jueves, 8 de agosto de 2019

LUCRECIO EXHORTA A NO TEMER LA MUERTE



      



 Lucretius exhorts not to fear death


The fear of death inspires frequently

in men such hate to life and to the spectacle

of this world, that come to be killed in a

desperate access, forgetting that the origin

it is precisely that fear of dying.


Lucretius: De rerum natura: book III



I came out of you, but you winch,

Mother Nature as a river

that it breaks out of the water and returns to it,

by the brutal ramp of his destiny,

without the hand of some god can

stop, tame it at the bend

of trees, the maidens with rumors

of breezes on idyllic shores.


Alone are those many rivers,

violent water that rushes

as in mouths of mouths.

I am a deck of human atoms

that fears to be diluted in the void;

one more mallet, like the stone, the bird

in the desert of his thirst for life.


But gallant, when the banquet is already

touch to satiety and scattered farewell,

and threaten my tower with demolition,

I will invoke you, Nature, mother

of this chance that is born and dies

without a why or why on your route

-little lost in the thicket of hazards-,

and I'll lie down, in your arms like a child.

De La arcadia de Narciso (2007) 




 LUCRECIO EXHORTA A NO TEMER LA MUERTE


El temor de la muerte inspira con frecuencia
en los hombres tal odio a la vida y al espectáculo
de este mundo, que llegan a darse la muerte en un
acceso de desesperación, olvidando que el origen
de sus males es precisamente aquel temor a morir.

Lucrecio: De rerum natura: libro III


He salido de ti, pero a ti torno,
madre Naturaleza como un río
que prorrumpe del agua y vuelve a ella,
por la rampa brutal de su destino,
sin que la mano de algún dios lo pueda
detener, amansarlo en los recodos
de árboles, los donceles con rumores
de brisas en idílicas orillas.

Solos estamos esos muchos ríos,
violento aguaje que se precipita
como en fosos de desembocadura.
Soy un mazo de átomos humanos
que teme diluirse en el vacío;
un mazo más, como la piedra, el ave
en el desierto de su sed de vida.

Pero gallardo, cuando ya el banquete
toque a hartazgo y dispersa despedida,
y amenace mi torre con derribo,
te invocaré, Naturaleza, madre
de esta casualidad que nace y muere
sin un por qué ni para qué en su ruta
-río perdido en matorral de azares-,
y me echaré, en tus brazos como un niño.

De La arcadia de Narciso (2007) 


No hay comentarios:

Publicar un comentario