
En la vejez, el desamparo crudo
le espera y el reúma en la costilla.

Cuando vende la carga del canasto,
el güichi habitual le da su fasto
con vino y aceituna zapatera.

No tiene otro querer ni más consuelo
este mariscador que mira al cielo
y se confía a Dios a su manera.


COMO UN GRAN OLEAJE HASTA LA ESQUINA...

(Esquina de El Gordo)

Como un gran oleaje hasta la Esquina,
las Callejuelas, pleamar de hervores,
con ojos lentos y madrugadores
subían en rumor desde la Albina.

Jesús llegaba. Luego, peregrina
tras Él, su Madre. Un nudo de fervores
se desataba: encuentros y temblores;
la saeta: ”..esa cara tan divina ...”

Allí sonaba el corazón isleño;
rompía allí a los pies de quien es dueño
de su historia y del Puente hasta La Ardila.

Cuando todo acababa, aquel delirio
ya era un lejano resplandor de cirio
y una esquina otra vez sola y tranquila.


CARGANDO LOS BORRICOS CENICIENTOS...


Cargando los borricos cenicientos
de la Chica (los sacos, las verduras,
los cajillos) hay díscolas criaturas
-posguerra- como yo, niños, y hambrientos.

En el mercado vencen desalientos
del malvivir, comunes desventuras.
Mientras que colman las cabalgaduras,
mordisquean las frutas avarientos.

Hay uno que por bajo cantiñea,
en tanto que la Chica no le vea
y le reprenda su holgazanería.

Pero el quejido, arácnido y gitano,
lo afirma, mano a mano con su hermano,
y han de llamarle Camarón un día.


EN RINCÓN DEL MOSTRADOR ESCRIBE...

En un rincón del mostrador escribe
mientras está aguardando a la clientela.
Desde sus versos -atalaya- vela
el ocaso y su cárdeno declive.

En el umbral del callejón exhibe
la tarde su incendíada cíudadela
y el corazón está de centinela
mirando los rescoldos que describe.

En un rincón del mostrador delira
un poema, antigualla que es joyel
donde hay brasas lucientes de esa pira.

Mas si la realidad en sí es cruel,
¿no es bella y consolable esta mentira,
aunque sea espejismo en el papel?


AQUELLA TARDE EL RESPLANDOR ME VINO...


Aquella tarde el resplandor me vino
al calor de unos versos compañeros.
Nubes rosas hacían de veleros
por los mares de un cielo vespertino.

Mi corazón de iluso peregrino
por vagos y vacíos derroteros,
de pronto, se detuvo en los linderos
de la seguridad de su destino.

Fue un don que yo jamás tuve presente.
Me sentí solitario entre la gente
y me supe poeta en un instante.

Fue la Imaginación mi providencia.
Ella le dio sentido a mi existencia
y fui aprendiz de Dios en adelante.


SÁBADO POR LA TARDE. SE ENCAMINA...


Sábado por la tarde. Se encamina,
devota tras devota, hacia el convento.
Suena el toque apagado al llamamiento;
para entonar la Salve Sabatina.

Gime un aire decrépito en la Esquina
donde predicen lluvia por el viento
viejos mariscadores con su tiento
olfateando un rastro de neblina.

Soledad. Frío. A veces, pasa un coche.
Al fondo, el callejón. Viene la noche
y las devotas vuelven de la misa.

El corazón adolescente sueña
y un verso inexpresable me hace seña,
pero es tan bello que se va de prisa.


ESTÁS EN TU BUHARDILLA. MADRUGADA...


Estás en tu buhardilla. Madrugada.
Estás leyendo, o estudias, te distrae
la musa que te ronda y que te trae
el verso con la aurora. Campanada

que da el Carmen. A modo de cascada
la claridad muy lentamente cae
en la ventana. El tiempo te sustrae
a la meditación. La encrucijada

de la fe, que te cerca y que te hostiga,
te pregunta, y, por último, te obliga
a dar una respuesta con certeza.

A pesar de la duda, das el paso:
la fe será mentira y un fracaso,
pero habrá de quedarme su belleza.

LOS CARTELES DE TOROS, EL BOTIJO...


Los carteles de toros, el botijo,
Manolete y su mítica mortaja,
un almanaque, un jarro, una tinaja,
recortes de Belmonte y Lagartijo.

Jezule va del chiste al acertijo
mientras apura, diestro, la navaja.
Comenta: “Qué mal come el que trabaja...»
Pero pronto retoma el regocijo.

Barbería, espontáneo mentidero,
donde, en preñez, la libertad murmura
en baja voz su sueño invernadero.

Mas, después de la oculta picadura,
Jezule, con irónica premura,
ahuyenta tan incómodo avispero.


ERA EN LA PROCESIÓN DE LA PATRONA...
                     (Estampa popular)


Era en la procesión de la Patrona.
Llameaba aquel julio en los esteros.
Del Puente a Gallineras; de barqueros,
los fieles: todo allí la Salve entona.

Muelle con gente que se corazona.
Calle Carmen. A guisa de romeros,
suben devotos y callejoleros
los fieles. La Plazuela se emociona.

En el balcón barroco un viejecito
-don Gabriel, su poeta- a medio grito
unos versos le afina a la Señora.

De júbilo, ferviente, el barrio aplaude,
y el gentío es tal vez la mayor laude.
Sin duda aún más si ese gentío llora.

ESTÁN ALINEADOS LOS CAJILLOS...

(A los viejos campesinos de la Isla
que llevaban sus cargas al palenque)

Están alineados los cajillos
de frutas y los sacos de patatas,
las verduras en haces, columnatas
de pimientos -los gordos, los larguillos.

Anochecer. El canto de los grillos.
E1 hortelano enciende unas fogatas
y quema unos rastrojos, secas matas
que rechazan las vacas y novillos.

Prepara el carro, encincha ya la mula.
Dedica una mirada y especula
lo que esa carga en el palenque oscila.

Cena poco y enciende su cigarro,
vela la madrugada y va hacia el carro
porque como descanse, se adormila.


MADRUGADA. LAS CINCO. POR ENCIMA...


Madrugada. Las cinco. Por encima
del gran ayuntamiento, una navaja
de claridad del alba lenta baja
y un grupo hacia el palenque se aproxima.

Son los subastadores. Ya se arrima
la multitud. A1 son de la rebaja,
que es la subasta, guiña la ventaja.
Churros, café. Tan buen olor anima.

La aurora en los cristales altos llama.
E1 verano frutal se desparrama
desbordando la lonja como un río.

En medio del ruido y los rumores,
un llanto con disfraz de trovadores
en un rincón se ahoga. ¿Será mío?


MERODEA VERDURAS Y CAJILLOS...


Merodea verduras y cajillos
y es un virtuoso de su disimulo.
Va del pícaro guiño a coz de mulo
y tiene ojos del hambre, ya, amarillos.

Amigo de tahúres y de pillos,
imita, pobre de talento, al chulo,
y en subasta con bulla engancha
un culo de señora empinando los fondillos.

Manga un café, chistoso, en la cantina.
Habla de fútbol o del toro. Hacina
comentarios de cachas y de planes.

Sabe mucho de grifa y de ladillas,
acaba en alcahueta de putillas
y habla peste de todos los truhanes.


LA LONJA, RUIDO Y AJETREO...


Es la lonja, ruido y ajetreo:
bravos olores de hortalizas frescas
y frutas, y personas pintorescas,
y viejos carros para el acarreo.

Sábado, de mañana, el hormigueo
gentes, bullas, manos picarescas.
Café, churros y pláticas grotescas
y la lonja en fragor de su apogeo.

Varieté habrá en la Plaza de los Toros
va por la noche. Comentarios, coros
mirando los carteles, por doquier.

De pronto, un picadito de viruela
surge, pasa con una cantinela
de su adorada y mítica Fiquer.


DETRAS DEL MOSTRADOR, EN LA TARIMA...


Detrás del mostrador, en la tarima,
tiene, como una torre, el cartapacio
entre anafes y frutas, un palacio
de versos donde canta, azul, la rima.

Un amigo envidioso que se arrima
y lo ha visto escribir hondo y despacio,
dobla la boca con mohín reacio
y arroja por los ojos negra grima.

Entre olores de frutas, alhucemas,
anafes y macetas, los poemas
duermen su sueño de impaciencia y arte.

Pero el amigo, que sonríe artero,
le asegura profeta y altanero
que nunca llegará a ninguna parte.


FUE EN OCTUBRE. RECUERDO LA MAÑANA...


Fue en octubre. Recuerdo la mañana.
Cabello de carbón, sonrisa breve,
desdeñoso ademán, dientes de nieve,
delicado mirar de porcelana.

El mostrador -el apio, la manzana,
la báscula, su aguja fina y leve,
el nerviosismo juvenil, aleve
nos separaba -artificial ventana-.

Desde aquel día estuve siempre alerta;
centinela sin paz junto a la puerta,
la tuve un día junto a mí cercana.

Se escapó aquel instante legendario,
supe que se llamaba ella Rosario...
Fue en octubre y recuerdo la mañana...


ESCRIBE EN LETRA GOTICA, Y LA MIMA...

Escribe en letra gótica, y la mima
con greca y miniaturas marginales
y a códices de monjes medievales
esa caligrafía se aproxima.

Se lo enviará a la amada. No escatima
en lentas, dulces horas invernales
soñando con idilios pastorales
y así florece en el papel la rima.

Se lo enviará a la amada, y con ternura
no evitará un suspiro en la lectura
-azorada, pues, eso no se estila-;
y, al ver a su juglar luego en la calle,
le agradece cordial ese detalle
y le ruega dejarla ya tranquila.


ME LO HA ANUNCIADO UN VERSO DE RUBÉN…


Me lo ha anunciado un verso de Rubén:
el reino aquel no puede ser ya mío,
porque he de morir yo en mi señorío,
y que es este mercado, que es desdén.

Que es desdén, pero, claro, es mi sostén
y es aquí donde está mi poderío;
pero en mi corazón, solo y baldío,
está mi verdadero, único bien.

Que ya he perdido el reino en que creí
en cuyo brillo y fausto yo me vi,
cantando en su palacio de cristal.

Pero sé que si en cueros he nacido,
no tengo que dar nada por perdido,
y encima, y para colmo, me da igual.


VOY POR HUERTAS, ESTEROS Y SALINAS...


Voy por huertas, esteros y salinas
avistando aves frías, gaviotas.
Oigo el levante y sus violentas notas
removiendo persianas y cortinas.

Me llega olor a cienos y sapinas,
pregones de caballas y pijotas.
Hay campanadas dulces y devotas,
fachadas con antiguas hornacinas.

Voy al Molino, llevo a mis poetas.
La tarde es un manojo de violetas
que caen una a una en la bahía.

Una moza me excita los redaños.
estudio y tengo diecinueve años
y me persigue loca la Poesía.


AQUI ESTUVO EL MANCHON, TAN POLVORIENTO...

(A mi abuela, a mis tíos, a mis primos.)

Aquí estuvo el manchón, tan polvoriento,
delante de la Huerta de Cervera,
bajando Olivarillo a la Vaera,
al fondo, con olor de cieno humiento.

Aquí queda en las láminas del viento
el eco de la infancia callejera.
(Los Canarios, Los Bizcos, la Palmera,
el grifo, cola, riña, hacinamiento.)

Los muertos, como briznas que se han ido;
los sucesos, llovizna serpentina,
y los nombres amados ya en olvido.

Hoy vengo con el alma más mohína
buscando en cada acera, en cada esquina
un reflejo del niño aquel que he sido.


ESTABA EN SU ATAÚD, ÁRBOL ESQUIVO...


Estaba en su ataúd, árbol esquivo
y ya reseco para el pudrimiento,
augurando el destino ceniciento
tras el cercano adiós definitivo.

A pesar del silencio, persuasivo
fue el cuerpo de aquel muerto (y no era cuento ).
Lloraba mudo, pero aquel lamento
fue incontestable y significativo.

Yo vi lo breve de la primavera
y que el cristal de esta existencia era
frágil: amor, belleza, ilusión, verso
de nada servirían, si la suerte
mandaba en este mundo, y si la muerte
era dueña de todo el universo.


DESPUES DE PONER TORRES Y BANDERAS...


Después de poner torres y banderas
a este libro (las playas, los bajíos,
el Canal con sus árboles sombríos,
salinas, Puente, esteros, Gallineras...)

¿Para qué tantos versos y Vaeras,
Zaporitos, Carracas y navíos,
si todos estos versos son baldíos,
juegos de un solitario en sus leoneras?

Después de poner finos gallardetes
a estos versos, fantásticos rehiletes,
los guardo al verme en esta tierra huraña:
o, como banderillas, los manejo:
busco al toro feroz en mi entrecejo
y en esta Isla, Andalucía, España.


VOY POR CALLES QUE FUERON CIRCUNSTANCIA...


Voy por calles que fueron circunstancia
memorable de casas con sus huertos.
Vienen a mi memoria días, muertos,
sucesos y colores de la infancia.

Floresta sobre muros, la abundancia
de jazmines y pórticos cubiertos
de buganvillas, patios recubiertos
de parras, el aljibe y su fragancia.

Olivarillo. San Joaquín. Galiano.
Camino del Canal (por El Curita),
La Ardila... Airosos huertos que se han ido;
y no digo las huertas, pues en vano
se evoca lo que sólo pena incita.
Tendré que darle gracias al olvido.


EL SUR, MAGICO SUR, MADRE Y MAESTRA...


El Sur, mágico Sur, madre y maestra
de la alucinación y el llanto oculto.
El Sur, atrás y anónimo, es un extra
de la Historia, perdido en el tumulto.

Cadáver gloriosísimo, insepulto
sobre la pira, generosa muestra.
Desde lejos, hermoso y ciego bulto,
misterio de una fábula siniestra.

Es columna de humo, persuasiva;
hace llamadas desde el puro acaso
y a lo bello se da como evasiva.

No culpo a nadie de este gran fracaso;
pero sé que mi Sur mira hacia arriba,
mira hacia arriba y nadie le hace caso.

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De Cámara oculta (1993)

JAULA VI

Aquí os presento a un héroe clandestino,
el que tiene segura su proeza
sin recorrer los riesgos de un camino
ni demostrar un gesto de entereza.

Todos 1e temen su infalible tino
y elogiada es de todos su destreza.
Según él, el honor vale un comino
Todo es cuestión de cálculo y viveza.

Como buen mercenario va sin nombre.
Responde por las señas de fulano
y oficia a su favor de caballero.

La montura esta vez la pone el hombre,
que lo monta en la palma de la mano
y así gana la guerra don dinero.

JAULA X

(El remordimiento)

Vienes por el envés de la memoria
y de la débil mano de la pena.
No sé, no entiendo tu pasada historia,
pero sé que tu charla me envenena.

Sé que no tengo ahora escapatoria
y me pones, no obstante, la cadena
de la cavilación y la oratoria
de un ¡ay! muerto hace tiempo de gangrena.

Oh mal recuerdo, vienes del olvido,
donde te suponía inexistente,
o, por lo menos, desaparecido.

Me quitas de las manos el presente
y me das un pasado que he perdido,
¡pero con una cuenta que hay pendiente!


JAULA XVII


Estoy aquí, mas porque me han traído.
No se me consultó nacer siquiera.
Ni se me dio el aviso por cumplido.
Ni lo evité cuando ya estuve fuera.

De verdad que no estoy arrepentido
y acepto el hecho ya como cualquiera.
(¿Con la misma inconsciencia que he nacido
dejaré de existir cuando me muera?)

(¿Es cierto que a un azar debo la vida?)
Ni me reprocho ni me felicito.
Soy para bien y mal mi propia suerte,

y una casualidad entretenida
con un vivir del que se forja un mito
tal vez por miedo a una existencia inerte.


JAULA XXXV


Detrás de una mirada hay un fusil
y un cuchillo en el gesto de un saludo.
Tras un silencio, un anatema mudo
y bajo una sonrisa, un proyectil.

Mil desengaños nos llevamos, mil
disgustos nos aprietan bien su nudo.
Pero la ingenuidad es un escudo
que aliena y hace al hombre más pueril.

Olvidamos con las compensaciones,
y reanudamos nuestras relaciones
ilusionados una y otra vez.

Cuchillos, proyectiles y anatemas
no nos destruyen las estratagemas
de nuestra necesaria estupidez.


JAULA XLII


Yo quisiera encontrarte y no te veo
hoy, tan perdido estás entre la gente.
Desorientado vas. Inexistente
dentro del laberinto tú, Teseo.

Hombre mediocre de mi siglo. Reo
de la angustia. Minúsculo. Indigente.
Te sacias de materia. Insuficiente
es tu sostén. Revés de Prometeo.

Guarismo. Finitud circunstanciada.
Cantidad temblorosa. Encrucijada.
Paréntesis de tiempo en que respira,

a lo justo, el dolor. Pero yo apuesto
una vez más por ti. No olvides esto.
La vida es guerra. Lo demás, mentira.


JAULA XXXIX


No te escondas debajo del Misterio
y nunca lo utilices como escudo,
ni revistas tu pánico desnudo
con el destello de su magisterio.

No lo sometas a tu cautiverio
y no le cortes su colmillo agudo.
Que te duela su filo puntiagudo
y no admitas consuelo ni cauterio.

No lo tutees ni le pongas nombre.
Tendrás que respetarlo siempre.Deja
que esté en su altura incognoscible y suyo.

El Misterio es misterio y tú eres hombre.
El está libre y tú tras de tu reja.
Resígnate a pensarlo, que no es tuyo.


Jaula LI


Por la ciudad vas siempre con premura,
ciego despreciador de la belleza.
Pudres y escupes la naturaleza
y a la imaginación pones usura.

No sabes que es muy breve tu andadura
en este mundo, y no te dan certeza
ni el dinero ni un dios; y así, bosteza,
a la larga, tu instinto, que se apura.

Nunca te has desnudado ante el espejo
de la verdad, y llegarás a viejo,
y puede entonces que el pensar te asombre;

y verás, al final de tu existencia,
que sólo allegas barro y experiencia,
y para colmo, en fin, te llaman hombre.

******************************

De Los viejos palimpsestos del olvido (1994)


EL BUEN RECUERDO

Vienes desde el lugar de mi existencia
más delicioso, menos duradero.
Tu escondida delicia de viajero
se cumple al invocar yo tu asistencia.

Vestido de feliz reminiscencia
resaltas, elegante pasajero
de todos los recuerdos que yo espero
lleguen a la estación de mi conciencia.

Al doblar la esquinas de mis sienes
los vecinos sensibles de mi pecho
por la emoción se sienten absorbidos;

y entras en mi silencio porque vienes
a tributarme tu mejor provecho,
que al instante disfrutan mis sentidos.


LÁGRIMAS Y RISAS PARA DESFIGURAR
TODOS LOS PALIMPSESTOS

Sobrevivimos gracias al olvido,
que a emborronar lo triste nos ayuda.
Sacude la memoria y la desnuda.
Qué bien. Como si nada hubiera sido.

Eso al vivir tan sólo yo le pido.
Igual que la serpiente su piel muda.
Que el alma se nos queda así viuda
del recuerdo crüel y mal marido.

Eso es palanca de supervivencia.
Porque quiero seguir en la existencia
no dejo que lo absurdo me atormente.

Así ha sobrevivido el hombre: en guerra,
más que frente a los hombres y la tierra,
muy solo y sin cuartel, contra su mente.
************************
De Baza perdida (1995)


MERODEA EL CARISMA y EL MISTERIO...


Merodea el carisma y el misterio
del convento en la gris amanecida.
Misa de pobres. Sobre la avenida,
el húmedo silencio, opaco y serio.

Píos, brisa, quietud de cementerio
en la Plazuela. Suena enternecida
la campana. Se va despavorida
una cigüeña por el baptisterio.

Penumbra. Claustro al sesgo le fascina.
Los rezos de la hora matutina.
Un hábito marrón carmelitano.

Se inclina en la almohada del ensueño:
¿Es vocación o estética su empeño,
o el misterio y el verso de la mano?


DE CUANDO EL MOSTRADOR


Aquí se vende un corazón por nada.
Quizá se vende porque está cansado
de llevar su heroísmo acostumbrado
como una inoportuna quijotada.

Hoy no me sirve ya ni de almohada
para que se adormezca mi cuidado.
Acepto la aflicción de este mercado
con la misma amistad de un camarada.

Aquí se vende un corazón que era
un esmero y primor de mercancía,
y hoy sólo es la ceniza de su hoguera.

Sin él mi vida está otra vez vacía,
pero vuelvo a embriagarme en la alegría
de cuando fui ignorante a mi manera.


ESE MUCHACHO -TÚRGIDA MONTERA.


Ese muchacho -túrgida montera,
cigarro y pantalón americano,
pañuelo azul al cuello, mano a mano
al mus, vino, aceituna zapatera
en el güichi, compaña calavera,
asedio con piropo de escribano,
tertulio del bribón y el hortelano
en la lonja ruidosa y verdulera-


que ríe ajeno del azar oscuro
siente un día en el frío claroscuro
una voz que le enciende y maravilla:
la musa, milagrosa, le aconseja,
y él, güichi, amigos y muchacha deja
para oír a esa musa en la buhardilla,


EL MILAGRO


Quienes le ven que vende las manzanas
y escribe versos luego en su buhardilla,
se burlan, sobremesa y comidilla;
rumor, si pasa, tras de las persianas.

Algunos tienen hijos tarambanas
y el insólito caso les humilla.
«¿Qué entre frutas y búcaros de arcilla
hay poemas con rimas artesanas?»

Sarcásticas sonrisas y un ojeo
de lástima, y verbal y vil manteo
del nombre en la ironía de la gloria;
y, en vez de su legítimo epigrama,
convierte en verso este poeta el drama
y es égloga feliz la triste historia.
***********************************

De Memorial para el viento de levante (1996)

PEQUEÑO ISLOTE SOBRE EL OLEAJE...

Un ángulo me basta, un libro…

Epístola moral a Fabio


Pequeño islote sobre el oleaje.
Nube de un arco iris prometido.
Oasis. Paladeo del olvido.
Meta cordial de mi peregrinaje.

Rincón en que le enciendo un homenaje
a un misterio que llevo aquí escondido.
Un misterio interior, desconocido,
al que le doy gustoso mi hospedaje.

Expectante de no sé qué suceso.
No importa. No me acucia. Leo, escribo,
o, la Música, amante, me da un beso.

Ni una razón profunda ni un motivo.
Felicidad minúscula. Por eso,
nada más que por eso canto y vivo.


UN SUEÑO DESDE EL PUENTE HASTA LA ARDILA…

Desde el Puente Zuazo hasta la Ardila
hay un sueño que es una gaviota
que vuela ingenua con la pata rota
y se avergüenza, y casi se aniquila.

El sueño aquel no fue (ya no se estila
la ilusión, ni en el ánimo se nota).
No fue, pero un reflejo suyo aún flota
y una esperanza en sus silencios hila.

Por eso, el sueño hermoso que no ha sido
cruza la Isla contra todo olvido
y ni se desalienta ni se exila.

¿No nacerá el poeta que reanime
y haga brillar y con sus versos mime
ese sueño del Puente hasta la Ardila?


POSTHISTORIA


Érase de un país hecho de estruendos
montado en la tortuga de su historia,
yendo de moratoria en moratoria
de los progresos, todos subarriendos.

Érase de un país de hombres tremendos
brindando con el yo cara a la gloria,
indóciles en esa dura noria
del saber, arcaduces de remiendos.

Érase de unos íncolas hostiles
que se dieron a hacer guerras civiles
y a teatralizar buenos y malos.

Érase ya hace siglos de una lidia
de contra todos en la envidia
y muertos fueron por el Goya a palos.

************************

De Erytheia o versos de circunstancias elegidas (2000)

AL PUENTE ZUAZO

I

Al soplo de los céfiros primeros,
observadores de la aurora sana;
entonando la copla cotidiana
alegremente llegan los barqueros.

Se descubren sus músculos remeros
para zarpar hacia la costa hermana;
brilla en sus ojos la virtuosa gana
y alejan optimistas sus pesqueros.

Mas, a la noche, cuando el manto oscuro
te cubra ilimitado, incompasivo,
¿quién te acompañará, tristes instantes?

Los rumbos atalaya desde el muro,
porque acordando tu recuerdo vivo
¡ volverán con nostalgia tus amantes !

II

Quiero verte en la aurora purpurina
cuando tu sol entre corales brilla
y surge de la póntica buhardilla
lanzando espuma tu graciosa ondina.

Entonces labraré tu perla fina
sentado a la frescura de tu orilla
grabándole una breve maravilla
que dejaré en tu nítida salina.

Quiero verte. Después, cuando me vaya,
cuando esté lejos de tu verde playa,
tal vez recuerdes a tu amante hombre;

me llamarás incluso con el viento
al ver la perla que en ti busca asiento,
¡aquella perla en que grabé mi nombre!


HOMENAJE A JULIO MARISCAL MONTES,
AL PASAR POR ARCOS DE LA FRONTERA

Que un colibrí de júbilo te suba
por el árbol, ya en sombra, de tus huesos,
que te anime el olor de los cantuesos
y te dé nervios la matalahúva.

Que baile el duende de una vieja cuba
con un coro de sátiros obesos,
que todas las doncellas te den besos,
a trozos disputándose tu aljuba.

Que la cal de Morón te reverbere,
que te devuelva el río tu inocencia
y te vistan el alma de azucenas.

Que un buen cante te den por miserere
y una guitarra pida tu indulgencia,
no por tus culpas, sino por tus penas.


HOMENAJE Y LOA AL CASTILLO
DE LA PUENTE DE SUAZO

A Luis Robledo Lamela

Conquista fue de Alfonso, que la diera
de atalaya a la Alcarria de Rayhana.
Mira desde su Torre hacia Chiclana
y es su Puente gloriosa carretera.

Mantuvo frente a ingleses su bandera
y ante el terror francés dio la campana
de la iglesia su alarma parroquiana
a los esteros y a la güertafuera.

Centenarias, las piedras nos vigilan
desde los siglos en que se perfilan
hacia el olvido nombres y blasones.

Castillo de la Puente, padre y dueño
de la isla, y glorioso osario isleño
de la memoria de generaciones.


A UN CANDRAI A MEDIO CUBRIR POR EL CIENO
DE UN MUELLE PESQUERO


Con la cerviz ya hundida y castigada
por el peso de soles y de brumas,
ofreces todavía a las espumas
el honor de tu vértebra empinada.

Que estuvo tu bodega abarrotada
de peces, lo recuerdas y te abrumas;
pero, a pesar, de que hedor te inhumas,
resistes, sin embargo, la bajada.

Ni el colmillo del agua compañera,
ni el verdín que a tu proa la adornara
perdonan a tu sucia calavera;

igual que el pescador que te embarcara
hoy su vejez lo abate y desampara
y se muere, mirándote, a tu vera.

***********************************
De Los espejos preferidos (1999)

A SU REGRESO A CÓRDABA, 1626, GÓNGORA
SE AFIRMA EN SU DEFINICIÓN DEL AMOR

(La dulce boca que a gustar convida. Soneto 1584)

Que será boca o dádiva de fresa
goteando su aljófar confidente,
diminuto panal adolescente
que da la miel después de la promesa.

Ciruela en erupción, si no frambuesa
-vencido o roto espino resistente-,
o joyero carnal, dulce o mordiente
donde sangra rubíes quien la besa.

Que será boca o gárgola de goces
donde el labio arderá con que la roces,
espiral de un inmóvil desenfreno.

Pero cuando es la boca árida historia,
ese amor es rastrojo en la memoria
y sólo del amor queda el veneno.


DURANTE SUS ÚLTIMOS DÍAS, FRANCISCO DE QUEVEDO
MEDITA EN SU SEÑORÍO DE LA TORRE


Pasa la vida: un viejo prisionero
amargado por óxido y cadenas.
Tiene una larga cicatriz de penas
su memoria de hiel y bajo cero.

No habla de amor: se le secó el venero.
No canta: están desiertas sus verbenas.
No desea: no hay sangre ya en sus venas.
No llora: ríe de su desespero.

Es como un monumento de experiencia
para todo el que llega y la visita.
Pero no queda nadie escarmentado.

Que, a pesar de que es polvo la existencia
y toda frustración se desgañita,
polvo será, mas polvo enamorado.


EL POETA JORGE LUIS BORGES REFLEXIONA
ANTE SU SONETO DE QUE NADA SE SABE

¿Qué arco habrá arrojado esta saeta?

 J. L. B.

¿Respiración y aspiración de Brahma
y ejecutoria, al fin, de intermediarios?
¿Sofía y los eones emisarios
quienes al universo dieron trama?

¿O fue Yavé en su Fiat, rayo y llama,
quien encendió los orbes planetarios?
¿Fueron átomos ciegos y arbitrarios
como el viejo Demócrito proclama?

Pablo en Efesios de demonios habla,
pobladores del aire, donde entabla
el Mal contra nosotros su partida.

Estará la Verdad siempre escondida,
aunque el saber, del hombre es cruz y meta?
¿Qué arco habrá arrojado esta saeta?


PARA LA TUMBA DEL POETA ESPAÑOL (DESCONOCIDO)

Diéronle muerte y cárcel las Españas.

Quevedo

Lengua de ira fue la tuya, hermano
en mi lengua gloriosa y castellana,
que ibas de la ilusión a la desgana
en un mísero islote provinciano.

Tus versos se quedaron en tu mano
apretada de pena una mañana.
Te aclamó nada más que la campana
del cementerio, y luego fue el gusano

el único lector de tu poesía.
No tuviste otro aplauso que el azote
de la lluvia en la gris cristalería

del nicho, y, si el olvido era tu islote,
tu nombre, con el réquiem de estrambote,
es para todos hoy tu antología.

**********************************

De El río que no se vuelve ni se para (2001)

HOY QUE VIVIR ES UN NO-SER, UN ENTE...

Hoy que vivir es un no-ser, un ente
manido, un otro igual y sin señales;
hoy que los brillos más aparenciales
guiñan con su espejismo y su repente,

corazón, no te aturdas entre gente,
ese río de aludes temporales;
corazón, duélete de heces y males,
ese mundo, burbuja contingente.

¿Qué nos espera, corazón, qué viene
después de esta estación que nos retiene
en vilo, tren nocturno de gentío?

Tócate, corazón, por si es que aún vives,
cuídate, por si acaso los declives,
pálpate, por si sigues siendo mío...


HOY AMARTE, VERDAD, NO ES HALAGÜEÑO...


Hoy amarte, verdad, no es halagüeño;
es perder de antemano la partida.
Es apostar a una razón perdida.
Hoy amarte es sangrar todo un empeño.

Hay que endulzar la máscara. Ser dueño
del corazón, domar su sacudida.
Hay que ponerle la invisible brida
de la malicia (con ardid risueño).

En la selva mecánica en que habito
hay signos con un guiño de cautela.
Quiero gritar, pero amordazo el grito.

Tendré que odiarte como a un viejo mito,
pero, como al amor, aunque me duela,
¡verdad, verdad, también te necesito!


CANTO POR TI, POETA, EL ANTIGUALLA...


Canto por ti, poeta, el antigualla
y por tus viejos versos ya en olvido.
Canto por ese gran desconocido,
el corazón, perdida su batalla.

Canto lo que hay detrás de la pantalla,
el extra en el gran vientre del ruido.
Canto la soledad del desoído,
olvidado detrás de su muralla.

Canto los exteriores del rodaje,
al que no pone un pie en la discoteca
y al que no ve el periódico ni opina.

Canto al que olvida que es vivir ultraje,
al que tiene el dormir como su meca
y al héroe ganapán de la oficina.


EL GENTÍO Y SU OSCURO ZARANDEO…


E1 gentío y su oscuro zarandeo,
la mentira chupándonos los ojos,
la desnudez pisando los sonrojos,
la mano turbulenta del deseo.

Cierra los ojos, loco yo, a ese ojeo.
Sacúdete tus íntimos enojos.
Cuídate del pesar y sus abrojos.
Depón tu clandestino gimoteo.

Salgamos de este múltiple avispero.
Dejemos el panal de esta locura.
Olvídala, que es frívola su historia.

Quiero llegar al hombre verdadero
y al oro de su inmóvil aventura...
Como Bécquer, me arranco la memoria.


TE ENVIDIO, ROCA, EN ESE PRECIPICIO…


Envidio, roca, en ese precipicio,
alzada contra el mar y su abordaje,
desafiando al viento y su cordaje,
al tiempo y su famélico orificio.

Te envidio en ese regio frontispicio
alzada contra el alma del paisaje,
desafiando al cielo y su visaje,
al hombre, su poder y maleficio.

En esa erguida soledad augusta
un águila pareces, alta e inmune,
y te ves cenital, arriba, encima.

En la vieja ciudad todo me asusta.
Vivo perdido en su fragor impune.
Me consuela que el mar a tus pies gima.


DURAS SON SIEMPRE LAS VERDADES, DURAS...


Duras son siempre las verdades, duras.
duelen sus puños imprevistos, duelen.
Huelen a muerte sus aromas, huelen.
Puras son sus palabras, puras, puras.

Apreturas nos ponen, apreturas.
(Se conduelen, más tarde, se conduelen.)
Aunque hielen sus dedos, aunque hielen,
armaduras nos ponen, armaduras.

Fortalecidos, ya fortalecidos,
invencibles nos hacen, invencibles,
verdades tan despóticas, verdades.

Endurecidos, cuán endurecidos,
inconmovibles, cuán inconmovibles,
soledades nos dan, qué soledades.


BELLEZA, TÚ ERES, SOLA, MI CAMINO...


Belleza, tú eres, sola, mi camino.
Belleza, a ti te sigo, a ti te amo.
Belleza, a ti te nombro, a ti te llamo.
Belleza, tú, inactual, mi desatino.

No quiero ser tu amante clandestino
y por eso tu nombre yo proclamo.
No quiero que te escondas; te reclamo
y te siento gemela a mi destino.

Por ti el hombre se olvida de los males,
por ti el hombre perdona a su enemigo
y por ti no nos duele la memoria.

Tú vences a los dioses abismales,
tú, siempre novia y mi mejor amigo,
Belleza, tú, mi noble escapatoria.


ENAMORAR DE NUEVO A LA BELLEZA...


Enamorar de nuevo a la Belleza
y llevármela a sitios solitarios.
Rememorar con ella aniversarios
y quitarle de encima la tristeza.

Asegurar de nuevo la certeza
de que sus dones son extraordinarios.
Sacarla de vitrinas de anticuarios
y descubrir su antigua gentileza.

No dejar, cuando vaya entre el gentío,
que quizás le avergüence su atavío
porque no está su porte ya de moda.

Que sepa perdonar a los cerriles
y atraerlos con signos juveniles
como cuando era digna de una oda.


PRISIONERO ME SIENTO, PRISIONERO...


Prisionero me siento, prisionero
de tu paso elegante, de tu paso,
y acaso me resisto un poco, acaso
no quiero declararme a ti, no quiero.

Espero a ver si me convenzo, espero
que este repaso de mi amor, repaso
que escaso en dudas voy haciendo, escaso,
más entero me haga, más entero

Preso me siento de tu vida, preso,
que piensa mucho y demasiado y piensa
su cadena de amor, bella cadena;
y eso es mi vida: contemplarte, y eso,
inmensa cárcel de mi amor, inmensa
es la pena que cumplo en ti, mi pena.


TU MANO ESTA, ALHELÍ, SOBRE LA MÍA...


Tu mano está, alhelí, sobre la mía.
Tu mano, animalito de ternura.
Tu mano, que calienta, que perdura.
Tu mano, lazo de tu cercanía.

Déjala, que es suave compañía.
Déjala, que es la puerta más segura.
Déjala, que es mi cálida espesura.
Déjala, que es compás de mi armonía.

Tu mano es mi más clara trayectoria.
Déjala y no me quites su sosiego.
Tu mano, cuenco ardiente de mi historia.

Déjala, que mantenga siempre el fuego.
Tu mano, donde entierro mi memoria.
Déjala. Te lo pido como un ciego.


AMADA, QUE LA MUERTE NOS RODEA...


Amada, que la muerte nos rodea
por todas partes. Ronda de enemigo
nos hace día y noche, y se pasea
por entre nuestras voces. No consigo

eliminarla, y cómo se recrea
en nuestra finitud. Estoy contigo
y no estoy, que mi alma se alabea
hacia la tierra de esa muerte. Sigo

amándote, no obstante. No hay manera
de hacerme claudicar: cuanto más mire
nuestra felicidad, más serás mía;
y seré tuyo como quien no espera
más muerte que este beso cuando expire.
Para seguir con otro la agonía.


ANTES DE QUE MIS ÁTOMOS, YA VIEJOS...


Antes de que mis átomos, ya viejos,
se suelten de sus dedos compañeros
y en lo insondable vaguen volateros
lejos del yo y de la memoria, lejos;

antes de que no quede en los espejos
ni huella de estos ojos pasajeros
y ya, conscientes de que son postreros,
se pregunten y quédense perplejos

a punto de caer en el vacío,
¿qué haré con tanto mar de escalofrío
y en soledad intransferible y dura?

¿Diré como hacen todos: «Oh, Dios mío... »,
o bien, con el timón de mi albedrío,
iré al encuentro de una nada oscura?


LE HAS QUITADO A LA VIDA SU AMENAZA…


Le has quitado a la vida su amenaza.
Su miedo indefinido es ya rutina.
Antes había, oscura, una manaza.
Una sentencia como guillotina.

Estás libre y tu mente se solaza.
Mira el mar, el estero, la salina.
Mira el mundo jugándose su baza:
alegría y dolor en cada esquina.

Una paz como nunca te acompasa.
Tu sangre, más madura, más tranquila.
El Tiempo, rudo e inexorable, arrasa.

La memoria el placer y el pesar hila;
mas sé noble aunque todo muere y pasa,
y sonríe al morir que te aniquila.


COMO ULISES, DESOYE LAS SIRENAS...


Como Ulises, desoye las sirenas.
Se ata al palo mayor de su conjuro.
Se encierra tras las sombras de su muro.
Versos y paz se pone por cadenas.

Ciega con Bach un hontanar de penas.
Dialoga en clave con su tiempo, oscuro.
Solo, se sabe fuerte en el apuro:
prefiere zarzas a las azucenas.

Está ahí con su yo más fiel a solas.
Resiste con la dicha del diamante
el alcohol, las drogas, la pistola;

y si no fuera soledad bastante,
del mar aprendería y de sus olas
a ser isla feliz y extravagante.

*****************************
De Velo rasgado (2006)

MI POBRE CHISPA VIVE OCULTA Y PRESA..


Mi pobre chispa vive oculta y presa
en mi materia, laberinto oscuro.
A veces, siento, como tras un muro,
un soplo que me anima y me atraviesa.

Me levita la carne y no me pesa
esta historia de tanto claroscuro.
En esta fe me palpo más seguro.
Fe que grana en su fronda de promesa.

Mi pobre chispa, a veces, se libera
de la mano cruel que la limita
en esta reja que es su calavera,

como si ella tuviese allá una cita
en su origen, su gárgola infinita,
y esa mano cruel se lo prohibiera.


GRAVE CIPRES, VELETA FUNERARIA...


Grave ciprés, veleta funeraria,
¿es un sarcasmo tu señal al cielo?
Silencioso ciprés, ¿eres consuelo
y símbolo tal vez de la plegaria?

Capa de luto, torre visionaria
de una esperanza para el desconsuelo,
¿es ironía tu luctuoso duelo
de muda plañidera imaginaria?

¿Qué hay arriba o detrás de tu espesura?
¿Se queda en ti el espíritu enredado
o vuela a las mansiones de la altura?

¿Qué a morir haya sido yo enviado
y no sepa en qué muerte ni en qué estado
luego he de verme tras la sepultura?

***********************
De Pero yo os digo (2007)

SÉ QUE EL AZAR NO ES NADA INTELIGENTE


Sé que el azar no es nada inteligente,
y necio, a oscuras, rompe en trompicones,
y lo mismo da dulces emociones
que arroja lluvia y piedras inclemente.

¿Y qué hace Dios, que es bueno y omnisciente
y corrige esperpénticos renglones,
y sufre dentro de los corazones
humanos, ya que es Él omnipresente?

En tanto, inexorable, en el tapete
de su juego, lo mismo que a un juguete,
el Azar mueve el mundo, o bien ignora

lo que lleva, torpísimo, entre manos.
Misterio que desgarra a los humanos:
Dios calla mientras, solo, el hombre llora.



¿ES QUE EL REZO NO LLEGA A TUS OÍDOS...?


¿Es que el rezo no llega a tus oídos
y la palabra es aire que desmaya,
y muere frágil antes de que vaya
a elevar mis anhelos desoídos?

Pregunto por qué son desatendidos
y se estrellan al pie de tu muralla,
y pierde mi esperanza la batalla
y sus suspiros caen malheridos.


Cuando ya me confieso la derrota
desengañado y con el alma rota,
caigo en el hoyo de la desazón.

No comprendo, mi Dios, esta jugada
de un rezo que no sirve para nada
si dicen que nos une la oración.




INTERROGACIÓN Y HUIDA

I I

Ayúdame, Yavé, Tú, poderoso.
Ayúdame con tu benevolencia.
Que tus ángeles cuiden mi existencia
y me libren del Mal y de su foso.

Olvídame, Luzbel, tú el insidioso.
Olvídame en tu fría malquerencia.
Que tus arcontes tengan indulgencia
y me desaperciban en su acoso.

Yavé, yo admiro y canto tu belleza
y estoy aquí por un azar, ya sabes,
y en humildad y en gozo sobrevivo.

Luzbel, que no me gane tu tristeza
y me sean tus látigos suaves
y tu saña tan sólo correctivo.


ANTES TENÍA AUTOR EL SUFRIMIENTO…

Antes tenía autor el sufrimiento:
era el Mal con mayúscula, potencia
que nos debilitaba la existencia
y el pecado era, al fin, su fundamento.

Para quienes lo ríen como cuento,
no hay otra ni más sólida evidencia
que aceptar una frágil indigencia
en la Materia, que es nuestro cimiento.

Tienen miedo a asumir que nos devora,
piraña, la Materia fundadora
de esta vida que somos azarosa.

Si es que no hay ni Dios ni Mal, ¿es espejismo,
o bien es un maldito fatalismo
la Materia: a la vez gusano y rosa?

SI SÓLO SOMOS ÁTOMOS UNIDOS…

Si sólo somos átomos unidos
y desunidos por su propio fuero,
¿qué lamentable azar aventurero
los agrupó conscientes y engreídos?

Ilusos que se piensan conducidos
por un principio sabio y relojero;
si no se afirman en su derrotero
por el goce servil de los sentidos.

Pero después, madrastra la experiencia,
despierta de su sueño a la conciencia
y le demuestra la verdad, que hiere

y a los inteligentes desengaña;
pero por mucho que este Azar nos daña,
cabe el consuelo de que un día muere.


FINAL DE LAS TINIEBLAS


¿Espíritu o Materia? ¿Azar, Destino?
¿De la fatalidad a la esperanza?
¿Qué hay detrás de la vieja lontananza?
¿Qué hay después del andar de este camino?

¿Hay detrás de lo humano algo divino?
¿Hay paz eterna tras de la mudanza?
¿Tras la angustia, la bienaventuranza
y, al fin, descanso para el peregrino?

¿Vivir en Carpe diem liberado
sin miedo a nada ni siquiera al hado
y admitir que el azar es nuestro dueño?

El amor es la única respuesta,
poeta, y la poesía como fiesta
en la que danzan Realidad y Sueño.


AUTOPSICOANÁLISIS DEL POETA


Desciendo al fondo de mi propio yo
hasta mis pozos subconscientes, sí.
Confío en los filones que hay en mí
sin miedo a emanaciones raras, no.

Ser un poeta es indagar en pro
de lo inédito humano que hay en ti
y trasponer la piel, lo baladí
y aceptar lo que dentro encuentres. Oh,

minero loco: el último filón
es el de la más pura libertad
que va de riesgo en riesgo siempre en pos.

¡No seas hombre tú de quitaypón
que vives para tu frivolidad
y si el peligro ves, clamas a Dios!


AZAR, FATALIDAD, HUMANOS…


Es el azar, el caprichoso rey
del mundo. Es la arbitrariedad,
mientras que duerme la fatalidad,
que es la que impone con rigor su ley.

Nosotros somos turba, aprisco, grey
que sobrevive en la precariedad
y en no morir encuentra su verdad
como de bravo toro a manso buey.

El azar, que nos guiña entre sucesos,
nos ilusiona, ya que vamos presos
del vivir, que es galera.
                                    Con buen paso

seremos libres. Mas, de pronto, alerta,
ay, la fatalidad ya se despierta
y aprieta las cadenas, por si acaso…

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