martes, 24 de marzo de 2015

POESÍA Y PROSA. ANTOLOGÍA LITERARIA DEL GRUPO RÍO ARILLO DE LETRAS Y ARTES




      ANTOLOGÍA LITERARIA


G R U P O   T E R T U L I A   R Í O   A R I L L O
   
     D E     L E T R AS    Y    A R T ES,



fundada en San Fernando (Cádiz) en 1995,
por Manuel Pérez-Casaux y Juan Rafael Mena.



 


Es una cita de Tibulo la que reza en el escudo, escogida por Manuel Pérez-Casaux y cuyo texto completo dice: “Quem referent Musae, vivet, dum robora tellus,/dum caelum stellas,/ dum vehet amnis aquas” (Elegías, I, ix, 65-66: ‘Ese a quien cantan las musas vivirá, mientras la tierra tenga árboles, y el cielo estrellas; mientras el río conduzca sus aguas’.

              Componentes de la Tertulia



  JOSÉ MANUEL ALFARO

 La estrella de San Carlos

Hoy la estrella de San Carlos
soñaba en tocar el reino,
fuera a través de los nimbos
o a través de los recuerdos.

Echaba en falta a los suyos,
a planetas y a luceros,
a la luna, al arco iris,
a las nubes…, y a otros cuerpos.

El alba ya brota en plata,
su mañana, como el fuego;
la tarde viene voceando:
¡Ocaso invita al destello!

Pero atenta a sus designios
dejó de mirar al cielo;
pues supo por los quejidos,
que el dolor era su dueño,                   
y sintió por los suspiros
que su fulgor era de ellos.

Es pues que en la Navidad
el hado recuerda al pueblo
que bajo su fugaz brillo
resisten los más enfermos.

Aquellos que se lamentan
presintiendo el universo;
aquellos que solo quieren,
despertar para un “te quiero”.

Por eso cuando ellos duermen,
la estrella sueña con ellos,
mientras las batas lustradas
salvaguardan los silencios
y los afines de sangre
arropan presto sus sueños.

Mientras las fuerzas unidas,
celan las noches del tiempo,
velan atentos los timbres,
viven sufriendo despiertos.

Al caer la navidad,
la estrella guarda el secreto
en su obligado letargo,
cual “Ilustre Marinero”.

El astro magnificado
soñaba en tocar el reino,
fuera a través de los nimbos
o al cuidar de los enfermos.



Haikus rotos


Esmero vivo
en la inmensa mismidad
es el instante.


Flash deslumbrante
que cruza los sentidos,
primera opinión.

Luz afligida
que en la mar dormita.
Bello ocaso.

Aroma verde
que al té perfumas,
menta eres.

El olvido de mí
ante mi yo y mi prójimo
es el poco aprecio.

Tocar el cielo
con nuestro pensamiento
es implorar.

Como girasol
que busca la claridad
estío descubierto.

Aprésame al bailar
en la pista del vivir:
presente sin más.

Flauta dulce
en dos labios amantes,
melodía amable.







ADELAIDA BORDÉS  BENÍTEZ
              

       Amanecer

 El viento, rizando el agua,
silba fuerte sobre el caño.
Desde la ventana pienso
que marzo se ha adelantado.
El sol, sus jirones clava
en los ojos descansados
que se abren a la luz
cuando el sueño se ha escapado.
Las gaviotas, a lo lejos,
vuelan bajo, gañan alto,
asustando a los gorriones,
alertando a los humanos.
Contra la ventana chocan
la luz, el rosa velado
del amanecer perdido,
de un amanecer soñado.
El caño baila y se arruga,
besa al levante alocado.
Entonces eleva el vuelo
mirándome apasionado.
Hacia mí viene cantando.
Me río y abro los brazos
para que me haga cosquillas
y me recorra encantado,
con ese frescor de brisa
que casi había olvidado.
Me obliga a cerrar los ojos.
Me vence. Me ha conquistado.

                   Enero 2013

Volaron las cigüeñas




He esperado tanto que todavía estoy aquí.
Siento el vasto desamparo del silencio,
del denso silencio que me dejó tu voz.
Abrocho los días a las madrugadas.
Los sueños enviudan
mientras yo permanezco olvidada por todos.
Huyeron los segundos a lomos de las horas.
Las ganas, los delirios se volvieron ceniza.
Volaron las cigüeñas.
Sólo me queda el recuerdo,
guardado en un lugar indefinible y oculto,
de su rastro de sangre.


De Encuentros de poetas ahora  (2014)




 

ANTONIO BREA PÉREZ


                                           Pensamientos





En la vida hay cosas que no decidimos  y una de las más fundamentales es que no eliges el lugar de nacimiento y tampoco la familia que  te trae al mundo.

Y en este proceso puedes ser cautivo de la misma como el hecho de no vivir en libertad y armonía.

Cuando se nace o vienes a formar parte de esta unidad familiar, puedes venir en la cuna de la pobreza y de la miseria y para colmo de males puede coincidir como en casos de muchos en tiempos de la postguerra, momentos difíciles en la Historia de España en la que se cierran las puertas a esa felicidad que de niño demanda y es imprescindible para llegar a la adolescencia y posteriormente a ser adulto.

Los niños de esa época nacieron sólo por un instinto sexual de los padres, no eran buscados, el sexo era como una de las cosas o compendio  que formaba parte de nuestra vida animal y también fue importante por dicha fecha  porque los seres Humanos de aquel tiempo eran como algo primordial en sus vidas.  Por supuesto la reproducción era algo vital para la mujer y también para la pareja, ya que esto formaba parte de las ilusiones de las mismas, para colmo casi todas las familias de aquel tiempo eran numerosas.

Un día ya adulto escuché una frase de una persona mayor de aquel tiempo que expresó lo siguiente: Cuando era niño nadie me daba cariño y por supuesto ni siquiera me acariciaban, no me valoraban cuando hacía algo bueno, tampoco había limpieza en mi casa, y siguió comentando que tampoco lo lavaban ni aseaba era como algo ya olvidado y para colmo comía muy poco una sola comida al día y mala, lo imprescindible para mantenerte vivo, se pasaba mucha hambre comentaba. En estas circunstancias si tu padre no te da de comer, menos capacidad tenían para darte ese amor y cariño que esperas de ellos, por supuesto cuando no se tiene lo básico para vivir menos ilusión tenía por los hijos y menos aun para trasmitir amor y ternura. 

Muchos niños de aquella fecha fueron más tarde tratados con unos síntomas como el digestivo, dolores de cabeza, no dormir en condiciones, la perdida de la autoestima y un largo proceso Psicológico. El caso es que eran tratados por causas fisiológicas cuando en realidad era sicosomática. Todavía hay adultos que no levantan cabeza al respecto y van navegando por este mundo como obviando la realidad. Hay una frase de San Agustín que dice: “Conoces la verdad y serás libre”.
Para algunos es tarde para asumir ese pasado, para otros pusieron remedio a tiempo y acertaron a ver su propia realidad.

En conclusión, tiempos de miseria y miedo.  
                                                                                                 
 

ELISA CASASOLA ROMERO



Vela de arena

Desanimada. 
Enorme vela de arena
Para tan frágil mástil
Que parece de fuerte madera
Pero comienza a agrietarse. 

Doy las gracias
A mi leal compañero
Por recogermela 
siempre que viene tormenta

Por aguantar el timón 
Y mantener el rumbo
Cuando
La fuerza de las olas y la lluvía 
No me dejan. 

Por mostrarme de donde vengo, 
El camino recorrido, 
Y las batallas libradas
Con cada herida de guerra,
Que llevan mi piel y mi alma. 


Qué haría yo sin ti mi amor?
Gracias por acompañarme
En este mar hostil no siempre en calma. 

Gracias por defenderme 
De dragones y piratas
Por tu apoyo en cada verso
Regalándole ilusión 
Cuando es a mi a quien falta. 

Quiero que surquemos juntos
Todos los mares, 
Unos tempestuosos, 
Otros en calma, 
Porque mientras sigamos juntos, 
Nada nos faltará, 
Nada nos falta. 

Treinta años 
No son nada, 
Te quiero, 
Y de nuevo, 
Gracias. 


El puñal

En mi pecho
Hay dos tesoros
A los que amo y adoro. 

Uno de ellos se ha ido
Y mi pecho está dolido, 
Porque le falta un trocito, 
Gordo, guapo y pequeñito, 

Y ese trocito que falta, 
Hace que llore mi alma
Y mi corazón proteste
Y se queje y se desgarre, 
Porque ese trocito que falta, 
Era carne de mi carne. 

Que mi vientre vió crecer
Como una flor delicada, 
Que había que proteger a diario
Aunque la vida costara. 

Y yo quiero preguntar
Por qué me siento yo ahora
Con este dolor inmenso
Que es como un puñal ardiendo
Que quiere atravesar mi pecho. 

Me falta un latido, 
Que nunca encuentro.

Guardo los besos
Que no podré darte
Para que no me los robe el viento. 

Para que no se los lleve el aire. 








CONCHA CONDE ORTIZ

 
Una noche mítica

Un nuevo año se nos avecina. Muy de mañana, la jornada comienza con frío y sin luces. A medida que avanza el día, las prisas se imponen y los deseos vuelven a remover el alma de un gran número de seres humanos, sabiéndose vencidos y limitados por el tiempo y el espacio. 
Como si de las cenizas del ave Fénix se tratara, sacan sus mejores fuerzas, para continuar en el camino de la vida. Poco a poco, renacen sus ilusiones, sus ganas de lucha, sintiendo que cada día es una victoria y una alegría para el que lo consigue. 
Desayunando ya, se percibe el aroma del café y el tabaco que envuelve la atmósfera de la cantina, otrora limpia y desnuda de adornos, mas ahora el humo la torna de color grisáceo. De nuevo el pensamiento hecho palabra, la conversación en compañía, ajena o ensimismados y las manos rodeando la taza caliente. En ello nos sorprende este último día del año que el calendario nos ofrece. Las demás horas, qué se yo... 

Deseosos de fiesta y algarabía sacaremos las mejores galas en la cena y en la fiesta de despedida y bienvenida al mismo tiempo. Otra vez la palabra tiempo, que se acorta y se alarga en nuestro interior, también de fiesta, dejándonos seducir por esta noche mítica.
   



NUESTRO ATARDECER



                                                                                         

 En el cielo aparecen los primeros colores que anuncian el ocaso.

El escritor describe la luz atardecida con palabras, que con su pluma llena de signos el suave papel bajo sus manos. El pintor con sus pinceles igualmente lo plasma en el lienzo, ambos interpretando una realidad que escapa rápidamente a los sentidos, ambos procurando retener ese instante de belleza magnífica que nos regala el Creador en el atardecer.
 

Las palabras a través de la imaginación y la pintura a través de la vista son igualmente interpretadas por el lector y el espectador.



Un concierto de intercambios que nos enriquece,  y todo lo aderezamos con las palabras de nuestras impresiones, sentimientos y vivencias.



     

JUAN DELGADO MUÑOZ


La alameda del viento 


 (De “El rocío que no cesa”) 


Se hizo vendaval la brisa callada

entre los pajizos chopos del río. 


La floresta, despeinada por el brío,

su clara voz templó en la madrugada.

Indómitas las hojas, y en manada,

maquilladas de escarcha por el frío,

ocultas están bajo el tronco sombrío

para oír con atención la maitinada. 


El aire afina las frágiles ramas

y una desconsoladora letanía

la leonada alameda derrama. 


El viento regresa con su sinfonía,

ejecutando fiel su pentagrama.

¡Parecïera! estar el bosque en llamas. 


Cádiz, 16 de agosto de 2009



Con uñas y dientes 


 (De “Rumbo a Ogygia”) 


 Mi barquilla se mece garbosa

en el tedio del estival atardecer,

al compás del viento del Castillo. 


Su rezón la sujeta con uñas y dientes al roqueo

y en el reparo de la mar jocosa,

ella juega alegre con la broza. 


Entre aguas, casi encamá, está mi barca.

Al socaire, protegida por la escollera

de un poniente chivato. 



Cádiz, 20 de julio de 2013









 



 


MARÍA JOSEFA DÍAZ

Inquietud

Me tomas, me dejas.
Me ignoras, me alejas,
No sé lo que quieres,
no sé lo que sientes.
Eres  como el agua,
buscando corriente,
y cuando la encuentras
en ella te  pierdes.
No apagas la sed…
Tú... La haces más fuerte.
La duda se agarra
entre los pedruscos
que correr  no pueden,
y en el ronroneo,
de ese riachuelo,
contemplando el agua,
miles de preguntas,
quedan en la mente,
será que la vida
la complica el mundo,
será que este mundo,
la gentes no entienden.
y por más que miran
correr  la corriente,
en su transparencia,
los ojos se pierden,
ay del corazón,
del que quiere amor,
pero amar… No puede
¿por qué en ese rio
quiere nacer la hierba?
Pero con su fuerza
en él… Nada  nace, 
en él… Nada crece.



 NO SÉ CÓMO



Me he perdido 
en las sombras
de la nada 
donde los suspiros
no existen, 
donde con la mirada
se  puede ver
más allá del alma 
me he perdido
en ese lugar 
donde con los silencios,
se hace magia,
y donde los sueños,
hacen que del corazón
broten alas,
para volar libre
aun con barrotes 
en las ventanas
me he perdido
en ese lugar
donde los pies
se sienten atrapados 
con miles de grilletes 
clavados en una estaca.  

Me he perdido y no sé
cómo me pude perder
en un metro de mi casa.





MARISA DUQUE


El trigal


En la telaraña de mis pensamientos viaja aquel trigal, bajo la luz tenue del ocaso, en el crepúsculo de un pasado sin retorno.
Aquel extensísimo plantío de trigo no se ha difuminado ni un ápice en mi memoria, a pesar de las décadas acontecidas. 

Las espigas luminosas, tan erguidas, contemplando un despejado firmamento, mientras mi mirada se desvanecía en la lontananza.
Desde un latente desasosiego, en aquel caluroso agosto, observaba los campos amarillos dispuestos para la siega. 

El paisaje me trasminaba los aromas de tu piel curtida. Tu rostro tostado al sol, tus rudas manos, tu torso musculado. 

Te visualizaba con una fuerza arrolladora, realizando tus arduas tareas, mientras el sudor de tu frente resbalaba por tus mejillas, sin olvidar como sembrabas la tierra madre o te afanabas en recoger la cosecha, para después almacenar el trigo. 

Todas tus esencias dentro de mí, atrapando mis sentidos.
Allí estaba el pequeño granero de la vieja granja junto a la carretera, paraíso encontrado donde se alimentaban nuestras pasiones. 

Durante años fue el refugio para cobijar nuestro sexo prohibido. Entre los sacos de arpillera rebosantes, algunos colocados, otros desparramados; se rozaban nuestros cuerpos desnudos, testigos silenciosos de nuestro carnal deseo: loca juventud que nada teme y todo puede. 

He retornado a aquellos campos fértiles, en el anhelo de poseerte de nuevo y deseándote en mi fecundidad, incontables veces, mi ser en la quimera de reencontrarte, sin lograrlo, con una locura desmedida. 
Esta tarde de finales de primavera, cuando tirito en el tedio de mis días, por las ventanas entreabiertas se deslizan, sinuosas, unas gotas de fina lluvia, el olor de su frescura provocan mi melancolía. 

Instintivamente he abierto el cajón de mi cómoda y desvencijando mis recuerdos he tomado con mis manos la cajita de madera, en ella, depositados con mimo, guardé algunos granos de trigo. 

Aquellos que mi imaginación rememora jugando entre tus dedos, entre mis senos, descendiendo por mis caderas, detenidos en mi pubis; perdiéndose inexorablemente. 

Es mi tesoro escondido, el único vestigio de aquel tiempo, el trazo de tu huella imperecedera que aún hoy habita en mí.


 


ANTONIO FLOR BORREGO


EL mar dice cosas

 
El mar...,
dice cosas,
responde a los vientos que cambian
las olas que tuercen su cresta 
según sopla el aire..., cansino.
¿Poniente?..., fresquito
¿Levantera?..., arisco.
El sur trae la lluvia
y el norte..., mi abrigo.
El mar dice cosas diversas...
El viento la instiga...
Su fiel enemigo.




MERCEDES GIL



Una muerte inesperada

Tras la reja que me separa de la arena, recuerdo los días felices a muchos pies de distancia de Roma, en la hoy Tracia Romana, donde mi posición holgada, me permitía gozar de privilegios importantes, tales como criados encargados de mi persona, de mis hijos y de mi amada esposa.

Mi educación había seguido el camino de las artes escritas, para llevar constancia del legado del Reino, sus tesorerías y patrimonio. Un trabajo delicado y pulcro que llevaba con gusto, tratando siempre de ser lo más exacto posible en los cálculos y reseñas patrimoniales.

Jamás recibí entrenamiento armado para no estropear mis manos, que resultaban entonces valiosas y debían ser protegidas de golpes que pudiesen dejarlas lisiadas e inservibles. Las manos de los cuestores, son tratadas como delicadas joyas en mi lugar de procedencia.

Tras la invasión romana, fui sometido a duros entrenamientos de luchas cuerpo a cuerpo y manejo de espada, red, maza, o tridente, y al correcto uso de los objetos de protección: Yelmo, escudo, brazalete y coraza.

Sé que hoy, será mi último día sobre la Tierra pues mis dotes de guerrero son escasas, y mis contrincantes, usan desde niños todo tipo de armas. Han sido entrenados para la lucha por medio de ejercicios que han ido transformando sus cuerpos y sus mentes, en máquinas perfectas para la lucha.

No creo además que si llegase el caso, fuese capaz de ejecutar la última sentencia de ningún condenado, aún saliendo victorioso (caso muy improbable) Sé que no podría dar muerte a nadie.

Será la primera vez que exponga mi vida en la arena, y estoy seguro de que será la última. 

Será una liberación para mí esta muerte rápida en la palestra, que librará mi alma y mi cuerpo de la horrible condena a la que mi vida se ha visto sometida sin remisión, sin vida ni esperanza.

Existe en el hipogeo donde me hallo, un rumor que trasciende desde las altas esferas, sobre un león que esta mañana ha podido alcanzar el Podium, gracias a una biga o carro, que tras perder en la carrera de esta mañana, quedó arrimado al muro que separa las gradas de la arena. Tras hacer huir al auriga, se sirvió del carro como de un trampolín, alcanzando a dar muerte a tres de los ilustres que contemplaban la escena impávidos.

¡Hermosa anécdota para antes de morir!

¡Lástima que no me precediesen más ilustres romanos en mi último viaje!

Desde aquí, no veo las peleas, solo alcanzo a escuchar el graderío siempre exaltado, y cada vez más embriagado de sangre, de la que jamás se encuentran saciados. 

¡Matar y morir… matar y morir!… 

¡Nunca hay bastante sangre para contentar a los sedientos romanos!

Los contendientes que ahora se encuentran en la arena, son los que me preceden. Yo iré tras ellos.

Me anunciarán como el "Cuestor"

Tengo miedo...

Temo que el valor huya de mí, que me abandone antes de la pelea. No quisiera perder la vida corriendo. 

¡Sería vergonzoso! 

¡Sería horrible para mis descendientes el recuerdo de un cobarde!

...Alguien grita en el hipogeo…

No entiendo qué dicen…

Oigo los gritos más cerca…

No sé qué ocurre…

Pero… ¿Cómo puedo hacer caso de algo... en la horrible situación en la que me encuentro?

Me han puesto una espada en la mano, y colocado sobre la cabeza un pesado yelmo. 

En el brazo izquierdo me han plantado un escudo.

¡Acogedme, Dioses en vuestros senos!

¡Un centurión grita mi nombre!

       -¡Cuestor!

      -¡Quítate eso y sígueme!

     -¡Debes sustituir a nuestro Cuestor! 

     -¡Que ha resultado muerto esta mañana en el Podium!




MARÍA HESLE

El pasado ya no existe

El pasado ya no existe,
¿qué diría del mañana?
Sólo acaricio el presente,
el hoy…
porque tengo tu mirada.

La plazoleta con la fuente,
los bancos son de madera.
Había soledad en el aire
porque tú no estabas.

Las hojas secas
de amarillo intenso
ponen alfombra donde
el caminante
deja sus sueños.

Tierno el final de la luz.
Cayó la tarde en los lirios
silvestres, emoción pura
que lleva el alma consigo.

De Los días que no volvieron (2011)


No era sólo un árbol



Ya no está el viejo eucalipto
en aquella plaza,
ya no está su sombra
ni las citas de las tardes
ni las tibiezas amorosas. 

Todo perdido... Como las hojas 

que cayeron al suelo,
como tus pisadas y las mías,
pero sigue tenaz el atardecer... 

Gime el aire en la plaza,
abraza el sol del estío...
nunca, amor mío, te fuiste,
aunque el árbol y sus hojas
hallan desaparecido.






MERCEDES JIMÉNEZ BERNAL




El libro te cuenta

Cuando los libros te cuentan
se despierta la razón,
van saliendo de la imprenta
dañando tu corazón.

Él espera la llamada
que algún día ya olvidó,
también recuerda a aquel hombre
que en un descuido quedó.

Siempre quiero pasar página
y olvidar una traición,
por eso abro la ventana
para que entre el resplandor.








Los campos abiertos...

Los campos abiertos,
el amor desierto,
destruida espera,
corazón sangriento.

Caminos confusos,
caricias secretas,
se las lleva el viento,
amapolas lloran

rocío de aliento,
mensaje atrapado
en tus pensamientos
dibujar queriendo

un amor perfecto
en el firmamento
para que el mensaje
plante las semillas
 en campos abiertos






Vista de San Fernando desde el puente de Zuazo. Años 50


 
GELINES MASSIP



 En la mar


Cuando la noche se asoma,
se van encendiendo las luces,
los hombres con prisa pasan,
los niños dejan  sus juegos,
me voy encontrando en calma.

Y entonces me apetece charlar
un rato contigo,
decirte tantas cosas…

Hablamos de amores
avivando nuestras ansias;
ansias de charlar contigo,
pero veo que no vienes…

¡Esa es la paz que me falta!

Aunque los demás no te oigan,
yo sí oigo tu palabra;
yo sí siento tu deseo;
yo sí me gozo en tu calma
hablando largo contigo
cuando la tarde remansa.



 De PLéYADE verano-otoño 2005

 
  
Compuerta


Lucía


Tú serás lo que tú quieras
aunque vivas entre rejas,
y si a ratos te quejas
lamentando tu vivir,
es posible resurgir,
renacer a la alegría
con los sueños que tenías
horas antes de venir.

No desmayes en tu empeño
ni permitas desalientos,
piensa siempre en sonreír
sin que nadie te rebaje
y comparta tu sufrir
en ti misma construyendo
y te alienta a proseguir.

Yo te invito a compartir 
parta así poder salir
como pájaro que vuela
se van romnpiendo cadenas
que esclavizan el vivir.


De PLéYADE, primavera 2007








RAMÓN LUQUE SÁNCHEZ



Proclamo que te quiero


Proclamo que te quiero a voz en grito,
al bosque lo pregono, a tanta gente
que nos mira y nos ve tan diferentes,
a la noche serena lo remito.

Te quiero todo yo, eso ha escrito
mi apasionada alma que no miente,
con versos lo he grabado por mi frente,
en tu vida y sus páginas yo habito.

Te quiero sin dolor, te quiero mía,
desbordada en mi ser, tan poderosa
que me empuja el anhelo de tus huesos.

Distinta yo te quiero, tu alegría
la llevo por locura luminosa
incendiando mis miedos con tus besos.


He sentido tu voz


He sentido tu voz, acariciaba
con un leve susurro mi conciencia,
allí anidaba, allí era querencia
que a mi yo dormitado espoleaba.

Quedamente a mi sueño se abrazaba
y allí mecía al mar de mi inconsciencia,
allí era brisa, rítmica cadencia
que en la piel de mi alma resbalaba.

No sé cuándo, tampoco sé el por qué,
el cuerpo descendió de su alto vuelo
y vio que eras la ninfa de un edén.

Me invitaste a sumirme en el desvelo.
Y tu voz y mi yo fueron a un cielo
lejano de la mística y la fe.


Aquel vestido rojo me incendiaba.


Aquel vestido rojo me incendiaba
con tu cuerpo por dentro dando forma
a pliegues y costuras que eran horma
de un talle de mujer juncal y brava.

Delataba el escote y escondía
dos colinas de miel que eran palomas
que hablaban con maestría los idiomas
que el amor nos descubre cada día.

La luna acompañaba los abrazos
que dimos a la mar y a las salinas,
mis labios en los tuyos se gastaron.

Mi mano sin querer quitó los lazos
que guardaban escote, miel, colinas…
y las palomas sin pudor volaron.



 

FINA MARTÍNEZ




Atardecer


Avanza la ternura
 y buscamos un peldaño de piel
malabares caricias de tocarnos la vida
o poner de puntillas el deseo de tenernos,
no encontramos columnas, ni pretiles,
ni siquiera un atril que aguantase este credo,
pero ahí estuvimos viendo como la tarde
nos dejaba despacio, un lingote de sol
sobre la arena.




 Aplausos


Aplaudo tu forma de quererme
sin palabras caducas,
sólo con el amor enaltecido,
duermeme en un pliegue de tus sueños
y déjame que  te robe la ternura,
necesito tu forma  de quererme
cuando el silencio pone sin preguntas
su dedo tan callado en nuestros labios,
y como ciñe al árbol la corteza
cíñeme cuanto puedan tus abrazos,
de tu mano no me duele la vida
ni tiemblo en las mareas,
sólo temo el momento de dejarnos
cuando borre la noche nuestras huellas.








Calle Real hacia la Plaza del Rey. San Fernando




Juan Rafael Mena


   
SENCILLEZ






Feliz el hombre que recibe el alba
y en su tranquilo corazón la hospeda.
Crece como trigales su mañana
y domina los vientos de la prisa,
encerrándolos dentro de su paz,
una paz que se asienta en su mirada,
y el mundo ve girar como un tiovivo
en torno de su hermosa certidumbre,
su certeza tan simple como el agua.

Una llanura blanca y fresca, el día,
con cuánta luz en el silencio abierta.
Tiende sus manos, acaricia el aire,
alza su vida ardiéndole en las manos.
Tiene bastante con tocar el mundo
así, con sencillez, con la presencia.
Ha despertado para amar y sabe
que el amor a su voz pronto le llega.
Vivir le basta y calma en sus deseos
esa sed que amenaza a los humanos,
y sabe tan precaria la existencia
que la ve como el pájaro que cruza
todas las tardes su ciudad amada.


  De Épica urbana
(2003)


 

  

Calle Real hacia la Plaza de la Iglesia. San Fenando




Testigo de la vida transeúnte




Mira la tarde: un ala de sonrisa
que sobrevuela el ceño del ocaso.
Ves la gente en la calle que pasea,
las terrazas de bares y los autos,
las tiendas, los neones que se encienden,
los en torno a la noria del trabajo,

Un día más que vives tú, que sabes,
ya en la cumbre serena de tus años,
que los días se van con sus adioses
silenciosos a ras de calendarios.

Acurruca a la tarde que te cuenta
todo lo que ha vivido y que ha pasado
en la ciudad pequeña en la que vives
y morirás seguramente cuando
toque a la puerta de tu confianza
esa última hora, mientras tanto
ella hizo agujeros en la ausencia
de los que amaste y conociste a ratos...


Desciende hasta su médula y sonríe
y bébete esa tarde como un trago
de un carpe diem que se da a la fuga
y ama con todo un corazón de abrazos.


No olvides escribir ese poema
en que dejes tu amor de ciudadano
por todo lo que amabas y veías
y se llevaba en un impune rapto
la tarde, que sonríe artera ahora
-¿no ves?- como si nada está pasando...


De Poemas voluntariamente retrospectivos (2011)










 María Moya Navarro (1949-2011)



SUCEDE



  Sucede que, a veces, alguien se siente como una golondrina

encerrada en una caja de cerillas.



  Sucede que un arco iris se licúa cuando le arrancan

Su color más íntimo.



  Sucede que la vida, a veces, se arrastra como una nota desafinada.



  Sucede que es demasiado hermosa la cercanía

del aliento deseado.



  Sucede que llueve sin descanso …¡y tú no estás!



  Sucede que tu carta cruzó el mar

intacta en un sobre cerrado.



  Podía suceder que al abrirlo se escapara el trozo

de sol vivo que escondía.



  ¡Suceden tantas cosas, tantas horas, tantos silencios

que el alma se convence de que no sucede nada!



   Sucede que entre los nombres,, los eternos charcos

y la rutina, ¡a veces! una mujer se encuentra, ante su asombro,
que se ha despojado de su vida toda y sólo es una niña que corretea 
                feliz en un trigal imaginario.





Supervivencia emocional
 
(Éste fue el último poema que "AZAHAR" publicó de María). 


EN SU MEMORIA

Quiero soñar  

con un alegre cielo

invadido por níveas bicicletas voladoras.
Quiero soñar
con veredas surcadas
por arroyos, frambuesas, helechos y bignonias.
Quiero soñar
con praderas sin límite
donde los potros trotan liberados
junto al viento que silba largamente.
Quiero soñar
con el canto del cuco
que luce su belleza en pleno vuelo
bajo el reflejo de cambiantes lunas.
Quiero soñar
con calles palpitantes
ajenas al ruido y a la prisa.
Quiero soñar
con un bendito porche
mecedora incluida, refugio de recuerdos y caricias.
Me agarro a la terapia de los sueños
porque, en la sombra de este mundo nuestro,
manadas de bisontes de violencia
atropellan palabras, cuerpos, mentes
el aire del diálogo es un encuentro de cristales rotos,
los monólogos grises se adueñan del silencio,
circula la moneda del olvido,
la soledad se instala en las miradas,
y matanzas sin nombre ni sentido
pinta de llanto distantes latitudes.

 
En el pozo sin fin del subconscientes
se queja el agua de esperanza incierta. 



 Revista AZAHAR, 18 de agosto de 2011

 



Portada de Pasito a pasito


Carmen Navarrete 

 
BAJA LENTA LA TARDE ARAÑANDO LA SOMBRA.


Me miro en ella, no con la voluntad de perderme
sino de estar aqui, 
recorriendo sus pasos, y me entrego.
Soy, y he sido durante mucho, la voz.
Tan sólo siento, vuelvo a satar por donde todo es nada,
donde viven los miedos de un pasado.
Amar ya no es lo mismo.

Solo bajas al mar
y evocas el pasado con tu ajuar de preguntas
que hace que vuelvas a mirarte al espejo,
donde comienza un verso en su horizonte.

Parado está el reloj en mitad de las hojas.
De nuevo, sobre el cristal vacío,
otra vez unos labios, una flor,
otro invierno permance a la espera,
otro renglón desnudo
antes de que se duerman las palomas.   

He salido a la luz que da a la vida,
me ha despeinado el aire,
me he pintado la frente
con el color azul que abre el mundo.
Y como un cisne, al fondo de un estanque,
sólo he visto magnolias de silencio.   

Déjame que en ti me busque,
que en ti me crezca, que en ti me nombre.


                     Y



Y
                    mírense a los ojos
                             
                                  y

                      háblense en las sombras

y
piensen

                ¿Qué somos?

                                     Negocio

Qué ingenuos nuestros cuerpos
                                al no hablar de flores

Me he imginado un trozo de poemas
y

he cogido las huellas de unas manos
                             he respirado el aire
                            me he quedado en silencio
                                                  pensad
                                                  pensad
               para qué 
                                 tanto ruido  
             
 
De la revista áMBITO de las letras y las humanidades
primavera 2005 

 

Arena y Cal, número 67, noviembre 2000


Manuela Ortega


Grupo


La fiesta resultó todo un éxito. El coro rociero era el más actual en el mundo del flamenco, en su género. Sus componentes, todos de la misma familia, se ganaban la vida actuando en fiestas particulares donde se celebraba algún acontecimiento. Donde quieran que acudían, eran bien retribuidos, que aparte de darles más prestigio y popularidad, hacía que pensaran en la posibilidad de grabar un «disco».

Comenzaron a buscar un representante que pusiese interés en ellos. Todos pensaron en el tío Miguel, ya que conocía muy bien ese mundo, que además de ser un gran «cantaor» de fama reconocida, estaba muy bien relacionado con personas, que a su vez, trataban con la «alta sociedad».

Sus comienzos..., ni él mismo se acordaba de cuándo, ni dónde. Sí recordaba muy bien que siendo muy niño, acompañaba a su padre cuando cantaba con su inigualable voz, y aún resonaban en sus oídos los largos aplausos con los que despedían sus actuaciones. En el mundo musical del flamenco era conocido como «Miguelito». Hablaron con el tío Miguel y le encantó la idea, pero al tener experiencia, les hizo ver que no seria tarea fácil, pero les prometió hacer cuanto estuviese en su mano. El grupo aún joven, puso toda la ilusión en ésta idea.


Desde ese día pusieron manos a la obra, aportando cada uno de ellos sus mejores sentimientos para, a ser posible, no tardase mucho en aparecer en el mercado dicho trabajo discográfico. El tío Miguel, veía casi una «quimera» llegar a buen puerto con esa idea, ¿Pero qué trabajo le costaba echarles una manita? Comenzó llamando a su compadre, que mucho tenía que agradecerle. No se le habría olvidado, «suponía», todo lo que le ayudó cuando su chiquillo se cayó por la escalera, y él había corrido con todos los gastos que supuso su recuperación. Una vez explicado con detalle el motivo de su llamada, su compadre, encontrándose en la cúspide de su carrera de «cantaor», le contestó que haría cuanto pudiese en ayudarles.


A continuación llamó a su amigo del alma, Sebastián, ¿Cuántas veces actuaron juntos cosechando verdaderos éxitos, dándose a conocer mundialmente? Aún recordaría la gira por Japón y el incidente en la Aduana, cuando lo detuvieron por creer las autoridades que su Pasaporte no se encontraba en regla, y él llamó a la Embajada Española, aclarándose todo, incluso por escrito le pidieron disculpas por el error llevado a cabo por el Funcionario del Estado. En su casa, enmarcado, lo lucía en una pared. Al igual que su compadre, le contestó que haría cuanto estuviese en su mano. Seguidamente, llamó a su casa discográfica exponiendo lo mismo que en las dos llamadas anteriores, contestándole que lo tendrían en cuenta, ya que les había hecho ganar mucho dinero con las ventas de sus «discos» y eso no lo podían olvidar. Incluso llamó a una Dama de la alta sociedad, ante la cual había actuado en numerosas ocasiones, contestando su secretaria que lo tendría muy presente al comunicarse con dicha Sra., pero no podía garantizarle el resultado por hallarse muy ocupada. Así hasta que por fin no encontró a quién llamar, estando muy seguro de recibir alguna contestación por parte de alguien.

Pasaron semanas, meses, incluso años sin recibir la menor contestación, por lo que esa idea se les fue borrando de la mente, en vista del poco resultado de las gestiones hechas por el tío Miguel. Siguieron actuando como siempre en círculos íntimos, en fiestas familiares, cambiando un poco su estilo, ya no formaban un «coro rociero», ahora cantaban de todo un poco. De aquello no se volvió a hablar. El tío Miguel esperaba alguna respuesta, pero al transcurrir el tiempo y comprobar que nadie se dignaba contestar, (algunos es que no podían por haber fallecido), se sumió en una profunda tristeza, pues fueron muchos desengaños juntos.


Cuando murió, en paz, todos o casi todos los periódicos, se hicieron eco de la noticia; todos o casi todos sus amigos, le acompañaron a su última morada, deshaciéndose en elogios acerca de él, como persona y «cantaor». Su casa discográfica puso en el mercado una recopilación de sus mejores obras, y fue cuando se acordaron de su petición, hasta entonces olvidada, pero con motivo de su fallecimiento lanzarían al mercado, a Bombo y Platillo, los trabajos del grupo flamenco «Triana Pura», todos en la tercera edad, sin ser por ello menos desenfadado.


Como la firma discográfica tenía la seguridad que resultaría un éxito, por estar avalados por el tío Miguel, les comunicó que grabarían lo que ellos quisiesen. El resultado es conocido por todos, pero sólo ellos sabían qué le pasaba al «probe Migué» allá solo en la montaña. Ahora lo sabemos unos cuantos.



 De "Arena y Cal", número 67


                                      RON

 

 Se quedó pensativo tras la frase dicha sin ningún énfasis por su interlocutor. Un hombre aún joven de aspecto agradable que le había tocado -por azar- viajar a su lado y que en un momento dado entabló conversación pidiéndole, por favor, un cigarrillo. Le explicó que su viaje no era de placer, todo lo contrario.

Acudía a reconocer un cadáver que creían los forenses -tras realizar algunas pruebas de laboratorio- pertenecer a un familiar que había desaparecido en el naufragio de un barco de pesca, y que había devuelto el mar recientemente.


No resultaba de su agrado dicho trámite, pero como único varón de la familia recaía en él -pese a su rechazo- la obligación de solventar ese problema ineludible. Fumando gracias a su compañero de viaje, y bastante mas relajado, le comentó que la pérdida de ese familiar suponía para él el final de una pesadilla.


Juntos por azar, oía a su compañero de viaje hablar -a su parecer incoherencias- por lo que se preguntó si seria mejor hacerse el dormido o prestarle alguna atención, sí, prestaría atención a su relato solo por curiosidad haciendo como el que no oye.


Aún quedaban un par de horas para la llegada del tren a su destino final, donde le había dicho que acudía, igual que él, así que se prestó a seguir oyendo su relato sin mucho interés - al parecer -.


Una pesadilla, prosiguió, de la cual había despertado desde el momento que los medios de comunicación habían hecho público el naufragio -sin supervivientes- del pesquero RON, de bandera portuguesa. País donde tuvo que huir tras la fuga del penal en el que había sido recluido por dar muerte a una persona en una reyerta.


Dicho familiarmente, para él, sentimentalmente no significaba mucho por haber sido quien le introdujo en ciertos ambientes no recomendables, de los que supo salir a tiempo... Recordó el día que le propuso - tras planear hasta el mínimo detalle- atracar la sucursal de una Caja de Ahorros situada en un pequeño y alejado pueblo, en plena serranía, en el que habían asesinado al director, facilitándole una buena -coartada- negándose a colaborar.

No podía olvidar, que en cierta ocasión, casi le obligó a que le acompañase a cobrar una deuda de juego a un amigo común, este se presentó a la cita acompañado, cosa que le irritó sobre-manera, y los dos tuvieron un mal fin.


Siguió relatando hechos similares, enlazando unos con otros sin - al parecer- solución de continuidad.


Oyendo estas historias, tras encender un nuevo cigarrillo, optó por hacerse el dormido y que siguiese con sus relatos, al parecer un poco incoherentes. Simulando dormir profundamente, seguía oyendo a quien, al parecer, descargaba un gran peso de su conciencia públicamente. El tren, és, para muchos viajeros, como un confesionario, pues como aves migratorias, creen que pasan de un continente a otro solo por subir y bajar en diferente estación. Le dolía la cabeza de oir a su compañero de viaje relatar tantas aventuras, algunas inauditas, teniendo claro que se hallaba involucrado en dichos delitos.


Al aproximarse el fin del trayecto, se dirigió al servicio para hacer una llamada por el teléfono móvil, preso de una gran emoción, nunca pensó poder resolver unos enigmas de esas características tan fácilmente. El Puzle estaba completo. el individuo casi identificado, únicamente faltaba asegurarse de que no escapase de nuevo como otras tantas veces.

Llamó y el furgón salió con gran rapidez, pero sin eficacia, no llegó a tiempo para detenerle. pero sí para trasladar el cuerpo sin vida de un viajero que había sido asesinado en el servicio del vagón.


Una vez identificado resultó ser un reputado comisario de policía especializado en investigación criminal.

El viaje había finalizado, pero aquel asesino había vuelto a escapar de la justicia. Gustaba retarse así mismo, para él era un juego, como todos los delitos que había cometido, sólo por diversión una vez más se sentía orgulloso de haber realizado un trabajo limpio y eficaz, no sabía hasta cuando, pero sentía tener cuerda para rato.


Sus amigos se encargarían de dictarle el siguiente, en vista de que éste ultimo había resultado todo un éxito.


 De  "Arena y Cal2, número 66


 


NEVA PANTOJO



El hombre endiosado construye y destruye; pero no crea. 



La Naturaleza, a veces, le contesta con el mismo lenguaje: La playa tranquila con suave oleaje, se vuelve impetuosa.   
          

La tierra puede temblar y abrir sus fauces para alimentarse de la presunción del hombre.



Nuestras manos artesanas que supieron hilar el tapiz de la vida, lo han convertido en jirones incapaces de ser zurzidos.



Seamos justos en el pensar y dejemos a la Razón que nos libre de cometer errores.



Impregnémonos de la Presencia Vivificante de cuanto nos rodea y tengamos consciecia e ello.



Demos valor al silencio para sentir los latidos de los corazones y hagamos al final del dia un ramillete con todas las sensaciones que hemos experimentado sin anular ninguna; esto hará que el ramillete sea auténtico.






SENTIMIENTOS

El aire huele a salina inundando los sentidos.
La quietud del atardecer nos llena de una belleza licenciosa.
Toda la Naturaleza nos invita a descansar y dejarnos llevar por una pereza impuesta y, a su vez, una fuerza intensa que nos hace sentir lo que no podemos expresar; porque al cerrar los ojos nos invade la alegría y la tristeza que son la urdimbre y la trama del tapiz de la vida.
Los matices provocadores de la puesta de sol, parecen abrazar el azul del mar en su calma y sobrecogen a aquel que los contempla.
La mirada se embriaga y la respiración se agita con el aire de perfumes marinos en esta tierra gaditana.
¿Quién no susurra las plegarias aprendidas ante las cosas creadas?
¿Quién puede expresar con palabras el ondulante ir y venir del murmullo de las olas?
La paz producida por la solemnidad del momento nos proporciona uno de los placeres, que a lo largo de la vida, podemos sentir.







María del Carmen Rodríguez López 


La sinceridad 


Qué bonito es en la vida
tener muy buena amistad.
Qué bonito y qué humano,
cuando se llega a encontrar.  
El tener un buen amigo  
es un regalo del cielo,  
y es algo que no se compra  
ni con oro ni dinero.  
Al amigo se le quiere,
si está alegre o enfadado
e intentamos ser sinceros,
cuando estamos a su lado.  
El cariño de un amigo,
cuando éste es de verdad,
no hay intereses por medio,
que los puedan separar.
Si el amigo no es así,  
su amistad yo no la quiero;
porque ante todo en la vida,
valoro que sea sincero. 
Mayo-2003. 


 Pensamientos


Hay que valorar a las personas por lo mejor que tienen;
así cerraremos los ojos a lo que les falta.

Lo que más nos duele en la vida,
no poder evitar el sufrimiento a quien queremos.

La prisión del hombre es el recuerdo:
todos cumplimos en la vida cadena perpetua.

El único derecho humano que se cumple:
el que todo hombre tiene a expresar sus lágrimas.

La carrera más difícil de aprobar, la de la vida;
todos nos vamos de ella siendo alumnos.

Cuando algo mancha la honra de una persona;
por más que se limpie, siempre queda la huella.

La guerra es un convenio entre los gobiernos:
una mina de oro que no se agota.

El hombre necesita culpar a otro de sus errores,
así pretende estar en paz con su conciencia.





Manuel Pérez-Casaux (1929-2015)


Muchachas que lleváis en el pelo
quizás a pesar vuestro
                              clavellinas marchitas
y sueño de jazmines en los ojos;
buscadme en este bar de mi tertulia
bebiendo niebla y arreglando el mundo;
con la ayuda de sabios compañeros
seguro que al final será más fácil;
quisiera convocaros pozos de mi amargura;
montes ríos o valles aterrados
venid y unid al mío vuestro duelo mi tertulia
con sonar de tambores o con llanto;
mas tú pobre Manolo dónde irás
                           después de la tertulia
sin tiempo que heredar sin automóvil,
a lo sumo unas matas de geranio
y un plato una cuchara tu tesoro
la muerte y su tic tic en los relojes
y si acaso
          un sobre de avecrén para la cena.

De Memoria desnuda (2007)




LA NOVIA



Mi novia de aquel tiempo     no la novia
la que recuerdan mis ensueños
la que roza mis manos       todavía
          y es ella asustadiza      blanca y fresca
          la que me contempla emocionada 
    no la que sin reposo         citan todos
la novia de aquel tiempo     sí     la mía
como la luz  del sol en mi ventana
la esperada y jugosa

        no la novia    remota en los quehaceres
        perdida entre   los años lejanísimos
mi novia de aquel tiempo      no la novia
no la que amaron todos         y mintieron

la que el secreto guarda     de mis noches
la plenitud del tiempo



De la revista áMBITO de artes y  humanidades
Primavera 2005  
    
           



MIGUEL PÉREZ



Inmortalidad y muerte


Ante la percepción de eternidad, surge el deseo de auto conservación y con ello el afán de inmortalidad. También el discurso filosófico y la creación artística, que trata de conseguir alcanzar la perdurabilidad o, al menos, una mas larga duración en la memoria de la gente. No es extraño que se llegue a la aspiración de mantener la salud para retener la juventud y, en nuestra cultura actual, es uno de los estímulos que orientan y alientan muchas de nuestras actividades. Hablemos de la muerte. Cuanto miedo y cuanta leyenda. Las religiones nos prometen vida eterna pero la ciencia nos ayuda a comprenderla y hasta a aceptarla como necesaria. Y es que la muerte es el inicio de toda vida y el mejor remedo de vida eterna. Gracias al abono, las plantas crecen. Gracias a la muerte y renovación de las células, nuestro cuerpo sigue funcionando. Gracias a la muerte y continua selección de los individuos, las especies se van adaptando al entorno medioambiental y prosperando en el mismo. Gracias al calor generado por la destrucción lenta de las estrellas, algunos planetas como el nuestro pueden generar vida o incluso comportarse como un enorme ser vivo, del que formamos parte prescindible. Sin embargo pocas cosas causan tanto miedo, quizás porque es la conciencia de la muerte la que nos hace tener conciencia del tiempo.


Fuerza y honor




Fuerza y Honor, frase de la película “Gladiador”, es un tatuaje de moda en algunos gimnasios y clubes deportivos. Pero no todos alcanzan a entender el verdadero alcance de estas palabras. Son muchos los que piensan en la fuerza física y en la honorabilidad que proporciona. Pocos se paran a pensar que “Fuerza y Honor”, uno mas de los lemas de los antiguos legionarios romanos, en realidad resumía su doctrina militar, en la que no cabían las hazañas de los héroes, sino mas bien el esfuerzo, disciplina y sacrificio de unos ciudadanos libres convertidos en soldados. La frase se refiere a la “fuerza de espíritu”, es decir, al valor, prudencia, decisión, lealtad y constancia. En las legiones sabían, tanto los mandos como sus tropas, que el honor y la credibilidad, una vez perdidos no se recuperan jamas. Y lo llevaban al extremo de “quintear” o “diezmar” (ejecutar a uno de cada cinco o diez) a los que huían, desertaban o desobedecían. Honor no es honorabilidad ni aceptación de honores. Tampoco es provocación gratuita ni búsqueda insensata del peligro. Es aceptar el puesto de mayor peligro y fatiga, algo fácil de decir y difícil de hacer. Honor hoy es buscar, conseguir, mantener y defender la verdad aunque duela, la racionalidad aunque sorprenda, la justicia aunque moleste y la libertad aunque asuste. También es cumplir con el deber propio y asumir con sensatez los riesgos.

Fuerza y Honor era uno de los “principios” de su doctrina, como lo son las “Reglas de Caballería” medievales, “Los Diez Mandamientos” cristianos o “Las Cuatro Verdades” del budismo. Pero obsérvese que, cualquier Principio, solo es valido dentro de la doctrina que lo crea y para el individuo que la practica. Si se comparan entre si o con los “Los trece capítulos” del “El Arte de la Guerra”, del autor clásico chino Sun Tzu, que se basa en el engaño, se observa que hay tantas analogías como discrepancias. Todos los principios sirven, pero no conviene entremezclarlos.

  De  EL DESVÁN DE LA MEMORIA (2014)






Cuadro de M.J.R.B.


María Jesús Rodríguez Barberá 


El amor cuando muere… 




El amor, cuando muere, es un libro cerrado,
en el cual has leído,
(feliz durante un tiempo) hoja a hoja hasta el fin.
Prudente y silencioso,
cubrirá el estante de la mente
esperando que un día el recuerdo
[lo traiga a la memoria.
Su silencio es relámpago sin trueno,
un sueño sin sentido;
es el eco que emite el cementerio;
es viento sin ventanas que porteen,
el mar que fue hace tiempo alborotado
[con olas gigantescas
y que ahora está inerte.
El amor cuando muere,
es vela de algún barco
que flamea sin viento que la hinche.
Sus labios no musitan, sellados por el polvo.
Es un fuego sin brasas que no incendia.
Un amante sin lengua
que mudo no suspira.
Es pulmón sin el aire, que muere por la asfixia
y un Dios sin sus misterios
al que no adora nadie.
Así queda olvidado el amor cuando muere:
Perdido entre las redes de los sueños
                          [cuando llega la aurora.
Un libro arrinconado en un estante. 





 









Cuadro de María Jesús Rodríguez Barberá
 



¡Grita…! 

Cuando duerma tu mente en un lecho de olvido;
cuando no brillen astros y el azúcar sea amarga;
cuando todos te digan que ya el verde no existe;
cuando el mundo se apague porque nada te alienta, 
busca al viento y cabalga por la senda dorada;
busca al sol que te enseñe a soñar con la aurora;
busca estrellas fugaces que te ofrezcan su estela; 
busca el alma del duende, y de nuevo alza el vuelo…
Volverás con tu fuego a fundir los glaciales,
volverás con tus labios a sembrar inquietudes,
volverás con tu cuerpo a bailar en la luna. 
Ya despliegas al viento tu velamen de sueños;
ya recoges las anclas que retienen tus ansias;
ya se eleva en tu mástil, tu quimera abatida. 
Grita al faro que alumbre,
grita al puerto que guarde a tu barco de embates,
grita, grita tan fuerte, que te escuches tú misma.



ROSA SALIDO   (1949-2019)


Conversación abierta. 1 mensaje leído.ROSA SALIDO

Río Arillo (tomada de internet)


Siempre tuya


Peregrina perpetua soy de aquella playa
y de esa pasión que me llevó a tocar el cielo.
Esclava de tu amor siempre seré
entre las dunas moradas de mis sueños,
aunque segura estoy que en tu mente no habito,
yo siempre veo tu rostro en las estrellas
y tu cuerpo entrelazado con el mío sobre la arena
escuchando el murmullo de las olas y el viento
y la discreta luna y el astro rey
plateando y dorando nuestros cuerpos.
Porque tú fuiste mi pasión en esta vida,
mi locura, mi cordura y mi sosiego,
mi jinete de mis noches y mis días,
de la mar de la tierra y el cielo.
Voy regando mi dolor por esta arena
convencida de que no podré olvidarte
mientras que en este mundo existan playas
y encima de estas playas exista un cielo.


Añoranza


En el umbral del pasado yo me encuentro
abrazando momentos que vivimos.
La razón me aconseja el retroceso
pues la añoranza parte mi alma en mil añicos,
pero el corazón no entiende de pasiones.
Yo quiero revivirlos, estar contigo,
agarrándome con uñas y con dientes
a aquel recuerdo haciendo de este daño un buen amigo.
Y no me culparé por recordarte.
Yo culpo a mi memorias por ser fiel
y por no abandonarme en mi camino.









IGNACIO SANTOS CARRASCO
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Prudencia 

Prudente has de ser,
huir, eludir, no caer
en cobijos someros,
tenues, débiles, pasajeros,
que frágil sentir hagan
la desnudez de tu existir.
No confundas la sombra
intensa del perenne
con la del caduco, ausente,
aunque en éste calor halle
por ausencia de follaje,
al fresco que aquel desprende.
Aloja cuantas pasiones,
cuantos sueños atesores
bajo densa penumbra,
pues ella crecer presagia
que en sus tiernos brotes
tus proyectos afloren.
No dudes en eludir
la sequedad, la desnudez,
aquella que priva,
usurpa, marchita,
brotes de luz y vida
que en tu interior germinan. 


Quién soy...


 ¿Quién soy? ¿A quién me parezco?
qué canon creo sigo,
qué ortodoxia ejerzo,
si la razón me indica
no siempre la obedezco,
pues no sé o tal vez cuesta
anteponer lo correcto
lo espiritual al vivir placero.
¡Desfallezco! 

Lucho ante mi otro yo,
me compadezco, ¿qué hacer?
cuánto debo o cuánto quiero,
cuánto juzgo es consecuente
o cuánto deseo prevalezca.
Conflicto mayor no tengo
ser como un día pretendí
o como el mundo me ha hecho.
¡Desfallezco! 

Urge ya decidir, postularse,
¡luchar por un hombre nuevo!
ser tal como en esencia creo,
abandonar consumismo y cuentos
los que este mercantil mundo
nos ha imbuido dentro, muy dentro. 

No mirar a otro lado, consciente
ser de ti tu propio dueño.
¡Lucho por ello!





Plaza de la Iglesia, San Fernando, Cádiz,
a principios del siglo XX.  Archivo Quijano


MARÍA JOSÉ SOLANO
  






Abuelas





Siempre que mis ocupaciones lo permiten, me gusta recorrer uno de esos pueblos blancos que rodean la geografía gaditana. Pasear por sus estrechas calles, disfrutar de su paisaje y contemplar desde cualquier plazuela del lugar cómo transita la vida.

Todo se vuelve poesía, reflexión al servicio de un instante mágico que expande su belleza con generosidad. Y sobre esa maravilla uno se adentra en el destino del hombre, sus costumbres, las circunstancias que de una manera particular forjaron su destino. En esa aventura del conocer, del investigar, nuestros pasos se dirigen ilusionados para plasmar en una fotografía el arte que nos rodea. En cualquier callejón o avenida la complicidad esparce sus cauces, riega con pasión su riqueza por medio de un entramado que todavía no ha sido destruido por él hombre. La belleza de la
arquitectura recoge el testigo de nuestra historia y nos invita a querer conocer más sobre sus habitantes. La gente de estos pueblos es sencilla, te responde y se hace eco cuando sospecha que estás atravesando por una dificultad. Me acuerdo que yo en esos momentos estaba preguntando por una calle. María se acercó a mí y con un gesto agradable resolvió en un momento todas mis dificultades. La corriente de simpatía se estableció desde ese preciso instante, ambas estábamos ávidas de conversación y ella sintió la necesidad de contarme algunas cosas de su vida. Una vida
dura a la que tuvo que enfrentar con valentía y coraje. Siendo una chiquilla se tuvo que poner a trabajar para ayudar con su salario a la familia, no tuvo la posibilidad de estudiar, tuvo que pasar por una guerra tuvo que ponerse a trabajar para mantener a su familia, la responsabilidad de un trabajo cuando por su cabeza andaban otros asuntos desterró sus ilusiones, del mismo modo que la inclusión de una guerra que terminó de cuajo con sus primeras esperanzas. Sentí en mi corazón una enorme tristeza al mismo tiempo que una fuerte admiración y aunque me hubiera llevado más tiempo seguir la tarde se me estaba echando encima. Me despedí de ella con un fuerte abrazo y con el deseo de volver a vernos pronto. Ya por el camino de vuelta a casa no podía borrar su imagen de mi cabeza, estas abuelas yo las considero, unas heroínas anónimas. Siguen asumiendo el peso quizás con una factura demasiado grande, cuya
única satisfacción consiste en un abrazo de sus hijos y el cariño de sus nietos. Hoy, abuela, me acordé de ti, de las veces que te he mandado a callar por tus ocurrencias, de las veces que no he tenido tiempo para escucharte. Tú me enseñaste una lección, esa que navega pegada a tu cintura en el mejor sentido de los vientos. Esa que se duerme justo al lado de tu costado. Por eso hoy y más que nunca te digo. ¡Te quiero!



 

 Calle Rosario. Años 30. Archivo Quijano




DULCE SOLLERO


El director



En el bosque de galería apenas se oía el rumor de los árboles y el canto de las aves que anidaban en ellos. 

A lo largo de la orilla, se dejaban ver familias enteras que habían acudido a presenciar el despertar de la primavera en un paisaje relajante y cómplice. 

Los niños saltaban, corrían por el agua, entre las piedras, los arbustos. Algunos más atrevidos se alejaban adentrándose entre los árboles para jugar al escondite. Era la algarabía de ellos la que llenaba aquel espacio. 

Las madres charlaban despreocupadamente. Los padres pescaban O practicaban juegos rudimentarios, estableciendo círculos de amistad espontáneos. 

El escenario invitaba a la actuación y al disfrute. Todos mostraban caras satisfechas y alegres. Todos menos un hombre, el director de la película.

“Aquel hombre era invisible, pero nadie se percató de ello”

Otra sorpresa en dos días. Ahora otro nuevo cambio. Así no hay quien se pueda organizar bien el trabajo. Pero yo no me voy a dejar manipular por tanta gente, que están continuamente interviniendo en mis actividades y tareas cotidianas. 

Aunque si lo pienso desde otro ángulo, también puede ser una herramienta para escapar de la monotonía. La misma que a veces me invade y que va destruyéndome poco a poco, como las gotas que van cayendo sobre las estalactitas y la desgastan a lo largo del tiempo.

Incluso puedo buscarle un aspecto divertido a esta situación. 

Porque en esta oficina, cada día se producen más novedades aunque no conlleven mejores resultados. Es como si a todos les hubiese dado por introducir variaciones sin orden ni concierto y a ver que pasa...pero nunca pasa nada, nada importante. Si lo digo yo: tanto cambio ¿para qué? A veces pienso que pretenden aburrirnos. O quizás su intención sea la contraria; es decir, estimularnos. No sé la verdad, no acabo de encontrarle sentido.





Almas




El teléfono sonó al anochecer. Una voz sensual y cálida solicitó mis servicios.

Acudí presto a la dirección señalada. Al entrar en la casa los perros ladraron, aullaban como lobos. Me estremecí.
Tú me recibiste con una sonrisa velada, la de una mujer entrada en años, ¿50 tal vez?. Eras atractiva, experimentada.

Me pusiste una copa. Nos sentamos e iniciaste la
conversación, querías hablar, necesitabas hablar.
No querías sexo. 

Me sorprendiste. Una mujer como tú contrataba a un gigolo para hablar. Fueron saliendo de tu alma miles de fantasmas del pasado, a la par que yo iba desnudándome, mostrándote mi interior vacio y solitario.

Nos encontramos sí, una noche singular de un mes cualquiera.

“No olvide usted señora, la noche que nuestras almas lucharon cuerpo a cuerpo”.

FERNANDO VÁZQUEZ


  La Navidad.

¿Navidad de mercados o de olvidados?





La Navidad para mí es la época mas entrañable del año, la que despierta sentimientos mas cercanos con los demás y con nuestro circulo familiar, al desprenderse de ella una oferta de solidaridad, unidad y paz.



Para algunas personas, en cambio, La Navidad representa un acontecimiento carente de sentido o de utilidad practica en sus vidas, ya que solo ven en el, elementos mercantilistas y tránsito, en el que las grandes firmas comerciales hacen su final de año. (Algo de verdad se puede encontrar en esta afirmación, al observar como dice actualmente nuestro pontífice Francisco, que la Navidad se esta desnaturalizando).  
     
Para otras, sin embargo, la Navidad representa un acontecimiento de luz en sus vidas, ya que en ella encuentra elementos de esperanza en un modelo de vida, que nace a partir de un pequeño milagro que se produce en el interior de una cueva y que utilizan como escudo ante la imposición de ese otro modelo de vida, impuesto por los nuevos mercaderes de Occidente.

Por todo ello cabría preguntarse: ¿Tiene La Navidad una verdadera dimensión resocializadora o regeneradora de los conflictos que puedan originarse en nuestra convivencia diaria, tanto en el plano profesional como familiar?




 

Flor de Pascua (Internet)


CARMEN VIGO NAVARRETE



Pero no puedo

No puedo escribir poemas, no sé dibujar rimas, ni encontrar palabras, no sé juntar letras, ni imaginar ritmos. Y me gustaría poder escribir algo parecido a un soneto, una estrofa, un verso. Esculpir las emociones más tristes o las más maravillosas, pero no puedo.


Quisiera poder llenar esta hoja tan blanca de alejandrinos o tetrasílabos. Poder decir que la risa del payaso se desdibujó, que las ilusiones engrasan sus alas, que la ironía tiene billete de vuelta, pero no puedo.


Quisiera dibujar con letras una lluvia que no cesa, decir que el alma juega al escondite y que el viento no borra nada, darle ritmo a un corazón de cartón y encontrar el enigma que se perdió, pero no puedo.


Quisiera poder rimar vano con nube, y con mar. Poder hacerle una rima al andar para luego desandar. Poder decir en verso que la música tiene frío, que el espejo es una pantalla en blanco, que las palabras duermen y las imágenes ríen, pero no puedo.


Poder decir que un dedo apagó el sol, rimar los sentidos con pedazos y olvidos. Quisiera poder decir en verso que olvidé sumar, y que las gaviotas no se dejan rimar. Decir que el mar se ha callado y las olas han dejado de bailar.
Pero no puedo.








El camino

La habitación es de un blanco intenso, resplandeciente, tanto como la luna majestuosa que ilumina ésta noche de una forma especial, cegadora,casi lastimera. Juana está sentada en un ángulo de la pared, perdida en el color, con la cabeza asomada por la ventana piensa en su vida, en su marido, que duerme dos habitaciones más allá.


Ahora es un hombre siempre pálido, camina apoyado en un bastón, la barba dura, como si no se afeitara del todo, como si no lo hiciera a diario o lo hiciera a medias. A veces ríen juntos, otras no, hay demasiada memoria que guardar, demasiados vacíos que recoger, demasiadas marchas sin entender, demasiada vida que recomponer.


Cualquier día tendrá que volver a ir a visitarlo al hospital, allí las paredes son también blancas, pero gastadas, como si no las pintaran nunca o solo a medias, como si fuera innecesario. Tendrá otra recaída, no sabe cuánto aguantarán sus cuerpos, cuánto más. Volverán a las sonrisas forzadas, a decirse que están bien, que pronto estarán de vuelta, sin saber qué vuelta.


Recuerda cuando el cansancio y el desgaste no hacían mella, cuando las fuerzas no tenían que ser buscadas. Cuando al mirar la luna sentía que el futuro era algo lejano, hoy la asusta.


Recorreré el camino, entre blancos y blancos y también entre lunas, ya es corto, demasiado breve, piensa, al tiempo que un sueño distinto la desvía y su marido duerme dos habitaciones más allá.







Río Arillo (tomada de internet)
















     




































































2 comentarios:

  1. Buenas tardes compañeros. Es para mí un placer compartir vuestros escritos en la red. Abrazos.

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  2. Preciosos escritos que he compartido en las redes.

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