domingo, 22 de marzo de 2015

POEMAS GENERACIONALES


 



POESÍA GENERACIONAL


ADVERTENCIA

(Este artículo está orientado a la intención del autor y ello consiste en intercalar poemas propios cuando cite cada una de las líneas de la poesía de los años setenta, con cierta implicación de la década anterior. Así pues, omitirá a los autores que representan esas trayectorias poéticas en los estudios más o menos aceptadas por la crítica. También puede ser una medida de sensatez para no herir susceptibilidades.)

 


 

INTRODUCCIÓN NECESARIA

 

Después de la publicación de la famosa antología de J. Mª. Castellet titulada Nueve novísimos poetas españoles, la poesía española tomaba nuevos rumbos, sin que la tendencia de la Segunda Generación de posguerra se perdiera, ni tampoco la proyección e influjo de otros poetas pertenecientes a la llamada Primera Generación de posguerra.

 

Como bien distinguen Vicente Tusón y Fernando Lázaro Carreter en Literatura del siglo XX, se va de una poesía social a una nueva poética, la de los años 60. Es cierto que la poesía social se prolonga en los años sesenta, pero ya en la década de los 50 aparecerán nuevos poetas que dan síntomas de superación de lo que era realmente la poesía social (tema de España, la injusticia crispada en “la denuncia”, el mundo del trabajo, el anhelo de libertad y también la aspiración a un mundo mejor), a la poesía de la preocupación por el hombre, pero huyendo del patetismo, con la visión escéptica frente a determinados problemas, una experiencia personal, influencia de un cierto clima europeísta, así como un tono más civil que patriótico. Es lo que Florencio Martínez Ruiz llamó el “realismo crítico”, que viene a relevar la poesía después del agotamiento de fórmulas retóricas y reiterativas de la generación anterior. No hay que olvidar el “Grupo Cántico” ni tampoco el Postismo, ambos surgidos en los cuarenta y en discrepancia con la poesía de postguerra.

Arde el mar, del poeta catalán Pedro Gimferrer, editado en 1963 fue un libro que ha sido considerado como rupturista con la poesía que se escribía por parte de los poetas de las dos generaciones (o bien una generación en dos grupos diferenciados por ligeras características que podemos apreciar en este artículo). Una serie de poetas jóvenes se reúnen en torno a esta novedad  y ello origina la publicación de Nueve novísimos poetas españoles (1968), editada por José María Castellet. 

 

Los llamados Novísimos se dieron a conocer a comienzos de los 70 y crearon escuela durante unos años.

Dice Florencio Martínez Ruiz en su introducción a La nueva poesía española. Antología crítica:  “Los más jóvenes lo formulan según una lógica -o caótica- de acuerdo con la sensibilidad "camp", en la que no falta una veta critica, apenas perceptible bajo la máscara irracionalista y metafórica, donde expresan—como J. M. Castellet ha dicho―"las contradicciones de su tiempo histórico, que pueden hacer de un sarcasmo la condición de su verdad".

 

La forma aparece como la máxima preocupación de estos poetas, una formalismo que nada tiene que ver con una fidelidad al pasado. “La poesía es un arma cargada de futuro” de Gabriel Celaya está en el polo opuesto de sus referencias a temas exóticos, culturalistas y de ambientación contemporánea como los comics y el cine. Manejan una cierta artificiosidad que nos hace evocar la poesía modernista, sin olvidar cierto toque surrealista.  

En la temática podremos encontrar una insolente frivolidad junto a tonos de inconformismos y disidencias, pero, sin duda, se persiguen metas estéticas. La revolución del lenguaje poético está en las mientes de estos poetas que han roto con la tradición aristotélica-humanística y se lanzan a campo traviesa por predios de búsquedas y hallazgos de la modernidad dejando atrás formas estereotipadas de lo social y lo político.

EXPOSICIÓN 

(El autor de este artículo expondrá en cada una de las líneas expuestas más abajo un poema propio, que es la intención primordial de este trabajo.)

Por su parte V.Tusón Y F. L. Carreter exponen en la obra citada una serie de tendencias que podríamos enumerar de la siguiente manera:

1.-Poesía vanguardista y experimental, con antecedentes en el surrealismo.

  He aquí dos poemas de carácter experimental con pinceladas surrealistas.

                                      

                       

      GRAMÁTICA EBRIA

Palangras que recogen peces del pensamienso

Vosorras no seréis como vuestras hermazos

oxidajas que estáis por un consumo abadas

ramesas del ahora torpas publiciteras

sólo merecemaras de un asilo puédotico

otras catas de citas donde rasas rampáis

por un renacimienco que os laven la lenguato

falabras maretripas inmundas ninfolices

   VERSO DESORIENTADO

Te flaquean los fórceps del idioma

y sombreas palabras como abortos

que destilan venero insuficiente

y desmontan tinglado de menhires

a falta de panel bueno el graffiti

donde las dan las sueñan con el verso

setenta veces siete si lo donas

porque quien la persigue desinhibe

la hiel de quien bien anda mal termina

y del que mucho abarca el verso aprieta

y es que el verso a buen juez peor amigo

             De El motín de las palabras (2009)


2.-Poesía veneciana, que se caracteriza por un cierto refinamiento. Próxima a ella se puede encontrar una línea “decadentista” que se podría considerar neomodernista.

 

   Este poema opta por la línea neomodernista.


AÚN ME LLEGAN TROCITOS…


Aún me llegan trocitos de las jóvenes tardes

en que me extraviaba en bosques de poemas
leyendo aquellos versos con su neblina gala,
largos alejandrinos de Baudelaire, Verlaine,
Rodenbach, como gestos de una melancolía
cautiva en un palacio de esplendor parnasiano.

De ellos, al Juan Ramón de lejanos jardines
y soledad sonora con tristeza incurable...

En horas peregrinas hacia el viejo poniente,
campanadas del Carmen huyendo hacia el Canal,
alarido del tren, lobo de los raíles,
rozando las orillas de la áurea bahía,
y yo, frente al convento, sentado en la Plazuela:
punzón la disyuntiva entre el claustro y la moza.

Hoy, ya cuarenta años a cuestas de memorias,
miro brasas que quedan de la alegría extinta
de un ocio cuyo fuego mis horas calentaba;
y daría los años que de vida me queden
por sufrir como entonces la emoción del dilema,
por gozar como entonces tantos alejandrinos
que vienen, melancólicos sus pasos de crepúsculo,
cansados asomándose como una vieja amante
que con lenta nostalgia se maquilla los años.

Trocitos de un pasado que a consolarme vienen.




DE POEMAS VOLUNTARIAMENTE RETROSPECTIVOS Y POEMAS VANGUARDISTAS (2011)

También aparecido en la revista ARENA Y CAL (2012)




3.-Poesía culturalista, que se inspira en la poesía misma (o en el arte y las diversas raíces o manifestaciones culturales).

 

AMOR EN GÓNGORA Y QUEVEDO


Conocida es la rivalidad de los poetas Luis de Góngora y Francisco de Quevedo. En este caso enfrentamos a ambos en el tema del amor. Góngora lo trata con pesimismo, del mismo modo que replica al carpe diem de Garcilaso con el soneto que comienza:"Mientras por competir con tu cabello...", pero Quevedo, sin ocultar las dificultades de la vida humana, lo afirma.  Estos dos sonetos están escritos en homenaje a los dos grandes poetas de nuestro Siglo de Oro.




A SU REGRESO A CÓRDOBA—1626—, GÓNGORA

SE AFIRMA EN SU DEFINICIÓN DEL AMOR

La dulce boca que a gustar convida (1584)

                                                        Góngora


Que será boca o dádiva de fresa

goteando su aljófar confidente,

diminuto panal adolescente

que da la miel después de la promesa.

Ciruela en erupción, si no frambuesa

—vencido o roto espino resistente—

o joyero carnal, dulce o mordiente

donde sangra rubíes quien la besa.

Que será boca o gárgola de goces

donde el labio arderá con que lo roces,

espiral de un inmóvil desenfreno.

Pero cuando es la boca árida historia,

ese amor es rastrojo en la memoria

“y sólo del amor queda el veneno”.

 De Los espejos preferidos (1999)


DURANTE SUS ÚLTIMOS DÍAS, FRANCISCO DE QUEVEDO 
MEDITA EN SU SEÑORÍO DE LA TORRE


Pasa la vida, un viejo prisionero

amargado por óxido y cadenas.

Tiene una larga cicatriz de penas

su memoria de hiel y bajo cero.

No habla de amor: se le secó el venero.

No canta: están desiertas sus verbenas.

No desea: no hay sangre ya en sus venas.

No llora: ríe de su desespero.

Es como un monumento de experiencia

para todo el que llega y la visita.

Pero no queda nadie escarmentado.

Que a pesar de que es polvo la existencia

y toda frustración se desgañita,

“polvo será, mas polvo enamorado”.

De Los espejos preferidos (1999) 




4.-Poesía clasicista, que busca sus fuentes en los temas grecolatinos.

UNA VEZ ACABADO EL POEMA QUE DEDICA A QUINTO DELIO HORACIO MEDITA SOBRE EL TRASFONDO SUBYACENTE EN ESOS VERSOS

 

                                         La urna da vueltas para todos.   
                               

                                               Horacio: Carmina II,3



Es cierto, Delio, el miedo es como cueva oscura

                        [y el morir, insondable precipicio.

Echando la mirada atrás, ¿qué miras

                                   [con pupilas deudoras

de amor y placidez, sino la casa,

amplia y suntuosa, esmeraldino bosque,

                                   [rosal incandescente,

jardín como donceles y doncellas,

ubérrima la granja que la lengua

                                   [del Tíber roja lame,

el oro que acaricias como rubia cabeza

                                   [de una amada

en el Beatus ille de un Locus amoenus?

    

Y todo pasará a tus herederos

                                  [como inerte el arroyo

resbala por las peñas,

y lo disiparán posiblemente

emborronando el bienestar, las risas

                               [de otras generaciones

tu recuerdo perdido en lejanías...

       

Pero eso a ti no debe echarte encima

clámide de tristeza; al contrario, desnudo

de todo cuanto ata y lisonjea,

recuerda lo que somos:

                                  [un puñado de átomos,

y como busto que se cae al sucio

                                  [y bajo suelo

y hecho añicos nos duele,

un día se dispersan y vuelven otra vez

                                  [al ignoto vacío

      

Que el olvido con niebla compasiva

no nos haga olvidar que la vida y la muerte

                               [son siamesas,

son anverso y reverso de esa moneda

                               [que llamamos mundo

y es lección que jamás aprendemos, oh Delio.

 Pero para consuelo

                              [de tanta soledad en ese instante

en que el hado nos corta las amarras

y nos impulsa, a ciegas,

                             [mar adentro de lo desconocido,

te diré como dijo el maestro Epicuro:

  

"Mientras estamos vivos, la muerte no ha llegado;

cuando la muerte llega, ya nosotros no somos ni existimos".

               De La fuente de Narciso  (2007)



NOTAS

Se sabe muy poco de Quinto Delio. Según Horacio Odas Selectas, Rev. R, Torner, Bosch, 1966, pág. 103, durante las guerras civiles cambió fácilmente de partido, por lo que fue llamado "desultor":´saltador´(jinete que saltaba de un caballo a otro en las carreras).Por las referencias que da Horacio, debió de ser un ciudadano acomodado. En cuanto a la cita de Epicuro que hace Horacio en el poema mío, inspirada en Carta a Meneceo, 125, no es de extrañar que este poeta latino se considere "un cerdo de la piara de Epicuro" (Epist. I, 4, 16), entendiendo el hedonismo más al estilo de Aristipo de Cirene que al del Epicuro de la Carta a Meneceo.

De La arcadia de Narciso (2007)

 

 5.-Poesía neobarroca, que tiene sus raíces en la poesía del siglo XVII, especialmente andaluza.

 

                  SONETO BARROCO

                  (Fantasía en el amanecer)

 

       Granada abierta, lluvia de rubíes,

       vidriera que hace añicos la mañana,

       bóveda de cristal, azul campana,

       voladores badajos carmesíes.

       Bandadas de celajes colibríes

       cruzan locos de brillo la ventana.

       El día es redondez de una manzana

       que sube con olor de benjuíes.

       Después que fue la noche gruta oscura,

       cofre de alhajas es la amanecida

       y un rumoreo de canción el viento. 

                                       

       Decid que es evasión esto o locura,

       mas vuelvo a asir la identidad perdida

       entre la prisa y el aturdimiento.

 

      De El río que no vuelve ni se para (2001)



  A partir de los 80, los poetas más jóvenes  continúan en cierto modo las líneas anteriores, pero empiezan a distanciarse de los llamados “Novísimos” y se alejan del vanguardismo más estridente. Incluso se observa un interés por la expresión de la intimidad y un retorno a las formas tradicionales. Podríamos hablar de una diversidad de caminos y de cruces de estos caminos en un mismo autor.

De ambos esquemas generacionales, he de pasar a lo que considero la gran renovación poética: el desafío que supone el formalismo  en connivencia con la exaltación de la metáfora del Ultraísmo, que nada tiene que ver con la llamada imagen visionaria. No basta con los temas y la actitud del poeta ante la literatura, sino que hay que valorar, sobre todo, el lenguaje y sus potencialidades semánticas y estéticas.

Para Valle-Inclán no hay diferencia esencial “entre verso y prosa. Todo buen escritor, como todo verdadero poeta, sabrá encontrar número, ritmo, cuantidad para su estilo. Por eso los grandes poetas eliminan los vocablos vacíos, las apoyaturas, las partículas inexpresivas, y se demoran en las nobles palabras, llenas, plásticas y dilatadas”.

 

Expongo una poética urgencia. Lejos de explicar el mundo o bien de un continuismo aventurista, sería mejor escribir una poesía metapoética, sin excluir “las mismas aguas de la vida”, como decía Antonio Machado citando a santa Teresa de Jesús.


 

POÉTICA DE URGENCIA

¿Por qué una poesía con nuevos hallazgos semánticos y desautomatizada de lastres oxidados?

-Porque esa poesía no emociona y suele abusar del significado sin esfuerzo por remozar el discurso poético dejándose llevar por construcciones ya lexicalizadas.

¿Cómo se consigue esos nuevos hallazgos que den una nueva fisonomía poética al texto?

-La poesía ha de ser una pintura parlante, como decía Plutarco (antes, Simónides de Queos ).  

En mi caso, ayudándome de:

La metáfora —futuristas, ultraístas—, 

la sinestesia —el simbolismo—, 

el onirismo y el quiebro sintáctico

—Surrealismo—,

sugerir más que explicar, o sea, rodeos

—Mallarmé—

y la poesía igual a creación —Wilde—

se alían para una recreación del texto poético, dejando atrás  los lastres sociales o líricos de la poesía tradicional, que confiaba toda su valoración al significado —divagaciones, descripciones, sondeos introspectivos, exaltaciones eróticas o amorosas, seudofilosofía, denuncia o autosatisfacción burguesa con regularidad sintáctica de lo que se ha dado en llamar poesía de  funcionario, etc.— sin pensar en la crisis que la palabra poética ha sufrido en el mundo contemporáneo—Montale—.

-¿Por qué el poeta ha de salvar estos escollos de frases hechas, escritura lineal convencional y las actitudes poéticas trasnochadas?

-Porque la madurez del hombre contemporáneo le lleva a nuevas búsquedas dentro del laberinto de su conciencia.  

—“Hay otros mundos pero están en éste” —Eluard—, y ello le abre a nuevas indagaciones acerca de los fenómenos de su conocimiento, teniendo en cuenta que un cambio psíquico determina un cambio en el estilo —Spitzer.

  En cuanto al tema, ¿cómo olvidar la frase del poeta parnasiano Leconte de Lisle?

 “Sólo hay poesía en el deseo de lo imposible y en el dolor de lo irreparable”.


El siguiente poema cumple con este requisito, pero lo disimula y realza el significante en cuanto que obedece a un impulso más que a una reflexión.



Límite de los ojos de su adarve se fugan

ballestas las pupilas los deseos qué dardos

el ayer un zumbido moscardón de recuerdos

dos águilas que hilvanan tules de lejanías

la ciudad a tu espalda hervidero de asuntos

balcón de las distancias precipicio del mar

el encorsetamiento del sueldo pulso en vilo

cintas de la calima destrenzando vapores

la oficina a lo lejos buque tú galeote

agosto se desnuda liberto enfebrecido

dónde ringan teléfonos acueductos de agobios

fustazos de la prisa dictadura de números

renglones cabrilleos tus pasos liberados

puerta de los adioses llave de vacaciones

todo el año qué trote las aceras gregarias

andén de las maretas desfloración de espumas

justo aquí sobrevuelan tus ojos el repunte

retorno a navegar un año ya eres huésped

feudo recuperado señor de lontananzas

¡cofa tanta ilusión avistando el verano

barco desencallado deber gris el grillete:

un “¡Adelante!” grita cojeando la vida!



de PALABRAS INSUMISAS (2010)
















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