Musa griega (Internet)
Hoy que tan en boga están el consumismo y la necesidad de ganar dinero, tener en las manos un libro de versos —versos que tengan ritmo claro, como dijo el francés Banville ”La rime est l’unique harmonie du vers et elle est tout le vers”—. puede ser liberador para un espíritu que quiere olvidarse de rutinas y servidumbres del día día de nuestros tiempos tan angustiados.
Y cito esta frase porque la gente que no se acerca nunca a la poesía, cuando lo hace, va con la intención de encontrar una poesía “poética”, es decir que llegue al sentimiento o estimule la imaginación y todo ello en verso, no en renglón ramplón, aunque hay poemas escritos en renglones, y no necesariamente en verso clásico, que dan gusto leer porque están bien escritos y no defraudan al lector espontáneo que se avecina a la poesía por curiosidad o azar de paseo por una feria del libro.
Lo importante es que lo escrito posea un ritmo que tranquilice
el espíritu de quien lee, un ritmo que puede hacernos olvidar el otro ritmo,
totalmente arrítmico que es el ajetreo que hoy zarandea a la sociedad
occidental, cuyo único timón por las aguas de la vida es el dinero y su única
brújula es la del hedonismo al precio que sea. El arte, pues, da, no sólo
serenidad, sino también sentido a la vida, si por sentido de la vida entendemos
vivir en paz con una conciencia que nos
aconseja vivir con dignidad y gozo de ser libre de toda esclavitud.
De El lenguaje transfigurador (2009)
¿QUÉ ES POESÍA?
En mis
conversaciones con el dramaturgo, narrador y poeta Manuel Pérez Casaux, tanto
en su casa, como en la
Tertulia Río Arillo de Letras y Artes, que fundamos los dos
en 1995, y en el café y pastelería La Mallorquina de nuestra ciudad, nunca llegábamos a
una idea clara de lo que podría entenderse por el oficio poético.
Íbamos de
lo clásico a lo moderno buscando un claro en el bosque de aquellas densas
florestas de ejemplos como si en tantos árboles enmarañados de poemas y
poéticas tuviésemos la esperanza de hallar una frase que aliviara nuestro apuro
por llegar a tener una idea de lo que significa la poesía.
Entrábamos
en la definición clásica conforme a la acepción del diccionario. Seguíamos con
las vanguardias y toda la modernidad, tanto con métrica como con verso
libre.
Después de
largos coloquios que también expusimos en las semanas que siguieron al devenir
de la tertulia, llegábamos a la desembocadura seca de la falta de definición y
abdicábamos de nuestra ofensiva ante la trinchera de los múltiples pareceres,
como si arrojáramos la bandera de un “Non possumos” exhausto, un “No podemos”
terminal.
Hoy,
pasados aquellos años, y ya ausente de esta vida Manuel Pérez Casaux, he
llegado a una propuesta —para mí, claro está—que consiste en una definición
provisional a la que me abandono como un descanso en esta larga guerra de los
matices polémicos: Poesía es revelar lo esencial humano con un registro poético
que conceda un valor mano a mano con el contenido a la función poética sorprendente
y superadora de los lastres del pasado.
Y lo digo
sin que con ello quiera detenerme en un espacio conquistado en esta larga
caminata por los predios literarios. Cada uno podrá esgrimir una espada de su
particular forja. una definición
flamante en esta lucha de poéticas personales. Yo me parapeto tras la que he
dado arriba. Y así lo he dejado escrito en más de una ocasión en nuestra
revista PLéYADE, que recoge trabajos de los componentes de nuestra tertulia.
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